El viento hacía inútil guarecerse de la lluvia bajo
un paraguas, por muy de diseño que fuera, con marca de cierto pedigrí incluida. Eso le
molestó de forma especial, no solo por mojarse de forma desagradable sino y muy
importante, por arruinar ese peinado tan voluptuoso que le habían recomendado en
su peluquería, la de total confianza, donde siempre hacían lo que querían, sin contar con sus gustos..
Encima, ese viento juguetón, que no paraba de reírse
de sus pequeñas incomodidades, no era lo suficientemente fuerte para llevarse
esas nubes que no paraban de desahogarse con ansias, de sus inacabables gruesas
gotas de agua.
Estaba claro que las inclemencias atmosféricas se
seguirían cebando en su cuerpo, sin mermar su espíritu combativo, pues aun
mantenían alto su fuerte carácter luchador, éste que no se rendía jamás ante
ninguna incidencia y menos ante una incomodidad natural.
Los copos de nieve se reciben con una cierta
simpatía, de la que el agua normalmente carece, a pesar de que haya quién cante bajo la lluvia.
Pero aquí, lo único blanco que caía, eran las hojas
desprendidas de los olorosos jazmines, quedando totalmente desplumados, para
desolación de la dueña del balcón afectado.
Pero ella, ni cantaba, ni aspiraba perfumes, ni
sonreía al tendido, se limitaba a caminar con paso apresurado, sorteando los
charcos agarrando fuertemente el paraguas que el viento le quería arrancar.
Cuando lo vio, con su porte decidido y sus sienes
plateadas, entre el cuello de la parka subido y su sombrero de lluvia empapado.
Era él, no había duda, había gozado con sus caricias,
disfrutado de sus besos, desgarrado su interior por sus acometidas, y eso no se
olvida de un día para otro.
Miró el local en el que entraba, uno de esos colmados
puestos de moda, recuperando el viejo estilo de cuando eran críos, vendiendo
las cosas a granel y por piezas sueltas, todo muy ecológico, muy chic y con
certificado de origen y muy caro.
Entró tras suyo, como atraída por un imán, por una
fuerza centrifuga imposible de superar, contempló su nuca, su coronilla
despoblada una vez sacado el sombrero y esas espaldas, todavía rectas, fuertes,
podía dar fe de ello.
El notó que era observado, una mirada por detrás es
detectada sin saber nunca por qué, se giró mientras esperaba turno para ser
atendido, por el chico de la bata a rayas.
Entonces la vio, al momento sonrió, toda su cara se
iluminó, como si fuera enfocada por una luz, usada para destacar en un teatro.
-
He pensado en
comprar algo de fruta y unas aguas.
- Me parece bien,
no pensaba, pero te he visto entrar y no he podido reprimirme.
Eso está bien.
-
¡Ya! A ti te
gusta que sea así.
-
Por supuesto.
-
Pues no siempre
voy a seguirte.
-
¿Ah no?
-
¡No!
-
¿Y si te sigo yo?
-
Pruébalo.
-
¡Vale! Pues ahora
subo.
-
Te espero en
casa.
-
Hasta ahora.
Pequeños diálogos, casi de carácter domestico, que
unos amantes se dedican, sin más, ante la mirada incrédula y sorprendida, de un
milenial, doctorado en ciencias sociales, con un máster en aprovechamiento de
recursos humanos, pero que ahora se limitaba
a cobrar, en un centro de verduras y frutas ecológicas. Muy cool, eso
sí.
Mientras sale del local,
contempla la figura que se aleja por la acera, peleando con el paraguas, donde
unas piernas enfundadas en unas negras medias, le invitan a seguirlas.
Cosa que hace de
inmediato, mientras se acomoda la bolsa de la compra en el regazo. ¡Que incomodo
es! Usar bolsas de papel reciclado, en días de lluvia.
Sarrià, 24 Febrero 2017.
Pues sí, me sacaste la sonrisa.
ResponderEliminarLo del paraguas en días lluviosos con viento es de lo más inútil, los paraguas chic de pedigrí también se doblan ante un fuerte viento ;)
Me gusta esa pareja de amantes y el giro que ha dado el relato con algo tan al orden del día, como es gente preparada no pudiendo trabajar en un trabajo acorde a su preparación y encima dando las gracias porque tiene trabajo :(
Las bolsas en papel reciclado en días de lluvia tan inútiles como los paraguas con viento ;)
Besines.
Hola Livy!
EliminarEs que vivimos en un mundo de incoherencias, con o sin diseño de por medio ;)
Besines.
Muy incoherente, Alfred.
