Corría una ligera corriente de aire, que hacía más placentera la estancia en una casa, sumida en la tranquilidad de la hora vespertina.
Los rumores de la calle, entraban por un balcón, donde las flores le daban un toque de vida con su color y aroma.
En el sopor de la tarde de estío, con el silencio de unos habitantes sumidos en el sueño, de una siesta reparadora.
Oímos unas notas que realzan el momento, mágico en su concepción, la música de J.S. Bach , se adueña del momento, del espacio, del tiempo.
(Foto del autor)
Gracias por pasarte por mi blog y dejar tu comentario, esto me ha permitido conocer el tuyo. Empiezo escuchan música de Bach y con ese fondo voy a quedarme un rato, con tu permiso.
ResponderEliminarSaludos.
Ha sido un placer visitarlo, muy bueno, gracias!
EliminarUn saludo!
No salió mi comentario.
ResponderEliminarLa siesta nos trajo, a paso lento, las notas que llegan, sin prisa, sin tiempo.
Colgadas, como las plantas, al merced del viento, quedan en reposo las notas del maestro.
Un abrazo, Alfred.
Gracias!
ResponderEliminarUn abrazo!
En el sitio adecuado, en el momento adecuado una música de J.S.Bach, es algo tan reparador, como toda una noche de ensueño.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Bach, siempre Bach, el maestro, su música lo invade todo, te llena el espíritu y te calma el alma.
EliminarUn afectuoso saludo.