Foto de A.C.P.
Lucho Gatica "El Reloj"
TIEMPO MENGUANTE
Era festivo, uno de esos domingos otoñales de tiempo cambiante, el día había amanecido lluvioso, pero tuvo la gentileza de arreglarse lo suficiente para permitir esas salidas campestres, para desintoxicarse de los humos ciudadanos.
Tras la caminata, tras escuchar como sonaba el pitido de despedida del tren que habían tenido que coger, se esperaron en el andén de la estación al siguiente convoy hacia su punto de partida anterior, la cafetería situada en el centro, de donde habían salido, tras un pequeño refrigerio de esos para tener combustible para cualquier paseo.
Mientras esperaban a que el siguiente tren se dispusiera a partir, dieciocho minutos por delante, hablaron de todo aquello que la salida grupal, por caminos tranquilos en los que aparte de algunos excursionistas, ciclistas de montaña, paseantes de perros o mejor perros con dueños renqueantes, familias con sus críos añorando el calor del hogar incluyendo en él, la indispensable Tablet, pero todo eso aparte, mostraron en la conversación, lo mucho que toda la calma y la paz, e incluso esa pequeña sesión de tai-txi, había producido en beneficio de su buen estado de ánimo.
En el interior del tren, sentados tranquilamente en un vagón prácticamente vacío, aparte de ellos y otro viajero, desde podían ver el reloj de la estación, que se empeñaba en despistarles, pues aparentemente los dieciocho minutos parecían seguir faltando e incluso algunos más, comentado a la compañera ésta no le dio importancia, pero lo comprobó en su propio reloj, la primera impresión fue que algo no cuadraba, el tiempo si algo tiene, es que avanza inmisericorde, es un dictador que nos controla y agobia toda la vida.
La cuestión es que la incomodidad se hizo presente, algo no funcionaba bien y no tenía por qué ser sus relojes. Se giraron para comentarlo con el único compañero de viaje que tenían, pero el pasajero ya no estaba. La incógnita seguía, y observar el flamante y clásico reloj esférico del andén, se hizo obsesivo.
Qué tenía ese aparato medidor del tiempo, que estaba revertiendo el mismo, parecía que estaba descontando los minutos. Lo mejor que se les ocurrió, es filmar ese fenómeno con el móvil, que para eso se tiene, para filmar y fotografiar, todo aquello que pasa a nuestro alrededor.
Entonces y solo entonces, se percataron gracias al brillo del cristal de la ventana, que lo que estaban viendo era un reflejo del auténtico reloj, que estaba situado en otro sitio, con sus agujas contoneándose adecuadamente con su ritmo sabrosón.
Terrassa, 24 noviembre 2024
Genial descripción del despiste, y para esos momentos una estación se presta y mucho. Feliz viaje a todos. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Ester. A veces te sorprendes de lo despistado que se es.
EliminarQue se tenga un buen viaje.
Un abrazo.
Hay despistes que son geniales, y este no solo fue asi, sino que el lugar lo hizo propicio.
ResponderEliminarUn abrazo, feliz noche.
Hay despistes de todo tipo, algunos propiciados por hechos ajenos y otros por malas interpretaciones propias. ;)
EliminarUn abrazo, buena noche, Campirela.
Aiiiii el reloj que marca las horas, me encanta!! Y ese domingo vivido el reloj lo paso, pero lo bueno permanece en el recuerdo. Vaya broma con el reflejo del reloj en el cristal, que engaño del tiempo que hacía creer como menguaba con su aguja de segundero yendo para atrás.👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻😊👋🏻😃😘😉😄
ResponderEliminarPendents de l'hora i jo veient que la cosa minvava intensament em veia atrapat amb el temps, queda'm na sense dinar, viatja, ni res.
EliminarVa ser una bona broma, de les grosses. ;)))
Gràcies Pastis!!!
Jajajaja, dons si Alfred, casi casi😄😄😄😄😉👍🏻Gracies a tú Alfred
ResponderEliminarJa veus, un simple reflex, ens pot canviar el dia!!! ;)))
EliminarEns expliques avui Alfred . L.anécdota d.un ' despiste ' , però.has fet un gir en el guió i ara imagino una Estació de tren de les pelìcules de Fellini en blanc i negre . El tren que s.en vá mentre sona ' Reloj no marques las horas ' !......imaginacions , realitat , records , enyorances , ...qui sap ! Molt boʻ el teu relat ! Jo he divagat recordant hores passades en una estació de tren !.. Bona nit !.. .. .. Pepi.
ResponderEliminarBon dia, Pepi!
EliminarÉs que era una de les músiques que vaig trobar més adients per posar-hi. ;)))
I és clar, porta records afegits.
Sento si el meu comentari , s.ha desviat de l.idea teva Alfred , a vegades sembla que les paraules tinguin vida pròpia. ...
EliminarNo ho sentis, està molt bé.
EliminarLa tenen, però sempre les podem reconduir una mica. ;)))
És cert !
Eliminar:)
EliminarNo hay que darle demasiada importancia , un despiste como otro cualquiera, tampoco paso nada irremediable.
