Recuerdo que hacía poco había sido licenciado del ejército, sin honores por supuesto, solo con el consabido “valor se le supone” estampado sin ninguna gracia en aquella libretita blanca que era el pasaporte para indicar que había cumplido para con la Patria.
Evidentemente ni muchos compañeros ni yo pensábamos lo mismo, era una cuestión de secuestro generacional por parte del Estado para unas funciones del todo prescindibles en aras de nuestra formación humana y desaconsejadas para tener el más mínimo afecto por aquella madre adoptiva vista como una madrasta por todos, menos para los cuatro que se reengancharon pensando que ahí tendrían un prometedor futuro laboral.
Eran épocas de blanco y negro, de escuchar emisoras de allende de los pirineos, donde estaban las conjuras judeomasónicas para desestabilizar aquel régimen impuesto a sangre y fuego por la gracia de dios, del suyo evidentemente.
De esperar que algún agraciado te trajera discos, lecturas, bebidas, todo ello entrado de contrabando, para escuchar, enterarse, degustar lo que en Europa estaba de moda.
Estoy en esa época que fluyen los recuerdos antiguos, tan antiguos que pueden ser historia, no de estudio sino la vivida, la generacional, la personal.
¿Por qué me viene esto a la memoria precisamente ahora?
Quizás porque me han recordado la época de las fotos en blanco y negro, de cuando reíamos por cualquier cosa, de cuando no había tiempo para nada y lo hacíamos todo, cuando cada ciudad era un mundo por explorar, cuando aparecías desayunando en una casa y le preguntabas a tu compañera de noche por sus amables amigos que nos habían dejado dormir en su casa y te contestaba que se pensaba que eran amigos míos. Hay tantos cuándos que parecen mentira.
Aún conservo la libretita blanca que dice que ya he cumplido, cuando lo único decente que saque de aquella experiencia, fueron un par de buenos amigos.
Barcelona, 12 junio 2022
Me has hecho recordar la mili de mi padre, mis hermanos y la de mi marido ajajja Cuatro y cada una de ellas distintas , si en algo les une es la amistad que encontraron mientras duró la mili y después se siguió conservando, veo que a ti también. Un abrazo.
ResponderEliminarDe lo que considerábamos una enorme pérdida de tiempo, al menos me reportó unas amistades que todavía dudan.
EliminarMis familiares también se trajeron un par de buenos amigos de aquella experiencia. Creo que ese es el valor humano que se aprende en esos momentos de compartir. Buenos recuerdos nos dejas, Alfred.
ResponderEliminarMil besitos para ti y feliz semana.
En todas las situaciones en las que se vive una situación de explotación de cualquier tipo, los sufrientes se defienden creando lazos de unión que se devienen eternos.
EliminarMil besitos y buena semana.
Conforme te iba leyendo pensaba en positivo consolándome, como he terminado viendo que tú lo haces, con el buen amigo que me quedó de aquellos meses. Aún nos vemos casi todas las semanas. Así como dijo aquél borbón francés que se hizo católico para ser rey "París bien vale una misa", yo digo "Una buena amistad bien vale una mili".
ResponderEliminarUn abrazo.
Es con lo que hemos de conformarnos, a través de nuestro paso a través de sitios, ya sean escuelas, asociaciones, trabajos etc. vas conociendo gente y con algunos estableces lazos de amistad. Por ello vale la pena.
EliminarUn abrazo.
No sé por dónde andará mi libreta blanca.
ResponderEliminar14 meses de mi vida tirados a la basura bajo las órdenes de una camada de borrachos y drogadictos que lucían muchos galones y estrellas.
Saludos.
Creía tener una ligera idea con la mía pero no estaba, tampoco importa mucho.
EliminarEl nivel de esa imagen es difícil de olvidar, creo que a más tontería en la boca manga más sonada eran las borracheras.
Saludos.
