PASABA POR AHÍ



Imagen obtenida en la red



                                                                     Notas musicales


La noche se adueña de las calles, los viandantes aceleran el paso, no es lugar para los contemplativos.

Los locales van cerrando al unísono, con ciertas prisas que parecen de competición entre ellos.

Nada de tomar unas cañas en el bar de la esquina, ha sido el primero en cerrar, sin dar opción a los escasos parroquianos de pasarse con la bebida. 

Algún vecino asoma de manera furtiva la cara, antes de sacar la basura, como si mirara que ningún ángel negro pasee por su acera.

El silencio va invadiendo las calles, a la vez que la escasa luz del día va desapareciendo; ya es negra noche. Sólo los que todo el mundo teme, pasean a esas horas por estos andurriales.

Una pareja se despide ante un portal, él la tiene cogida por el talle, ella le sonríe y le estampa un beso en la boca que no parece de despedida.

La escena es observada ante  su ignorancia, por unos ojos enrojecidos por los celos, o por un deshonor muy ambiguo.

Emboscado dentro de una capucha que oculta su rostro ante las miradas ajenas, mientras sus manos acarician una navaja que ríete tú de los maestros de Sierra Morena.

Una luna distraída se refleja sin entusiasmo en los charcos formados en medio de la adoquinada calzada.

Desde algunos balcones se oye un cruce de noticias y concursos banales, esas cosas  de distracción para las masas que dicen no desear un exceso  de complicaciones  mentales.

La pareja sigue a lo suyo y no acaba de despedirse o de encontrarse, el testigo no acaba de decidirse en desplegar la navaja, la noche es más noche pues la luna se ha enredado con unas nubes.

Un balcón se abre y una voz femenina resuena potente y chillona:

- ¡Fátima! Sube de una vez que necesito la leche para la cena
que hoy viene  vuestro primo.
- ¡Voy ahora mismo! Gritó sorprendida y quitándose las manos de su acompañante de encima.
- ¿Somos primos? Le inquiere a su pareja.
- Bueno, le contesta, podría decirse que sí, pero lejanos.
Ella sonríe mientras le abre la puerta.
La capucha, relaja su cara y, se guarda su navaja, no ha lugar la venganza, todo queda en familia.
Ante ello se dirige con paso brioso hacia el portal.
¡Esperadme! No cerréis la puerta 
Ella le sonríe y la mantiene para que pase,.
- Te presento a Abdel, viene a estudiar filosofía a Barcelona.
- ¡Hola! 
- Este es mi hermano pequeño Osama, aunque es un cordero, ríe.

Se cierra la puerta con un chasquido, como cuando se guarda una navaja de esas peligrosas.

Barcelona, casco antiguo, 31 Enero 2020

FUNERAL

Foto de I.C.C.






Funeral 

Presentarse en un funeral en el que prácticamente no conoces a nadie, salvo a la fallecida y su marido, en la que además vas más en representación "de" y no en la de invitado "por ser", tiene sus pequeñas contradicciones.
  
Por un lado, te sientes obligado ante toda aquella desdicha que se respira en el ambiente, aunque no siempre con igual intensidad como en este caso, todo sea dicho de paso. Por otro no te sientes afectado por la tristeza ajena y te lo puedes tomar con un cierto distanciamiento emocional. 

Parecía un velatorio de una persona mayor, muy mayor, de esas que han de pedir disculpas por haber tardado tanto en irse, dando eso sí, muchos avisos sin concretar, durante demasiado tiempo. 

Aquí todo esto no era el caso. Para los referentes actuales de los protagonistas de tales eventos, estaba en edad de merecer más de una prórroga. 

Pero así son las cosas, por poner poco cuidado en la propia autoestima médico personal, había llegado a un desenlace un tanto precipitado para los estándares actuales.

Al no tener con quién hablar, a parte de la persona más afectada a la cual ya le había dado el pésame tanto el propio como el delegado, me pude dedicar a la observación antropológica de la pequeña fauna allí reunida. 

