CHOCOLATE CON CHURROS


Foto de Internet 





Paquito el Chocolatero - Gustavo Pascual Falcó 

 

Chocolate con churros 

 

No hay nada más nacional, en el sentido de que atañe a todo lo que se considera nación a día de hoy, en nuestra piel de toro, que un buen chocolate con churros ante nosotros para darnos un aporte calórico con la complicidad requerida para lo que se puede considerar un pecado de gula. 

Nuestras buenas y queridas Margarita y Merche, están sentadas ante una mesa de mármol, de ese tipo velador justo para dos, en plan confidencias en una cafetería de las que ya no existen, ahora son imitaciones de esas que se consideran vintage, solo que ésta es auténtica y no necesita etiquetas. Te dan un buen producto, con corrección, servido con educación y el grado justo de camaradería para no perder la propina.  

Las risas siguen imponiéndose. 


  • ¡Hay hija, no puedo parar! 

  • Es que mamá. ¡Dices unas cosas! 

  • ¡Mira quién habla! 

  • La que me la ha presentado eres tú 

  • ¿Sabes una cosa?  

  • Dime. 

  • Ella se hubiera reído con nosotras. ¡Eso lo tengo claro! 

  • ¡Bien por ella! Ahora me cae mejor. Pero sigo sin conocerla. 


Sus risas han cesado dando paso a la conversación serena entre una madre y una hija que tienen mucho que decirse. 


  • Una lástima habernos perdido estos años, por culpa de las habladurías y maledicencias de gente que ni les va ni les viene la vida de los demás. 

  • Creo que en todas partes es lo mismo, solo que en un pueblo se nota más. 

  • No le demos más vueltas, me gustaba el pueblo, pero ya no es mi lugar, tampoco sé cuál es. Cuando nos hemos ido he visto como nos miraban y he sentido pena por ellos.  

  • Llevas muchos años fuera y yo apenas me acuerdo de nada, no era una niña, pero tampoco me apetecía rememorar nada de aquí. 

  • Imagino que me porté mal con vosotros, cuando me separé de vuestro padre. No era una mala persona, pero creo que yo era apenas algo más que un mueble o una de las vacas de casa. En realidad, nunca supe sí me quería. En aquel entonces nuestro horizonte estaba en casarse, tener hijos, cuidarlos junto al marido e ir pasando pascuas. Rafael me abrió un mundo nuevo ante mí, ver lo que era amar, entregarse en cuerpo y alma a otro que hacia lo mismo por mí. 

  • Lo entiendo Mamá, nunca te he reprochado nada, simplemente me hubiera gustado estar contigo de pequeña. Nos separamos demasiado pronto.  

  • ¡No sabes la de lágrimas que me costó! Ni renunciando a Rafael pude estar con mis hijos, todo fueron trabas. 

  • Lo sé mamá, fue un período negro para todos. 


La conversación se va parando, como si necesitasen un respiro, hacerse con una idea de lo que van a decir para no lastimarse. 


  • Anda que Rafael lo superó pronto. 

  • Tenía mucha labia y todas en el pueblo iban locas por él, algunas sin disimularlo mucho, aunque luego me pusieran a parir. 

  • Labia y la mano muy suelta. 

  • A nadie le amarga un dulce 

  • ¡Pero mamá! 

  • ¡Qué quieres! Ya eres mayorcita para saber que hay maneras y maneras. Realmente para ser un cura, o venía enseñado o aprendió rápido. 

  • ¡Qué cosa me dices! Cuando tenía que aprender, poco me explicaste sobre el tema. 

  • Con tu padre a la que saltaba, solo hubiera faltado. Me queman en la Plaza mayor. 

  • ¡Exagerada! 

  • No sabes tú con quién me las enfrentaba, por eso me tuve que ir del pueblo. 


Toca desdramatizar un poco la escena, la hija no quiere ver a su madre mustia ahora que estaban en una buena conexión, total no les iba a reportar nada positivo en este momento. 


  • Bueno eso son cosas pasadas, ahora estamos bien y no hemos de amargarnos por todo eso. 

  • ¡Pasadas y bien pasadas! Que bien creo y lo de hoy me lo confirma, es que lo mejor que hice es irme contigo y dejar todo esto. 

