Mi mirada no podía apartarse de ese cuchillo cortando un filete con una saña desorbitada, no podía estar tan duro como para necesitar tal cantidad de esfuerzo.
Me quedé asombrado al notar ese comportamiento tan extraño en la mesa, por parte de una compañera de trabajo por lo natural una persona muy afable, divertida y siempre con la sonrisa puesta; pero que en esta ocasión estaba seria y concentrada únicamente en su plato.
El resto de los comensales, también se mantenían callados y ensimismados en sus comidas sin el parloteo alegre y desenfadado, muy habitual en otros días.
Contemplé cómo ella cortaba la carne de esa manera tan inusual, casi como acuchillando una víctima con saña. Estábamos todos en el comedor, bueno me refiero a todos los habituales, los que nos quedamos a comer casi cada día en las instalaciones que para ese fin la empresa pone a nuestra disposición. Una estancia para preparar y realizar esa digamos necesidad de supervivencia y que sigamos aportando lo mejor de nosotros mismos para su bien.
- En quién estás pensando.
- En el jefe. Se me nota
- Un poco si. (Le dije sonriendo)
- Son unos c... Nosotros puteados y ellos tan ricamente, ya verás como su recorte se quedará en nada para ellos.
- ¡No! ¡Claro! Sólo subirán los gastos generales, en representación, coches, dietas, viajes y esas cosas...y a vivir que son dos días.
Así que ahí nos encontrábamos, serios y compungidos, comentando la última novedad presentada por el equipo directivo.
Me quedé asombrado al notar ese comportamiento tan extraño en la mesa, por parte de una compañera de trabajo por lo natural una persona muy afable, divertida y siempre con la sonrisa puesta; pero que en esta ocasión estaba seria y concentrada únicamente en su plato.
El resto de los comensales, también se mantenían callados y ensimismados en sus comidas sin el parloteo alegre y desenfadado, muy habitual en otros días.
Contemplé cómo ella cortaba la carne de esa manera tan inusual, casi como acuchillando una víctima con saña. Estábamos todos en el comedor, bueno me refiero a todos los habituales, los que nos quedamos a comer casi cada día en las instalaciones que para ese fin la empresa pone a nuestra disposición. Una estancia para preparar y realizar esa digamos necesidad de supervivencia y que sigamos aportando lo mejor de nosotros mismos para su bien.
- En quién estás pensando.
- En el jefe. Se me nota
- Un poco si. (Le dije sonriendo)
- Son unos c... Nosotros puteados y ellos tan ricamente, ya verás como su recorte se quedará en nada para ellos.
- ¡No! ¡Claro! Sólo subirán los gastos generales, en representación, coches, dietas, viajes y esas cosas...y a vivir que son dos días.
Así que ahí nos encontrábamos, serios y compungidos, comentando la última novedad presentada por el equipo directivo.
Hacía escasamente muy poco rato de dicha noticia, por eso se salimos más tarde de lo habitual al mediodía, debido a una convocatoria extraordinaria de todo el personal disponible en el centro, en la sala de conferencias.
Todos corroboraron lo dicho por ella, pero no se veía una solución a lo expuesto, solamente tragar y esperar tiempos mejores.
Todos corroboraron lo dicho por ella, pero no se veía una solución a lo expuesto, solamente tragar y esperar tiempos mejores.
Compungidos por la merma salarial que se añadía a la no actualización de las nóminas ni siquiera para cubrir el Ipc.
Por lo que no pude menos que preguntar, sobre dicha reunión a la compañera en cuestión; para saber qué pensaba de todo lo expuesto.
Por lo que no pude menos que preguntar, sobre dicha reunión a la compañera en cuestión; para saber qué pensaba de todo lo expuesto.
Claro (saltó sobresaltada, por el hecho de yo que hubiese detectado algo anómalo en ella) es que este tipo es un negado, citando el nombre del director comercial, añadiéndole un epíteto que soy incapaz de mencionar.
La exposición por el gerente hubiera sido corta y de puro trámite, si no fuese por una pregunta intempestiva por mi parte sobre una cifra del balance presentado, en el que se obviaba un dato importante.
La exposición por el gerente hubiera sido corta y de puro trámite, si no fuese por una pregunta intempestiva por mi parte sobre una cifra del balance presentado, en el que se obviaba un dato importante.
Pero la noticia breve y concisa, era que dada la mala marcha de las ventas, con los cambios de productos por la pérdida de representaciones obligaba a la empresa, es decir se hacía necesario un recorte en los gastos de personal, solamente se tenía que votar la aprobación o no del plan de ajuste salarial propuesto por la gerencia, en la que sí o sí convenía aceptar para evitar, (ellos no querían llegar a males mayores) despidos presentando un "Ere".
