TIEMPO

 

Foto de A.C.P.

The Modern Jazz Quartet  

Summertime 

Tiempo *

*Texto presentado para colaborar en el reto del microteatro, dirigido por Merche de http://literatureandfantasy.blogspot.com/

 

En una sala comedor, (de una apacible piso de la parte alta de una ciudad), que denota un cierto gusto por los detalles, espera sentado en un sillón, un ajetreado personaje, mirando más el reloj que el libro que tiene entre manos, con cierto aire de vestimenta juvenil a pesar del asomo de nieve en sus sienes, será por vestir con tejanos y bambas de marca, con el logo bien visible.

De tanto en tanto coge una copa para darle un trago rápido. Se le nota cierto nerviosismo.

En esto aparece ella, rubia teñida, pestañas oscuras y labios rosa, toda despampanante, nada que ver con él, se nota que viene de un coctel o presentación seria. 

• ¡Hola querido! 

• ¡Un poco tarde para presentarse en casa! ¿No? 

• ¡Oh! ¡Que desagradable te has puesto! Antes no me decías estas cosas. (Dice con un mohín de disgusto). 

• Es que llevo una hora esperando la cena. 

• Será entonces que has tenido tiempo de sobras para prepararla. 

• Ya sabes que yo no pierdo el tiempo en esas cosas. 

• Entonces lo habrás ganado para algo productivo y que justifique ese desaire. 

• Me paso el día trabajando y ¿Solo se te ocurre decir esa tontería? 

• Podría decir muchas más, pero ahora no tengo tiempo para eso. He venido para cambiarme e irme a cenar con Gustavo al “Private”, ya sabes que es imposible conseguir mesa, pero él tiene las puertas abiertas en todos los sitios más “in”. 

• Me importa un bledo, lo que Gustavo pueda hacer para tener acceso, seguro que se gasta su dinero, que es nuestro dinero, en propinas por doquier, para que le rían todas sus asquerosas gracias. 

• Estás muy desagradable últimamente, querido. 

• Y tú te estás volviendo una furcia barata. 

• No te conocía estos modales, creo que me quedaré en casa de Gustavo, después de la cena y el baile. No creo que me dé tiempo de regresar en último tren. 

• ¡Ya podría traerte él! Tu Gustavo, querida. 

• Ya sabes que se levanta muy temprano para ir a la oficina, a parte de nuestros asuntos, lleva los de muchos conocidos nuestros. 

• ¡Seguro que están todos arruinados! El muy cínico, ya ha tenido tiempo de limpiarles las cuentas. 

• Te veo muy desaforado, querido. 

• Es que las acciones de la corporación están bajando, corren rumores. 

• ¡Ah bueno! Vendámoslas antes de que se pierda todo. 

• ¿Es un consejo de tu Gustavo? ¡Querida! 

• ¡Oh! Qué vulgar eres cielo, comprenderás que no tenemos ese tipo de conversaciones. 

• ¡Imagino! 

• Nos gusta hablar de teatro, ópera, literatura...ya sabes. 

• No sabía que en una cama se hablase tanto. 

• Cualquier lugar es bueno para culturizarse un poco, pero claro para ti con tan poco tiempo, y que lo haces todo corriendo, pim pam pum y fuera. Pobre Eloísa, entre lavar y secar platos, tenía que atenderte, aunque fuera poco tiempo. 

• Re estás inventando cosas raras, para desviarte del tema. 

• Será por eso que tuve que echarla, y no se quejó por nada. Ya lo tenía asumido y no parece que disfrutara mucho de su estancia en esta casa. Y ahora ya ves, no tienes ni quien te haga la cena, ni lo otro. 

• ¡Eres un monstruo! Me tienes abandonado todo el tiempo. 

• Hablando de tiempo, lo tengo justo para cambiarme, adiós querido.

•  

Desaparece por la puerta de la estancia, dejando a su salida un cierto olor a orquídeas avainilladas. 

Él, recoge con resignación el periódico que había tirado al suelo en una pose melodramática, que no había sido tenida en cuenta. Se sirve otro trago y se lleva la copa a los labios. Contempla como empieza a lloviznar y sonríe.

Al poco aparece ella, con un conjunto algo más noctámbulo, digamos sexi, con toda la espalda al aire.

- ¡Estoy indignada con este tiempo, no se decide a llover en serio de una vez y acabar con esas lluvias impertinentes! ¿Cómo voy yo ahora con un paraguas en la mano?

Lleva un bolsito de esos enanos, que apenas caben unos guantes.

Se va.

 

Fin 

 

Baja el telón