Piano en la calle (foto del autor)
A
la caída del sol y con las calles adentrándose en la penumbra, apareció ella
como una luna plateada resplandeciente aunque más bien hubiera que decir una
estrella rosada o una aurora boreal, por los reflejos eléctricos de sus
cabellos entre rosas y verdosos, un color difícil de describir pero de un
inmediato impacto visual en las horas bajas de la luz diurna.
Todo
esto ocurría mientras observaba desde un balcón bien alto, donde aún las
cacatúas no se habían enterado de que era su hora de retiro a las palmeras
vecinas.
Hora
esperada por los mosquitos, para hacer sus incursiones buscando el flanco débil
de mis jugosos tobillos, mientras me muevo entre plantas a las que les doy su
ración justa de agua calcárea clorada a precio de oro negro.
Viendo
el brillo de sus cabellos acariciados por la brisa vespertina, corrí a buscar
las gafas de sol guardadas prematuramente esperando el nuevo día aun por
llegar.
Cómo
un espécimen de ese calibre, salía a esas horas que aun estaban los niños de
recogimiento tras sus tareas y deportes extraescolares, actividades pagadas con
gusto por padres y abuelos con ganas de merecer unas horas extras de descanso
familiar. Era lo que llamó mi atención.
El
Carnaval hacía bien poco que había acabado y ya olían los buñuelos de cuaresma
en todos los hornos y pastelerías de buen gobierno.
Así
que me limite a observar sus nada delicados movimientos, viendo a las claras
que no tenía costumbre de ir encumbrada en esas plataformas con exigencia de
escalera para ser abordadas.
Tras
esos traspiés en los que le ponía más tablas que apoyos, se dirigía, cruzando
la plaza, hacia la parada de autobús, donde unas señoras de buen ver, se las
podía distinguir como boyas señalizadoras en el mar de la indiferencia,
esperaban pacientemente, ese bus chiquito en el que cabe poca gente y se enfila
por las calles retorcidas de lo qué en tiempos fue un pequeño pueblo de
menestrales.
Ella,
pelo imposible de definir, observada por todas e incluso todos los que se le cruzaban, optó por no
subir al bus y desandar hacia otro lado de la plaza, donde estaban las líneas que
comunicaban con el centro o casco antiguo de la gran ciudad.
Un
velo de decepción se interpuso en las miradas de los pasajeros del micro bus,
que partía sin ella, quedándose con las ganas de averiguar algo curioso al
tenerla a bordo.
Visto
que iba en plan campaña de guerra o a la búsqueda y captura de algo o alguien,
me quede pensativo, al quedarme sin saber nada más d ella, a medida que el
autobús se perdía calle abajo, hasta ser ocultado por los frondosos plataneros.
Tendría
que imaginar un final, para la posible historia que esta observación de un
cruce por una plaza, podía dar de sí.
Quizás
una nube de espeso humo negro, tras la explosión en un bus urbano.
O
quizás un cruce de miradas, con bajada en una misma parada y una noche de
pasión desenfrenada.
O
un desmayo tras un frenazo fortuito, con ella por el suelo y una pérdida de
memoria posterior.
O
quizás es una amante del piano y quiere escuchar uno de esas audiciones libres que
se reparten por la ciudad, para promocionar un concurso de piano.
No
sé, tendré que pensarlo,
Sarrià,
23 Marzo 2017.
Piénsalo, mientras tus lectores pensamos también en cuál de todos los finales para esa historia de la chica de pelo rosa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sara con permiso de Alfred mejor haz una tesis en tu curso con los jóvenes sobre la sinceridad, esa que pregonas, y está reñida con cotillear.
Eliminarfelices sueños princesa
Hola Sara! Se aceptan sugerencias :)
EliminarLo del pelo es por poner una nota primaveral.
Un abrazo.