Cuando el gerente lo expuso ante la plantilla al completo, con unas evidentes muestras de nerviosismo, dado que el tema no era grato de presentar y además él no estaba acostumbrado a tener que dar muchas explicaciones y menos a los trabajadores.
Una vez anunciada la mala situación de la marcha comercial de la empresa y en consecuencia de la financiera, estaba claro que las consecuencias nos afectaban a todos los miembros de la empresa, gerencia, directivos y trabajadores.
Aprovecharon los prolegómenos de las vacaciones navideñas, con el consabido nerviosismo que despierta el tener que ocuparse de la especial intendencia familiar que conlleva para soltarnos la mala noticia.
O atendíamos a sus peticiones de recortes salariales o los males serían mayores para el conjunto de la empresa. En eso se resumía todo, la gerencia y los accionistas no ponían nada de su parte, bueno si, el equipo directivo también se aplicaba un recorte en sus retribuciones.
Atendiendo a mi explicación, mientras sorbía lentamente un flan cucharada a cucharada, mirándome con esa cara de éxtasis que se tiene, cuando no quieres que te interrumpan en tu ensimismamiento, me soltó: "Que les den"
Cuando el gerente lo expuso ante la plantilla al completo, con unas evidentes muestras de nerviosismo, dado que el tema no era grato de presentar y además él no estaba acostumbrado a tener que dar muchas explicaciones y menos a los trabajadores.
Una vez anunciada la mala situación de la marcha comercial de la empresa y en consecuencia de la financiera, estaba claro que las consecuencias nos afectaban a todos los miembros de la empresa, gerencia, directivos y trabajadores.
Aprovecharon los prolegómenos de las vacaciones navideñas, con el consabido nerviosismo que despierta el tener que ocuparse de la especial intendencia familiar que conlleva para soltarnos la mala noticia.
O atendíamos a sus peticiones de recortes salariales o los males serían mayores para el conjunto de la empresa. En eso se resumía todo, la gerencia y los accionistas no ponían nada de su parte, bueno si, el equipo directivo también se aplicaba un recorte en sus retribuciones.
Atendiendo a mi explicación, mientras sorbía lentamente un flan cucharada a cucharada, mirándome con esa cara de éxtasis que se tiene, cuando no quieres que te interrumpan en tu ensimismamiento, me soltó: "Que les den"
or desgracia esta sucediendo esto hoy en día.
ResponderEliminarUn relato entretenido hasta el final.
Un saludo
Esto ha sucedido toda la vida, con más o menos disimulo.
EliminarMuchas gracias Jesús.
Un saludo.
A veces es.lo mejor. Qué les den! Triste situación la que vivimos y no queda otra!!
ResponderEliminarBesicos muchos. 💪💪
Es lo único que le queda al trabajador.
EliminarMuchos besitos Nani.
En realidad siempre hemos vivido bajo amenazas.
ResponderEliminarDe todo tipo.
Saludos.
A veces ni siquiera eso, despidos directos y listo.
EliminarSaludos.
hola Alfred la crisis afecta a todos, al menos en mi pais han cerrado desde pequeños, medianos, grandes comerciantes hasta multinacionales.
ResponderEliminarEs una situación muy triste en donde realmente el que tiene trabajo no puede mas que agradecer, porque esta complicado. Dios quiera esto mejore y se reactive a la brevedad. Un abrazo grande
El escrito se refiere a la anterior crisis, pero creo que ahora vale igual.
EliminarEsperemos que las cosas se normalicen cuanto antes y los trabajadores recuperen sus derechos.
Un abrazo Eli.
Es real como la vida misma. Pero son ellos los que dicen " que les den"
ResponderEliminarUn beso, Alfred
Da igual la época y la causa de la crisis, la reacción siempre es la misma.
EliminarUn beso Albada.
Pues sí, son ellos quienes dicen "que les den " así ha sido siempre y pinta a que lo seguirá siendo, ellos están bien cubiertos, y a los demás que les den.
ResponderEliminarBueno no vamos a ponernos tristes, ya estamos acostumbrados, que pena...
Un abrazo Alfred.
Unos lo dicen y otros lo pueden hacer y lo hacen.
EliminarRealmente es una pena y de las grandes.
Un abrazo Carmen.
Recortes y más recortes y los que vendrán..., al final lo único importante será tener empleo por muy precario y cutre que sean condiciones y sueldo.
ResponderEliminarBesos.
Lástima que los recortes solo sean en una de las partes.
