Variaciones del ejercicio nº II
Sentimientos mostrados Música de compañía
Han salido de la masía familiar con los semblantes
serios, más bien compungidos, se dirigen en coche a su casa en la ciudad, tras estos
días estando con el corazón encogido, por la gravedad de la enfermedad que
afecta al padre de ella.
María ha salido de la casa con el ánimo incierto de
quién no sabe qué es lo va a pasar, pero se mantiene animosa para no
entristecer a su madre, que si lo debe de estar pasando fatal.
Tomás conduce el coche como un autómata, se conoce la
carretera al dedillo, la han hecho cientos de veces y prácticamente se la
podría hacer con los ojos cerrados, que no es el caso.
Está preocupado por su suegro, parece que se ha
librado por esta vez, pero con la edad que tiene, la prórroga concedida no le va a durar mucho tiempo.
María a su lado, asiente a sus pensamientos, están en esa edad en que los
gestos y las miradas son suficientes para entenderse y notar el estado de ánimo
de cada uno.
Sabe que su padre se acaba, que con él se irá todo un
mundo de recuerdos ceñidos a la casa familiar, la cual será para su hermano
mayor, con quién no se lleva demasiado bien.
Este siempre le reprochó que se fuera a vivir a la
capital, con un desconocido, de una familia venida de otras tierras, que
hablaba en otro idioma, desentendiéndose un poco de ellos, de su gente, sobre
todo de su madre.
Todo ello hizo que se vieran mucho menos aun ya que
ella no quería dejar el pueblo ni siquiera por unos días, la ciudad le ahogaba
y le producía mucha angustia, todo el ajetreo que había.
Y ella se enamoró locamente de aquel veraneante, que
siempre estaba paseando por delante de la casa, para poder verla pasar de un
lado para otro. Al fin se fue con él, a
un mundo para ella desconocido e intrigante, pero con una pareja que le
prometía felicidad eterna.
Ensimismados en sus pensamientos, dejan pasar ante
sus ojos la cinta de asfalto aun húmeda tras una lluvia intensa de finales de
verano. De esas tormentas que vienen como de improviso y que en un momento
descargan un montón de agua para con la misma rapidez desaparecer de inmediato.
María se desabrocha el cinturón, para poder coger una
botella de agua que lleva en el cesto dejado en el asiento trasero.
En esto, Tomás ve un pelín tarde, un perro que cruza
la carretera, frena en seco, para no atropellarlo y da un volantazo hacia la
parte trasera del animal, la pista está
medio mojada y con la suciedad del gasoil que dejan los camiones y tractores, a
pesar de la ayuda del ABS, el coche le patina y se sale por la cuneta, con lo
resbaladizo del suelo cubierto de hierba, cae por un terraplén, dando varias
vueltas de campana.
Atontado, cabeza abajo, sujeto al asiento por el
cinturón de seguridad, intenta serenarse tras el susto y la sacudida, mira a su
lado, donde el cuerpo inerte de María, presenta su rostro ensangrentado,
formando parte del parabrisas destrozado.
Intenta inútilmente desabrocharse el cinturón,
mientras oye voces de los que bajan en su rescate, su mirada desenfocada a
través del cristal laminado, le hace ver a María, haciéndole un suave gesto de
despedida, mientras se va con la Señora, su mirada no le lanza ningún reproche,
es serena, conformada, sin brillo pero tampoco apagada.
Los ojos de Tomás abren sus compuertas, con unos
sollozos que no alteran el silencio del momento, cae hecho un guiñapo tras
conseguir soltarse. Vagamente recuerda el interruptor que desconecta el airbag
en caso de llevar una sillita de niño en el asiento del copiloto.
Llega el auxilio, le preguntan si está bien, él no
sabe contestar, se lo gritan otra vez, intenta afirmar con la cabeza, no puede
ni balbucear, solo dejar que las lágrimas sigan su curso...
Ve como retiran el cuerpo de María en una camilla,
pero ella ya no está.
Al final la Señora se ha cobrado su miembro pendiente
de la familia.
Momentos oscuros
ResponderEliminarY pensar que miraba nostálgica a mi primer autitooooo y era rojooo
Cariños
En un instante puede desatarse la tragedia, ese coche muestra mi primer accidente.
EliminarUn abrazo.
Muy triste relato, yo elijo siempre el transporte público.
ResponderEliminarBesos y feliz semana amigo.
Si es una historia bien triste, es lo que pedía el ejercicio.