  • Tú tienes una experiencia de vida mucho más rica, míralo por este lado. 

  • ¡Que ricos están estos churros! Cómo se nota que el aceite de aquí es más bueno. 

  • ¡Pero el chocolate es mejor el mío! 

  • Sí, el tuyo no está mal, pero éste está muy bueno. 

  • ¡A que te dejo aquí plantada y me voy a Madrid! 

  • ¡No serás capaz! Me llevo los churros y ya está.


Las risas vuelven a entablarse entre ellas, mojan los churros y como un par de crías se manchan los morritos de chocolate, nadie diría que han venido por un funeral. 




Barcelona, 21 enero 2023  

74 comentarios:

  1. Kuy bueno Alfred. Una escena de una novela costumbrista. Aunque me he perdido algún capítulo previo , se entiende perfectamente , y relato es natural, no parecen para nada explicaciones forzadas de lo que pasó años ha, como ocurre a veces. Es sutoconclusivo aunque forme parete de un relato mayor.
    Abrazoo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Gabiliante. Es tal cual comentas, la visión que pueda tener al ver una señora mayor y otra joven , suponiendo el tipo de conversación intercambiada entre ellas. Se entiende todo mejor si sigues el hilo. ;)
      Abrazo.

      Eliminar
  2. La fotografía, tentadora en extremo (y nostálgica, hoy día uno no tiene ya estómago prudente para ciertos productos que ya consumió en demasía)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sé que es una auténtica provocación, pero hay que ajustarse a la realidad del relato.
      ;)

      Eliminar
  3. Confidencias madre-hija al calor del chocolate con churros, muy logradas por tu parte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal cual, ese tipo de conversaciones que tanto cuestan de conseguir pero que son imprescindibles de tener.
      Muchas gracias.

      Eliminar
  4. En mal momento se me ocurrió leerte. El resultado ha sido una visita a la panadería/confitería que tengo a 50 metros. Eso a las 8 y media de la mañana y a 0º c
    Si pillo un resfriado o me sube el azúcar, no te lo pienso perdonar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La realidad es cruel y despiadada. A 0º es lo más conveniente, te provoca un reencuentro contigo mismo, incluso a veces en pantalón corto.
      No me perdones, disfrútalo.

      Eliminar
  5. Chocolate con churros y cura con "sobrina", que hay más español que eso.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya ves tú, lo fácil que es llevarse entre la gente.
      Saludos.

      Eliminar
  6. Les has cogido el punto a la madre y a la hija la mar de bien. Esto puede terminar en novela, si no tienes algo ya dando vueltas por la cabeza.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy metiéndome en sus cabezas, para intentar comprenderlas y mostrarlas de la forma más fehaciente posible. ;)
      Ya noto que al final esto puede ir a más, también quedarse aquí, ya veremos.
      Un abrazo.

      Eliminar
  7. De les converses que surten al voltant d.una tassa de xocolata o d.un bon cafè en podem dir teràpia. En aquest cas , Margarita i Marche les aprofiten per fer net , per justificar.se una a l.altra dels errors o encerts del passat. Ja han.passat comptes . Els fets i les seves consequències queden lluny . A partir d.ara tot será nou. ! Els desitjem molta sort . I que saboreixin aquesta xocolata amb xurros com a preludi d.un futur millor. Si . Al voltant d.una taula sempre surten les converses més sinceres. Grácies Alfred per deixar.nos coneìxer aquesta història !

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Les millors converses, sorgeixen compartint en una taula, ja sigui qualsevol cosa, sempre facilita les confidències i les confessions, no sempre es tracta de passar comptes, però sí de deixar-se clares les estimacions, les coses importants que ens uneixen.
      Merci a tu!

      Eliminar
  8. No hay nada mejor que un chocolate caliente con churros para despejar la memoria y la lengua. Las confidencias y desahogos hay que hacerlos frente a un buen plato de lo que más nos guste.
    Veo que esta historia ha cojido carrerilla y presumo que continuará.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para la memoria no lo sé, pero para provocar una distensión y un retorno a edades en que todo era más grato, ni que sea por la etapa más tierna, facilita ese tipo de conversaciones.
      Como ya he venido diciendo, la carrerilla se la dais vosotros.
      Un saludo.

