Sala Museo Maurithsuis. (Internet)
Colgada en una pared
Desde mi atalaya, tras la
barandilla, contemplo cada día, las caras de los visitantes extasiados ante mi
imagen, la verdad es que el señorito Juanito me pintó muy bien, muy natural,
tal como era yo en aquel tiempo y así me he quedado para siempre.
Normalmente pasan un momento
frente a mí, escudriñándome, alejándose y acercándose para verme en diferentes
ángulos y se van, algunos intentan hacer un retrato con esas cajitas que llevan
todos, pero Paquita siempre lo impide
con su sonrisa puesta.
Lleva unos cuantos años aquí
conmigo, aunque sea ridículo por mi parte hablar de tan poco tiempo; he tenido
la posibilidad de ver muchas personas y cosas a lo largo de mi estancia en este
museo de Maurithsuis.
De todos los visitantes,
admiradores o no de mi rostro, éste ha sido el único, que me ha dirigido la
palabra, lo cual al principio de descolocó un poco, me daba cierta vergüenza,
ver a un tipo mayor, sentado delante de mí y charlando por los codos.
Pero su voz, se me fue
haciendo una cantinela agradable, tan educado él, iba desgranado su vida y sus
creencias. Sé que ha Paquita también le hacía gracia, pues cada vez ponía más
la oreja e iba corriendo su taburete más hacía el banco donde se sentaba.
La verdad es qué me moría de
ganas de contestarle e incluso de intercambiar unas palabras, también con ella,
pues no todo lo que decía lograba entenderlo, digamos que soy de otra época.
A veces me parecía que
desprendía una pena como muy honda, como si algo en su interior no acabase de
salir.
Otras veces era divertido y
sarcástico, como cuando se metía en cosas de los políticos, eso lo pillaba
mejor, pues siempre han sido iguales.
Supe a través de sus visitas,
las cuitas de sus hijos, los deseos que tenía para ellos, que ninguno tenía
ganas de cumplir, pero que aceptaba el camino escogido por cada uno.
Al final su presencia se me
hizo imprescindible, la verdad es que no sabía cómo pude estar tanto tiempo
puesta en la pared, lejos de cualquier contacto con la gente, sin sentir el calor humano.
Tiempo atrás, hice alguna
escapada, en la quietud de las oscuras noches, en que mi presencia no era
tenida en cuenta, algunos, los más veteranos hacíamos alguna excursión, para
liberarnos del tedio de nuestra hermosa existencia de objetos admirados.
No eran gran cosa, dadas nuestras
limitaciones físicas, pero algún divertimento nos proporcionaba, mas de todo te
cansas.
Vistos desde un cuadro, el
paisanaje real es curioso, son los contrapuntos a una belleza natural que por
sí sola no llega a extasiarnos, le falta esa inmadurez, esa intrascendencia,
esa levedad que da su presencia.
Cualquier cosa es mejor que
ciertos compañeros siempre discutiendo de astronomía sin ponerse de acuerdo o
bien otros haciendo una autopsia interminable cargada de morbo.
Desde los tiempos que estaba
siendo plasmada en este lienzo no había visto nada tan enternecedor, salvo la
mirada de deseo que me dedicaba el señorito, que no era la misma que a la dueña de los pendientes, por cierto.
Ahora veo como se van cogidos del brazo, hacen una buena pareja, a
pesar de que él le lleva bien… bien… tres lustros. Pero que representa eso
comparada con mi eternidad.
Se ha dejado el bastón, pero
no he dicho nada, creo que lo ha hecho expresamente.
Este me ha parecido tiernísimo.
ResponderEliminarY escrito de lujo.
Te felicito.
Me ha gustado mucho.
Saludos.
Creo que la joven de la perla en una persona muy sensible dentro de su sencillez y muy observadora en su cotidianidad de chica de servicio domestico y modelo a ratos perdidos.
EliminarMuchas gracias!
Saludos.
Qué bueno estar metido dentro de un cuadro y pensar de esa manera, como si estuviera vivo observando al exterior.
ResponderEliminarLa verdad es que me ha encantado tu relato, te felicito.
Un beso.
Gracias María! La modelo está contenta con su cometido y su lugar.
EliminarUn beso.
Encantador relato hecho en la perspectiva de la pintura.
