LA LLAMADA
Una sala discretamente decorada con lo justo, visillos
en un gran ventanal que da a una ajardinada terraza, unos cuadros con motivos
diversos, con pinta de ser originales, un reloj de pared con un péndulo
cansino, el omnipresente sofá con sus dos acólitos sillones individuales a los
lados y su mesa acristalada entre ellos con algún libro de hacerse notar
encima, junto a una tabaquera y un cenicero impolutos, señal de que se utiliza
poco o nada.
Las paredes son de un suave tono crema tostada con un
reflejo asalmonado, que combina muy bien con el verde esmeraldoso intenso de
las piezas que componen el tresillo.
Una pared recubierta por unas estanterías de madera, en
el que se hallan en un incomprensible orden, cantidades ingentes de libros de
todo tipo y naturaleza.
También se encuentra el omnipresente televisor de
plasma y un equipo de música, con telarañas adosadas, en la supuesta entrada
del Cd.
Todo destila orden y limpieza, más por falta de uso que
por dedicación profiláctica.
Suena un teléfono, que está en una mesilla redonda de
madera, de esas auxiliares que sólo sirven para eso y una lámpara de sobremesa,
con una pantalla floreada, en la que quedan disimuladas las cagaditas de las
moscas, con su correspondiente pie de porcelana estilo Sèvres.
La llamada, impersonal, sin ningún tono distintivo, de
esos que ahora están tan de moda, es un vulgar ring-ring, que suena sin
interesar a nadie, pues no hay nadie en la estancia.
Al final el teléfono, se conecta para recibir la
llamada entrante.
-
- Buenos días.
-
-¿Sí? ¡Buenos días señor! Hablo con el Sr. Atiel Guzman.
-
- Si.
- -Buenos días señor, de nuevo señor, mi nombre es
Griselda de Bluetelecom, y le llamo señor para una oferta que es de gran
interés para usted.
¿Usted es el titular de la línea señor?
-
- No ya no. En realidad ya no soy titular de nada.
-
- Perdón señor. ¿Cómo dice señor?
-
-Que ahora ya no soy titular de nada, estoy muerto.
-
- Perdone señor, no lo entendí bien señor.
-
-Que ahora estoy muerto, tendrá que hablar con mis
herederos, si es que se ponen de acuerdo.
Yo estoy muerto, soy un alma camino de la perdición,
voy hacia el infierno. Además firme un contrato de por vida con una compañía de
cobertura total, incluso fuera de mi residencia habitual, en cualquier parte
del sistema.
-
Perdone señor, gracias por atenderme señor, disculpe
las molestias señor, que tenga un buen día señor.
Se corta la comunicación,
sin que la voz un tanto cavernosa, pueda
despedirse de la
supuesta señorita tan amable, que había llamado a
una hora tan imprevisible de la madrugada.
Un silencio sepulcral invade
la sala, donde solo unas motas de polvo bailan en el ambiente, dejándose deslizar
por un aire espeso, como si hubiera algo en él.
La luz empieza a
clarear por el amplio ventanal, ofreciendo una agradable vista, de una
ciudad siempre desconcertante, donde sólo las cotorras empiezan la
jornada temprano.
Me ha encantado tu relato. Besos.
ResponderEliminarGracias! Besos!
EliminarAlma solitaria, duele vagar_ entre tanta indiferencia
ResponderEliminarSaludos
Terrible estado ser alma en pena, solamente atendiendo llamadas de telefonistas.
EliminarSaludos.
Tal vez porque poco sembro no???
EliminarSaludos y gracias por siempre estar
Gracias a ti por la visita y por lo que escribes en tu blog, siempre muy interesante.
EliminarCreo que no le volvieron a llamar.
ResponderEliminarSaludos!
Entre espiritista y cómico, me ha hecho pasar un buen rato.
ResponderEliminarUn saludo, desde una densa atmósfera.
Un saludo! Estoy un poco desconcertado con tu comentario, como puedes reírte de una situación tan trágica.:D
EliminarNo respetan ni a los muertos...
ResponderEliminarEstos comerciales son inasequibles al desaliento.
Saludos.
El primer párrafo me aparece repetido.
Glups!!! Solucionado, gracias!
EliminarEstas telefonistas son tremendas.
Saludos.
Qué bueno!!
ResponderEliminarEstoy por decir lo mismo cuando me llamen,porque la mayoría de las veces una respuesta educada no sirve para nada y vuelven y vuelven...
Besos.
Puede ser una buena solución no?, algo brusca pero bueno.
EliminarBesos.
Sí, creo que después de muertos nos seguirán llamando...
ResponderEliminarAbrazos, Alfred
No lo se, pero es como una maldición esa insistencia en las llamadas.
EliminarAbrazos Alicia y gracias por pasarte por aquí y comentar.
jajaja muy buena solución!
ResponderEliminarSaludos
De alguna forma se han de defender los difuntos para estar tranquilos.
EliminarSaludos.
El sistema y sus incoherencias ... somos letras en un listado infinito ... la tecnología nos hace inmortales .. tremenda ironía no ?
ResponderEliminary ahora en risa .. pobre chica .. se le quedarían los pelos como escarpias y la lengua adormecida jajaja
besos y buen jueves ¡
Besos y buen jueves Piel.