      Eliminar
  9. Un buen reflejo en esa conversación de una época, y de ese punto en el que una madre y una hija alcanzan esa confianza necesaria para hablar de ciertos temas. Y si además va acompañado de algo tan castizo como un buen chocolate con churros, pues qué más se puede pedir.
    Me ha gustado además que haya ido aderezado con ese humor marca de la casa ;)

    Paquito el chocolatero...en serio? Jajajajaajajaajaj

    Besines.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Intento imaginar y ya de paso ajustarme, a lo que podría ser realmente, ese tipo de encuentro con diálogo, entre madre e hija, las dos adultas por supuesto.
      Lo del chocolate me facilita las cosas. ;)
      Bueno, eso del humor, es inherente en mí, desde que tengo uso de razón y espero en mi despedida sepa desdramatizarla con ese toque.
      Que más adecuado a una escena castiza, que esa música....;)))))

      Besines.

      Eliminar
  10. Debió ser muy duro para la hija comprender a su madre y el abandono, pero los buenos sentimientos han primado y eso es lo importante, una historia que se las trae! Y gracias por el chocolate con churros, estaban buenísimos! Un abrazo Alfred!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es de imaginar que sí y no es fácil tener este tipo de conversaciones por años que hayan pasado, las cicatrices infantiles a veces quedan tiernas.
      Con un chocolate con churros, la tarde es más agradable. ;)
      Un abrazo, maría cristina.

      Eliminar
  11. Interesante conversación, presentación buena y divertida. Final imprevisible..
    Salud
    Anna Babra

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Anna Babra, no es una conversación fácil, las admiro por tenerla.
      El final queda abierto.
      Salud!

      Eliminar
  12. Atrapa, Alfred, la naturalidad sencilla de tu relato, en un conversación entre madre e hija, adultas, que mientras disfrutan el desayuno, dejan fluir confiadamente vivencias del ayer, capaces de disponer una mejor convivencia futura.
    Me gusta la sugerente chispa de humor, la foto y la música. "Nadie diría que han llegado ahí por un funeral", la puerta abierta de la escena, para ampliar la trama.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La vida real, las conversaciones son normales, no hay exclamaciones de cara a la galería. Gracias por tus apreciaciones, sabes captar la escena y sugerir una continuidad sutilmente.

      Un abrazo, José Manuel.

      Eliminar
  13. Cuando las conversaciones surgen en un ambiente cálido y compartiendo una dulce comida que nos une y nos hace más dulces aun, parece que fluye la sinceridad al mismo tiempo, la comprensión y por supuesto, el inquebrantable amor.

    Excelente, invitaré a mi hija a comer churros con chocolate, tal vez tengamos algunos temas pendientes a saborear. Un abrazo amigo, que pases un día genial.

    Paty

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que ante lo que no deja de ser una tentación, en la que caen madre e hija con muchas ganas, las lenguas se liberan con menos prejuicios.
      Pues espero que os vayan bien, los churros y las confidencias. ;)

      Eliminar
  14. No callan ni bajo el agua.
    Y eso que no había copita de anís.
    Sasludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El género humano tiene dos subespecies, las que no paran de hablar y los que asienten en silencio. El anís lo exagera todo. Voces y silencios.
      Saludos.

      Eliminar
  15. Dicen que las penas con pan son menos penas... Imagina con un chocolate con churros.

    Mil besitos y feliz semana, Alfred 💋

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso dicen y está aceptado como una gran verdad.
      Pues entonces las penas incluso desaparecen.
      Mil besitos y feliz semana, Auroratris.

      Eliminar
  16. Alfred, que bueno que continuaras la historia del funeral, y la recordación de la mujer de su pasado al lado de su hija, que la forzó a abandonarlo, para aplacar la maledicencia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Carlos. Una historia que parece un folletín de esos por entregas ;)
      Al final madre e hija se comprenden.

      Eliminar
  17. Em fa l'efecte que el relat d'avui m'ha deixat fent salivera. Tinc part dels ingredients, però no tots... i sent diumenge a la tarda i fent un fred que ni t'explico, doncs això, salivant per aquesta xocolata, tot i que jo me la menjaria amb una bona ensaïmada.
    M'agrada com va agafant força el teu relat... continuarà?.