El pelo era negro y sin canas jajajaja, hoy me rio con ganas, que más da el final, lo bien que se debió quedar en ese momento, que al final la vida es una sucesión de presentes, y sin presentes no hay futuro, pero el futuro es incierto, y no iba a subirse a un autobús un poco infesto y con caras angustiadas, su risa mejor para lo que paseaban ,que ellos saben disfrutar del paseo.
ResponderEliminarY nada de pensar en lo ajeno, que ella lo dejó claro, que cada uno pinte su cuadro, que del de ella ya se encargará ella, o quien le corresponda. que a ver eso de reírme con la gente esta muy bien, pero si alguien quiere reírse de los demás yo les regalo espejos. No va por ti Alfred, pero es que el de la tienda de espejos me ha dicho que se está arruinado y otra persona en paro ... Lo de las jubilaciones cada vez peor, que vendan espejos, por favor.
Y siempre en zapato bajo, para que sus pies pisen la realidad.
Buenas noches y feliz descanso
Hola Marijose! Hay que reírse "con" y no "de". Lo del zapato plano para estar más cerca de la realidad, está muy bien :)
EliminarFeliz finde.
Yo veo en la entrada a un genial narrador que me encanta. A medida que la leía he ido "viendo" las escenas.
ResponderEliminarSi no lo has hecho, deberías editar tus páginas...
Enhorabuena, la has bordado.
Un abrazo.
mari carmen no se te olvide aplaudir a la música, me han dicho que has estado costipada, ya sabes las malas lenguas, ay mucha alergía en primavera.
EliminarAlfred lo siento, que me salí del cuento, hay que dar vida a todo, que florezca la primavera en verdes y granates y ocres, y nada de regar así a las plantas, con abono del bueno, del de gallina y esas cosas, del de palomas.
Alfred eres un gran observador, mi mayor admiración para ti, como escritor.
Un abrazo, Alfred, que viva la primavera en todos los rincones del planeta
Hola mari carmen! Muchas gracias, eres muy amable conmigo. Uf! Lo de editar lo veo como muy lejano ;)
EliminarUn abrazo.
La música está por todos los rincones y cualquier persona, sea del color que sea su cabello, puede hacer uso de ella para disfrute unánime.
ResponderEliminar:)
Un beso.
Hola Marinel! La música nos rodea, nos envuelve, nos transporta y el color del pelo apenas importa para nada, sólo es una nota de color en un atardecer cualquiera.
EliminarUn beso.
Una descripción perfecta de una tarde también perfecta, Alfred.
ResponderEliminarSeguro que los pájaros se ha acercado a leerte.
Y no es para menos.
Un abrazo.
Hola Tecla! Unos gorriones saltimbanquis, se pasearon por la barandilla de la terraza, temerosos de las cacatúas, pero la curiosidad les podía. Lo que no sé, es qué habrán enetendido, pues han cantado diferente de las notas del piano :)
EliminarUn abrazo.
Esta actividad del concurso de María Canals me parece fantástica, regalar la música al ciudadano, regalar arte tanto para entendidos como para no.
ResponderEliminarQuien siente la música tocar de esa manera en la calle con un público entregado, aunque no sea un entendido en la materia les inspira y les resulta muy gratificante.
Tenía una conocida que estaba en la JONDE (toca el chelo) y le encantaba con algún compañero suyo de orquesta ponerse en la Gran Vía a tocar.
Ya me he enrrollado, pero es que ya sabes que la música me apasiona y la entiendo mejor que la poesía escrita, porque la música también es "poesía" ;)
Eres un fantástico narrador y observador (me ha recordado un poco al tren).
Igual, quizá, fuese una de las pianistas que con su arte iba a deleitar ese atardecer a los transeúntes :)
Buen fin de semana!!!!
Besines
Hola Livy! A saber si era una pianista o una bailarina de cabaret. ;)
EliminarMe gusta esas enrolladas tuyas, casi no tengo que decir nada.
Buena semana.
