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Foto obtenida de internet
Foto obtenida de internet
La noche mágica
Hay una noche al año, en que todos nos sentimos niños, incluso ellos
no quieren ser mayores, un halo de misterio la envuelve.
Mientras anochece, el día se despide, con un hasta mañana, al que no
hacemos mucho caso, por ser un día de nervios, y sólo esperamos adentrarnos en
la oscuridad.
Esa falta de luz, ayuda cómplice para actuar, sin ser detectados,
que utilizan los malhechores, es utilizada en esta ocasión, por gente de bien, para
procurar alegría.
Los hemos visto, en las múltiples
cabalgatas, cargados con fardos, llenos de cajas envueltas en papel de
colores chillones y brillantes.
Hemos creído en ellos desde el primer momento, cualquiera rechaza un
amigo así de generoso, sin poner en duda sus buenas intenciones.
Noche de silencio, procurado por todas las partes implicadas, los
donantes por no darse a conocer y los receptores para no descubrir a los
visitantes.
Esperamos cada año, al amanecer, con cara ilusionada, ver la
sorpresa y el acierto en los impacientes abriendo sus regalos.
La sutileza de los reyes por los hogares. Los pobres camellos bebiendo y comiendo para reponer fuerzas. Los susurros entre cajas...
ResponderEliminarEs que la cara de los niños reluciendo en las mañanas nos dejan con ganas de retormar el cansancio de la espera para volver a ser magos por un día.
Un abrazo.
Es una sensación que apetece sufrir pese al cansancio, nervios y viajes, en busca de ese regalo, que no se encuentra en ningún lado hasta que lo transformas en una sonrisa,
EliminarUn abrazo.
Hola
ResponderEliminarHe tenido que retroceder en el tiempo unos cuantos años, para darme cuenta del significado de tus brillantes y bien colocadas palabras, tanto es así, que por unos instantes, he deseado volver a ser un niño.
Gracias por producirme esta sensación.
Un agnóstico.
Los agnósticos tienen el poder de ver realmente con imparcialidad las situaciones consideradas misticas.
EliminarDe nada.
Un saludo.