ResponderEliminarSaludos
Importancia no tiene, extrañeza al principio y risas después, sí que hubo. ;)
EliminarSaludos.
Veo que la cosa terminó en ¡fiesta fiesta y ritmo!...
ResponderEliminarLa canción me ha recordado un poema, de cuando niño en casa de mis abuelos, que hacía referencia a un relog de cuco que, al pararse, suponía la partida del abuelo...
Abrazos Alfred.
Sí, la cosa empezó con un ligero desconcierto y luego con cachondeo.
EliminarEs que esa canción... tiene sus añitos, pero me vino a la cabeza y me dije que era perfecta.
Un abrazo, Ernesto.
Todos tenemos despistes y lo apropiado es saber tomárselos con humor.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, la verdad es que no tiene más, pero lo consideré algo divertido de contar.
EliminarSaludos.
Comienzo por la fotografía, hermosos asientos, pero no me sentaría en el lado del pasillo sin patas! Gracias por Lucho Gatica y su Reloj! Que combina muy bien con el relato que pareció por momentos fantástico y en el final se descubre el importante detalle! Un abrazo Alfred!
ResponderEliminarLa foto muestra la realidad de la situación, los asientos están bien anclados por el otro lado.
EliminarDe nada, me vino enseguida a la cabeza. ;)
Muchas gracias, maría cristina, un abrazo.
Hola, Alfred.
ResponderEliminarPor lo menos les quedará la anécdota, pero el susto o incomprensión debió ser terrible, esos minutos de no saber, hasta que se descubre la verdad. Todos hemos pecado de no ver lo que teníamos delante hasta que casi nos lo hemos tenido que comer, ja, ja, ja
Un beso.
Hola, Irene.
EliminarAsí es, una anécdota divertida, con una previa desconcertante.
La verdad es que parece sorprendente que no fuera capaz de darme cuenta, hasta que vi que lo de ir para atrás, no estaba contemplado como aceptable. ;)
Un beso.
Això passa normalment quan portes altres idees al cap i vols bregar amb tot... resultat: que no ets ni a una cosa ni a l'altra, fins que al final surt com del no res la resposta i sovint et deixa més parat que el fet...
ResponderEliminarAferradetes, Alfred.
Segurament és tal com dius tu. La resposta era obligada, ja que el fet que veiem no era possible.
EliminarAferradetes, sa lluna.
Jajaja, muy bueno. Ya me aparecían todo tipo de explicaciones paranormales. Cualquiera menos la del despiste con el reflejo. Muy bueno, Alfred
ResponderEliminarTanta paz no pareciera haber en ese paseo tan concurrido...
Besos
Ya ves las cosas que pasan por no fijarse bien. ;))))
EliminarMuchas gracias, Alís!!!
La paz se consiguió con las risas, la campestre, en un mañana dominguera, fue por etapas.
Besos.
Jajaja, me divierte mucho, partiendo de la base que yo soy campeona en despiste.
ResponderEliminarLa canción me trajo un recuerdo divino.
Besos.
;)))))) Eso está bien, pero que muy bien. Al menos nos reímos de nosotros mismos, que es la mejor manera de entender el humor.
EliminarEs que esa canción nos conecta con nuestros más lejanos recuerdos.
Besos, Sara.
Pues ha sido muy agradable disfrutar de tu relato.
ResponderEliminarY, además, acompañado de esa canción que aporta tantos recuerdos.
Un abrazo.
Muchas gracias, Amalia.
EliminarEn tiempos de zozobra, algo amable.
Esa canción la tenemos todos presente. ;)
Un abrazo.
¡¡Ja, ja, Alfred, qué bueno!! Por un momento me estaba imaginando un relato de suspense, de terror, o algo así, pero lo último que he hecho al terminar de leerlo es reírme. Pues sí, estas cosas pasan en la vida real, pues lo real, siempre supera a cualquier ficción y a veces, las cosas son más sencillas de las que parecen. Enhorabuena, me ha encantado. Besitos.
ResponderEliminar;)))) Ya ves como, lo que es una tontería, nos puede trastocar más de lo previsto.
EliminarSí, en principio, hasta nosotros nos veíamos trasladado a otra época.
Muchas gracias, Isabel. Besitos.
Genial como lo narraste, Alfred. Abrazo hasta vos...
ResponderEliminarHACE UNOS AÑOS LA EMISORA QUE NO PONÍA ESTA CANCIÓN ERA RARO. TAL ES ASÍ QUE EN TODAS LO OÍAS. NO ASI EL FAMOSO RELOJ DE TU HISTORÍA QUE ESTABA POCO MENOS QUE CAMUFLADO.
ResponderEliminarUN ABRASO QUERIDO ALFRED.
Tiene sus añitos, pero nosotros también, ;))))
EliminarEl de mi historia, me tuvo muy intrigado, por eso dio para este texto.
Un abrazo, querida amiga María De Los Ángeles.
Me gustó mucho tu relato. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Teresa.
EliminarUn relato fruto de una curiosa experiencia. ;)
Besos.