Ternura de @rita_erre
La
reunión en una de las salas menos usadas del Ministerio y alejada de todo
centro de circulación del personal, era en pleno sábado. ¡Un sábado en un ministerio! Eso sólo ya auguraba algo extraordinario.
El
jefe de gabinete, del ministro responsable de la cuestión tan preocupante de las
pensiones, ha convocado a todos los que forman parte del entorno duro de
decisión en el ministerio, cargos puramente honorarios incluidos por
corresponsabilidad en un tema tan delicado.
- Señores: "Tenemos que hacer algo".
Me dice el ministro que no se puede ir ocultando la
realidad, el fondo de pensiones está en las últimas.
Hay
que empezar a pensar en soluciones draconianas, que sean de fácil asimilación
por nuestro querido pueblo.
Es
por ello que les he convocado aquí, para qué de una forma rápida, encuentren
una fórmula que nos permita salir del paso, y así justificar el elevado pecunio
del cual disfrutan.
¿Alguna
sugerencia? Así de momento, para justificar lo que se puede llegar a hacer de
forma rápida.
La
cara de asombro de los asesores y altos cargos del ministerio de la cosa del
trabajo y las pensiones, era mayúscula.
Sentados
en sus mullidos asientos de piel noble, de becerro bien alimentado, ponían cara
de no saber qué decir, ante algo que era inevitable: La quiebra del
sistema.
El
Excmo. Sr. Ministro, no ponía cara de amistad eterna, le había llamado a
capítulo el presidente de gobierno, en una de las contadas ocasiones en que
había decidido sondear la realidad social del país, en vez de seguir el
apasionante campeonato de la liga de fútbol profesional.
Con
lo cual, inmediatamente hizo venir a su segundo para que tomara cartas en el
asunto y ahí estaban ahora, aguantando el chaparrón.
Ante
la mirada inquisitiva y amenazadora, los supuestos ponentes de un plan milagro,
compungidos y mirándose entre ellos, esperando que alguien se lanzase a la
piscina, hablando con decisión y sentido común, y de paso sacándoles las castañas del fuego.
En
la sala llena de humo, pues nadie está para cumplir con las normativas
antitabaco en una reunión de alto nivel, tampoco hay quién pueda tomar nota de
lo que se dice.
Es
una junta importante, en donde se pretende entrar en materia enseguida y no se
tienen en cuenta los protocolos que lo complican todo, así que hay la
tranquilidad de saberse no espiados, nada de taquígrafos, ni secretarias, ni
aparatos grabadores.
En
esto, el asesor del secretario del subsecretario, se acerca desde la silla
pegada a la pared en la que se halla, lugar reservado a los mindunguis o currantes de a pie, eleva una mano para hacerse ver y así
poder decir algo al presidente de la ovalada mesa en la que están los
convocados (de caoba por cierto).
-
Dado que
alargar la vida laboral, no se puede contemplar, se puede acortar la vida de
los pensionistas.
-
¿Está
diciendo qué nos carguemos a nuestros más fieles votantes?
-
No
exactamente. Más bien que sean ellos los que se vayan dividiendo y auto
eliminando.
-
Explíquese
joven.
-
Es cuestión
de promocionar actividades que les acorten la vida por un lado y fomentar el
egoísmo y la división entre ellos.
-
¡Veamos!
-
Fomentar
los hábitos perniciosos en las comidas,
por ejemplo. Rebajar las cifras del colesterol y medicar menos contra ello. Los
únicos perjudicados serán algunos laboratorios de pacotilla que hacen genéricos,
pero esos nos importan poco, y lo que en realidad interesa es un elevado número de
defunciones a corto plazo.
-
Pero eso
que dice es una barbaridad.
-
Sí.
-
¿Entonces?
-
Sería útil
para nuestros intereses. También hay que decirle a la población que el fondo es
limitado y tiene un futuro incierto. Que se repartirá entre los jubilados que
haya y qué si esta cifra baja, su participación se asegura y se incrementa. Ya
se ocuparán ellos de irse eliminando con triquiñuelas varias.
-
¿Y los
turistas? Todas esas personas que vienen a jubilarse a disfrutar de nuestro
sol.
-
A esos hay
que mimarlos, sus pensiones las pagan otros y hacen mucho gasto. No entrarían
en el tratamiento.
