ABRASADO

 

Foto del A.C.P. 

Wagner-Crepúsculo de los dioses 
La muerte y marcha fúnebre de Sigfrido 

ABRASADO

 

 

Nunca pensé que pasaría tanto calor, en mi vida había sufrido tanto, pensaba que aquí en mi situación, lo normal era esperar más bien una temperatura gélida, tal como me había quedado antes de salir, pero se ve que no, o quizás simplemente estaba camino del infierno y no lo sabía.

 

La verdad es que nunca había creído mucho en esas cosas del más allá, cielo, infierno o purgatorio, lo veía un cuento para críos o mujeres simplonas sentadas a la fresca comentando los próximos acontecimientos mundanos. Nunca hombres, pues están ocupados con cosas importantes, ver futbol y cosas así. 

Pero ahora estaba empaquetado y listo para el gran viaje, sin saber que la transformación pudiese ser tan ardiente. 

Todavía tengo presente, mi visión de lo que era sin saberlo bien, mi despedida definitiva de lo que había sido mi estado natural hasta entonces. Visto desde lo alto, alejado, pero con una buena perspectiva, era una estampa de lo más emotiva. 

 

Aunque como ya decía antes, para mí todo era de una frialdad envolvente y excesiva. Pensaba más en una salida al espacio, viajando hacia mi querida luna, en ese silencio quebradizo que se suele asociar a las despedidas, pues siempre puede aparecer un llanto a destiempo.

Con lo cual antes que pensar en una bajada a los infiernos, que es lo más posible con ese calor insoportable, podía ir imaginando que también podía ser un desvío hacia el rey sol.

Aunque el resultado sea similar, te sientes más un héroe y no un malvado de poca monta, los selectos van al cielo, ese lugar en todo lo alto, con portero de barba blanca y llaves doradas. 

 

 

Barcelona, seis abril 2023.