Cuando es festivo, una
de las actividades con las que suelo complacerme, es una siesta, de esas que no
tienen fin, no está estipulado su duración, y el solo hecho de esa premisa, la
hace extraordinaria.
Algunas veces, pocas, me
quedo traspuesto estirado en un sofá, mientras el ronroneo de una televisión
sin conciencia desgrana unos contenidos prescindibles de todo punto.
En ese estado de ser no
estando, estar sin ser, cualquier sonido ajeno a la necesidad funcionarial del
hogar, puede representar un sobresalto agudo.
Si la dormida es en un
lecho, estos inconvenientes lo son menos pues la instalación en ella, siendo de
una calidad más aconsejable, permite retirarse a un aposento menos agredido por
ruidos extraños.
Aunque hay que tener en
cuenta qué el hecho de desplazarse hasta la habitación después de haber
empezado el proceso de tránsito a la inconsciencia, puede perjudicar ese
proceso e incluso abortarlo.
Que en estas
circunstancias de somnolencia, te suene el teléfono, es muy perjudicial para la
salud, puede romperte los nervios en un momento de debilidad personal.
Si quien lo hace es
reincidente es su premura por hablar de algo, qué podía y debía ceñirse a otros
momentos de la existencia, te hace pensar, que la acción de no haberlo hecho
desaparecer en algún momento anterior de tu vida, fue un error, un clarísimo y
evidente error.
Cómo puedo considerar
persona digna de aprecio, alguien capaz de romper los beneficios que producen
en mi cerebro, soñar qué eres el rey de una nebulosa donde se producen todas
las maravillas a las que una mente pueda tener acceso...
Considerarlo amigo, en
estas circunstancias, forma parte del masoquismo, inherente a la cultura judeocristiana
a la que pertenecemos.
:-))))))
ResponderEliminarYa!
EliminarHola
ResponderEliminarLa foto es muy original.Me ha gustado mucho, Es genial.
He hecho la siesta durante muchos años, y va muy bien, sobretodo si duermes poco, osea que puedo comprender lo que te pasa. Hay un detalle que nos diferencia. Yo la hacía dentro la cama.
No dejes esta sana costumbre. Rezaré a los dioses para que no seas molestado.
Un saludo.
La foto la tome prestada de internet, realmente la encontre muy graciosa y acertada para la ocasión. Hago siesta según las circunstancias, y también lo considero una sana costumbre.
ResponderEliminarGracias por rezar a los dioses por mi.
Un saludo.
Menos más que no estabas tendido al sol, como lagarto. Entonces, te aseguro que el teléfono hubiera sido un cataclismo de incalculable consecuencias. :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
En la imagen sólo resalto la placidez de un momento de asueto único e intransferible, lo otro son las consecuencias de la interconexión social.
EliminarUn abrazo.