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Con sus grandes avenidas, sus plazas arboladas, en las que se rinde homenaje a los prohombres de la nación, su fluir urbano que sólo decrece al atardecer, cuando cierran los comercios, llenándose las terrazas para tomar una cerveza con los amigos, Buenos Aires se nos muestra como una capital inquieta y viva.
Es una ciudad linda para pasear, sus calles algo sucias y destartaladas están llenas de gente, los que caminan presurosos en busca de resolver algún quehacer diario, los que, quietos, vociferan una letanía inacabable... Cambio, cambio, cambio, cambio...
Otros se limitan a ofrecer sus mercancías de lo más variopinto, todos ellos contemplados con total indiferencia por la policía local, lo cual hace suponer que todo es correcto.
Otros se limitan a ofrecer sus mercancías de lo más variopinto, todos ellos contemplados con total indiferencia por la policía local, lo cual hace suponer que todo es correcto.
Muestran un respeto por la cultura escrita, que se manifiesta por las diversas librerías ubicadas por la ciudad, entre las que destaca por su curiosa ubicación, el mascarón de proa de una cadena, que desarrolla su actividad en lo que fue un teatro, otra forma de rendir tributo a la palabra, en ese caso hablada.
Una cosa importante de mencionar, es el hecho que sólo he tenido que mirar el suelo por precaución ante los innumerables huecos descarnados en las aceras, donde han desaparecido el embaldosado, pero para casi nada por un recuerdo de los canes, tan habitual a la orilla de otro mar.
Los camareros están totalmente homologados con los estándares de la madre patria, indiferentes en todo momento a las necesidades del posible cliente que, deshidratado por una larga caminata urbana, suplica con esmero por una fresca cerveza Patagónia. Hay que decir en su defensa que cuando se consigue el objetivo, su grado de frescor es inmejorable.
Sus avenidas son de unas dimensiones considerables y un denso tráfico muestra la pujanza de una ciudad inquieta que acoge a una cantidad de habitantes muy considerable y algunos turistas asombrados por la esplendidez de sus dimensiones.
Por cuestiones puramente de emotividad personal, no he podido dejar de ver la capilla de la catedral, donde se rinde homenaje a los restos del que fue libertador de la nación, independizando el país de los lazos de dependencia con la corona borbónica.
Ante su entrada un par de soldados de plomo, convenientemente equipados a la usanza de la época, muestran impasibles que estamos ante la tumba de un grande.
La población autóctona es de lo más amable, dispuesta a echarte una mano en cuando lo solícitas, incluso se prestan a llevarte las cosas personales cómo la cartera, pero he de decir que en mi caso no he llegado a ver tanta amabilidad.
Pero son cosas comunes en todas las grandes ciudades, e incluso en la mía de origen, con sus palmeras, papagayos y ramblas, las correrías están al orden del día.
Muy bien descrita esa primera impresión. Me ha dado la sensación de haber ido a tu lado.
ResponderEliminarSaludos.
Hola! Encantado de poder acompañarte,es una ciudad hermosa.
EliminarSaludos.
Me ha gustado todo lo que has explicado. Espero la continuación.
ResponderEliminarUna saludo, turista.
Pues adelante, siguiente parada Montevideano!
EliminarUn saludo viajero.
Hace tiempo que no voy , y leyéndote me entran más ganas de volver
ResponderEliminarbesos
Creo que es una ciudad que invita a regresar. Se está muy a gusto.
EliminarBesos.
Que bien puedo verla a través de tus palabras Alfred.
ResponderEliminarBesos :)
Gracias! Es una ciudad de verás hermosa.
EliminarBesos.
El correcto bullicio típico de cualquier gran ciudad que se precie con sus amables gentes siempre dispuesta a ayudar e incluso a ir más allá de la ayuda convencional...
ResponderEliminar:)
Grato paseo junto a tus excelentes palabras descriptivas.
Besos.
Ahora que estoy en Montevideo lo notó en falta, aquí hay poca gente por la calle, agarrados a su mate pero con menos bullicio.
EliminarBesos.
Cuanto disfruto con tus paseos Alfred, siempre tan agradables para el viandante, con todo detalle y con una narración perfecta donde es fácil ver como discurren nuestros pies sobre el asfalto.
ResponderEliminarBesos
Puri
Mis pies cansados por el paseo e inflados por el calor, me siguen llevando entusiasmados por estas calles, en busca de lo imposible.
EliminarBesos.
Es un pasear de tu mano. Me encanta. Disfruta mucho de esa gran ciudad
ResponderEliminarUn beso
Me gustaría guiar tu caminar por una excursión en esta ciudad, tan agradable.
EliminarUn beso.
Entran ganas de ir.
ResponderEliminarTotalmente recomendable y esperó decir lo mismo del resto del país.
EliminarSaludos.
Mi ciudad con aroma a colectivos a gente pobre que no tiene nada
ResponderEliminarMi ciudad
Mi tierra
La amo
Es una ciudad fantástica, recién volví de Montevideo y no tienen nada que ver.Me encanta tu ciudad y sus gentes.
EliminarBesos!
Te echaba de menos, vengo a tu blog y me encuentro con este hermoso post Alfred. No he recibido esta actualización.
ResponderEliminarMe has transportado a todos esos bellos lugares, que un día tal vez me anime a transitar, porque viajar, será una asignatura importante para mi, cuando pasen unos años, porque de momento...¡imposible! Se que llegará.
Gracias por llevarnos de tu mano a recorrer esa fascinante ciudad que para mi, siempre ha sido por referencia Argentina, y por todo cuanto nos estás mostrando en este viaje.
Un beso y sigo tu camino.
He tenido problemas a causa del viaje, pero creó que ya funciona bien.
EliminarPerderse por una ciudad como esta es un espectáculo en si.
Viajar siempre es recomendable y ha lugares así aún más.
Un beso.
En pocos días estaré en Santiago, ahora estoy en Ushuaia. :)
ResponderEliminarAlfred... Qué sorpresa!!!! No sabía que estabas por aquí, entre la estepa patagónica y la Reina del Plata!!! Espero que lo disfrutes a pleno, a pesar del calorrrrrr....
ResponderEliminarUn abrazo
Estoy disfrutando de este país encantador, una visita que merece mucho la pena.
EliminarUn abrazo!
Estimado Albert
ResponderEliminarHe estado un par de veces en Buenos Aires, la última en el 2002, en realidad todavía estaban las calles presentables y no se había disparado la ola de inseguridad que me han contado que se elevó en los años de los K. Me encantó su arquitectura intemporal, lugares que recuerdan algunas calles del Madrid de hace años. La gente ha sido muy amable.
Jorge Luis Borges dijo de ella: “Yo la siento eterna, como el agua, como el aire”. Desde allí hay bellos destinos: el glaciar Perito Moreno, Bariloche, las cataratas de Iguazú. Argentina es hermosa.
Disfútalo, la vida es bella. Un enorme abrazo
Tienes razón en que te avisan de ir con cuidado, pero eso también pasa en Barcelona con los turistas y en todas las capitales, con la crisis aún más.
EliminarMe gustan las palabras de Borges, qué si no!
Visitaremos algunos de los lugares que índicas.
Un abrazo!