El Viejo Visitante
Parecía de una generación
anterior a la nuestra. Sus maneras, vestimenta, hablar pausado, comportamiento
general, así me lo manifestaban.
Tras el primer saludo, se adentró en el jardín.
Tras el primer saludo, se adentró en el jardín.
Seco, enjuto, tostado por el sol, con arrugas marcadas,
blanquecinas en su interior, propio de una actividad continuada, al aire libre.
Esperó a la segunda invitación, para sentarse con nosotros, acompañándonos
ubicándose en una de las sillas que estaba libre en el jardín.
Se hizo rogar lo justo que la educación a la antigua exigía. Pero
eso sí, no aceptó tomar nada, de lo que gentilmente la anfitriona le ofrecía.
Ante el interés por nuestra parte, acerca del estado de salud en
el que se encontraba, empezó a desgranar sus males y en qué estado estaba cada
uno, lo cual me dejo asombrado, pues el talante que mostraba, no era el de una
persona tan enferma, sino la de una, vitalista y en plena actividad.
Pero al iniciar el degoteo de toda su actividad como paciente
médico, mi asombro fue en aumento, mostrando un desconcierto total, por la
facilidad con la que se mostraba sin quejarse.
Parecía que todo el parte iría a llevarle hasta una hora bien
avanzada.
Desgranar su rotura de cadera, con la operación correspondiente para implantar una prótesis, su sesión de diálisis diaria a la espera de un riñón de recambio, un corazón en estado precario, con un fibrilador añadido...Y a todo esto, su semblante no mostraba ninguna sensación de derrota, sino de agradecimiento por la labor médica que le permitía seguir disfrutando de la vida.
Desgranar su rotura de cadera, con la operación correspondiente para implantar una prótesis, su sesión de diálisis diaria a la espera de un riñón de recambio, un corazón en estado precario, con un fibrilador añadido...Y a todo esto, su semblante no mostraba ninguna sensación de derrota, sino de agradecimiento por la labor médica que le permitía seguir disfrutando de la vida.
Incluso se permitió hacer bromas, sobre sus paseos con un viejo
tractor, por las estrechas calles de aquella coqueta villa de montaña.
Una vez acabado el parte médico, mis anfitriones desviaron la
conversación, al interesarse por diversos familiares y otros miembros del
lugar, obteniendo información del estado de diversas familias oriundas de aquel
pueblo.
Cuando se hubo ido el paseante, me quedé con una cara
interrogante, puesto que rápidamente me pusieron al día del viejo de marras,
que resultaba ser más joven que los que estábamos allí reunidos. Y a veces nos
quejamos por un simple dolor en la rodilla.
La salud es un bien, que con el tiempo se vuelve escaso, y que hay
que saber agradecer el poder disfrutar de cada unos de nuestros días.
La Cerdanya, Agosto 2017
Tienen mucha razón y profundidad estas letras amigo Alfred.
ResponderEliminarCada instante es valioso, nos aporta aprendizaje y fuerza, debemos de disfrutarlo y agradecerlo.
No dejemos de pensar cada uno tiene sus circunstancias, sólo quien las pasa las siente y comprende.
Un abrazo.
Ambar
Me sorprendió mucho su comportamiento totalmente estoico, narraba sus males y las soluciones para paliarlas con total desapego.
EliminarUn abrazo.
Qué hermoso paisaje!!!
ResponderEliminarA veces nos quejamos de puro vicio, verdad?, pero claro, cuando a uno le duele la rodilla no se acuerda de que hay personas a las que a la vez que la rodilla les duele hasta la lengua.
La salud es un bien muy preciado que ciertamente hay que saber aprovechar cuando se tiene en unas más que decentes condiciones.
Muy buen fin de semana.
Besines.
Muchas gracias! Lo capté yo, con mi cámara, ;)
EliminarLo normal es andar quejándose todo l día por los males propios y ajenos, familiares y allegados varios, pero ver un comportamiento tan natural, cómo no dándole importancia, de alguien que estaba totalmente al filo del abismo, me impresionó.
No le damos importancia, hasta que empieza a fallarnos.
Disfrutemos de los buenos momentos que nos quedan.
Buen finde!
