Tras tanto
tiempo detrás de ella, su deseo iba en aumento, no entendía como aquella
asilvestrada podía tenerle en jaque, pero así era.
Le había
llevado las más lindas flores, las que están lejos del claro del pueblo, las
que están allá arriba, en lo alto de la cascada, las que para conseguirlas te
obliga a meterte por la voraz selva, atento
a todo tipo de sabandijas.
Le llevó
chucherías y abalorios robados a los mercaderes que transitan por el río,
corriendo un alto riesgo por ello, pues eran gentes de muy mal cariz.
No lo entendía,
le había convencido de casi todo, consiguió que dejara esos cultos ancestrales
llenos de supercherías.
Que dejará de
convivir en esa choza comuna, siendo la cuarta mujer del jefe. La poligamia era
una aberración a los ojos de dios y un menoscabo para la mujer que se precie.
Esos asuntos
Amira ya los tenía superados, e incluso se ocupaba de mantenerle la capilla
limpia y le preparaba el vino y las formas.
Y también había
entrado en su choza, siempre acompañada, para prepararle algo de comer y
limpiarle el modesto habitáculo.
Por cierto
levantando un polvo inmenso, con su escobón de cañas de bambú, que hacía
imposible estar dentro en un buen rato.
Habían
conversado a la orilla del río, mientras Amira le lavaba la ropa, sobre todo lo
divino y de lo humano, bueno ella se limitaba a sonreír y a contestar con
monosílabos, en función de la cara que el pusiera, si era seria o risueña; lo
cual cada vez se le ponía más difícil, al ver que su barba se volvía más
poblada y espesa.
Contemplando el
paso del agua caudalosa pero tranquila, a los chicos correteando, entrando y
saliendo del río, en función del comportamiento de los caimanes; a las piraguas
de los que iban por pesca, Guzmán se preguntaba que había hecho mal para ser
rechazado por la bella Amira y que no le otorgara sus favores, dicho en plan
cursi romanticista, se sentía abrumado por no ser correspondido, lo cual estaba
mermando su capacidad de dedicación en la tarea de evangelizar a toda aquella
comunidad salvaje.
Entonces se dio
cuenta que era víctima de sus propias palabras, había machacado a aquella gente
por convivir según sus costumbres, con varios congéneres sin ningún vinculo
matrimonial.
Manteniendo un
comportamiento sexual a todas luces impropio, pues las parejas jóvenes se
escondían por los cañaverales, a la que tenían edad de poder dar rienda suelta
a sus apetencias.
Pero ellos
consideraban que era bueno practicar para poder darlo todo cuando escogieran
con quién convivir.
Eso si lo
tenían, para tener hijos, fuera con una o con varías, era imprescindible hacer
una choza, para ofrecérsela a la elegida, si ella quería claro.
Así que al
pobre Guzmán, como buen misionero y para cumplir como tal, no le quedo otra
alternativa, que construir una choza bien grande y soleada, para su deseada
Amira, la reina de la danza de primavera.
Sarrià, Abril 2016
Música: La misión
Sarrià, Abril 2016
Música: La misión
A Dios rogando y con el .... dando, eh....
ResponderEliminarSaludos.
Como lo sabes, es un tema que necesita mucha dedicación.
EliminarSaludos.
Yo me sé bien lo que nos pasa de verdad.
ResponderEliminarLo que de verdad nos pasa, lo que nos ocurre en realidad,es que somos unos desconocidos para nosotros mismos, que no solo somos uno o una, sino muchos. Y no nos aclaramos porque a pesar de saberlo todo, y sin ninguna explicación, hacemos lo contrario de lo que sabemos o sentimos y al final, acabamos descubriendo a Descartes. Sólo sé que no sé nada.
Me gustan tus palabrejas,Alfred.
Gracias Tecla! Muchas veces somos una incógnita para nosotros mismos y nuestros actos nos denuncian.
EliminarSeguiré poniéndolas.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarA mi a estas alturas no me extraña nada.
EliminarBesos.
No sé a qué altura estarás, pero debe de ser mucha, pues tienes buenas vistas ;)
EliminarBesos.
Muy sabio el tal Guzman, porque, al final, y como reza la sabiduría popular: "donde fueres, haz lo que vieres".
ResponderEliminarGran relato, Alfred, me ha encantado.
Un cordial saludo.
Tienes que aclimatarte a las costumbres locales para dejar de ser un foráneo ;)
EliminarMuchas gracias.
Un saludo cordial.
Me ha encantado tu relato.
ResponderEliminarUm beso.
Muchas gracias María, ami también me ha gustado el tuyo :)
EliminarUn beso.
Grato leerte
ResponderEliminarIntente ver la Pelicula pero luegode viajar por America y ver lo que fue la evangelizacion preferi que no
Cariños
Dejando aparte lo que pueda representar las creencias religiosas de cada uno, la colonización de América por los españoles da para más de una película y está es muy buena.
EliminarCariños.
Me alcanzo con ver la colonizacion en Peru
EliminarCariños y buen fin de semana
Gracias Abu! Igualmente para ti.
