Imagen gentileza de internet
PIOVE
(porco goberno)
Viene Septiembre y con él, cambia el clima y vienen las lluvias, esa
agua caída del cielo, que me retrae a la infancia, ese lugar y tiempo, cuna de
cuanto somos, modeladora del carácter y personalidad que nos acompañará todo un
viaje iniciático que acabará con la despedida final, para la que no tenemos nunca
la preparación suficiente.
Cuando en esa época venían las lluvias, pues no era una sino varias
y para muchos días, los días se alargaban infinitamente encerrados en las casas
y sólo unas botas de agua y un buen chubasquero, nos permitían una escapada a
la aventura, para los casos de necesidad en la intendencia familiar, o en los
breves momentos de pausa en que apenas unos tímidos rayos de sol, nos permitían
salir a la caza y captura de caracoles autóctonos, ya sea para una carrera o
una sabrosa tapa dominguera.
Adentrase por los charcos, en plan cruce del amazonas, esquivando
las flechas de las desconocidas tribus imperantes en los salvajes territorios,
también tenía su qué.
Pero ahora, la cosa cambia, un sencillo plan de excursión ciclista,
queda abortado sine die, por una vulgar contrariedad de la climatología, que no
ha tenido en cuenta nuestra programación lúdico-festiva-deportiva.
Los dioses no nos han sido propicios y tengo que verme ante el
ordenador, volcando mi frustración, como un niño pequeño al que le han quitado
su día de asueto.
Recuerdo los días de colegio acompañados y aderezados con lluvia,
cuando los descansos entre clases, el largo llamado la hora del patio, tenía que
hacerse por imperativo atmosférico, en el interior de la clase.
Para desgracia de los aficionados a la pelota, los trashumantes
exploradores de lugares ocultos de otras dependencias del colegio y buscavidas
escondidos en los lavabos, fumando escondidos, sus primeros pitillos.
La clase se vuelve un batiburrillo de sonidos guturales,
conversaciones a grito pelado y exclamaciones de entusiasmo o desesperación, en
función de la marcha en el juego en que se participe.
Los bocadillos entretienen lo suficiente como para dejarse llevar
por la nostalgia tras las ventanas.
De regreso a la edad adulta, la lluvia que no cesa, obliga al cambio
de ropa, para ponerse en condiciones de vida normal, dejando el maillot para
gestas futuras.
Leyendo la prensa, te enfadas con los responsables de un mundo que
te rodea y sufre las consecuencias de la arbitrariedad de unos estadistas que
no son tales.
Medio mundo está
huyendo de la parte de su territorio donde el odio, la intolerancia, el miedo y
la brutalidad se está adueñando del día a día, y tratan de venir al nuestro,
donde a pesar de todas las incompetencias manifiestas, la sociedad tiene un
poco de dignidad.
Bonita entrada Afred, uno de mis mejores profesores de literatura en los días de lluvia, cuando entraba en el aula y antes de acomodarse en su mesa, se acercaba a la ventana y mirando la lluvia decía: "Llueve para que sueñe"...
ResponderEliminarMe encantan los días lluviosos, es como renovarse por dentro.
Un abrazo!
Gracias Sofya! Eran y son días con una lógica diferente, pero ahora al final del verano como que desconciertan un poco, pero si que traen algo como de reflexión.
EliminarUn abrazo!
Bellas reflexiones, para esa nostalgia que aún sin querer a veces nos invade del fin del verano... Un abrazo
ResponderEliminarLa lluvia, el hecho de cancelar planes, el mirar tras la ventana, ver como discurre un día con gente azarosa protegida con un paraguas, el tiempo del calor se va...
EliminarUn abrazo.
el recurrente 'todo será maravilloso', cuando septiembre llegue, se despuebla de todo optimismo si todo no es sino lluvia ácida
ResponderEliminarlluvia pena
lluvia tristeza.
Pero existe otro poderoso vínculo con la paz y la euforia, cuyo mejor representante es sin duda el septiembre de la luz difusa
¡ay!
me gustó tu post
un abrazo
Gracias por tu fabuloso comentario y tu optimismo.
EliminarUn abrazo.
Lindas tus palabras, verdades y melancolía......!
ResponderEliminar=)))
Gracias Lliana, septiembre mes del reencuentro con las personas y con los recuerdos.
EliminarUn abrazo!
Ver llover tras la ventana es todo un placer.
ResponderEliminarPero ha de ser lluvia intensa.
Y si es posible con tormenta.
Saludos.
Oh sí! Rayos truenos y centellas, mas allá de una buena ventana, bien cobijados, con un buen fuego en una chimenea cercana.
EliminarSaludos.
Muy bien escrito, como siempre. Bienvenida la lluvia, aunque a veces sea un fastidio.
ResponderEliminarYa se que los escritos por encargo no se hacen, pero me gustaría que el escritor nos relatara lo que ya has empezado: Medio mundo está huyendo de la parte de su territorio...si te viene a gusto, claro.
Desde Segur de Calafell, un saludo.
Muchas gracias ! La lluvia siempre es bienvenida, aunque a veces nos fastidie un poco, pero es muy necesaria para el desarrollo de la vida en nuestro querido planeta. En cuanto al otro tema...
EliminarUn saludo desde Sarriá.
me gusta caminar con zapatos mojándome en los charcos y respirar la brisa de septiembre mientras las lluvias nos invaden quitándonos el calor
ResponderEliminarbello tu texto
Que sensación de libertad poder meterse en los charcos y dar patadas de agua, mientras los primeros frescos nos invaden por el cogote.
EliminarGracias!
Magnifica y completa entrada, hablas de todo un poco y, de todo lo que dices, llevas razón.
ResponderEliminarMe has transportado a mi infancia con lo de los recreos en las clases, me encantaba pisar los charcos y saltar en ellos, me ponía perdida y luego, como es natural, me reñían.
El final de tu entrada me ha encantado, los políticos solo piensan en ellos, no nos hacen caso en nada, solo nos quieren para que los votemos y luego nos olvidan.
Gracias por tu visita y tu comentario, es verdad lo que dices en él, sin amor estamos vacíos y solo queremos al alma elegida, pero no siempre la encontramos.
Un abrazo, feliz fin de semana.
Gracias por tu amable comentario, rememorando hechos de lo más cotidiano en su momento, descubres como nos ha cambiado todo. Sin amor no hay nada.
EliminarUn abrazo y feliz finde para ti.
Me quedo aquí porque la otra entrada ya la comenté.
ResponderEliminarSeptiembre es como volver a comenzar el año, comienza el nuevo curso escolar, y además, una nueva estación.
Un beso, Alfred, y mil gracias por tus comentarios.
Puedes quedarte donde quieras :D, Remember september!
EliminarUn beso, gracias a tí siempre!!!