El clamor en la sala fue en aumento, a medida
que aquel avispado joven, con ganas de hacer carrera, iba desgranando su
teoría.
Los murmullos, sólo hacían que oponerse con la
boca pequeña, pues en el fondo, todos sabían que si la gente solo viviera
cuatro o cinco años, una vez jubilados, como al principio del sistema de
pensiones, el problema no existiría.
-
Hay qué
promover actividades de riesgo y mucho deporte, el abuso de ejercicio, también
nos proporcionaría muchas crisis cardíacas. Eso sí, hay que retirar la
implantación de desfibriladores masiva, pues eso frenaría nuestro éxito.
-
Alargar las
listas de espera, dando prioridad absoluta a los jóvenes en edad productiva y
que estén ejerciendo.
-
Dejarles
conducir y no ponerles trabas en las revisiones médicas, pueden ocasionar
accidentes, pero seguro que los más perjudicados serán ellos mismos.
La cosa se iba animando y las ideas surgían en
cascada. Todos se veían capaces de añadir una animalada mayor, interesante
para su proyecto de reducir el gasto de la hucha.
-
Pero ¿Y nuestros mayores? Todos tenemos padres y madres, no podemos desearles un fin próximo.
El joven, no se amilanó, rápidamente les
rebatió:
-
No hay que
permitir quitarles el privilegio, de hacer un último acto de servicio, por su Patria.
Sarrià,
3 Marzo 2017.
No sé cómo no se les ocurrió aprovechar la vacunación antigripal para inyectarles un virus fulminante. Sería rápido y masivo.
ResponderEliminarEstá contado con tal ironía que me ha encantado. Pero quizá no esté tan alejado de la realidad.
Cuando hay en peligro tantos cargos de confianza, de subconfianza y cargos políticos, hasta el sábado se trabaja para mantener el status quo, faltaría más. La solución no es recortar en tanto gasto de personal innecesario (aumentaría el paro y no conviene a las estadísticas) no, eso no es ni siquiera planteable.
Qué penoso el panorama, Alfred.
Buen fin de semana :)
Besines.
*Precioso el dibujo.Enhorabuena de nuevo, Rita.
Hola Livy! Vete a saber, cuales son las conversaciones reales en las altas esferas, pero no creo que vaya muy desencaminado...
EliminarGracias por parte de Rita, sus dibujos son siempre muy interesantes y sugerentes.
Buena semana!
Besines.
Desencaminado, no, seguro te has quedado corto, pero bueno, si nos hiciésemos mala sangre por todas las conversaciones que se llevan en las altas esferas estaríamos todo el día de mala leche y eso al final no es bueno para la salud, jajajajaja
EliminarLo son cierto ;)
Idem :)
Más besines.
Supongo que no es bueno para la salud, pero dejarles hacer tampoco ;)
Eliminar@rita_erre tiene un blog de lo más interesante.
Muchos besines.
Alfred un placer leerte, como siempre, pero yo que siempre quito un poco la razón hasta a las personas más inteligentes, no creo que deban morir los mayores, ¿por qué no empiezan a morir los muertos?, si en el fondo todo está interconectado, ¿cuántas personas mueren de infarto? muchas, ¿ qué edades tienen? corta edad la media, y todo el mundo se pregunta ¿ por qué?, y yo en mi ingenuidad lo veo muy claro, quisieron vivir sin cuidar su corazón, y eso no puede ser, vivimos mientas latimos, y después que más da. Las muertes siempre nos duelen, sobre todo si son de personas queridas, pero al cabo de un tiempo con las mías he encontrado una explicación, claro que irracional, ellos tenían una misión, y además tenían corazón, no murieron de infarto, y su misión la cumplieron bien. Todos morimos lentamente o de repente, pero no, que no mueran la gente mayor, que mueran los muertos, o los que cumplieron su misión en esta vida. Yo quiero y voy a vivir 108 años, así que ya me preocupo de decir a sobrinos e hijos de sobrinos que tienen que trabajar , sino que va a ser de mi, no se lo digo como una imposición, es que lo digo por ellos y por mi.
ResponderEliminarUn abrazo
Me parece una teoría muy interesante, aquellos que su corazón no late por nada ni por nadie, pueden ir pasando, el resto que se preocupe del entorno y de los mayores, que serán recompensados ;)
EliminarUn abrazo.
