Desierto de Atacama (Chile)
Foto de A.C.P.
Astrud Gilberto - Aqua De Beber
Decisiones
Ofelia se sentía incómoda en su situación de princesa de Éboli, la diferencia con esta era que ella alternaba el parche, ora en el derecho, ora en el izquierdo, en una alternancia programada.
Todos los demás, hacía ya tiempo, que no le mencionaban su mal, dejaron de hacer bromitas intentando desdramatizar su situación, y habían hecho la cosa como algo natural, que no lo era, pero así parecía que le quitaban importancia.
Pero ella sí que lo tenía muy presente, encima tenía que ir a la consulta, para que la doctora, le dijera para cuando procederían con la pequeña intervención, dado que la posibilidad, de que el mal remitiera por sí solo, se podía ya descartar.
Todo lo cual, no le hacía nada feliz, pero al menos le habían dado una alternativa y la visión doble, tendría los días contados. Tenía ganas ya, de acabar con todo eso.
Por ello en la reunión, estuvo algo ausente, de momento tampoco es que tuviera nada que aportar, para un plan de acción, contra algo, que tampoco le veía como muy preocupante, para Don Pedro, se mantenía muy bien de salud, y discernía de maravilla, con lo cual, si hubiera un intento por parte de su hijo, en el supuesto de tener a toda la familia de su parte, en intentar inhabilitarlo, sería algo del todo imposible, desde su punto de vista. Pero claro, el peligro siempre estaba ahí.
Es un tema que Don Pedro, puso sobre la mesa, y aprovechó la presencia de su nieto, para recabar de él, que estuviese atento a cualquier movimiento de su padre, buscando información médica, o intentando sonsacar información que pudiera aprovechar en aras de poder poner en duda, su capacidad de valerse por sí mismo.
Todos ellos, le dijeron que estaba estupendamente y que, ningún médico, por comprado que estuviese, podría demostrar lo contrario. Además, todos ellos podían, como vecinos o personal de trato diario, corroborar que hacia las tonterías justas y adecuadas a su edad.
A medida que la tarde avanzaba y las bebidas menguaban, las lenguas se soltaban, aunque un trabalenguas pareciese que las retuviera. Son esas cosas inentendibles, de cuando más ganas se tiene de hablar y explicar algo, más difícil lo tienes.
Por encargo de Don Pedro, Tomás les hizo llegar a los concesionarios, uno de aquellos sobres, de los que nadie sabe nunca nada, no han visto y por ello no pueden hablar, y menos de su posible contenido, pero que suele abrir puertas, cerrar bocas, e incluso como en este caso, facilitar el código de acceso, al cambio de hábitos en un robot de última generación, que casualmente responde al nombre de adopción, como Arturo.
Con ello estaban tranquilos, en que la información que pudieran sacarle al robot ahora mismo sería inofensiva del todo para Don Pedro, el cual estaba como una rosa y nunca mejor dicho.
Es más, se estaban planteando, el que mejor sería para ellos, que José Carlos se enterase de tal situación.
Si mi hijo, sabe que estoy bien, dejará de atosigar a la familia, con el hecho de que estoy dilapidando mi dinero, que él cree que es de ellos.
Papá, es muy plasta con ese tema y está dando la tabarra a los tíos con ello.
Don Pedro, Ud. no se preocupe, que aquí estamos nosotros para posicionarnos a su favor.
El único problema de facilitarle esa información es que desistirá en esa vía y se buscará otro medio de socavar, la credibilidad de Ud.
Me inclino, por no facilitarle nada y si consigue algo, que sea lo mínimo posible, para que siga entretenido con esa vía de investigación y pierda el tiempo con ella.
Todos dieron la razón a Ofelia, era la actuación con más sentido, por ahí José Carlos, iba a un desastre seguro.
Ofelia le pidió a Arturo el estado de salud de Don pedro, y que una vez editado, lo borrara de su sistema.
Una vez hecho, Arturo ya no pudo repetir el informe, la cosa funcionaba de maravilla, de lo cual se congratularon todos. Aunque las bebidas espirituosas también ayudaron lo suyo, en la alegría manifestada.
En esto, Pedrito recibió un mensaje de su querido padre, sobre si ya había conseguido averiguar algo, sobre la inoperancia de Arturo para con él, en darle datos vitales del abuelo.
A lo que éste, se limitó a contestar que estaba en ello, pero la cosa no pintaba fácil.
Al comentarlo con los demás, todos dijeron que le soltase alguna trola. Del tipo, está en casa de Ofelia, haciendo trabajos de campo sobre derecho internacional. O Cuando lo tiene el abuelo, solo le pide datos sobre ligas antiguas, para escribir un libro sobre su época de jugador, en la división de honor en la liga de Hockey hierba...
Pedrito, les dijo que no podía poner todo eso, pero que algo usaría de ello.
De esta forma se levantó la sesión, antes de que el servicio doméstico de Don pedro, hiciera acto de presencia. Entre todos recogieron, las cosas y dejaron la sala en perfecto estado de revista y Ofelia se brindó a limpiar vasos, platos y copas, a mano, para no dejarlo en el lavavajillas y quedara constancia del encuentro, Pedrito y Arturo colaboraron.
(Continuará)
Ateneu, 31 enero 2024.