EliminarGracias por consejo, Bach ;)
Hoy tengo una cita con Renoir :)
Besines
Disfruta de tu cita y la banda sonora ;)
EliminarBesines.
La lluvia es necesaria, pero insufrible. Debería llover de 2 a 6.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, tienes razón, tendríamos que promover ese horario :)
EliminarUn abrazo.
Tratas con tal dulzura y ternura cada uno de los elementos insertos en tu entrada que me gustaría que vieras mi cara de satisfacción fascinada al ir recorriendo renglones. Y más porque me queda muy claro que estás en un gran momento de tu vida, pues aprecias hasta lo que a muchos mortifica, como el viento.
ResponderEliminarBesos.
Hola sara!
EliminarMuchas gracias por tus apreciaciones. La verdad es que me siento muy a gusto :)
Besos.
Adoro la lluvia como resbala por mi piel, acariciando todo sentido de mi ser. Es como renacer una y otra vez. Para mi la lluvia es un regalo lo que pase estando ella es una agradable aventura. Besos!!
ResponderEliminarQue suerte tienes, a la mayoría, la lluvia les parece una incomodidad necesaria.
EliminarBesos.
Eso sí que es ir de compras!
ResponderEliminarY el milenial, un guiño a la cruda realidad.
Besos.
A que sí!
EliminarVivimos tiempos difíciles y convulsos.
Besos Celia.
todo un encanto como escribes y descubrirte
ResponderEliminarun abrazo desde el otro lado del charco
Un abrazo desde el Mediterráneo, gracias por tan agradable visita.
EliminarAlcachofas y pepinos fue la compra al final. Soy tan basta a veces jajaja
ResponderEliminarHe sentido el frío de la lluvia y el desparpajo de la pasión.
Besitos Alfred
Vaya lopillas, que compra más prosaica ;)
EliminarMe alegra.
Besitos.
Alfred precioso poema! Gracias por dejarnos leer esto. Y perdon por las veces que critique tus palabras cuando senti que las faltaba musica.
ResponderEliminarUn abrazo limpio, por supuesto
Muchas gracias Marijose! De todas las críticas se aprende, ninguna sobra.
EliminarUn abrazo.
Que decirte estimado Alfred
ResponderEliminarTodo me gusto
Me quede pensando a mi nunca me sucedio.....lastima
Digo lo de encontar una nunca asi jeje
Cariños
Hay Abu, no me digas eso, seguro que sí.
EliminarUn abrazo.
Siempre en la vida existe una posibilidad.
ResponderEliminarCuanta ternura, Alfred.
Hola Tecla!
EliminarLa vida te da oportunidades varias.
Muchas gracias!
Hola Alfred, así también me gustaría comprar o que me hagan la compra:), magnifico relato ya que haces sentir esa lluvia y frío que hace.
ResponderEliminarBesos.
Hola Piruja!
EliminarQué importan la lluvia y el frío, si luego tienes un cálido abrazo.
Besos.
Este es un mundo tan superficial...y lleno de incoherencias...
ResponderEliminarDa gusto ver en la historia esa sonrisa y esa cara iluminada.
: )
Bien por esos amantes.
Besos.
El mundo es inconexo y fatuo, sólo las pequeñas historias se merecen un respeto.
EliminarBien por ellos ;)
Besos.
Las tormentas no deben afectar a nuestro interior, no porque llueva en el clima va a llover en nuestra vida, asi como hay días que mucho sol fuera no se logra ver en el interior.
ResponderEliminarUn placer leerte y sentirte .
Un beso enorme.
La luz interior nada tiene que ver con la iluminación solar, buena apreciación.
EliminarMuchas gracias!
Un enorme beso.
Hola Alfred!
ResponderEliminarLos elementos de la naturaleza a nadie dejan indiferente. En el jardín me encanta que llueva y en la ciudad me fastidia. Pero aquí se trata de dos amantes y los elementos son relativos. Se diría que juegan mientras compran en una frutería como las de antes.
Hola Enric!
EliminarLos elementos de la naturaleza en muchas ocasiones condicionan nuestra actividad y con ello el devenir de nuestra historia.
Aquí es un capricho del destino.
Breve, preciso y conciso:
ResponderEliminarMe encata esta entrada.
Un abrazo.
Hola mari carmen!
EliminarMuchas gracias!
Un abrazo.
Me gusta la sonrisa que despierta tu historia, me gusta leer la lluvia desde la comodidad y no pelearme con esos paraguas con viento, me gusta esa crítica velada que hay en tu texto y me gusta como lo has contado.
ResponderEliminarUn saludo
Hola Conxita, muchos me gusta me parecen, tantos que me enrojecen el semblante, la crítica sigue.
EliminarUn saludo.