Seguro que somos de la misma quinta, yo también tengo la blanca y además creo que fue de las primeras, las anteriores eran muy finas y de tapa verde. Mi mili fue muy peculiar, yo fui voluntario, en aquella época trabajaba en Barcelona en Telefónica (Plaza de Cataluña) y yéndome voluntario a la mili me contaba como antigüedad en la empresa y luego podía hacerla en casa (Granada), por cierto quitando los tres meses de cuartel en Almeria, el resto hasta los 22 meses ni me puse traje militar ni me pelé, cosas de ser un enchufado en Capitanía General.
ResponderEliminarMis años 70 puede que fuera uno de los mejores decenios de mi vida, salí de casa a Barna, trabajé, me casé, tuve una hija, participé en movilizaciones contra la dictadura y luego por participar en esas movilización creyeron que me castigaron mandándome trasladado a Málaga, ¡¡menudo castigo!!.
Hoy como abuelo cebolleta traigo esos recuerdos.
Saludos
Si fuiste voluntario es posible que sea algo mayor que tu. Fui cuando me tocaba, ni antes ni después, pues tampoco pedí ninguna prorroga.
EliminarTuviste un buen periplo militar y Málaga es un lugar fantástico para cualquier cosa. Tampoco me puedo quejar al respecto, Mallorca y en un cuerpo no combatiente, en mi caso particular me las apañé para ir sin uniforme por cuestiones de seguridad, supe vender el artículo ;) y además vivía fuera del cuartel.
Está claro que somos cebolleta total. :)))))
Saludos
Esas fotos en sepia, trayendo a la memoria un tiempo, a veces, afortunadamente, muerto.
ResponderEliminarUn beso
Para todos, en eso actuación concreta, es ya un tiempo muerto.
EliminarUn beso.
Las fotos en blanco y negro siempre me parecen tristes, aún cuando tengan gente sonriendo en ellas....
ResponderEliminarY sí, aquello era un secuestro legal, un tiempo perdido en los que deberían ser los mejores años de nuestras vidas...
Yo no las veo así, me encantan, se ven mejor los juegos de luz.
EliminarOtra cosa es que sean testimonios de una época, que en nuestro caso no es para alegrarnos mucho.
Sí, lo mismo es algo muy subjetivo, muchas de esas personas ya están muertas, las que vi en casa, además, me hablaban de pobreza y tiempos miserables... y, bueno, al final, siempre voy más allá de la parte técnica de la foto.
EliminarEstas cosas siempre lo son. Cada uno tiene su visión.
EliminarHay que ir al trasfondo.
Soy un nostálgico incorregible. En esa libretita blanca tengo grapados unos papeles de pago, debidos a multas por no pasar la revista a tiempo. Y en la contraportada grapé una pequeña bolsita de plástico con arena del desierto, porque uno de los sellos tiene su camello y la luna menguante. Donde pone lo del "valor se le supone" yo añadí "El de mis oficiales, ni se busca" Jajajaja!
ResponderEliminarTe te tocó un lugar bien especial. Para luego dejarlos tirados como colillas.
EliminarAl menos tienes un recuerdo físico.
Lo del valor es puro chiste.
;))))
Qué tiempos aquellos, diría el tango, de los que te ganaste un par de buenos amigos, pienso igual, tan mal no nos fue, verdad?
ResponderEliminarAbrazo agradecido, además, por lo bien escrito que está...
Visto a través de los visillos del tiempo incluso te lo tomas con gracia.
EliminarMe queda unos buenos amigos y algún recuerdo divertido, no todo ha de ser un drama, a parte que por mi forma de ser, tampoco me lo tomé por ahí.
Muchas gracias carlos, es un elogio que viniendo de ti aprecio sobremanera.
Un abrazo.
Eso del servicio a la patria sigue siendo un secuestro, Alfred. Por estos lares es obligatorio, pero para los hijos de los pobres y los campesinos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aquí ahora ya no es obligatorio. Eso que dices también que existió por aquí pero lo abolió la segunda república.
EliminarUn abrazo.