Besines.
Vale, te concedo que esta fotografía también está bien :)
EliminarSe nota la buena influencia de I.C que ha hecho que mejores mucho en el tema fotografía ;)
++Besines
Gracias por tu generosa magnanimidad en la valoración de un exponente fotográfico exclusivamente de valor y autoría propia.
EliminarSoy poco influenciable, la prueba es que uso más de ella que propias. :)))
++Besines.
Jajajajajajajajaja
EliminarSabes que te quiero ;)
+++besines
;)))))
EliminarLo sé y lo disfruto.
Lo mismo digo.
+++Besines
Belleza en tus letras Alfred y en tus fotografias
ResponderEliminaryo soy aficinada tambien en este mundillo,
valoro cada detalle .. ese que solos los fotógrafos vemos
Feliz fin de semana
Gracias Cora! A veces, no siempre, la fotografía, es otra mirada sobre el mundo que nos rodea.
EliminarFeliz Finde!
En la salud sólo se piensa cuando no se tiene.
ResponderEliminarSupongo que gozar de buena salud hace que los pensamientos se centren en otros asuntos.
Besos.
Me gustó el relato , pareciera que estuviera allí.
Besos.
Es bien cierto. Es un bien considerado no tangible. Lo mesuramos, se tiene o no, buena o mala y ya está.
EliminarSupongo que sí, tenerla mala debe absorber mucha energía.
Muchas gracias!
Besos.
Nos llegan muy oportunamente personas a decirnos lo bien que estamos, con tan solo contarnos lo que han pasado ellos en su vida. Nos borran de nuestro ser la queja y en su lugar instalan agradeciniento.
ResponderEliminarUn abrazo.
No nos damos cuenta de nuestros pequeñas molestias, a penas son nada, comparadas con grandes males. Así es, tal cómo dices.
EliminarUn abrazo.
m*
ResponderEliminar¿?
EliminarEs que escribí agradeciNiento, allí iba la M : )
EliminarGracias!
EliminarYa ves mi despiste, no lo advertí. :)
Pues sí, nadie sabe con la sed que el otro bebe... y nos quejamos por nada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buena forma de decirlo, quejarnos...siempre lo haremos.
EliminarUn abrazo.
No valoramos lo suficiente el estar bien de salud...
ResponderEliminarY deberíamos.
Saludos.
Supongo que no, hasta que nos falta, no le damos importancia.
EliminarDeberíamos, sí!
Saludos.
Tienes toda la razón, hay que tenerlo presente.
ResponderEliminarBien por el yayo, que petardos son los quejicas!
Besitos Alfred, buen finde
Gracias! Pero bien por él, me dio una buena lección.
EliminarBesitos lopillas y feliz fin de semana.
Hola Alfred!
ResponderEliminarNunca has tenido tanta razón ( bien, es un decir ) en tu escrito. Hay que saber agradecer el poder disfrutar de cada uno de nuestros días. ! Si señor!!!
Hola Enric!
EliminarGracias por darme la razón. (Bueno, esta vez) en un escrito. Creo que hay que saber valorar nuestro estado, cuando nos permite disfrutar plenamente de la vida.
La salud es imprescindible para poder disfrutar de las siguientes cosas más importantes.
ResponderEliminarUn abrazo, Alfred.
Ya sabemos que tres cosas hay en la vida...
EliminarUn abrazo, Chema.
¿Sabes? yo creo que se valora la salud cuando uno está enfermo, mientras tanto no la valoramos, y tal vez, nos quejamos por cosas sin importancia, deberíamos mirar para otro lado y ver cómo algunas personas que están mal de salud son más felices incluso que las que están bien, así somos, unos desagradecidos con la vida.
ResponderEliminarMuy bonita también la imagen, amigo Alfred.
Besos y feliz noche.
Así es, la ausencia es lo que nos hacer dar cuenta, de lo muy importante que es. Tanto que los que la tienen menguada, nos dan una lección.
EliminarMuchas gracias, amiga María.
Besos y una feliz noche para ti también.
Ciertamente, la gente valora y mucho la salud...cuando la pierde. No obstante, cuando andamos "averiados", sacar partido a la circunstancias y disfrutar dentro de las limitaciones podríamos hacer nuestra existencia mejorable, imprescindible el aceptarla.
