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La luz de la
mañana empezaba a encenderse. Una ligera neblina ascendía por los prados
buscando las laderas de las montañas para ascender hacia las nubes.
El color
plomizo del cielo empezaba a reconvertirse en azul, con el beneplácito del
verde omnipresente en todo el valle.
Las amapolas
que salpicaban los prados, bailaban al son de una ligera brisa que para nada
anunciaba el despliegue de una fuerte tramontana.
De pie en la
terraza, con la mirada perdida tras un pensamiento fugaz dedicado a tú
recuerdo, observo distraído como se inicia un nuevo día.
No es muy
diferente al anterior, aunque no tenga constancia, por no estar presente en
este paisaje y si en otro diferente, ruidoso y lleno de seres apresurados,
nerviosos, pensativos y dudosos.
El hecho de
poder estar en esta dualidad, ciudad/campo, gente/soledad, ruido/quietud, me es
motivo de agradable sorpresa suertuda.
Podemos vivir
aislados, pero no mucho tiempo, al final agradeces el ruido del vecino, su
molesta radio y el llanto de un niño reclamando su alimento. Incluso ahora
perdono al aprendiz de pelotari en la pared contraria de la sala.
Porque aquí, a
medida que el viento arrecia, ni los pájaros se atreven a cantar, solo el
ligero chirriar de una veleta con forma de gallo introduce un ruido disonante.
Las nubes se
van agrupando con ganas de hacer un aquelarre, en el que se pueda corear con
gran fuerza su poderío y rayos, truenos y centellas nos alumbren el camino.
Añoro el azul
del cielo que en la mañana se vislumbraba, Pues ahora este cielo entristecido
me repliega al origen de mis pasos, donde da igual el día que haga pues la
actividad es la misma y hay que hacerla de la misma manera.
Empiezan a caer
gotas, como un ligero aviso para que me resguarde, pues la cosa va para largo,
ya el cielo es toda una inmensa nube ennegrecida con ganas de descargar su
contenido, para aligerar culpas de los pecadores que en el cielo haya y tengan
que llorar sus malas acciones.
¿Cómo me atrevo
a pensar en estas cosas de un simple hecho meteorológico? Porque escribo mis
sueños en voz alta.
atreverse a soñar con la naturaleza
ResponderEliminara dejar que las letras fluyan como la brisa
Me gusta
Muy bonito tu comentario, me gusta.
EliminarGracias!
Desde una nube que bien se está, además de tener unas vistas estupendas, también puedes recostarte y soñar. Y la suave brisa que no deja de mecer tus sueños para poder deleitarnos luego con tus bellas letras.
ResponderEliminarUn abrazo amigo mío con mi cariño, pasa una bonita semana.
Si claro desde ahí arriba las vistas son mucho mejores :)
EliminarMuchas gracias por los piropos.
Un abrazo con mi mejor deseo para esta semana.
Es precioso disfrutar, soñar, contemplar la naturaleza, respirar aire puro,y cuanto más lo disfrutas más fantástico es. me gusta tanto la naturaleza, aunque esté tan solitaria como la que muestras.
ResponderEliminarCon tu relato he recordado, que de niña cuando llovía fuerte me decía mi abuela que eran los angelitos que lloraban, y cuando la tormenta arreciaba me tranquilizaba diciendo,tranquila que en el cielo están de fiesta y todos bailan. Jajajajajaja, mentijillas que aliviaban el momento.
Bonito relato y preciosa imagen.
Besos Alfred.
Preciosa anécdota la que cuentas, las abuelas tienen respuesta para todo :)
EliminarBesos Daphne.
Pues unos sueños encantadores que me han hecho visualizar todo el paisaje que has dejado, lo mismo en la tierra que en el cielo, porque si bello es lo que vemos de frente, bellísimo es cuando arriba se viste el cielo de diferentes nubes que bailan al compás de los truenos.
ResponderEliminarUn placer la lectura.
Abrazo
Esos día que ves como va cambiando el tiempo y nos obsequia con una buena tormenta de las que hay de todo, estando protegido ;)
EliminarGracias!
Abrazo.
Muy bien escrito. Yo también creo que hay que tener tiempo para un aislamiento y alternarlo con el de una multitud.
ResponderEliminarMuchas gracias, es una dualidad que buscamos todos los urbanitas.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarTe levantaste poético.
EliminarGracias por compartir tus latidos.
Saludos.
Gracias a ti por escucharlos.
EliminarSaludos.
He tenido que reproducirlo por un problema técnico.