ResponderEliminarMe ha encantado, está precioso relatado, muy dulce y tierno me ha parecido.
Me ha hecho mucha gracia el detalle de los políticos, y es que por mucho que cambien las cosas en el mundo, otras siguen siendo parecidas.
Un placer leerte Alfred.
Un abrazo y buen domingo.
Hola Elda, las similitudes en el comportamiento de ciertos actores sociales, varía poco de una época a otra. Hace poco estuve en un acto sobre Bernat Metge Siglo XIV, donde lo demostraron ampliamente.
EliminarMuchas gracias!
Un abrazo y bueno para ti también!
Sin saber por qué, esta situación de La joven de la Perla me ha recordado a Copito de Nieve y la expresión que tenía ante los visitantes.
ResponderEliminarEra única.
Están bien estas palabrejas, Alfred, nunca decepcionan.
Muchas gracias Tecla! Aunque no se como tomarme ese paralelismo que manifiestas ;)
EliminarUn abrazo.
genial, desde esa otra mirada, me gustó mucho.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias Guillermo, con este post cierro el cuento.
EliminarSaludos.
Cada cual cuenta las cosas desde su perspectiva.
ResponderEliminarMuy interesante y bien contado.
Saludos.
Gracias! Una muestra a tres bandas de una historia en una sala de museo, con una pintura excepcional.
EliminarSaludos.
Qué bonito, por Dios. Me están encantando estas historias de los cuadros. Cuánta ternura.
ResponderEliminarBesos
Hola Celia, Gracias por tus palabras.
EliminarBesos.
Delicioso Alfred.
ResponderEliminarPor un momento me he sentido en esa sala...
Besos.
Una sala de un museo a la antigua, con paredes tapizadas que ahogan los murmullos de los visitantes y retiene el polvo con más ganas que una pared simplemente pintada. Los cuadros luciendo en esas paredes, destacan con sus vivos colores, expresión de toda la vida que acumulan, pues el paso de los años solo hace que revalorizarlos. Pero estos cuadros se encariñan con los sitios en los que son expuestos para ser admirados, es su forma de agradecer el tributo que reciben. En este caso, incluso se alegra de haber colaborado en una buena relación ;)
EliminarBesos.
Ternura pura
ResponderEliminarCariños
Muchas gracias Abu.
EliminarUn abrazo!
Cada uno cuenta las cosas según su punto de vista y aquí la joven de la perla nos da otra versión.
ResponderEliminarInteresante la opción de hacer hablar a los protagonistas de un cuadro y por otro lado hacerlo con el observador.
Besos Alfred.
Puri
Es la historia de un triangulo, en el que nadie perjudica a nadie.
EliminarBesos Puri.
Hola Alfred .... Chapo por esta 3 entrega , cada una es mejor que la anterior , y al final consiguio el señorito ligarse a la guarda de seguridad , al final hay boda o no ? Estoy super intrigada , en cuanto a la joven de la perla es todo corazón dulzura a más no poder , yo vi la pelicula y a mi sinceramente me gusto muchisimo , el era todo un artista , te deseo un feliz Domingo besos de Flor.
ResponderEliminarMuchas gracias Flor, dejemos que hagan su vida en la intimidad de lo desconocido, aquí acaba la historia de un cuadro genial, un visitante charlatán y una vigilante que sabe escuchar.
EliminarUn feliz domingo también para ti.
Besos.
Me ha gustado. El guión es original y bueno. Virtualmente, ha de ser una experiencia interesante.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras de reconocimiento.
EliminarQue delicia de relato y que estupendo final, con esa vanidad de las cosas hermosas mezclandose con la dulzura de lo contado... Me ha gustado muchísimo!.
ResponderEliminarBesos.
Hola Eme, gracias por tu visita y tu hermoso comentario, he engordado un par de kilos bien bien.
EliminarMe alegro de que te gustara tanto.
Besos.
Este relato transparenta belleza. Gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias Alicia por tus gratas y amables palabras.
EliminarHas realizado un bello relato con una tierna sensibilidad .
ResponderEliminarBesos
Muy agradecido por tan grato comentario.
EliminarBesos.
Muy hermoso, pura ternura.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Rosana, en el mundo del arte es más fácil.
EliminarBesos.