EliminarEstá bien usar el transporte público, pero no siempre es posible ni la mejor opción, a mi aun me gusta conducir, aunque no vaya en BMW ;)
Besos y feliz también para ti.
Que triste historia. La muerte siempre alerta, si no se cobra una víctima se cobra otra.
ResponderEliminarComo siempre estupendo relato, y en estas fechas que tanto coche sale a la carretera, nos pones con estas letras, sobre aviso.
Un placer y un abrazo.
Son momentos de recordar que cualquier distracción por mínima que sea puede resultar fatal.
EliminarEl placer es mio, un abrazo.
La tristeza te embarga por el realismo del relato.
ResponderEliminarAbrazo.
Si ciertamente era el efecto buscado.
EliminarAbrazo.
Por favor, has conseguido angustiarme. Qué horror. Me has recordado el relato de una persona que conocí que vio morir al amor de su vida a su lado, en el coche, paro, que me pongo mala.
ResponderEliminarBesos
Vaya, no lo pretendía, sólo era algo triste y recordatorio, de lo que nos puede acechar en cualquier momento.
EliminarNo te pongas mala.
Besos.
Hola company:
ResponderEliminarLa historia está muy bien montada. No somos conscientes, sea por una razón u otra, de que a veces nuestra vida pende de un hilo. Hemos de vivir. El de arriba, ya decidirá.
Hola Enric!
EliminarMuchas gracias, ciertamente hemos de estar siempre con todos los sentidos puesto cuando circulamos.
Jo... que fuerte... me he quedado KO... es como si hubiera estado allí.
ResponderEliminarEl relato es magnífico.
Saludos.
Gracias Xavi.
EliminarSaludos.
Uffff es muy bueno,pero me recuerda tanto a un caso real parecido que...se me ha erizado la piel...
ResponderEliminarBesos.
Todos podemos explicar casos más o menos cercanos de hechos similares.
EliminarBesos.
Recuerdo que mi padre siempre decía que esas carreteras rutinarias, conocidas como la palma de la mano, eran las más peligrosas porque conducías distraído.
ResponderEliminarMagnífico y conmovedor relato, muy apropiado en estos días.
Un abrazo.
Hola Chema, es bien cierto, el exceso de confianza por saberte el camino o la relajación cuando estás a punto de llegar a destino, son causas de accidentes en muchos casos.
EliminarUn abrazo.
Terrible este relato pero que puede ser tan real como la vida misma . Quien no ha tenido algun familiar o amigo que ha muerto en accidente de trafico , yo tuve por desgracia, aunque me has puesto los pelos de punta sirve para concienciar nos que con la carretera no se juega.
ResponderEliminarUn beso.
Bueno si poner los pelos de punta sirve para concienciar sobre el tema, ya me pare válido. De historias así en la vida real, hay demasiadas.
EliminarUn beso.
Pensaba llegaba tarde a tu blog, pero veo no has vuelto a escribir, hoy me adelanté.
EliminarFeliz sábado, Alfred.
Un beso.
Feliz sábado María, todo un detalle por tu parte, acercarte por aquí para ver novedades, solo por ese honor me pondré de inmediato en satisfacer tus deseos ;)
EliminarUn beso.
Doy fe, de ese momento angustioso que es, el no atinar a desabrocharte el cinturón ni poder abrir la puerta. Cuando me sacaron perdí el conocimiento, y al despertar solo recuerdo lo contado. Del accidente nada de nada, lo que se, es lo que me dijeron, que el vehículo contrario, se saltó un STOP. Mi experiencia me hizo ver, los frágil que es la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lamento el incidente en el que te viste involucrado y celebro que estés bien para contarlo. La vida se siega con una cuchilla muy fina.
EliminarUn abrazo.
¡Qué triste Alfred! Tenía que irse uno, pero cómo pensar que iba a ser María... Un segundo lo cambia todo, qué poco conscientes somos a veces de eso.
ResponderEliminarMe dejaste el corazón encogido. Un beso.
Si es muy triste, en un segundo puede cambiar todo.
EliminarHay que concienciarse.
Un beso.
Es tan real que asusta.
ResponderEliminar"Carpe diem", porque como bien dices, todo puede cambiar en un parpadeo.
Saludo
Bien cierto, la linea entre vida y muerte es muy sutil. Disfrutemos el momento.
EliminarUn saludo.
Hay que leer el relato màs despacio y ahora no estoy en condiciones.
ResponderEliminarPero atrapa.