EliminarSi pobrecilla, pero se lo había buscado, no?
Mira que les tengo tirria a esas llamadas
Eliminarpero pobrecita ella que tiene que buscarse así el pan
y no es su culpa ... conozco un poco ese mundillo y te aseguro que no es grato venderSE así .. .. Hace años me tocó por el azar ser cordinadora un mes de un grupo de ventas la presión es terrible : unas 300 llamadas automáticas que las realiza un programa ( en una mañana) y se escucha de todo .. y si no vendes : ya sabes ... a la colita cola
besos
Me imagino, pero es bueno hacer un poco de broma desde el punto de vista del sufrido consumidor. :D
EliminarBesos!
el escribir nos limpia el alma y tu lo haces muy bien
ResponderEliminarMuchas gracias, realmente escribir nos trae una tranquilidad muy buena para nuestra mente.
EliminarSaludos.
Una mezcla se sensaciones me ha invadido.
ResponderEliminarBuen relato sin duda :)
Beso Alfred!
Espero que hayan sido buenas.:D
EliminarBesos Sofya!
He imaginado la escena, Alfred, muy bueno tu relato.
ResponderEliminarUn beso dulce de seda.
Muchas gracias, pero le falta es toque mágico que pones en los tuyos.:D
EliminarUn beso !
Te luciste, Alfred. Te quedó genial. Esas compañías son tan molestas, que no respetan ni a los muertos. Más fácil que los muertos hablen a que ellos cambien sus estrategias. Una gran sátira!!!
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo.
Gracias Sara, La lástima es que ahora no me llaman.:D
EliminarUn abrazo!
Las llamadas en la madrugada, ni a los muertos respetan. Preciosismo en tu escenario, calidad en tu diálogo más que improbable, posible :-)
ResponderEliminarUn beso
Gracias Albada, Un divertimento, ante la insistencia de esas llamadas intempestivas que llegan a causar cierto agobio por lo reiteradas en el tiempo.
EliminarUn beso.
Me ha encantado el relato y la buena excusa para deshacerte de una llamada comercial insistente, no obstante como yo tengo que hacerlas con frecuencia te diré que muchas veces el problema está en que los llamados no saben decir "No me interesa". Si supieras la de veces que tengo que apostillar "No puede atenderme en este momento o no le interesa. Si no lo interesa dígamelo y no vuelvo a llamarle".
ResponderEliminarSaludos.
Bueno este es el punto de vista del sufrido consumidor, asediado en horas de lo más peregrinas, doy fe, que sí ha dicho reiteradas veces que tal o cual oferta, hecha por un compañero o compañera, que no le interesa cambiar de compañía telefónica, o suscribirse a una revista o....
EliminarTendré que hacer otro relato desde el punto de vista que tú me indicas, para ser ecuánime y mirar de hacerlo también en plan jocoso.
Saludos
¡Que bueno ...!
ResponderEliminarMe ha encantado tu post Alfred, en realidad es para reír o llorar, porque este tipo de llamadas es ya son un acoso.
Yo he optado por no contestar a ninguna cuyo número no pertenezca a familiares o amigos, o desconozca, y cuando por despiste lo he llegado a coger, contesto... Se ha confundido, esto es un Psiquiátrico".
Acaso eres Decorador? Lo digo por la minuciosa relación y detalles de la casa. Buenísimo.
Besos.
Muchas gracias Daphne, no , no soy nada de eso, ni decorador ni operador telefónico, solo un sufrido receptor de llamadas.
EliminarBesos.
Que bueno Alfred, en casos como el que nos cuentas hay que optar por una respuesta tajante, así desconciertas al que está del otro lado. Como siempre Alfred describes muy bien la escena y eso le da la relato mucha verosimilitud.
ResponderEliminarBesos
Puri
Hola Puri! Agradezco tu comentario, creo que es bueno cambiar de guión en las respuestas, a este tipo de llamadas, al menos les desconciertas un poco.
EliminarBesos.
Ohhhh, la pesadilla del teléfono huyó despavorida, eh?
ResponderEliminarPor una vez deja su verborrea incansable dejando al pobre muerto con la palabra en la boca, ufff y jajajaja
Me río, pero me da repelús, no creas
Muy buena la descripción creando el ambiente idóneo.
Un beso
Son una pesadilla en todo momento, gracias por comentar.
EliminarBesos.
Muchísima imaginación, Alfred, genial.
ResponderEliminar¡Saludos!
Muchísimas gracias Juan!
EliminarUn saludo!
Jajajajajaja. No sé que me hace más gracia si la ocurrencia de decir que se está muerto o la reacción de la telefonista; perdone señor no le entendí bien (leñe, debía haber interferencias astrales) Y fue muy educada, señor, si señor, disculpe señor.
ResponderEliminarHubiese sido un puntazo que la conversación hubiese sido:
¿Usted es el titular de la línea señor?
- No ya no. En realidad ya no soy titular de nada.
- Perdón señor. ¿Cómo dice señor?
-Que ahora ya no soy titular de nada, estoy muerto.
- Fíjese yo también, porque me acaba de matar. Si quiere le puedo contratar una nueva línea de teléfono en el más allá.
Besines
No! En el más allá no! Sería terrible abandonar este valle de lágrimas y seguir aguantando esas impertinentes llamadas.
EliminarJajaja!
Besines.