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Amado mío - Rita Hayworth
Merceditas
Se quedó pasmada cuando vio su foto, encabezando un post de alguien totalmente ajeno a su vida, a su lugar de nacimiento y por supuesto al lugar que ahora ocupaba en el mundo.
¿Cómo ese alguien se había podido, se supone que imaginar o inventar, algo tan cercano a su vida infantil?
Pues de eso se trataba. Una foto de ella vestida con la candidez propia de una niña, totalmente educada y mentalizada en la moral de aquellos años de penuria intelectual, donde el pensamiento era único e indivisible.
Se sentía tan alejada de aquella época, como cercana al personaje de la foto, aunque hubieran muchos años de distancia, pero también muchas querencias añoradas.
Recordó el día, la fiesta, el comportamiento de amigas y compañeros de clase pasando por el mismo acto iniciático, a la vida adulta, responsable, pecadora.
Los regalos, de padres, padrinos y parientes varios, los que buenamente se podían hacer, en aquellas épocas de penurias y pluriempleos, (por supuesto menos ostentosos y caros que los que se prodigan hoy en día), excepto para las fuerzas vivas del pueblo.
Como estaba mandado por la ley y la iglesia, estos siempre podían mostrarse más generosos.
La actual Merche, alucinada tras ese tremendo salto en el tiempo, emocionada ante aquella imagen de sí misma, mostrada como niña obediente en un rito tan alejado de sus actuales no creencias.
Recordó al joven párroco, cargado de buenas intenciones, tratando de remover conciencias, de encauzarlas por la senda de una especie de nuevo contrato social.
Era una especie de ingenuo caballero defensor de causas imposibles. Por eso supuso ella más tarde, encandiló a las sumisas mujeres que buscaban un papel más autónomo en sus vidas.
De ahí vino su relación con Margarita, su madre, a la que ya perdonó, sí es qué le tenía que perdonar algo.
Encargada del comedor social, otra de sus ideas para con los pobres inmigrantes que acudían por el pueblo para cuando había la vendimia y luego se quedaban tirados, sin trabajo y sin medios, para ir a ningún sitio ni poder vivir dignamente.
Cómo decían en el texto, a saber, que se habría hecho de él, que marcó a su madre y a toda la familia con ella.
Recordó la pena y la vergüenza que sintió y le destrozó su vida adolescente, mientras el pueblo entero imaginaba la escaramuza del cura y la catequista, a su padre encogiéndose de hombros ante las chanzas a sus espaldas. En los pueblos todo se sabe y la gente es cruel.
Ambos de buen corazón, pero cada uno con sus particulares obligaciones, renunciaron a lo que sentían, uno por cuidar de su rebaño, la otra de hijos y marido.
Aunque tanto uno como otra no pudieron hacerlo, él por haber ya sentido la llamada del deseo y ella por ser rechazada familiar y socialmente.
Desde que se trasladó a Madrid para hacer la carrera y luego ejercer como economista ya se desentendió del pueblo. Le pillaba lejos en todos los sentidos, física y mentalmente.
Solo volvió para vender la casa familiar una vez muerto su padre y traerse a su madre con ella, rescatada del pueblo de sus abuelos, con el cartel de adúltera siempre puesto.
Vivir en la capital no le hizo mucha gracia a la pobre, pero era la única forma quitarse un san Benito de encima y de poder ver y estar con su hija, es un decir porque no paraba de viajar, eso de ser una ejecutiva en una multinacional exigía una disponibilidad a jornada completa en cualquier sitio.
Pensó en poner algo en los comentarios, pero tras un suspiro, lo dejó estar.
La vida seguía su curso.
Barcelona, 15 enero 2023
La vida nos enseña tanto, que solo somos capaces de darnos cuenta pasado el tiempo.
ResponderEliminarEl amor y las relaciones cambian la vida de las personas, unas para mejorar y darse cuenta quien son los que están a nuestro lado , otras, simplemente nos enseñan el camino andar.
Un abrazo, me gusto la historia de Merceditas.
Hay tantas cosas a tener en cuenta, que muchas se nos escapan.
EliminarLas relaciones humanas, el trato en el amor, la forma de comportarse, está en continuo cambio.
Las personas interactuamos de muy diversas formas.
Todas son importantes.
Un abrazo, Campirela.
Muchas gracias.
Anímate, Merceditas. Aún estás a tiempo de decir algo.
ResponderEliminarNo se yo sí querrá...
EliminarUn abrazo.
Bonita entrada tan típica del pueblo y sus gentes. Lo has reflejado muy bien. La moral, esa doble moral!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
En el mundo rural, todo adquiere otra dimensión, como más dramático y pernicioso.
EliminarEl qué dirán impone mucho.
Muchos besitos, Nani.