Hola Alfred, lo has relatado de forma que parecía que estábamos allí mismo acompañando a Paquita presenciando la conversación, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Piruja, observando con interés lo que ocurre a nuestro alrededor, ves las cosas como suceden en realidad, comportamiento de los cuadros incluido.
EliminarBesos.
¡Qué chulo! Me ha encantado. Esa estrategia de que sea La joven de la Perla la que nos cuente el relato es original y muy efectiva. Un placer de lectura.
ResponderEliminarSaludos Alfred
Hola María Pilar, Gracias por considerarlo original y que represente un placer leerlo.
EliminarSaludos.
Alfred!! esta tercera historia, para mí ha sido la mejor. Así que piénsale muy bien... que si sacas una cuarta y todavía mejor, me desmayo!! Jaja. Toda la vida y la voz que hay en ese lienzo y sus paseos y que se enamoran los otros, la diferencia de edades.
ResponderEliminarHa sido un lujo leerla!
Un beso.
No me gustaría que te desmayaras por algo así, mejor lo dejamos tal cual, tres personajes, tres micros, un autor ;)
EliminarMuchas gracias!
Un beso.
Me ha encantado. Besos.
ResponderEliminarDe una gran sensibilidad.
Muy bonito.
Gracias Amapola Azzul.
EliminarBesos.
Muy lindo tu cuento, visto desde una perspectiva muy diferente.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Malque, gracias por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
¡Qué belleza!das vida y sensibilidad al arte, te ha quedado realmente bonito :)
ResponderEliminarUn beso Alfred!
Muchas gracias Sofya, un placer que te gustara.
EliminarUn beso.
La muchacha del turbante, la de la perla, la de la mirada serena y tranquila, la que piensa, la que habla con el observador que le cuenta su vida y sus penas.
ResponderEliminar¡Eso es calar hondo en un cuadro!
Es la primera vez que visito este espacio, pero me ha gustado mucho ese ingenioso diálogo.
Cariños y buena semana.
kasioles
Bienvenida a este rincón, donde con las letras, engarzadas en palabras, se da vida a todo lo que pueda pasar por la cabeza.
EliminarUn abrazo Kasioles.
Me encanta este relato, que bellamente te ha inspirado, la serena y observadora mirada de la joven de la perla.
ResponderEliminarQue a la vez posee la virtud de escuchar y callar.
Una buena semana y un abrazo.
Ambar
Hay cuadros que desprenden un magnetismo al que no puedes mantenerte ajeno.
EliminarFeliz semana para ti.
Un abrazo Ambar.
Gracias.
ResponderEliminarLa receta es exquisita, pero son mucho mejores tus letras.
Cariños.
kasioles
Alimenta más y mejor tu receta ;)
EliminarCariños.
Lindo cuento que exhala ternura
ResponderEliminarbravo por el rapsoda de un mirar pictórico. Un beso
Gracias Albada, hemos de dejar la ternura a nuestro alrededor, para hacer la vida más agradable entre todos.
EliminarUn beso.
Amigo tocayo, este relato es el soberbio y digno colofón a los otros dos. La queja de lo aburrido que pueden llegar a ser sus compañeros cuadros, el sutil homenaje a Pigmalion cuando describe las miradas de deseo del "señorito Juanito" (esto es total)... No tiene desperdicio, de principio a fin.
ResponderEliminarMi más sincera enhorabuena por los tres relatos, sin duda alguna.
Un fuerte abrazo.
Me vas a emocionar con tus elogios, muchas gracias.
EliminarUn abrazo fuerte.
hola :D hoy que puedo voy a perderme en tu mundo de palabrejas de más..
ResponderEliminartenia muchas ganas de leer algunas de tus entradas esta en concreto es preciosa. un abrazo fuere :)
Tomate el tiempo que necesites, pasea por las salas sin prisas, ya empieza a haber mucho cosa para distraerse y perderse, en este mundo de realidad y ficción, en el que unas palabrejas, describen mi visión de cuanto me rodea.
EliminarMuchas gracias por tu visita y tus gratas palabras.
Un fuerte abrazo :)
De una maravillosa sutileza lo que hoy he leído
ResponderEliminarfelicidades , un beso y mil gracias :-)
Gracias a ti MaRía.
EliminarUn beso.