EliminarBesos.
Con el "que les den" va a quedarse, pero a veces alivia.
ResponderEliminarMuy bien contado.
Un abrazo.
Es el consuelo del débil.
EliminarMuchas gracias Chema.
Un abrazo.
Hola Alfed!
ResponderEliminarLamentablemente, el trabajador, el asalariado es la parte más débil del sistema de trabajo. Cuando las cosas van bien, el trabajador puede ir bien. Cuando las cosas se tuercen, normalmente siempre tiene las de perder. El mundo laboral, es muy injusto y hoy día más. Yo vengo de una empresa de sindicatos muy fuertes, que lo paraban todo. Hoy, de poco sirven.
Hola Enric!
EliminarSiempre ha sido de la misma forma, la patronal arriba mandando y el proletariado abajo resistiendo. Los sindicatos se han plegado en demasía a los dictados de los gobiernos que no quieren problemas.
El comienzo es impactante, "el cuchillo cortando un filete con una saña desorbitada..." Me temía lo peor y me ha tenido en vilo hasta el final. Hoy se conforma con un "que les den", puede que no siempre sea así, aunque se trate de una persona afable y risueña, cuando la cuerda se tensa tanto cualquiera puede estallar.
ResponderEliminarYo me quedo con el saxofón de Paul Desmond.
Un abrazo, Alfred.
Es una secuencia real, un tanto arreglada por el paso del tiempo con lo que lleva de aceptación y mejora de los tiempos pasados.
EliminarHaces bien, es lo más positivo de esta propuesta.
Un abrazo María Pilar.
Esa mirada asesina y la forma que describes de usar el cuchillo impactan y es que hay momentos en que la razón se despista. La crisis pasa por todas las puertas. Un abrazuco
ResponderEliminarSi querer decir que hubiera sido una idea usarlo, sí es un elemento de desfogue circunstancial.
EliminarUn abrazote Ester.
Un texto donde las miradas asesinan ajja, Y sobre todo en esa narrativa que vas viendo como va subiendo de temperatura y ves el cuchillo casi casi en la misma yugular. Un abrazo y me gusto leerte.
ResponderEliminarUna anécdota vivida en otros tiempos de crisis, traída a los tiempos actuales en la que pringan los mismos.
EliminarUn abrazo Campirela y muchas gracias.
Así suele pasar, te lo exponen con unas caras de falsa resignación, con un sentimiento de "te comprendo pero es lo que hay", a ti te toca aceptarlo como la medicina mas amarga, bebida de un trago.
ResponderEliminarDigo yo, que el derecho a la pataleta al menos se nos debiera ser concedida, que menos, no?
Malos tiempos.
Un beso Alfred
Es lo único que les queda a los trabajadores, inclinar la cabeza pero con derecho al pataleo.
EliminarTiempos intranquilos.
Un beso kanet.
Muy muy buen relato!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias lunaroja.
EliminarUn abrazo.
Una historia que tristemente se repite cada día, y lo cierto es que esos recortes son solo para los empleados, los directivos se cubre bien la espalda. Entiendo que "atacara" al filete
ResponderEliminarUn abrazo, Alfred.
Una historia ya antigua pero que me venía al pelo para la situación de hoy en día.
EliminarUn abrazo Carmela.
Y muchas veces después de aceptar la rebaja salarial...hacen el Ere igual...sabandijas!
ResponderEliminarBien ambientado,he visto ese cuchillo...
Besos.
No hay límites para ciertas clases.
EliminarMuchas gracias Carmen.
Besos.
Que triste y real relato Alfred, por acá andamos igual, y lo que falta todavía ...... Saludos amigo.
ResponderEliminarUna humana reacción ante una injusticia laboral.
EliminarSaludos amiga.
Hay que miedo mi amigo, se percibe
ResponderEliminaresos cortes, el cuchillo, sus gestos
que matan, muy buen relato mi querido
Alfred.
Besitos dulces
Siby
No llegó la sangre al río ;)
EliminarMuchas gracias amiga Siby.
Dulces besos.
Qué bien has plasmado una realidad que no es solo de ahora, esto ha sido siempre así.
ResponderEliminarEsas reuniones me hacen gracia, deberían llegar sin la máscara puesta y decir sencillamente, miren señores y señoras vamos a tomar estas medidas y es lo que hay. Esto es como las lentejas; si quieres las comes o sino las dejas. Al menos ahorrarían a la gente tener que escuchar sandeces y ver cómo intentan tomarnos por tontos con sus balances, sus datos etc.