Besines.
Jajaj, qué malaje ;)
EliminarSigo optando por una pianista y además la mejor de todos los que han interpretado en el Paseo de Gracia, tan buena que después de tocar una pieza de manera sublime al preguntar a los presentes de qué color tenía el pelo ninguno supo decir ;)
Buena semana.
Besines
A mí me gusta la opción del piano,como a Prozac.
ResponderEliminarMezclar esta historia con la música...
Sea por el motivo que sea está bien llevar la música a la calle.
Besos y buen fin de semana.
Bueno Carmen, pues seguirá por ahí, al compas de las notas del piano, sonando por el paseo.
EliminarBesos y feliz semana.
Alfred escribes muy bien. Publica el libro y si en algo tienes dudas preguntas a los personajes. Que eres muy inteligente y ya sabrás cómo explicarlo mejor. Ya sabes eso de las heroínas, a veces con su trabajo , su independencia y esas cosas son un poco bruscas. Pero en un país de hombres con mujeres en contra no la quedó otra
ResponderEliminarUn abrazo y Gracias
Los personajes deambulan por casa riéndose de la suerte que tienen de poder hacer los que le viene en gana sin dar explicaciones. No tienen a nadie a la contra :)
EliminarUn abrazo! Gracias a ti!
Piénsalo.
ResponderEliminarBesos.
Lo pensaré ;)
EliminarBesos Amapola.
Me ha encantado la manera de describir los detalles, amigo Alfred.
ResponderEliminar¿Sabes que me encantó la metáfora que del velo te expresas en la frase "Un velo de decepción se interpuso en las miradas de los pasajeros"?
Besos enormes.
Hola María! Muchas gracias, me alegro de que te guste. Te gusto eh?
EliminarBesos y feliz día!
Qué interesante historia a partir de una observación callejera, presumo...
ResponderEliminarEscribes genial.
Me gusta la opción del piano.
Besos y feliz finde.
Hola Celia! Mirando, mirando, a veces cerrando los ojos, ves infinidad de cosas y van saliendo poco a poco.
EliminarMuchas gracias.
La opción del piano gana adeptos :)
Besos y feliz semana.
Encontraras el color indicado para proseguir este cuadro idilico
ResponderEliminarCariños y buen fin de semana
El color poco importa, lo importante es seguir con el concierto callejero ;)
EliminarCariños Abu y buena semana.
Hola Alfred , yo estoy por decirte que ella es una gótica a la que le gusta tocar el piano. Y deleitarnos a todo aquel que la observa desde cualquier lugar bonito de la ciudad .
ResponderEliminarTe deseo un feliz fin de semana , besos de flor .
Hola Flor! Puede ser una gótica o una pianista desesperada en busca de su oportunidad.
EliminarUna feliz semana. Besos.
Buena descripción llena de detalles para algunos imperceptibles pero para ti te ha dado una buena historia con final sin final.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Malque!
EliminarEl final está en la mente de cada lector ;)
Un abrazo.
Al final me quedo con la curiosidad de saber, no ya lo que es sino lo que decides que sea para ti.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Chema! Queda en el aire de momento, pero la chica está por ahí, tras la estela de unas notas de piano...
EliminarUN abrazo.
Macondo, con el permiso de Alfred te voy a hacer una pregunta ¿ cómo está en esta primavera el caudal del Ebro en Zaragoza? En su nacimiento es precioso el Ebro, pero es que me pilla más cerca, y lo contemplo en persona
ResponderEliminarAlfred, vende el libro , pero véndelo bien, a precio de diamantes en bruto, luego que cuando lo lean cada uno lo lime a su gusto.
ResponderEliminarUn abrazo de los grandes, de corazón.
A ver si luego se cree la gente del mundo mundial que la extracción de diamantes es cualquier cosa, y no lo saben apreciar.