Y por cierto , antes de ir a trabajar los mayores no pueden morir ¿ qué sería de mi? si son los que más me comprenden, y eso debe ser con esas cosas de "sabe más el diablo por viejo que por diablo", a veces yo digo alguna tontería de las mías, y quitando mis pequeños sobrinos y mi madre, los demás me quitan muchas veces la razón, así ¡que no!, que no mueran los mayores. Mi madre me dice, que más da lo que digan, ¿ tú lo crees así? pues eso es lo importante, lo que tu creas, que yo me fío de ti.
ResponderEliminarLo qué tu creas es lo importante. Al menos para ti y los que bien te conocen.
EliminarUn abrazo.
Si bastante desgracia, es llegar a mayor, hay que ver lo que te puede tocar también. De echo muy descabellada no es lo que nos explicas Alfred, si yo te contará. Un beso!!
ResponderEliminarCuenta...cuenta...A lo mejor es más interesante qué lo se me ocurra a mi ;)
EliminarUn beso!
Este chico va a llegar lejos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cómo lo sabes Chema!
EliminarUn abrazo.
Hay mucho de realidad en lo que cuentas. "Portentos" de estos, tenemos en todos los matices de la política. Así nos va.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me temo que pueda haber algo de ella en este asunto, lo cual me aterra.
EliminarUn abrazo.
Caray, Alfred...me ha dado hasta repelús...pero no porque sea descabellado y pensar que no lo piensan, sino todo lo contrario...porque no me extraña que estén barajando cualquiera de esas diligentes soluciones...
ResponderEliminarUfff, qué horror de mundo.
Besos.
Ya ves, el problema es que estas cosas ya fueron una trágica realidad, con resultados funestos.
EliminarBesos.
Telita con el joven...lo peor es que seguro que los hay así...
ResponderEliminarBuen sábado,besos.
Hola Carmen, creo que lo de menos es el joven espabilado, lo grave es, que le hacen caso.
EliminarFeliz semana.
Besos.
¡Que yuyu! Cruzo los dedos. Espero que "esos" no te lean porque están buscando una solución y tú se la pones en bandeja.
ResponderEliminar¡Feliz sábado!
¡Sálveme Dios de tamaña responsabilidad!
EliminarFeliz semana.
Qué miedo. Y está más cercano de lo que creemos. Prohibido envejecer y qué incongruente pues cada vez la expectativa de vida es más alta. Para qué?
ResponderEliminarUn beso.
Fina, inteligente y objetiva exposición, no se puede decir de forma más clara y valiente una tremenda y amarga realidad...¡Olé Alfred!
EliminarTe has ganao un manojo de abracetes.
Si Sara, ¡Qué miedo!
EliminarUn beso.
¡Muchas gracias!
EliminarMaricarmen, esta apreciación se respira en las mentes de los tecnócratas de turno, eso es lo grave.
Compartimos abracetes.
Hola Alfred!
ResponderEliminarMuy buen sentido del humor. No obstante, discreta y disimuladamente no te extrañe que algunas medidas del PP, vayan por este camino.
¡Hola Enric! Muchas gracias, la realidad de lo que puedan pensar los ideólogos del partido gobernante, dan miedo.
EliminarY cada vez la esperanza de vida es mayor... ¿te imaginas con 100 años?
ResponderEliminarBesos.
No me imagino con 100 años, pero el sistema tampoco. Esa es nuestra desgracia.
EliminarBesos María!
Muy buena esa fina ironía Alfred.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias Conxita! Estamos en tiempos delicados.
EliminarSaludos.
A quien tenían que matar era a ese joven por dar ideas de ese tipo.
ResponderEliminarMejor no tentar al demonio no vaya a ser que algún espabilado quiera poner en práctica algo parecido.
Los médicos se aburrían mucho si no les fueran a la consulta los viejecitos a contarles su achaques.
Besos ALfred.
Puri
Es terrible pensar que nuestro sistema de alas a mentes de esa categoría.
EliminarDejemos a los médicos cuidar a los ancianos achacosos.
Besos Puri.
Dijera mi madre, nos lleven al Estadio nos rocien con kerosen y nos prendan fuego
ResponderEliminarSaludos
Hola Abu! Tremendo destino.
EliminarSaludos.
¡Vaya haraganes ambiciosos! Con la pensión de uno de ellos alcanzaría para muchos como nosotros.