Si conseguiste dos amigos esa es tu fortuna, Alfred! Tengo una bolsa de recuerdos en blanco y negro, una amiga decía que no era bueno mirar fotografías amarillas, pero yo las remiro con buena emoción, un abrazo!
ResponderEliminarBien te puedo decir que sí, no los cambiaría por nada.
EliminarMirar fotos siempre tiene algo de alegría y algo de nostalgia, pero mucho de emoción.
Un abrazo.
Aquesta "estada" a Mallorca no crec que anés del tot malament i menys si no portaves uniforme i vivies fora... vas fer amics, que és el que més importa de tota l'experiència i vas conèixer la meva roqueta.😉
ResponderEliminarAferradetes, Alfred.
M'ho vaig pendre com una estada per feina, per un període tancat de temps.
EliminarNo coneixia mallorca i em va encantar. Vaig recórrer tota l'illa, tant la costa com l'interior.
Per casualitats de la vida, la meva dona va resultar ser filla de mallorquí i tenir família allà, cosa que va propiciar anar-hi més vegades.
Els amics fets mentre convivíem en un pis davant de l'estació per on sortia el tren a Soller, va ser el millor que vaig treure de l'illa en marxar.
La meva última estada ja va ser una mica més trista i no sé si tornaré.
Aferradetes, sa lluna!!!
Qué preciosa entrada...nostálgica,tierna y tan cierta.
ResponderEliminarMe ha encantado!
Un beso.
Muchas gracias lunaroja!!!
EliminarCierta ya te digo que sí.
Un beso.
Ni recuerdo dónde está. Ni tan siquiera el color que tenía.
ResponderEliminarSí eso del valor supuesto...
Tuve la "fortuna" de hacer la "mili" en solo once días. Hijo del cuerpo.
Pero fue entretenido, y completo.
Una sala de 40 camas para los 12 agraciados.
Instrucción, claro. Disparo con cetme. Salto de la tapia del cuartel, ayudado por el cabo Cantalapiedra, había quedado con una joven.
Sostenimiento de la gorra azul, del ejército del aire, que no se caía a pesar de su forma peculiar...
Y el día del "beso".
Vuelta a casa y nunca más.
Ya que has traído los recuerdos antiguos...
Abrazos Alfred.
Mis hermanos la tuvieron ver y a mí me tocó blanca, pero a parte de eso no creo que hubiera ninguna diferencia. Lo del valor....siempre estaba.
EliminarTuviste una mili breve y ya se sabe lo bueno...
Recuerdos setenteros ;)
Abrazo Ernesto.
Aysss historias de la p..a mili. Creo que no hay cosa que me guste menos que las historietas de la mili. Cuando te cuentan una y mil veces la misma batallita. Nadie quería hacer la mili, pero luego nadie dejaba de hablar de ella, jajajaja
ResponderEliminarBesines, cabo furriel :))
Son más historias de abuelete cebolleta. :))))
EliminarEs una experiencia de vida totalmente forzada.
Es algo que da mucho juego, no deja de ser un sitio que la lógica no tiene cabida.
Besines, me negué a ser cabo ;)
Son muchos los que fueron a este servicio patriótico, impuesto a la fuerza, que para muchos era un sinsentido. Me alegré mucho cuando dejaron que cada joven decidiera si quiere prestarse en el aprendizaje de las armas y las guerras.
ResponderEliminarComo soy de la época, mi novio entonces, hoy mi marido, fue al servicio y también cuenta historias e historietas de la p.... mili, jeje.
Petonets.
No nos quedaba otra, justo a partir de entonces empezaba lo de la objeción de conciencia, pero no estábamos muy al día al respecto.
EliminarSí todos tenemos muchas cosas que contar de esa p.m. ;)
Aquí a parte de eso quería dejar constancia de la década de los 70.
Petonets Montse.
que guapo que eres besitos
ResponderEliminarMuchas gracias. Estos comentarios siempre animan ;)
EliminarBesitos.