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Servicio de emergencia, ¡dígame!
¡Hola! ¡Soy yo!
¡Buenos días! Explíquenos cual es el problema.
¡Buenos días! Estoy sólo.
Perdón Sr. indiquenos que le ocurre.
Se lo estoy diciendo, estoy solo.
Bien Sr. pero que le sucede.
No tengo con quien hablar. ¡Estoy solo!
Sr. esto es un servicio de urgencias para atender una emergencia en el ascensor. Si no le ocurre nada ni a Ud. ni al aparato, deje la línea libre. ¡Gracias!
Pero Ud. no lo entiende estoy solo, no hay nadie en el edificio, no puedo hablar con nadie.
Señor por favor, explíquenos el problema o retírese. ¡Gracias!
Se lo estoy explicando, este edificio se ha convertido todo en oficinas, el personal siempre me ignoran, pero a veces alguien me saluda, pero los festivos no, estoy solo.
Sr. esto no es el teléfono de la esperanza, cuelgue por favor.
No, yo no conozco ninguna Esperanza, me da igual hablar con Ud. ¡Entiéndalo! Llevo toda la Semana Santa solo.
Has sabido conjugar la desesperación de la soledad junto con la nota humorística. Excelente relato Alfred!
ResponderEliminarGracias! Muchas gracias!Pilar.
EliminarEl alma que habita en el ascensor de esta sede de Banco se solidariza con la de tu relato. Creo que incluso te leyó, porque el lunes Paqui, la Sra de la limpieza, me hizo observar que había unas gotas de...en la esquina posterolateral derecha.
ResponderEliminarDesde entonces estamos por determinar si queda alguien a la noche por las dependencias.
Sospechamos que algo sí queda en el ascensor principal, el tercero, en el sentido del reloj.
Un abrazo Alfred
Curiosa coincidencia.
EliminarUn abrazo!
El ascensor central de la sede bancaria, los viernes jugaba. Con los resortes, con los botones, con las cajas de seguridad...
ResponderEliminarJugar atrapa Alfred, atrapa.
Un abrazo
Muy jugeton parece tu ascensor.
EliminarUn abrazo!
La soledad no es buena compañía, sin embargo, muy pocos logran comprender.
ResponderEliminarExcelente micro relato, Alfred.
Saludos y letras.
Y gracias por tu visita!
Me gusto mucho, fue una visita interesante, en cuanto a la soledad, puede ser buscada y buena o sufrida y triste, Un saludo.
ResponderEliminarbien por él que se animó a llamar, por unos breves instantes dejó de estar tan solo
ResponderEliminarun abrazo
Sólo, intimidado, ausente de las relaciones humanas, sin enfrentarse al la vida exterior, clama sus miserias a un servicio de averias, y fue recompensado con oír una voz, diferente a la que le golpeaba continuamente el cerebro, la suya. Gracias Laura, un abrazo.
ResponderEliminarEn los momentos más extenuantes de la soledad, creo que te agarras a lo primero que encuentras con el fin de hacer posible esa cualidad de los seres humanos que es la "comunicación" y la socialización.
ResponderEliminarQue este hombre recurriera al servicio de emergencias de averías, es una paradoja de nuestras vidas...a veces hablamos más con los de los servicios de telefonía y operadores ....que con los otros.
Gracias por visitarme y recibe un abrazo.
Me quedaré unos ratitos por aquí, si me lo permites.
Abrazos des demispalabrasylasvuestras.
Gracias por la visita, entra y recorre este rincón, donde hay un poco de todo y nada.
EliminarLa soledad entre la gente, los que viven aislados, por motivos diversos, la falta de comunicación humana, estamos más informados que nunca, pero más aislados cada vez. Un saludo.
¡Muy bueno!
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, me alegro que te guste, un saludo.
EliminarHaber encontrado esa soledad, puede ser un primer paso para ese ejecutivo, de ver la vida de otra forma, más humana, más sensible. Los operarios tardarán en darse cuenta que hay algo más alla del mero trabajo, que antes están las personas. Una dura ironía real la que nos muestras.
ResponderEliminarUn saludo Alfred
Gracias por la visita y por el comentario. La soledad se puede ver y sufrir de muchas maneras. Un saludo Cormorán.
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