EL PARIENTE (XXII)

 



Foto de A.C.P. 

J.S. Bach 

 Partita N.º 1 en si bemol mayor, BWV 825  

Martin Helmchen, piano 

 

El Pariente (XXII) 

 

Ofelia regresó a media mañana a su casa, acabadas la conferencia en la facultad, donde la estancia presencial era de carácter obligatorio, aunque no tomó notas, por llegar a un acuerdo con una compañera que le pasaría de buen grado los suyos.  

Encontró a Tomás, tras el pequeño mostrador en el que se escudaba ante los visitantes e imponía su madura buena planta, con cara de cierta preocupación, esa que se tiene ante pensamientos serios.  

Aunque ella no sabía que se debatía entre si debía o no y en cómo, informar a José Carlos, sobre la sorpresiva visita que estaba atendiendo Don Pedro.  

Quizás debería esperar, por si Don pedro hacía algún comentario tras esa entrevista que estaba manteniendo, sería lo mejor y así tendría más claro de qué informar, aparte de ser más valioso. 

Mientras estaba en sus cavilaciones, vio pasar al protagonista de sus especulaciones, con su mochila, su porte decidido, aunque en el andar, se notaba el peso de la edad, si no tenía la edad de Don Pedro, le debía faltar poco. 

Ernesto optó por bajar en ascensor, (tenía una rodilla que le empezaba a fastidiar), cuando este llegó a planta, se encontró de frente una hermosa princesa de Éboli, lo cual le sorprendió, pues no era muy frecuente ver una mujer en esas tristes circunstancias. Se apartó, saludó y entró. Ella respondió con cortesía, sin fijarse mucho en aquel señor maduro. 

*** 

Tomás cogió el interfono que tenía para hablar con los vecinos y llamó al piso de Don Pedro. 

  • María, pregunta al señor, si tiene alguna instrucción. 

  • ¿Cómo dices? No te entiendo, Tomás. 

  • Nada, nada, dile si quiere que suba. 

  • Bueno, se lo pregunto. 

Otra vez la consabida carrerilla, pasillo hacia sala, voces lejanas y regreso. 

  • ¡Vale, que subas! 

  • ¡Ok, en cinco minutos estoy ahí! 

Fue lo que le llevo, colgar el aparato, cerrar la puerta, recoger cosas que tenía por encima de su mesa, y comprobar que todo estuviera en orden. 

Una vez arriba, María le franqueó la puerta, para nada extrañada, de tantos ir y venir del conserje, por aquella casa que últimamente estaba más concurrida de lo habitual. 

  • ¡Buenos días, Don Pedro! 

  • ¡Buenos días, Tomás! Dime que te trae por aquí, aparte de curiosear sobre la visita, imagino. 

  • Es que iba a llamar a su hijo para informar al respecto, pero al ser algo novedoso, eso de un pariente del que ni se acordaba, que pensé en mejor acordar con Ud. Si lo quería adornar un poco. 

  • Bien pensado, Tomás. Podemos hacer que se asuste un poco. De entrada, no le digas nada de eso de: un pariente del que ni me acordaba, mejor que parezca que esperaba su visita, o mejor, como si fuera uno que viniese muy de tarde en tarde. Él sabe que tenemos familia en extranjero. 

  • Muy bien, le diré pues, que ha tenido visita de un familiar, que se ha prolongado por buena parte de la mañana y que era de su misma edad, más o menos.  

  • Sí, correcto, tiene dos años menos, pero no hace falta afinar tanto. Con lo que me has dicho, ya le valdrá, para empezar a buscar. 

  • Que Ud. Lo pase bien, Don Pedro. 

  • Gracias por todo Tomás. Que tengas un buen día. 

Se fue hacia su puesto de vigía en la portería, con su aplomo de hombre recio y siempre disponible. 