    Aferradetes, Alfred.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Imagino la teva salivera, la temptació és forta i el clima fa que el cos ho demani.
      Serà qüestió d'encaminar-se a C'an Joan de s'Aigo. ;)
      A les vostres mans hi es, la continuïtat o no.

      Aferradetes, sa lluna!!!

      Eliminar
  18. La conversación necesaria que al fin surgió. Por esa parte, favoreció esa ida al pueblo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay conversaciones que se pueden aplazar, pero no evitar.
      Son totalmente necesarias. Digamos que ya al decidir la partida ya se intuía.
      Un abrazo, sara

      Eliminar
  19. Una conversación necesaria.
    Y mucho más llevadera con ese chocolate y esos churritos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estas conversaciones lo son y no se pueden perder.
      Bueno, ni te cuento, las condiciones ambientales y nutritivas ayudan. ;)
      Un abrazo, Amalia.

      Eliminar
  20. Esos diálogos que nos recuerdan a tantos otros personales, con nuestras madres, en ese clima de confidencia que se crea al calor de un té o en este caso chocolate con churros...
    Precioso!
    Beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un intento más o menos por mi parte de reproducir uno de ellos de la forma más veraz posible, con importancia para la historia contada.
      Muchas gracias lunaroja.
      Beso!

      Eliminar
  21. Hay conversaciones que delante de una buena taza de churros y cocholate son más llevaderas. El diálogo de madre e hija es sinceridad y poner las cartas sobre la mesa , de lo que esa mujer sufrió por amor , pero sus hijos, son sus hijos, E hizo bien, pues, el párroco olvido pronto su amor . Un abrazo , me gusta esta historia es muy real.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El lugar, el producto, el interlocutor, todo influye en una conversación.
      En este caso es especial, por el tema a sacar a la luz y ese grado de parentesco tan especial, el mayor que pueda haber.
      Quizás en otro momento histórico y otro lugar, hubiera iniciado una relación normal, siguiendo con sus hijos. Pero le toco vivir bajo unas circunstancias poco favorables para ella. El párroco siguió con su vida.
      Muchas gracias.

      Eliminar
    2. He de confesarte que con un diálogo tan ameno , hasta a mí se me había olvidado que habían venido a un funeral.
      Ya estoy deseando que llegue mañana.

      Eliminar
    3. ¿Quién piensa ahora en el funeral?
      Paciencia, siempre aparece el sol.
      ;)

      Eliminar
  22. Los cuatro adelantos de esta "novela costumbrista" tienen chispa, agudeza y talento.
    Y puesta a comprender a Margarita, ¿cómo se va a privar de ese "mundo nuevo y ver lo que era amar" visto lo que tenía en casa? 😊😂

    Un fuerte abrazo Alfred, y para los churros ya quedamos otro día.


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya ves tú, lo que se está alargando este tema, empezado por el recuerdo de una inocente primera comunión.
      Margarita es el fiel reflejo de aquello de: "La mujer la pata quebrada y en casa"

      Un fuerte abrazo, Angela. Para los churros, pues ya hablaremos.

      Eliminar
  23. Complicidad y confidencias ante un chocolate con churros, es merienda redonda… feliz semana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una madre se han de poder decir las cosas, aunque sean esas que se van dejando. Feliz semana.

      Eliminar
  24. Me está encantando la historia y esos churros tienen una pinta jaja. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra saberlo, lo de los churros se las trae. ¿Quién se les va a resistir?
      Besos.

      Eliminar
  25. Delicioso momento literario, Alfred... como el chocolate con churros (rellenos) en invierno... Felicitaciones una vez más.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias carlos, ahora es cuando más apetecen.
      Gracias otra vez.

      Eliminar
  26. Un buen chocolatito con churros desata la lengua y anima la conversación!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sabes lo bien que sientan, ahora que ha llegado el frío por aquí.
      Además eso, anima a las confidencias.

      Eliminar
  27. Ese momento se ha hecho más dulce con ese chocolate con churros, he disfrutado de los dos, de tus letras y del choco con churros. Feliz semana Alfred. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Puede ser, el chocolate y las risas precedentes han distendido el ambiente entre ellas. Gracias por disfrutar con el tema ;)
      Feliz semana, un abrazo, Carmen.