:)
Mucho.
Tómate el tiempo que quieras, la acción ya ha pasado, nada va a cambiar. Estamos atrapados en ella pero hemos de seguir.
EliminarGracias!
;)
Real y duro de llevar situaciones como la que describes en esta entrada Alfred, un mínimo despiste acaba con la vida de una persona y el causante de esa desgracia nunca se recupera del mal momento.
ResponderEliminarBesos
Puri
Una persona pierde la vida y otra no sabemos que fuerzas tendrá para vivir.
EliminarBesos.
Oh qué triste Alfred, esos segundos de despiste que destrozan las vidas del que se marcha y del que se queda.
ResponderEliminarSaludos
En un breve lapso de tiempo, toda la vida de esta pareja desaparece.
EliminarSaludos.
Hay amigo Alfred que cosas mas tristes nos cuentas estando en pleno verano cuando hay tantos desplazamientos.
ResponderEliminarEspero que no estés pasando mucho calor, aquí en Madrid estamos muy calentitos y más escuchando las cosas que dicen los políticos.
un abrazo
Hola María de los Ángeles, es en estas fechas que hemos de tener presente, el cuidar mucho la precaución al volante.
EliminarAhora estoy fuera de Barcelona, muy fresquito en la Costa Brava ;)
Los políticos déjalos que se vayan cociendo a fuego lento, se lo merecen.
Un abrazo.
soy a veces imprudente peatona. lo admito.
ResponderEliminarpero ser{ia mas torpe aun manejando... por algo no tengo ni un auto.
Jope! Que estricta eres contigo misma.
EliminarJugaste maravillosamente con las emociones del lector. Fue muy angustiante el trayecto. Dejándome con una tristeza grande, sobre todo porque la imagen ya es aensibilizadora es de Volkswagen 72, como mi primer coche... en el que me voy esta vez imaginariamente de
ResponderEliminartu relato a recuperar la sonrisa, escuchando algún jazz y a pensar que haré hoy para la comida. Estás invitado.
Un beso de anís.
Hola Sara!En la carretera toda precaución es poca.
EliminarMuchas gracias por tu invitación :)
Lamento comunicarte que el coche fe la foto es un Renault 4/4 de los años 50 con el que tuve mi primer accidente, encontré la foto hace unos días y aquí la puse.
La música de jazz es estupenda para muchas ocasiones.
Besos.
Tienes razón, no es v.w. Creo que vi lo que quise ver.
Eliminar¿Cómo no invitarte? Él es un gran amigo al que quiero mucho y sé que tú aportarás mucho.
Hace unos años, hicimos un trabajo entre varios, que finalmente se hizo libro digital... ah! Como lo disfrutamos, tuvimos una decena de lectores, a todos les pagamos ostra que nos leyeran, jajaja. pero todos lo gozamos como si hubiera sido un best seller, ya sabes, con miles de errores y eso, Jajaja. Lo importante es que terminamos haciéndonos amigos algunos.
EliminarBesos.
les pagamos "para" (No ostra) perdón.
EliminarEn realidad el 4/4 era un plagio del Beetle, más pequeño y con menos prestaciones ;)
EliminarVale, cuando este en casa haré un texto para el blog de tu amigo.
Eso está bien, lo importante es disfrutar y compartir lo que escribimos y si tiene lectores ya es la repanocha. Jajaja!!!
EliminarBesos.
Perdonada! :)
EliminarBien! De eso se trstaba Julio.Muchas gracias.
ResponderEliminarSaludos.
Desde luego no levanta el ánimo..jejej,,un saludo desde Murcia..y feliz verano.
ResponderEliminarNo, no levanta el ánimo, pero si sirve para levantar la atención a la carretera, pues...
EliminarUn saludo desde Barcelona.
Un muy buen y feliz verano :)
Alfred bien supiste expresarlo, no podemos ignorar que la muerte nos acecha día a día... Desde éste rincon de Andalucia te deseo un buen y feliz verano
ResponderEliminarHola Enca, muchas gracias!. Te deseo un verano soportable en la cálida Andalucía.
EliminarMe gustan estas letras, seguiré viniendo, mientras la Señora no decida otra cosa
ResponderEliminarPaz y Eternidad
Isaac
Bienvenido a este pequeño rincón de letras varias y diversas. Dejemos a la Señora entretenida con sus menesteres lo más lejos posible.
EliminarSiempre paz, Isaac ;)
Te he contestado en mi blog. Gracias. Estoy echa polvo.