ResponderEliminarMagnifica entrada, fotografía incluida, gracias Alfred.
Un abrazón y buen finde.
Tal cual, damos por supuesto que es nuestro estado natural y no le damos importancia, incluso a veces criticamos a los quejicas.
EliminarMuchas gracias, gracias a ti mari carmen.
Un abrazo y feliz fin de semana!
Nuestra naturaleza, enfermiza o no, nos depara una vejez más o menos activa. No importan los avatares de salud que nos golpeen si tenemos la actitud de seguir vivos. Bueno...hasta el último avatar, se entiende
ResponderEliminarMe ha gustado cómo lo has urdido, sea o no basado en la realidad. Un beso
Nuestra naturaleza es proclive a los achaques, acrecentados con la edad hasta el desenlace final, cada vez más postergado, en muchos casos no siempre, y solemos tener una actitud más positiva, al disfrutar de una buena calidad de vida, mientras nos llega el turno.
EliminarGracias, hay un poco de todo.
Un beso.
Alfred, u anciano resulta ser el más sabio. Nos quejamos con demasiada frecuencia por tonterias y personas como las de tu relato nos demuestran que tenemos que ser mucho más agradecidos con la vida y que lo que importa es nuestra actitud ante lo que nos pasa y sí disfrutar.
ResponderEliminarBesos
Un "anciano", piensa que no estamos en edad provecta, que nos dio una lección de actitud ante las dificultades y como agradecía cada minuto ganado a una vida complicada. La actitud es lo más importante.
EliminarBesos.
Es que nos pasamos la vida pensando en las otras dos cosas, hasta que le vemos las orejas al lobo. Pero está bien aprender las lecciones que nos da la vida. Un abrazo.
ResponderEliminarNos pasamos la vida sin darnos cuenta de nada, hasta que a veces es tarde, para disfrutarla.
EliminarUn abrazo.
Hola Alfred,una foto preciosa y estupendo relato para recordarnos que nos quejamos por simplezas.
ResponderEliminarCuantas personas hay que su salud es precaria y sin embargo su actitud ante las dificultades es muy buena. Gente envidiable sin duda.
Un abrazo y buen domingo.
Hola Elda, muchas gracias.
EliminarMe pareció una actitud con mucho mérito.
Un abrazo y feliz semana.
Desde luego Alfred, sólo hay que visitar un hospital para que nos demos cuenta que teníamos que estar siempre agradecidos a la vida por nuestra salud. El anciano sabe aceptar sus males sin quejarse. ¡Una gran lección! Abrazos.
ResponderEliminarYa ves Mara, hay quién sabe afrontar sus problemas con total positivismo y no se da por vencido, disfrutando todo el tiempo que puedan darle.
EliminarAbrazos.
La salud nos enseña a apreciar las cosas ya que sin ella nada vale lo suficiente.Una historia la que nos cuentas donde se aprecia la necesidad de estar atentos a nuestra salud,ya que solo cuando la perdemos la echamos en falta.
ResponderEliminarUn buen tema para analizar con frecuencia.
Besos
Puri
Es su falta la que nos hace darnos cuenta de la importancia de las cosas. Creo que sí, es un buen tema para reflexionar.
EliminarBesos.
Cuan importante que es
ResponderEliminarY pensar de cuantos quejandose por pequeñeces
Cariños
Mucho, muy importante.
EliminarHemos de quejarnos menos y disfrutar más de la salud que tengamos.
Un abrazo.
La verdad es que su actitud era totalmente positiva, con un toque de humor, que dado su estado, era encomiable.
ResponderEliminarSalerosos saludos Julio.
Cuesta asumir la poca capacidad de decisión que tenemos sobre nuestras vidas. Un gen un poco díscolo, un mal día al cruzar la calle y todo lo que habíamos planificado, pluf, desaparece en la nada. Es una gran lección lo que planteas hoy...
ResponderEliminarNo queremos ser conscientes de nuestras limitaciones. Y a veces cuando surge una dificultad, viene el derrumbe total. Mejor saber asumir las dificultades por merma de salud y conseguir superarlas.
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