*** 

Ofelia, ajena a todos esos teje manejes, que se desarrollaban a su alrededor, estaba solo centrada en sus estudios, muy dificultados en su desarrollo, debido a la merma física, que suponía su fallo óptico. Bastante tenía con lo suyo, como para estar atenta a los problemas familiares de su vecino. 

Se dirigió a Arturo, que estaba tranquilamente en el estudio, entablando una partida de ajedrez, nivel gran maestro, con un robot japonés algo anterior a su generación, pero con muy buena prensa. 

  • Arturo, te traigo estos apuntes para que los estudies y te lo guardes, me hagas una comparativa con otras informaciones al respecto, que puedas encontrar y desarrollaremos un trabajo al respecto. 

  • ¡Ok, Ofelia! ¿Me pongo ahora mismo, o puedo acabar la partida? 

  • ¡Oh, puedes acabar la partida! ¡Por supuesto que sí! Tenemos tiempo. 

  • ¡Gracias! En tres jugadas perderé la partida. 

  • ¡Qué me dices! Tú perdiendo una partida, si solo te gané la primera vez.  

  • Es que, de cada diez, le dejo ganar una, para que no se desanime y deje de jugar conmigo, como hiciste tú. 

  • ¡Vale, gracias! Eres muy amable. ¡Con los demás! 

  • A disponer, Ofelia. 

La historia de la vista, no le había quitado el humor, pero sí, la mantenía preocupada, estaba durando mucho, ya no era un episodio pasajero y estaba pendiente de una operación, lo cual siempre es preocupante y más en un tema tan sensible. Encima el memo ese, le había ganado dieciocho partidas consecutivas, sin darle un respiro, en un plan humillante, claro que ella tenía sus preocupaciones y no podía estar atenta al cien por cien, pero ese elemento era un creído de tomo y lomo. 

***  

Cuando José Carlos recibió la llamada, y vio el contacto, cogió el aparato como si le fuera la vida en ello; (demasiados días sin tener noticias). 

  • ¡Dígame, Tomás! 

  • Señor, tengo una noticia que no sé si será importante, pero por si acaso le informo de ella. 

  • ¡Muy bien, Tomás! ¡Adelante! 

  • Resulta que ha venido un pariente de su padre, un señor mayor, más o menos de su misma edad, creo haberlo visto antes, pero no estoy muy seguro, en todo caso le hablo de más de un año, eso seguro. 

  • ¡Vale! ¡Sigue! 

  • Pues se ha tirado casi toda la mañana con él, cuando llegó, parecía un tipo muy serio, con aspecto de profesor americano, ya sabe, chaqueta de gales con coderas de piel y jersey de cuello alto, gafas de pasta por supuesto y muy educado. 

  • No sé de quién me puedes estar hablando, mi padre, no tiene a ningún pariente así, al menos que yo sepa. ¿Y dices que ya lo habías visto anteriormente? 

  • Sí, eso seguro, esa pinta no me pasa desapercibida, lo mío es fijarme bien en los que se presentan por aquí. 

  • ¡Sí, claro! ¿Y cuándo se ha ido, ya no estaba serio? 

  • Eso es lo que me ha parecido, estaba cómo más ufano y parecía que la mochila le pesara menos, al menos andaba algo más ligero. 

  • ¿Te ha dicho algún nombre?

  • Sí, al llegar me dijo que le anunciara, Ernesto, es el nombre que me dio. 

  • ¡Vale gracias, Tomás! Ya miraré de averiguar, quién puede ser. 

Colgó, poniendo en marcha su disco duro interno, para encontrar ese pariente, lejano o no, que pudiera estar perdido por ahí. Si no, al llegar a casa, buscaría de quién podría tratarse. 

*** 


(Continuará)


Terrassa, 30 marzo 2024 


48 comentarios:

  1. Ja tornes a tenir una nova trama que ens farà esperar amb més ganes el pròxim capítol. En José Carlos ja està en marxa, cavil·lant qui és la visita del seu pare...

    Aferradetes, Alfred.

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    1. El relat anat agafant la seva empenta, para anar-hi tirant cap endavant.