ResponderEliminarCon el sueldo de cualquiera de esos sesudos asesores, se podría beneficiar la vida de más de una familia en apuros.
EliminarMejor no mentar a la bicha, por si acaso.
ResponderEliminarEstamos en manos de delincuentes.
Un abrazo.
Y tanto Tecla, mejor dejar pasar estas sospechas, no fuera caso que les demos ideas.
EliminarUn abrazo.
Así es, Alfred, amigo.
EliminarPasemos de puntillas y guardemos las cartillas, amiga Tecla.
EliminarQué bárbaro, Alfred. Espero que no lleguen a ese punto, aunque no me extrañaría.
ResponderEliminarBesos.
Ya ves! Todo es muy posible, los personajes se las traen.
EliminarBesos celia.
Alfred a este paso nos quedamos sin contribuyentes, trabajando yo no se puede pagar la pensión de muchos jubilados, lo siento, vais a tener que volver al mercado laboral, :) . Un abrazo
ResponderEliminarEso me temo, volver a trabajar, uf!
EliminarUn abrazo.
Seguro que el joven que expone la.s ideas es el coletas y su cuadrilla ¿ verdad o me estoy eqivocando ? Muy bueno , te deseo un feliz fin de semana besos de flor .
ResponderEliminarHola Flor!
EliminarNo sabría decirte, pero me temo mucho que no tiene pinta de ser de esos sino todo lo contrario ;)
Feliz semana.
Besos.
Espero que tu irónica propuesta se queda en eso y que nadie la tome en serio. A lo mejor has llegado tarde porque estoy viendo un número sospechoso de aparatos de gimnasia en los parques...? Hay unas cuantas soluciones más como ésta: eliminar pensiones de las vitalicias que se están pagando a los ex-políticos. Gracias por tu aportación y un fuerte abrazo
ResponderEliminarTengo mis dudas de que nadie se lo haya tomado en serio, a las pruebas me remito.
EliminarEso es demasiado fácil y simple, un mandamás núnca lo contemplará.
Gracias a ti por la oportunidad, un fuerte abrazo Dorotea.
Con descarnada crueldad nos teatralizas lo que es posible que suceda en esos ámbitos.
ResponderEliminarEs que no es un tema para ser tratado con cariño.
EliminarCosas peores se nos pueden ir ocurriendo...
Podría suceder, podría haber sucedido, aunque tal vez no hablando con tanta sinceridad. Sino en forma encubierta. Podría explicar a los movimientos antivacunas, la resistencia a tomar medidas de seguridad, difundida por algunos medios, con sus propios intereses.
ResponderEliminarBien contado.
Saludos.
En ese tipo de mundo las sutilezas no cuentan.
EliminarMuchas gracias.
Saludos.
Estamos sumidos en la desconfianza y la incertidumbre y algo así nos parece tan posible como detestable. Muy bien hilvanado el dialogo que nos coloca en el centro de una tormenta, que no sabemos cuando amainará. Un abrazo juevero.
ResponderEliminarLos problemas se van sucediendo y no parece que haya intención alguna de querer resolverlos.
EliminarUn abrazo Cas.
Escalofriante relato. Se me eriza la piel al leerlo.
ResponderEliminarVade retro S.
Un abrazo
La realidad puede ser muy dura, seguro que más que esta ficción.
Eliminar;)
Un abrazo Myriam.
De este mundo, uno ya se puede esperar cualquier cosa, bueno, más que del mundo, de aquellos que lo habitan y juegan a ser Dios…
ResponderEliminarCuántas de esas (y otras) reuniones habrá, como para echarse las manos a la cabeza...
Buena aportación, Alfred.
Un abrazo, y muy feliz finde.
De esas reuniones no se habla.
EliminarMuchas gracias Ginebra.
Un abrazo y buen finde.
Unos mandatarios indolentes e inmorales que harán todo lo que se les permita. Besos.
ResponderEliminarMucha moral no suelen gastar.
EliminarBesos.
Qué raro que no te haya leído hasta ahora, pero es igual. Me ha encantado su ironía, y ese talante de las reuniones sobre los ancianos y jubilados.
ResponderEliminarQue no nos roben la alegría de estar vivos. Un beso
Nunca es tarde si su lectura te place ;)
EliminarReuniones y propuestas que doy por seguras.
Que así sea.
Un beso.