A la heroína del cuento la enseñaron que no se debe comercializar con personas, y que lo único que tienen valor en las personas es su corazón, y por si acaso para comer, con su hacer y su saber ( el de ella) ya tenía bastante.
un placer leerte siempre, perdona por las correcciones, es que tengo tanta energía que se me tuercen los renglones
Hola ALfred, la historia está repleta de detalles y situaciones pintorescas de los protagonistas,invita a la lectura de forma rápida para llegar a saber que pasa con esa mujer del pelo rosa, aunque al final tendremos que poner cada uno el suyo propio.
ResponderEliminarBesos Alfred.
Puri
Hola Puri! Una historia para que cada uno busque su final, si lo hay.
EliminarBesos!
De aquí un rato iré a buscarla...
ResponderEliminarTiene que estar en algún sitio.
Saludos.
Hay diez pianos repartidos por el Paseo de Gracia, seguro que la encuentras.
EliminarSaludos.
Hola Alfred!
ResponderEliminarProtagonistas bellas que dejan huella las hay. Una vez perdida de vista, el mejor final es el recuerdo y el aliciente de volverla a ver.
Hola Enric!
EliminarLa ciudad está llena de buenas apariencias andantes, que nos deleitan sólo con concedernos la posibilidad de admirarlas, siguiendo las notas el deleite es mayor.
Esa curiosidad no resuelta nos acaba pasando tantas veces, escribimos historias sobre una ráfaga en la que una persona nos hace pensar o soñar y después a veces una se queda con las ganas de preguntar.
ResponderEliminarMe quedo con que estará escuchando a los pianistas en la calle.
Saludos
Hola Conxita! Vemos infinidad de gente cada día en muchos lugares y en diferentes perspectivas, a veces hacer una ráfaga escrita juntando retales de muchas miradas.
EliminarLos pianos siguen sonando.
Saludos.
Hola, Alfred!
ResponderEliminarEscrito mto bién conseguido, como siempre y k nos interessa do principio ao fim. Es un grande escritor!
Tanta vida e movimentação en tu texto! Qtas hipóteses no se podem colcar neste contexto? Creo, que una mujer, su aspeto físico, belo, insinuante, apelativo, tocando piano numa plaza es o suficiente para chamar todas as atenções y las tuyas, tb.
Besinos y bom fin de semana.
Hola Céu!
EliminarEres muy amable, muchas gracias.
Una mujer, un atardecer, un piano, unas notas, una posibilidad de continuar una historia.
Besos y feliz semana.
Se ha perdido, la veo a lo lejos por el brillo de su pelo, ahora ha dado la vuelta. Saludos.
ResponderEliminarHola Mara! El brillo sólo indica por donde se ha ido, pero sigue presente, gracias al escrito :)
EliminarSaludos.
Hola Julio! Bueno ya me gustaría considerarme un escritor, pero más que inmortalizar, aquí se recrea una posibilidad.
ResponderEliminarMuchas gracias!
Saludos.
Es bueno dejar las historias sin un final, de esa forma parece que no mueren, que pueden volver a aparecer en cualquier lugar y momento para poner las cosas en su sitio... o para postergarlas un poquito más...
ResponderEliminarHola Beauséant!
EliminarPues lo dejamos así, totalmente abierto, con unas notas de piano al fondo...
Hay que ver la calle, como nos puede inspirar...
ResponderEliminarUna tarde mágica de primavera con sus notas de azahar y piano.
Feliz comienzo de semana.
Bss.
Hola Carmen!
EliminarEn la calle se bebe todo tipo de situaciones y personajes :)
Feliz semana!
Besos.
Una genial historia la que has llevado a cabo con la observación y con un final para todos los gustos. Yo me quedo con la última opción, :)).
ResponderEliminarUn placer la lectura, y un abrazo.
Hola Elda! Muchas gracias, un elogio de la observación bien entendida.
EliminarPor supuesto es la más agradable ;)
Un abrazo.