      Petonets, sa lluna!

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  2. Sigue dando de sí está historia. Me encantó la parte del ajedrez!
    Al pendiente de la siguiente entrega.
    Besos.

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    1. Hemos de llegar al final de la historia, de esta buena gente, tan entrometida.
      Gracias, Sara.
      Besos.

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  3. Ajaaaaa... así que Tomás es un espía doble jajaja ya me parecía a mi que este Tomás no nos podía salir rana y Ofelia .. jajaja no sabes cómo me recuerda a alguien jajaja el que es un amor es Arturito, vaya robot más majo.. en fin, quedamos a la espera de cómo se desarrollen los nuevos acontecimientos, corto y cambio ... MmuaaksS!

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    1. Estos espías tan profesionales, nunca sabes con quién están en realidad.
      Espero que sea un buen recuerdo. Arturito ha ido pillando en que mundo está.
      Esperad y no desesperéis.
      Besos, María.

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  4. Ese familiar lejano vendráa enredar más si cabe el asunto. Suerte que Arturo, ya un cómplice, disfruta con su ajedrez y de Ofelia y sus estudios.

    Un beso

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    1. Bueno, parece como un comodín, para ayudar a desentrañar el final de la partida, o a lo mejor para alargarla sine die. ;)

      Un beso.

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  5. Esa princesa de Éboli me resulta familiar.
    En mi disco duro los parientes que ya no están van cambiando las cosas.
    Debería cambiarme el disco duro pero es muy arriesgado.

    Saludos.

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    1. Seguro, todos tenemos una en nuestro imaginario.
      Es tremendo, lo volátil que es la memoria.
      Demasiado, más vale, no creerse mucho los recuerdos y ya está.

      Saludos.

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  6. Hem reprès el fil de la història ,veiem que el ' così ' Ernesto ja ha parlat amb Don Pedro y pel seu aspecte , dirìem que la conversa ha anat bè. Ofèlia està intrigada , però no massa , primer son els seus estudis ! Tomàs fà el paper que li pertoca . Don Carlos li comença la intriga per esbrinar qui és l la visita . No m.oblido d.Arturito , que entre partides d.escacs i gestor de tants informes , está per veure si ens donarà una sorpresa. Alfred , has posat la teva imaginaciò a tota máquina ., i estem espectants per veure com segueix l.história ! Segur que serà molt interessant !

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    1. Gràcies, Pepi!
      Després de les vacances de Pasqua, la història continua. ;)
      Veurem qui acaba per imposar-se.

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  7. Tras unas vacaciones necesarias, vuelve la intriga en esta serie, que cada vez va pareciendo más intrincada y en la que el autor hace gala de una brillante imaginación.
    Un abrazo.

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    1. Estaba aparcada, pero no concluida, este relato tiene cuerda para seguir.
      Muchas gracias, Juan L.
      Un abrazo.

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  8. No entendía nada y me he puesto al día. Se me había pasado el anterior capítulo. Descuido imperdonable.
    Quedo a la espera del siguiente.
    Un abrazo.

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    1. Pues imagínate yo, después de tantos días, también he tenido que recapitular.
      Veremos como sigue.
      Un abrazo.

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  9. Madre mía,a ver como sigue esto!!
    besos!

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  10. Alfred, una historia intrigante, felicitaciones al autor, a ti.
    Hay algo que no me gusta y es... (Continuará)
    Quiero saber mas de esta historia de intrigas y espías familiar.
    Cariños y besos mi querido amigo


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    1. Ya ves, empezó como un post normal y luego se fue enredando...
      ;)))) pero es que es una historia en plan novela del XIX.
      sí, no temas, (continuará)...
      Besos y cariños, querida amiga.

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  11. Mientras la imaginación fluya esto tiene cuerda para rato.
    Saludos

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    1. Veremos la fuerza de esa cuerda, para ir soltando imaginación.
      Saludos.