      Eliminar
  28. Interesante relato amigo Alfred. ¿Qué no pasará en los pueblos? Al margen de todo han disfrutado de ese chocolate con churros que a buen seguro estaría riquísimo y de fondo Paquito el chocolatero, una música que por mi tierra es muy famosa en muchos desfiles.
    Buen relato amigo.
    Un gran abrazo y feliz semana Alfred.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, amugo Juan.
      En los pueblos todo se juzga con más inmediatez y pasión.
      Unos buenos churros con chocolate se merecían esa música tan entrañable.
      Un gran abrazo.

      Eliminar
  29. Madres e hijas nunca serán amigas , así es desde eones , pero si pueden ser compañeras y pasar buenos ratos como este que nos relatas

    Buena semana 👍

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En buena lógica no, pero pueden llevarse bien y aclarar esos resquemores.
      Buena semana, lichazul.

      Eliminar
  30. Con tu hermoso y ameno relato me has hecho sentir como si estuviera sentado junto a ellas, muy a gustito, y escuchando a madre e hija como aclaran sus cosillas, acompañadas de unos ricos calentitos de papa con chocolate, que convierten las diferencias en banales. Así da gusto.
    Un abrazo., amigo alfred.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Manuel.
      Me alegra saber que has estado tan a gusto siguiendo esta conversación madre hija.
      Un abrazo.

      Eliminar
  31. ¡Qué bonito! ¡menuda complicidad! y sobre todo, ningún reproche por parte de su hija ¡ vaya suerte la de esta mujer! lástima que el pueblo no tenga la misma tolerancia, está claro que de eso tenemos poco en este mundo últimamente, si fuera así otro gallo nos cantaría ... e incluso gallina jajaja Roquísimos estos dos churritos tuyos jajaja

    Un abrazo fortísimo ALFRED!
    Ahora que lo pienso, estanos en lo mismo, de otra forma ; )

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Algo hay, pero ve más positivo entender las razones de su madre y el saber que fue forzada a dejarla.
      Un fuerte abrazo, María!
      Puede ser. ;)

      Eliminar
    2. Y qué opinas al respecto? me gustaría saberlo, siempre eres tan rápido en acudir que me extrañó no verte... ya que los dos nos hemos topado con la iglesia ; )

      Un beso!
      PD ... Si te parece bien , si no no pasa nada ALFRED!

      Eliminar
    3. Visité y comenté tu última aportación. Interesante por demás.
      La iglesia es un mamotreto ahí varado, inútil por que sí.
      Un beso!

      Eliminar
  32. Hola Alfred!
    El final, no me lo esperaba! Es algo muy personal. Las normas de educación imponen unos cànones de conducta y los sentimientos pueden ir por otro lado. El tema es complejo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Enric!
      Los finales siempre son sorpresivos. las normas están para saltárselas.
      Todo lo referente a sentimientos, es complejo.

      Eliminar
  33. Me esperaba todo menos ese final. En la ciudad de México es muy famosa la churrería del moro. Una parada casi obligada. A mí me gustan mucho de todos lados, sobre todo los rellenos. Un beso de azúcar

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, lo de que es un final, está por ver. ;)
      Sí algún puedo ir, lo tendré en cuenta. Lo rellenos son cómo si dijéramos, otra cosa. ¿NO?
      Un beso.

      Eliminar
  34. Es una conversación amena y con mucha miga. Salir pitando para evitar el daño es lo más inteligente creo yo, pero aún mejor volver para cerrar un capítulo de la historia personal. Esa complicidad de madre e hija que reflejas, a pesar de lo que hayan tenido que superar, deja buen sabor de boca.
    Y por cierto, leerte me ha dado hambre, el chocolate con churros, el casero sobre todo, es uno de mis deleites favoritos ji,ji.

    Buen día Alfred, besos🌸

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Ana!
      Hay cosas que tarde o temprano se han de encarar, pero en el momento caliente no puedes hacerlo, mejor dejar pasar el tiempo necesario y en este caso que haya la edad suficiente para entenderlo.
      Gracias por cómo lo ves.
      Lo de los churros también, es difícil resistirse a ellos. ;))))
      Que tengas una buena jornada, besos.

      Eliminar