Al fer un petit comentari al relat d.ahir , no sabìa que l.història continuaria uns anys desprès . Ès la màgia que teniu els escriptors Alfred , que podeu jugar amb el temps i les situacions. Ara és la Merceditas ja convertida en Merche , la que recorda un passat doloròs , per l.época , el que diràn i la falsa moral. Pensem que les coses li van bé , que cuida aquella mare sacrificada i contempla el passat amb nostàlgia i amb un suspir pensant que sortosament les coses han canviat. La majoría !............Pepi.
ResponderEliminarDe vegades la mateixa història, o els personatges, o els comentaris dels lectors, impulseu a donar una continuïtat, que al principi no semblava ser necessària.
EliminarLes coses canvien, hi ha qui es pot sortir del guió marcat i refer la seva vida.
Merci, Pepi!
Alfred esto tiene visos de convertirse en una novela. Te animo a ello, me parece que Merceditas parece que tiene mucho que decir.
ResponderEliminarUn beso
Ya veo que la cosa se puede prolongar, en el espacio tiempo de un relato más largo. Merceditas es un personaje con mucho porvenir parece.
EliminarTendré que hablar seriamente con mi musa.
Un beso.
Me gusta cómo has reflejado una época y todo partiendo de una foto.
ResponderEliminarY estoy con Macondo, si Merceditas nos lee que se anime a comentar, sería épico jajajajajajajaj
Besines, caballero.
Con una foto y una buena musa, te puedes meter en una época y ambiente de forma bastante realista. ;)
EliminarEso depende de la musa, que me está dando pie en esta aventura.
Épico si me salgo con bien de ésta. ;)))))
Besines, bella dama!
Me he dado un paseo por las tres entradas tuyas anteriores para comprender mejor la historia ( siento que se me pasen entradas tuyas, eres tan prolífico que no doy abasto ; ) hasta me leí un comentario entre TRACY y tú, que entiendo es la niña de la comunión de abajo…y ahora ya aquí arriba deduzco que Merceditas es la hija de la hija del cura y la catequista o sea la nieta del cura ¿ o es su hija? ¿ me he liado? Porque entre la comunión, Merche y Merceditas me perdí. Los párrocos de las ciudades pequeñas en tiempos eran la máxima autoridad, junto con le farmacéutico, el maestro y el alcalde… a veces, abusaban de la candidez de sus feligresas, no sé si es le caso o este cura y esta catequista se querían aunque entiendo que la catequista siguió con su vida, criando a la hija del cura y él siguió su vida por su lado… jo! ALFRED hay que ser detective para seguirte jajaja Muy buena trilogía, coincidencias e intriga ; )
ResponderEliminarMuchos besos y buenas noches, ALFRED
Bueno esto de publicar más o menos está en función de la inspiración de la particular musa de cada uno. ;)
EliminarEs la hija del primer ligue del cura, que no el actual. O sea que hija del cura no es.
Los personajes están relacionados pero cada uno a su bola.
Muchas gracias María.
Muchos besos y buenos días.
De esas Merceditas hay bastantes por los pueblos, y también en la ciudad. Besos.
ResponderEliminarTodavía las hay, al menos ésta se pudo salvar.
EliminarBesos, Teresa.
Yo no quiero demonizar a la iglesia pero mira que han hecho destrozos en muchas personas.
ResponderEliminarSaludos.
Sin demonizar a nadie, tiene integrantes de todo tipo, sus jerarquías tienen mucho que hacerse perdonar.
EliminarSaludos.
A veces te preguntas, ¿merece la pena comentar o hablar de algo en una sociedad que piensa con el culo?, cuanta educación le falta a este país.
ResponderEliminarSaludos
Hablar libera, es bueno airear las cosas y con ello ver reacciones.
EliminarSaludos.
Un relato muy bien enmarcado en esa triste España de la doble moral que también se puede representar en cualquier otro lugar del mundo. Se supone que algo hemos avanzado, pero se sigue juzgando desde fuera los avatares sexuales o emocionales de las demás personas.
ResponderEliminarAbrazos, Alfred
Muchas gracias Miguel, la crónica de un pueblo. Donde se imponía la moral a mamporrazos e insidias. Hemos avanzado más en las maneras que en los modos. Además mandan los mismos.
EliminarUn abrazo.
La vida nos enseña cosas, no podemos pasar por algo tan extraño como la vida sin aprender algo. El problema es que, muchas veces, lo que aprendemos lo aprendemos demasiado tarde para lograr hacer algo útil con esas enseñanzas....
ResponderEliminarEs una sucesión de acierto/error hasta que nos vamos con la música a otra parte. Para entonces lo aprendido ya no nos vale o igual sí, para los que dicen que volvemos.
EliminarSiempre estamos marcados por lo que dice la ley o lo que dice la iglesia, ojalá poco a poquito nos fuéramos liberando y tal vez seríamos más felices . Un abrazo
ResponderEliminarNos condiciona la forma de vivir, de relacionarnos entre nosotros, siempre con exigencias la mayoría de veces absurdas. La Iglesia sobretodo.
EliminarUn abrazo, Jova.