EliminarQue menos que una casa grande.....me ha gustado mucho la historia y la forma de narrarla.
ResponderEliminarSaludos
Eso digo yo, menos abalorios y más estar por la faena.
EliminarMuchas gracias.
Saludos.
Hola Alfred, hoy tus "palabrejas" tienen narices, pero como dicen allí arriba..."por favor no crear discusiones sobre la religión.
ResponderEliminarHennio es grande, y esta banda sonora bellísima, para un estupendo relato.
Después de este tiempo sin vernos :)
Un beso grande.
Hola Daphne, mejor no meterse en camisa de once varas sobre el tema. La banda sonora es preciosa y la peli está muy bien, los actores ni digamos.
EliminarEspero verte más a menudo :)
Un beso inmenso.
Guzmán no pudo resistir la tentación...
ResponderEliminarGrande Ennio Morricone,le conocí hace muchos años en Murcia,todo un personaje.
Besos.
Pobrecillo, perdido y solo en medio de un ambiente desconocido, con todos sus principios sucumbiendo al sentido común ;)
EliminarTiene que ser una gozada tratar a un personaje de esta magnitud.
Besos.
Mejor ocuparse en Amira que en andar persiguiendo infantes.
ResponderEliminarSaludos.
Bueno es un modo de decirlo, digamos que es lo natural ;)
EliminarSaludos.
Bonita historia y como de costumbre muy bien narrada.
ResponderEliminarBesos Alfred!
Gracias Sofya, eres clara y concisa, intentaré seguir en este plan ;)
EliminarBesos!
Hola Alfred, intentaron imponen unas "costumbres" sin tron ni son, sin respetar las que ellos ya tenían, entonces en este caso lo mejor fue claudicar si quería algo, pero donde esta el voto de castidad?, paso y sigue pasando:), buen relato.
ResponderEliminarBesos.
Sigue pasando hoy en día, intentamos convencer al otro de que su cultura y forma de vida no es la conveniente, al menos para nosotros. En medio de una selva, aislado de su bendito mundo civilizado, crees que le importa eso?
EliminarMuchas gracias.
Besos.
A veces porque actúas y tomas decisiones y otras porque no actúas. ¡Que difícil es a veces actuar correctamente!
ResponderEliminarAnte la duda es mejor dejarse llevar por las leyes de la naturaleza.
EliminarEl que debe adaptarse es siempre el que llega nuevo, pero en el mundo actual, a menudo pasa lo contrario.
ResponderEliminarMe encantó el relato y la foto es bellísima.
Besos
Hoy un prestigioso columnista de el principal diario de mi ciudad, hablaba precisamente de esto, un caso en Suiza sobre unos iraníes que no se acomodan sa sus usos y costumbres escolares.
EliminarMuchas gracias, la foto de mi autoría es una cascada en el parque de las Torres del Paine (Chile).
Besos.
El titulo ya me recordaba esta gran película y su hermosa banda sonora
ResponderEliminartu relato es muy bueno , el miedo a lo nuevo nos paraliza ese uno de nuestros grandes enemigos .. actuamos muchas veces sin ton ni son
besos
A veces escuchar una música te lleva a imaginar ciertas cosas o a veces es al revés la imaginación te hace buscar una música adecuada a lo que escribes ;) En cualquier caso se actúa mucho sin ton ni son.
EliminarBesos.
Es una sábana entre tanto verde, la imagen.
ResponderEliminarAbrazos, Alfred
Si, lo puede parecer ;)
EliminarAbrazos Alicia.
La violencia jamás, antes colgará los blancos hábitos de la percha de entrada a la cabaña ;)
ResponderEliminarUn saludo.
Los filmes de esas conquistas nos dejan sabor a pantano y mosquitos, a selva y a evangelización forzada y de malos modos.
ResponderEliminarMuy buen texto. Un beso
Los filmes son una representación amable de lo que debió de ser la cruda realidad.
EliminarMuchas gracias.
Un beso.
Un relato muy especial. Besos.
ResponderEliminarChoza,caballa o palacio da igual.
Todo queda en la decisión de la tal Palmira.
Pero bueno, que por intentarlo no quede.
Besos y buen finde.
Gracias Amapola, que decidan ellos claro está.
EliminarBesos y un buen finde también para ti.
Finalmente se dejó atrapar por las costumbres de ese grupo social, cautivado por Amira, dejando de lado su primer objetivo, quizá para bien.
ResponderEliminarUn abrazo que te dejo depositado en una flor de la primavera al final de tu relato.
Es lo mejor, adaptarse al medio, en este caso social.
EliminarUn abrazo y gracias!
A donde fueres...haz lo que vieres.
ResponderEliminarSuele decirse. Así le ocurrió al misionero, víctima de sus propias directrices.
;)
Besos.
Si ciertamente acabo aplicando el dicho, que era su opción más realista ;)
EliminarBesos.
Bueno voy a terminar el 2016, ves a la pobre Amira si la va a tocar barrer, el suelo de la choza será de barro :)
ResponderEliminarCreo que la bella Amira también sentía algo por el pobre misionero y sí, le barrio la choza durante muchas noches.
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