Sentado tranquilamente en uno de los sofás en los que me pude ubicar mientras esperaba la ceremonia religiosa de despedida. 

Sin ser una tarde de jolgorio, la sensación no era la de estar en un ambiente de despedida definitiva de un familiar, parecía el encuentro cariñoso de los que se ven en contadas ocasiones y aprovechan para ponerse al día de sus cuestiones personales.

Cuando fuimos requeridos para trasladarnos a la capilla en donde se realizaba el responso, los murmullos de todo tipo bajaron el tono, pero no la intensidad y así se descendió a la planta en donde se ofrecía el oficio religioso.

Tras la cronología sobre la finada hecha por el cura, que confirmó en su exposición que no conocía de nada aquella alma recién partida, pues a parte de los típicos tópicos no dijo algo propio que nos hiciera pensar en la persona concreta, real y que estaba en cuerpo presente en su bonita caja de madera, allí ante nosotros. 

Terminada la perorata de conformismo ante lo inevitable, vino el turno para el de las alabanzas y reconocimiento para la finada por parte de un miembro de la familia.

Normalmente ni que sea por proximidad amistosa o familiar, se suele seguir con más interés la declamación necrológica y así rápidamente salí del letargo ambiental en el que estaba sumido.

Sin cortarse ni un pelo y a pesar del amor que se tiene por toda madre, empezó a desgranar todo aquello de bueno y también de malo que tenía aquel ser que le había dado la vida y ahora había perdido la suya. 

Aquí es donde la cosa se puso interesante incluso para los más mayores con el cura añadido, todos prestaron más atención incorporándose en sus asientos como para oír mejor.

Sobre todo cuando soltó de entrada diciendo con contundencia:  
Mamá era una persona de carácter, muy mandona y que nos tenía atemorizados, empezando por papá el cual ha sido la persona más insultada de la cual tenga noticia. No hay día que no se fuera con una docena de improperios a la cama, eso sólo de buenas noches, durante el día en que estaba en el colegio o luego trabajando deberían de ser muchas más.  

En cuanto a mí, (siguió desgranando desde el atril, leyendo de un arrugado papel), cuando le dije que estudios quería hacer, me sugirió que dada mi poca cabeza mejor me buscara algo más sencillo e incluso mejor una pareja rica y de buena familia. Por suerte no te hice caso. 

Mi hermano no salió mejor parado, pero al ser más conformista, solo le acusaba de ser un calzonazos que no destacaría en nada y sería un pobre hombre como su padre.

Madre, te echaremos de menos, tus palabras nos llenaban los días e incluso las noches, llamabas cada día para saber de tus nietos y algún día de extraordinario fervor preguntabas por mí o por mi pareja. 

Llegados a este punto, quién más quién menos, estaba mirando fijamente el féretro por si se movía, al revolverse su ocupante. 



Barcelona, 26 Enero 2020 






AÑOS con PASIÓN

Foto del autor 

Momento musical



¿Qué quieres? 
¡Es tu cumpleaños! 
Pide por esa pluma. 


Una poesía nueva 
Una botella vieja 
Un amor imposible. 

Todos los años 
pides quimeras, 
estás dando vueltas 
al tema, el gran tema. 

Amar, ser amado, 
saber decirlo, 
sentirlo,  
hacerlo sentir, 
sin ser ridículo 
en el intento. 

Pasa el tiempo, 
la pasión permanece, 
las brasas continúan. 

Siempre hay 
 por descubrir, 
las cenizas futuras 
lo ocultarán todo, 
menos ese deseo. 

Dicen, siempre dicen, 
 que un amor imposible 
con una botella vieja 
crea una nueva poesía. 

Pero un amor decidido 
no sabe de botellas 
ni de tiempos caducados 
para poesías sentidas. 

Un te quiero a tiempo 
 cura muchas heridas, 
incluso las de los  
momentos perdidos. 


Barcelona, 22 Enero 2020