ResponderEliminarBesos
Gracias Celia, ha sido un asunto un tanto lamentable.
EliminarMucho ánimo.
Besos.
Hola Alfred!
ResponderEliminarComo sempre, historias, reais ou no, muy bién descritas e escritas por ti.
Esta es muy triste, pke la muerte, por acidente ou no, es o final de todo.
Besos.
Hola Ceu! Encantado de tener te por aquí.
EliminarLa muerte es un final o una parada intermedia no se sabe y por si acaso nos quedamos con la duda :)
Besos.
Hola Alfred
ResponderEliminarUn relato muy realista y muy bien narrado.
En una milésima de segundo la vida nos da la vuelta...o el destino... o ambos!
Tb tú historia me trae recuerdos, en fin, cuantas vidas sesgadas de repente
Un beso
Hola MaRía!
EliminarMuchas gracias, la vida siempre pende de un hilo, así es y nada podemos hacer al respecto, salvo vivirla.
Con la edad vamos adquiriendo recuerdos que no siempre queremos aflorar.
Un beso.
Te agradezco tu sentimiento de alegría que has demostrado en mi última entrada, veo que eres un buen amigo bloguero por ese sentimiento que me ha hecho tan feliz.
ResponderEliminarMe gustaría visitarte como siempre lo he hecho, comentando tu entrada y contestando expresamente a tu comentario, pero mi larga enfermedad me ha dejado un poco incapacitada para el ordenador por los dolores articulares que me ha dejado
Espero que mi forma de visitarte no te incomode y te agradezco de corazón tu cariño y la alegría que me has dado con tu visita.
Besos, feliz semana.
Hola Demo, Bienvenida!!!
EliminarNo sabes como me alegra tu visita, señal inequívoca de que vas mejorando.Puedes venir de la forma que quieras, en zapatillas incluso :)
El solo hecho de saber que te paseas por este ricón ya es motivo de alegría para mi. Ya comentarás más adelante que estarás mucho mejor.
Besos con todo el cariño del mundo, feliz semana.
En México a esa señora sin escrúpulos que acecha en cualquier esquina la llaman la pelona, pero es la misma en todas partes. Buen relato, Alfred. Petons.
ResponderEliminarHola Rita!
EliminarPero en Mexico le montan una fiesta.
Muchas gracias!
Petons.
Un buen relato Alfred. A veces la muerte lo trastoca todo,cambia vidas, fortunas, pero tantas otras, acaba solucionándolo todo.
ResponderEliminarPerdóname Alfred, siempre tendré que hacerlo hasta que se solucionen estos problemas que están ahí pendientes.
Espero venir a dejarte siempre...
Abrazos y un beso.
Muchas gracias Daphne. Ciertamente lo trastoca todo. No tengo nada que perdonar. Pasa cuando puedas ;)
EliminarBesos.
Hola Alfred, magnifico relato y que triste a la vez, "la señora" siempre esta al acecho y se presenta cuando menos lo esperamos, dejando todo a su paso patas arriba destrozando familias, es ley de vida pero ojala fuese de otra manera.
ResponderEliminarBesos.
Hola Piruja!
EliminarMuchas gracias, es triste y un poco cruel, parece cómo si al no poder llevarse uno opta por otro miembro de la familia.
Sí, es ley de vida, todo lo que nace, muere.
Besos.
Cuando la señora fija su mira no hay nada que hacer.
ResponderEliminarQué buen relato, me tuvo en vilo hasta el punto final.
Feliz casifin de semana! :)
Hola! Bienvenida a este rincón, donde una palabrejas tratan de dar sentido a historias sin tenerlo.
EliminarMe alegra que te gustara, contra la señora no hay nada que hacer, le llaman ley de vida. ¡A la muerte!
Feliz finde :)
Un relato
ResponderEliminarmuy bueno , y triste a la vez , accidentes como este hay mucho y ahora más que estamos en verano .
Desconocía que la foto de ese coche fuera tuya , mi padre también tubo un coche así , eran muy bonitos.
Besos de flor .
Muchas gracias!
ResponderEliminarEn verano con más desplazamientos y con conductores que sólo usan el coche por estas fechas, la cosa se pone chunga.
La foto es de como quedo el coche tras un pequeño incidente en una zona playera de por aquí.
Por suerte no percances graves, sólo una pequeño incisión en la cara de un buen amigo. (Por cierto, hace tiempo que no me habla)
Besos.