Otra sorpresa! La nena de la fotografía ahora de grande se vio publicada en un blog y rememora su propia vida! Qué bueno Alfred! Lástima que no le puso comentario al autor, por ahí tenemos que esperar un poco, no? Un abrazo! Ah, y gracias por traerla a Rita, una hermosa mujer!
ResponderEliminarYa ves maría cristina, las vueltas que da la vida y las sorpresas que te puedes llevar, cualquier día puedes ver tu vida en un blog. ;)
EliminarUn abrazo!
Como merceditas hubo muchas en su momento, todo los acontecimientos los narras muy bien . Es parte de nuestra historia y en ella las mujeres como Merceditas lo pasaron muy mal .
ResponderEliminarUn abrazo Alfred
Puri
Es un poco las crónicas de un pueblo y la evolución posterior de nuestra sociedad, con el cambio que produce el ir a la ciudad.
EliminarUn abrazo, Puri.
un relato bien hilado , su personaje trasmite cierta ternura ,me recuerda ese periodo de adolescencia ( a veces pienso que el ser humano en general se queda pegado en ello , pues estamos todo el resto de vida adolesciendo de amores e historias )
ResponderEliminarfelicidades y buena semana
Al final acabamos con ganas de recuperar el período formativo de nuestra existencia, cuando lo descubrimos todo.
EliminarGracias lichazul, feliz semana.
La "doble moral" que hi havia i encara hi ha, sobretot als pobles més petits. També es pot trobar a les grans ciutats, a la prensa o a la televisió. No ens poden desfer d'ella, per molt lluny que ens anem.
ResponderEliminarM'agrada aquesta continuació d'aquest relat. Si segueixes així, ja veig un nou llibre publicat.😉
Aferradetes, Alfred.
La doble moral a existit per tot arreu,
Eliminarperò els pobles és més difícil d'esquivar-la.
Gràcies, però no crec que arribi tant el relat.
Tot i que em queda un altre post, això sí.
Aferradetes, sa lluna!
Creo que Merceditas tiene mucho que decir... Habría que dejarla hablar,invitarla a que se explaye. Daría muchísimo de si!
ResponderEliminarMuy buen relato!
Besos!
La verdad es que sí, su madre también, veremos que nos cuentan.
EliminarBueno, por mí que no se priven en hacernos llegar sus vivencias.
Muchas gracias lunaroja.
Besos!
Hubo muchas Merceditas hace tiempo. Ahora, evolucionada tiene mucho que decir, promete...
ResponderEliminarUn abrazo.
Bastantes más de las que nos podamos pensar.
EliminarSupongo que todas ellas tienen su historia.
Esta Merceditas puede explicarnos alguna cosa más.
Un abrazo.
En la ciudad todo resulta más anónimo y como somos tantos, no podemos enterarnos de todo.
ResponderEliminarPero las personas somos las mismas. Si coges unos urbanistas y losetas en un pueblo pequeño, vacío, todo para ellos, se hacen grupos y se despedazan igual.
Lo único que cambian son los tiempos.
Abrazo, Alfred
El amontonamiento de gente lo hace todo más anónimo, pero en las calles de los barrios algo del espíritu pueblerino hay.
EliminarTrasladados a un pueblo los urbanitas se despedazan entre ellos.
El tiempo le da a todo una patina de dignidad olvidada.
Abrazo, Gabiliante.
Visca la imaginació !!
ResponderEliminarPer sempre!!
EliminarAunque a veces es mejor no remover el pasado, yo habría intentado saber quién era el autor de esa publicación y qué relación había mantenido con la familia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si no es para obtener un beneficio para alguien, mejor dejar las cosas como están. Pero claro el espíritu investigador siempre existe.
EliminarUn abrazo.
Gracias por tus huellas 😊
ResponderEliminarFeliz año del 🐰 , mucha mucha suerte
Gracias a ti, siempre propones un camino interesante.
EliminarQue sea feliz, y con suerte para ambos.
Merceditas, ahora Merche, debería hablar, debería dar su opinión y no dejar que los demás imaginen porque eso es lo peor. Buena tu historia de personas que se entrelazan y viven en la incertidumbre.
ResponderEliminarMe gusta la foto skyline de Barna!!
Molts petons.
;))))Me estáis obligando mucho!!!
EliminarQue la gente imagine es bueno. Al menos eso creo.
Muchas gracias Montse, es una vista desde Collserola.
Molts petons!
Has tramado una fantástica historia...¿pasada?
ResponderEliminarLa vida de cada uno da para mucho.
Eres, desde mi percepción, perspicaz y muy creativo.
Un abrazo Alfred.
Muchas gracias Ángela, es una observación sobre un pasado que aún tenemos muy presente, estoy seguro que es perfectamente reconocible para mucha gente, por muy ficción que sea.
EliminarUn abrazo.
Es un esbozo de novela casi, muy bien hilado este relato- Me encantó.
ResponderEliminarUn beso
No era lo previsto, pero los lectores obligan. ;)
EliminarMuchas gracias.
Un beso.