Rosa

 





La veo, admiro y deseo, reluce impresionando mis ojos con su belleza.

Es tanta que quiero guardarla para mi, llevármela y tenerla conmigo.

Para poder verla siempre que quiera.

Pero fuera de su  planta, de su tierra, se marchitara y lucirá poco tiempo.

Puedo prolongar su estado lozano, poniéndola en un jarro de agua bien fresca, aunque morirá.

Más lentamente, pero morirá, ofreciéndome su belleza en sacrificio, añorando las abejas que la visitaban .

Si la dejo en su sitio, el viento se llevara sus pétalos, desnudando su hermosura, y se secara al sol.

Si la cubro para  protegerlas, perderá los besos del rocío y el calor del sol, quedará triste y apagada. 

Sin la compañía de sus amigas, su belleza será en vano, se perderá.

Tengo que dejarla donde está, en su naturaleza, para admiración de los paseantes, mientras esté entre nosotros, ofreciendo su belleza, estará viva.

8 comentarios:

  1. En este día de rosas y libros poco se recuerda que es la naturaleza quien nos proporciona las flores y la celulosa para el papel.
    Pero...no me digas que no es bien bonito ver a la gente portando rosa y libros.
    Tu reflexión, acertada, me ha gustado mucho, mientras ofrece su belleza, está viva.

    Un abrazo

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    1. Es grato pasear por la ciudad viendo sonrisas ante las rosas recibidas y caras de grata sorpresa por el acierto ante el libro deseado.
      Un abrazo Albada.

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  2. Genial descripción de lo efímero de la belleza.

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    1. Gracias por tu amable comentario, también que la necesitamos y compartiéndola la disfrutamos. Un saludo Pilar.

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  3. La belleza ha sido creada para ser admirada, nunca para ser arrancada o poseída.

    Hermosa metáfora!

    Abrazos alados.

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    1. Agradezco el hermoso aleteo, de las no menos bella mariposa. Un abrazo.

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  4. Cuando realmente se quiere y admira, es cuando se sabe renunciar a ello. Por mucho que nos duela.
    Un saludo Alfred

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  5. Cierto, el verdadero amor es la renuncia por la realización del otro, aunque sea sin nuestra participación. Un saludo Cormoran

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