Foto del autor (palacio de la virreina)
(Música de las calles de Madrid)
El antepasado seguía apoltronado con garbo en su cuadro, dominando el gran salón en el que se tomaban todas las grandes decisiones que implicaban el futuro familiar.
Ahora era una sala vacía, carente de muebles, ni sillas ni mesas, ni sillones orejeros para siestas eruditas, ni tampoco nobles ropajes que abrigasen puertas y ventanas, para evitar así una de esas corrientes de aire frío como la que le causó esa asquerosa pulmonía que se lo llevó por delante, como mínimo un par de años antes de lo que le tocaba, dado su estatus social de alto rango, siempre bien alimentado y cuidado.
Pero las cosas habían ido cambiando en la familia. la cual por cierto cada vez parecía ir a menos y pronto seguramente el prohombre se vería obligado a buscarse, es un decir, otra sala más modesta o directamente una casa de subastas.
Con suerte un nuevo rico en busca de un pasado convincente por mostrar, lo adoptase con el cariño suficiente para entronarlo otra vez.
Le parecía mentira con lo que él se había esforzado en atesorar para dejarles un futuro asegurado, que ahora se viera a las puertas del desahucio.
Claro que sus descendientes no habían hecho nada por ampliar o conservar su gran herencia. Eran demasiado blandos y finolis para codearse con negreros o incluso con gente de moral distraída y permisiva, con los que sí se podían hacer negocios altamente rentables e incluso pagar con holgura las indulgencias necesarias para dejar la conciencia tan tranquila como la de cualquier bebé.
Pero esa pandilla de blandengues degenerados, esclavos de sus vicios, no le habían tenido el respeto merecido a su memoria.
Al final tendría que volver para poner algo de orden. Pero con la gota y su maldita pulmonía, se veía con pocas ganas de hacerlo. Mejor esperar a un buen comprador.
Barcelona, 18 agosto 2021.
La verdad es que ignoro si Dña. Cecilia Gimenez del pueblo de Borja sigue viva. Si así fuera, quizás confiarle el cuadro para una "actualización"(antes llamada restauración) le daría al retrato del prohombre una dignidad más en la línea de hoy día, tal y como hizo con su excelsa restauración (ahora llamada actualización) del "eccehomo"
ResponderEliminarver aquí
Creo que sigue viva y coleando, siendo una institución en su pueblo. Tendré en cuenta tu sutil sugerencia.
EliminarNunca segundas partes fueron buenas. Mejor dejarlo estar esperando un dichoso comprador.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ni segundas, ni terceras, ni...
EliminarSeguirá colgado esperando nuevo destino.
Un abrazo.
Alguna vez admiré una obra que estoy convencido deseó venirse conmigo, consciente de que yo la admiré y valoré como jamás su dueño... De cuando las imaginerías son historias verdaderas, Alfred... Te lo juro. Era un Quinquela que estaba en casa de uno que lo había heredado y que de su valor no tenía ni idea.
ResponderEliminarAbrazo ida y vuelta!!
En eso me has recordado, que el individuo en cuestión desde su atalaya, me dirigió una mirada perruna en busca de adopción.
EliminarUn abrazo.
Lo apreciará más alguien fuera de sus descendientes. Nos convertimos en polvo al morir y nunca más nadie nos vuelve a recordar. Hasta los más connotados. Así es.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si no vas a parar a un museo estás perdido.
EliminarUn abrazo.
¿Nuevo rico buscando un pasado convincente? Hay que limpiar el pasado pintando de blanco el futuro; la mierda seguirá dentro aunque no se vea.
ResponderEliminarSaludos
Ahora estas cosas se llevan menos, pero lo de gente adinerada, que compraba bibliotecas para mostrar y retratos para aparentar linaje, te puedo dar fe.
EliminarLa porquería cuesta mucho de quitar.
Saludos.
O esos que comprar libros huecos solo con portadas rimbombantes.
EliminarSí, exactamente, librerías compradas a metros lineales, con lomos de piel bonita y títulos dorados bien visibles. ;)
EliminarUn hombre se esfuerza, crea un imperio, una fortuna, lucha, lucha y lucha, incluso trafica con esclavos... son otros tiempos... pero sus descendientes ya nacen sin ese espíritu de lucha, todo lo tienen sin esforzarse, y sí, cada vez más finolis hasta que dilapidan toda la fortuna y el antepasado desde el más allá si pudiera los mataría.
ResponderEliminarSaludos.
¡Gracias Toro!
EliminarSaludos.
Dicen que la tercera generación dilapida las herencias. Muy bien narrado, Alfred
ResponderEliminarUn beso
Esa es la teoría: el abuelo crea la empresa, el hijo la amplía y la consolida, el nieto la dilapida.
EliminarMuchas gracias Albada dos.
Un beso.
Pobre Señor! Más le valía no haberlo dejado ahí para ser testimonio del derrumbe y tuviera que pensar en volver del más allá para arreglar los desaciertos de sus descendientes, muy hermosa la música también, Alfred, gracias, un abrazo!
ResponderEliminarDe pobre nada, el fue rico. ;)
EliminarPero a saber como consiguió su fortuna.
Otra cosa son los manirrotos de sus descendientes.
Gracias a ti, un abrazo.
En realidad la habitación sin el cuadro del prohombre perderá todo el esplendor. El cuadro es el que da carácter de alcurnia al espacio. Quizás por eso los herederos del susodicho no lo descuelgan de la pared, en espera de hacer una buena venta....
ResponderEliminarAlfred un texto muy bien escrito y muy original.
Un abrazo .
Tienen la vergüenza necesaria para retenerlo en su lugar.
EliminarMuchas gracias Berta.
Un abrazo.
¡Hola, Fran!
ResponderEliminarQué cuirosa esta historia.
Un abrazo.
¡Hola mamen!
EliminarMe has rebautizado ;))))
Muchas gracias.
Un abrazo.
Después del esplendor llega la decadencia...
ResponderEliminarUn abrazo
Todo nace, se expande y muere.
EliminarUn abrazo.
Alfred, buen cuento, en cuanto al personaje más le vale irse de viaje, como buen fantasma, y olvidarse de la familia.
ResponderEliminarUn saludo.
Es lo mejor que puede hacer, para bien o para mal, ninguno de sus sucesores estuvo a la altura.
EliminarUn saludo.
Segur què qui pagui per ell, li guardarà el respecte que es mereix... què no s'entristeixi, que l'amor és més gran dels desconeguts que el dels propis familiars.
ResponderEliminarBon relat! 😉
Petonets, Alfred.
Qui pagui pel quadre, segurament el que es quedi amb la casa, el deixarà al seu lloc, per jugar als dards amb ell.
EliminarHi ha molt malvat sense escrúpols.
Petonets sa lluna.
Hola Alfred.
ResponderEliminarExcelente relato. Me ha gustado muchísimo el ritmo que imprimes a la decadencia de la prosapia que el antepasado desgrana desde el cuadro.
Un placer leerte.
Un beso.
Hola Mónica.
EliminarMuchas gracias, me alegra que sea de tu gusto.
Un placer tenerte por aquí.
Un beso.
Tanto esfuerzo para nada, en esta vida haces fortuna para que la disfruten otros y a ti ni te recuerdan, .... Saludos amigo Alfred.
ResponderEliminarTampoco es que me den mucha pena uno y otros.
Eliminarsaludos amiga Sandra.