Volví a
contemplar aquella ausencia de materia
renovable, que nos permitía una digna subsistencia.
No podía ser
que en tan breve espacio de tiempo, las fuentes de energía se hubieran agotado
sin piedad.
Los estantes lucían
empolvados con las marcas de los antiguos inquilinos, algunos círculos marcados nos recordaban pasadas noches alegradas con cerveza.
Recordaba
vagamente una araña, refugiada en verano del calor ambiental, haciéndose
fuerte, en un paquete de hierbas para el caldo, recuerdo del invierno anterior.
En una caja de
plástico, unas migajas secas de jamón, nos retraen a esplendidas sesiones, de
familiaridad compartida, con un pan con tomate.
Los cajones de
las verduras, manifiestan una ausencia de materia, propia de un agujero negro,
que se ha ido comiendo todo lo introducido, mano incluida.
Ni siquiera el
consabido yogurt caducado, ha permanecido en su puesto para recordarnos, el
vencimiento de nuestros días.
Una corteza de
queso parmesano, reconvertida en cabrales, espera con parsimonia manifiesta, su
pase a la reserva.
Un antaño
espléndido limón recién cogido del árbol, nos contempla envejecido, seco y
encogido con cara de ninguna gota poder soltar.
La botella de
leche, visiblemente engordada, nos indica que su silueta no es fruto de
ningún esplendido embarazo y mejor no gozar de la alegría de su perfume.
Unas botellas,
a las que se les cayeron las etiquetas en algún otoño, son testigos presenciales
de mi cara atónita ante tanta...
Bueno, la improvisación al poder!, pero arañas no se ven..que a la plancha o fritas...vaya a saber si están buenas. Pero hoy estaba abierto el Mercadona, me creo.
ResponderEliminarBuen post, muy divertido. Un abrazo
La soledad del interior de una nevera, puede afectar hondamente la autoestima personal, por eso es mejor exteriorizar las sensaciones.
EliminarMuchas gracias, un abrazo.
Por un momento me ha parecido que relatabas en una novela, una casa abandonada, desolada, pero llovía y el mal menor, era la desolación, porque llevabas un hambre de lobo y la comida la llevabas en la mochila y...
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Es más sencillo que todo eso, lo del hambre si es real, le nevera desguarnecida también, encima en un día festivo...ni te cuento!
ResponderEliminarUn saludo cordial.
Estaba pensando en alguna excusa, para no aceptar tu invitación a comer, amigo me lo has puesto a huevo.
ResponderEliminarUn abrazo
No sufras, los grandes plato surgen de la superación, en la escasez de medios.
EliminarUn abrazo
Alfred, reflejas muy bien esa sensación de haber perdido todo y esa desolación es un fiel reflejo de la situación en la que se encuentran algunos en estos tiempos de crisis donde ya nada queda. La escena está muy lograda . Enhorabuena, es muy bueno.
ResponderEliminarCreo que hay un pequeño error donde pones " ni cara atónita " me imagino que querrás decir " mi cara atónita" . Te lo digo con cariño y respeto.
Besos
Puri
Muchas gracias Puri, por tus amables palabras, corrijo el error de inmediato.
EliminarBesos.
Es la primera vez que paso por aquí y me encantó la facilidad para relatar algo tan cotidiano y aparentemente simple, y por eso complicado, como una nevera vacía.
ResponderEliminarTienes un seguidor más. Un saludo.
Bienvenido y gracias por tu grato comentario.
ResponderEliminarSe aceptan sugerencias para llenarla.
Un saludo.