Hay muchas empresas que aprovechan circunstancias como esta pandemia, o la crisis del 2009, y lo toman como excusa para tomar unas medidas que ya estaban deseando poner en práctica hace tiempo, pero no tenía la coartada perfecta.
Eso sí, también hay que ser justo con otras PYMES que verdaderamente lo están pasando mal, en las que verdaderamente los números no dan y no pueden mantener su empresa y por lo tanto no pueden mantener a X trabajadores, pero claro estos empresarios no tienen tarjetas black, ni coches con chófer ni incentivos, ni nada...
Besines, querido Alfred
Siempre ha estado ahí, pero con las últimas medidas adoptadas por los gobiernos peperos en cuestiones laborales la cosa se ha hecho más descarada.
EliminarEste pertenece a la época en que las mascarillas eran metafóricas.
Sí, cualquier crisis es la excusa perfecta para apretar las clavijas.
Hay de todo en la viña del señor y a ti te encontré en la calle.
Besines, querida Livy.
Mira que he trabajado en la empresa más grande del país durante mucho tiempo, hoy las contratas son las que realizan el trabajo más sucio, será por eso que no hemos tenido nunca comida de empresa, de eso nos hemos librado, aunque no quiere decir que no pensáramos asesinar al cabrón del jefe o jefes, había donde elegir. En estas navidades los jefes se van a salvar de esos insultos, esto no es bueno, estos malos pensamientos estarán presentes a lo largo de todo el año esperando a que las navidades próximas se pueda uno "desfogar".
ResponderEliminarSaludos
Supongo que estos pensamientos se han dado siempre y en todo lugar.
EliminarEn cualquier situación de jefe/subordinado, amo/esclavo, etc.
Saludos.
Es lo de siempre amigo Alfred, toda la vida existió y existirá por desgracia. Para unos en menor medida, pero para otros pueden ser verdaderos dramas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, cuando se corrige esa distancia social, siempre están a punto los poderes del estado en corregir ese posible igualitarismo.
EliminarUn abrazo.
Tragar, hay que tragar... luego cada uno, a su manera, lo desahoga.
ResponderEliminarAbrazo
No es justo tener que tragar siempre con la incompetencia ajena.
EliminarUn abrazo Milena.
El típico chantaje emocional: o aceptas o ahí tienes la puerta.
ResponderEliminarUn relato que me resulta familiar, no sé por qué. Y no solo por la proximidad de las Navidades.
Un abrazo.
¡Exacto!
EliminarEs familiar en cuanto hace años que se produce con total impunidad.
Un abrazo.
Una historia que está ahora muy presente pero que siempre estuvo con nosotros, que se repite una y otra vez sin piedad de ninguna clase. Un saludo
ResponderEliminarEn cada situación de crisis, que suelen ser cíclicas además, se produce.
EliminarUn saludo.
No acabamos de salir de una crisis y ya entramos en otra, y la sufrimos los de siempre, eso es lo peor. El tema del trabajo no pinta nada bien. Gastamos horas y horas de nuestra vida para que los que nos pagan tengan sus beneficios, especialmente en las grandes empresas, y aunque somos muchos, irónicamente estamos totalmente a merced de unos pocos. Está montado así, por desgracia.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Siempre es la misma historia, por una cosa o por otra, hay algún descalabro estacional. Una gran desgracia.
EliminarUn abrazo Ana.
Es tremendo lo que está ocurriendo y no queda otra que tragar y des¡eso se aprovechan los de arriba. ¡Que les den es poco!
ResponderEliminarEs simplemente un desahogo emocional en un momento de alta tensión. Pero las cosas para desgracia de la mayoría no cambian.
Eliminar¡Es poco!
que les den de su propio cocinado.
ResponderEliminarSaludos.
Sería lo suyo.
EliminarSaludos.
En parte está gracioso tu escrito. Por otra parte creo que esto va a pasar mucho en estos momentos.
ResponderEliminarSegún me ha dicho mi hijo, estas "fiestas" ni hay comida de empresa y quizá tampoco cesta de Navidad. Menos mal que el turron engorda y ya no lo queremos...
Un abrazo.
Gracioso tiznado de carbón de Reyes. ;)
EliminarCualquier momento es bueno para apretar tuercas.
Este año serán por videoconferencia los encuentros. Y la cesta virtual. El que no se consuela es por que no quiere.
Un abrazo.
Muy bien contado, muy bien descrita las emociones de los personajes.
ResponderEliminarEs inevitable entenderla a ella.
Saludos.
Muchas gracias D. de H. Emociones viscerales, las que no se pueden reprimir. Totalmente inevitable.
EliminarSaludos.