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  12. Que bien que hayas retomado la novela.
    Creo que Arturo está pasando a un segundo plano, lo cual atrae más, los personajes de carne y hueso se están haciendo fuertes.
    Es un ir y venir, este Tomás vale para todo, veremos si no se deja engatusar por Carlos y deja a don Pedro a los pies de los caballos.
    Gracias, Alfred, por compartir.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Campirela.
      Bueno, en un relato, los protagonistas, vienen y van en función de las necesidades creadas por el autor. Cada uno tiene su función y los que espabilan se llevan el gato al agua.
      Un abrazo.

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  13. Se va complicando la trama...
    Y sigue conservando el interés .
    Un abrazo.

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    1. Sí, algo más. ;)
      Eso es lo importante.
      Un abrazo y gracias, Amalia.

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  14. Alfred, algunos personajes han sorprendido más que otros. Esto hace que la intriga esté viva, porque no sabemos por dónde van a salir y nos van a pillar.
    Feliz semana.😘

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    1. Ya ves Emma, son personajes que están vivos y coleando, veremos por donde se salen.
      Gracias, feliz semana. ;)

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  15. Retomando la historia! Y al parecer Tomás le agregó de su cosecha! No se puede confiar en casi nadie, en fin, a esperar los acontecimientos! Un abrazo Alfred!

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    1. Ya ves, no los podía dejar por ahí, sin un futuro a los pobres. ;)
      Confiar, lo menos posible y sobre seguro.
      Un abrazo, maría cristina.

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  16. Alfred, como dices tu esta historia tiene para rato, ahora apareció otro pariente vamos a ver cuales son sus intenciones, todo puede pasar.
    Te felicito Alfred por tu creatividad.
    Abrazos y besos querido amigo

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    1. Bueno, como se va viendo, esto ya está dando para algo más que un cuento, ya es un relato largo y con muchos vaivenes. ;)
      Muchas gracias.
      Abrazos y besos, querida amiga.

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  17. Igualmente amigo en lo del abrazo.
    Nos vemos en la mesa de Tracy...
    Ya a estas horas, lo de los "huevos"... :)))))) va a ser que no!
    Pero seguro que nos saca algún rosado catalán de primera.
    Abrazos Alfred.

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    1. Eso reconforta, Ernesto.
      Un buen lugar para un encuentro.
      Bueno, no, ahora mejor un té, con pastas, eso sí.
      El vinillo, algo más tarde.
      Abrazos.

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  18. ¡¡Hola Alfred!! Está trayendo cola la visita del pariente lejano, ya veremos en qué acaba todo esto. Besitos.

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    1. ¡¡Hola Isabel!!
      De los parientes cuando aparecen, no sabes qué esperar de ellos. ;)
      Besitos.

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  19. A mi no me importuna nadie. No tengo parientes lejanos y los que tengo...con el teléfono nos apañamos.
    Un gran abrazo...la música muy bien buscada.

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    1. Mucho mejor. Lo importante es tenerlos.
      Muchas gracias.
      Un abrazo, amiga.

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  20. Ooh lalá.... los parientes aparecidos y lejanos a veces ya salen por debajo de las piedras y pandemias

    A ver que nos depara

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    1. Nunca sabes cuando te va a aparecer uno. ;)
      Veremos.

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  21. Me ha pasado como a Macondo y tuve que buscar el capitulo anterior para integrarme en el relato, y como él te digo, venga, espero massss :)))
    Un beso

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    1. Bueno, a ver si el próximo lo pongo más pronto. ;)
      Un beso, Carmela.

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  22. Por fin un nuevo capítulo, interesante como siempre. Esperando el siguiente. Besos.

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    1. Es un lento, pero seguro goteo, el que los va trayendo. ;)
      Muchas gracias, Teresa.
      Besos.

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  23. Un post en el que me pierdo.
    Feliz semana Alfred.

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    1. Es que es un relato, algo largo ya, cosas del deber con público amigo.
      Gracias, Carmen.
      Feliz semana.

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