EliminarDisculpa Toro :)
Creo que es así, nos gusta la naturaleza como quien observa un cuadro. Muchas gracias!
ResponderEliminarSaludos!
El recuerdo te elevó por encima de las nubes y te acercó al cielo, verdad?
ResponderEliminarDigamos que sí, así es! ;)
EliminarMucho debe afectar el aislamiento para echar en falta la radio del vecino, al niño berreando y al aprendiz de pelotari dando el coñazo.
ResponderEliminarNunca estamos conformes con nada, cuando tenemos paz añoramos el follón :)
EliminarSaludos.
Aún un tanto disconforme con la naturaleza hallé gran belleza en la forma de describir la formación de la tormenta. Un placer conocer tu obra, pasé a agradecer tu visita y dejarte un abrazo desde Uruguay.
ResponderEliminarGracias por la visita y espero verte por aquí a menudo :)
EliminarUn abrazo desde Barcelona.
La placidez de los cielos, a aveces, nos lleva a estados de ánimo entre reflexivos y soñadores. Como algunas piezas musicales, si te fijas. Es muy bonito, y es de agradecer que te tomaras el tiempo y las fuerzas para podernos acercar a tu contemplación
ResponderEliminarUn beso
Observar los cambios en los estados de ánimo de la naturaleza, te lleva a ciertas comparaciones, no siempre como tales, odiosas ;)
EliminarUn beso.
Sensibilidad a flor de piel... A veces esa fusión de sueños y naturaleza es nuestra salvadora... Me ha encantado Alfred.
ResponderEliminarBesos!
Muchas gracias Sofya! Son impresiones que te quedan grabadas y salen.
EliminarBesos!
Maravillosa ensoñación como musa ese bien tan preciado
ResponderEliminarla naturaleza
besos y buen día ¡
Gracias María.
EliminarBesos!
Si la lluvia lava lava lava, pero el hombre pertinaz, ensucia ensucia ensucia
ResponderEliminarMe quedo con el trabajo de la lluvia
Saludos
Por supuesto!
EliminarSaludos.
Porque las nubes perfilan los sueños dormidos que nos acompañan y brilla cuán sol la luz del alma
ResponderEliminarMi abrazo ✴
La naturaleza nos despierta los sentidos y a veces nos adormece el alma :)
EliminarAbrazo también!
Me gustan mucho estas letras poéticas. He podido imaginar todo ese panorama.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, un placer hacerte "ver" ese paisaje. :)
EliminarUn abrazo.
Somos seres sociales pero tambièn almas emotivas. Besos!!
ResponderEliminarCuan acertadas son tus palabras, gracias.
EliminarBesos!
Hola paso de visita por tu blog me encanta todo lo que escribes es como poesía. Saludos sigue soñando
ResponderEliminarBienvenida, gracias por tu visita. Eres muy amable para con mis palabrejas :)
EliminarSaludos, seguiremos soñando.
Hola, gracias por tu comentario. Me gusto tu blog y esta entrada es muy linda. Espero seguirte leyendo
ResponderEliminarun beso
Espero que estés mejor :)
EliminarSeas bienvenida, pondré más cosas.
Un beso.
Tu entrada es dulce y pausada, Alfred. Digna de un buen relato a solas para leer en días de lluvia o en noches desesperadas de insomnio y de tristeza.
ResponderEliminarTe felicito en este amanecer que me hace feliz con tus palabras.
Gracias tecla, tus palabras son de un gran elogio para mi, pues es muy importante hacer feliz a los que te rodean.
EliminarUn abrazo!
La paz que trasmites con esta entrada es propia para la reflexión, las nubes amenazan con llorar a tu lado por aquello de sumarse al momento de congoja que describes. El sumergirse entre la naturaleza tan sumisa al viandante es algo para disfrutar a solas.
ResponderEliminarMe gustó mucho este texto Alfred.
Besos
Puri
Gracias Puri, es un punto de reflexión facilitado por la contemplación de la naturaleza en su estado más libre.
EliminarBesos!
La naturaleza es bella, generosa y sabia, te avisa para que te refugies y a la vez te inspira muy bien,
ResponderEliminarEs bueno soñar en voz alta y dejar asil lo que el alma guarda.
Una buena semana y un abrazo.
Ambar
La naturaleza tiene provoca una inspiración más sosegada, en medio de ella te encuentras en tu real pequeñez, pero puedes expresarte.
EliminarFeliz semana para ti.
Un abrazo Ambar.