Foto de A.C.P.
David Gilmour - Between two Points
(Romany Gilmour)
Encuentro en el Parque
En la comida hablaron poco, eran ambos de saborear los platos y prestarles la atención que requerían, por muy casero que fuera el lugar, o precisamente por ello.
Tomás tenía claro, que Ofelia se había sentado a su mesa, como si se agarrara a una tabla de salvación, en un mar encrespado y con tiburones siempre hambrientos al acecho, lo cual no implicaba que estuviese incomodado por su presencia, siempre es agradable tener una mujer de buen ver, sentada enfrente, pero era consciente, de su lugar en la escala social, aunque curiosamente con la vecina del ático, esto no lo tuvo nunca en cuenta, claro que no habían bajado nunca a comer a “Ca la Nuria”. Qué cosas se le ocurren a uno.
-Perdóneme Ofelia, pero me tomo el café y me voy pitando para la portería, tengo que estar ahí, sin falta.
-Faltaría más, comprendo que Ud. Tiene sus horarios que cumplir.
-Sí, exigencias del puesto.
Se levantó y haciendo una sucinta inclinación de cabeza, apenas percibida por la receptora, desapareció entre aquella algarabía.
Ofelia contempló la partida del comensal, viendo como desaparecía haciendo requiebros entre mesas y personal, con la rapidez y habilidad de un felino.
Mientras ella, saboreaba su postre tiramisú, se dio cuenta de que ahora se sentaban en una mesa, a los que, adelantados gracias al encuentro con Tomás, estaban delante de ella esperando en la cola. En el fondo el mundo está lleno de pequeñas injusticias, todos nos aprovechamos de alguna ventajilla.
De lo que habían hablado durante la comida que era poco, Ofelia si pudo hacerse una ligera idea, del tipo de personaje que era Tomás, uno de esos, que es preferible tenerlo en tu equipo, con lo cual se daba cuenta que el viejo Don Pedro, era de los que sabían escoger.
Tras pagar, al salir del local, con la temperatura ambiente y el día del todo despejado, le apeteció dar una vuelta caminando y que fuera bajando la comida, como vulgarmente se dice, tenía que acabar un trabajo y así lo haría más despejada.
Paso por un parque cercano, digamos un cruce entre calles con algo más de espacio de lo que era habitual, con una zona ajardinada y bancos, el suelo estaba tapizado por la caída de las hojas amarillas de las mimosas, o eso suponía que eran.
En uno de los bancos, había un señor mayor sentado tranquilamente, leyendo un libro, de tanto en tanto, levantaba la vista y contemplaba los paseos de los gorriones, parecía que llevasen muelles en las patas, y sus escapadas cuando llegaba alguna paloma. Mientras alzaba la cabeza, como hacen los pájaros al beber, aunque el parecía que lo hacía para asimilar lo leído.
Le intrigó saber que estaba leyendo, así a lo lejos, no podía hacerlo y acercarse ella, así por las buenas, quizás en un lugar tan solitario, podía molestar. La curiosidad le pudo más, y se puso a dar la vuelta al perímetro al revés, para tardar un poco más en aproximarse a su víctima y de que se pudiera percatar de su presencia. Además, de tanto en tanto se reía, señal de que lo leído era gracioso, y que además no se percataba de estar con alguien más. Optó por sentarse en uno de los bancos, ya más cerca de él, con la mirada perdida en la espléndida enmoquetación amarilla en el suelo. De tanto en tanto, hacia furtivas miradas al banco cercano, donde ahora las risas eran más contenidas, aunque aún se le escapa alguna al viejales de la barba blanca, la verdad es que tenía un aspecto patriarcal. Lo único que podía ver era un libro todo verde, con una foto en la portada de una casa, que le daba un cierto aspecto de novela de misterio.
Al final, a Ofelia le pareció que estaba invadiendo su espacio vital, al pobre hombre y se levantó para irse, le saludo con un “buenas tardes” amable y cordial, y cuando pasó cerca, él se medió incorporó para corresponder, cerrando el libro y poniéndolo a un lado, con lo cual ya no pudo ver nada.
Pero quedarse sin saber, de qué se estaba riendo aquel buen hombre, no estaba en sus planes.
¿Perdone?
¡Sí!
¿Qué es lo que le hacía tanta gracia, como para reírse así, solo?
Estoy leyendo una novela, que tiene pasajes muy divertidos.
Pues ya es raro, que un libro provoque risas de ese calibre.
Bueno, no lo sé, pero en este pasan cosas muy raras y curiosas. Todo escrito con un humor bien curioso.
¿Me lo deja ver?
¡Oh, no! Me tengo que ir, se me ha hecho tarde.
¿No puedo darle un vistazo?
¡No, perdone Sra.!
El anciano se levantó como alma que lleva el diablo, y con un paso mucho más ligero, del que, su aspecto podía hacer creer, desapareció en un santiamén.
Ofelia se quedó con un palmo de narices, viendo como desaparecía, protegiendo el anonimato del libro.
(Continuará)
Terrassa, 24 junio 2024
Me he quedado yo también intrigado con el libro. He llegado a pensar si el autor podría ser un tal Alfred Comerma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es normal, hasta a mí me parece un comportamiento extraño.
EliminarTodo podría ser. ;)))
Un abrazo.
Yo también creo que el autor es Alfred, aunque no lo conozco en grado cómico.
ResponderEliminarBesos
Quién sabe, el mundo está lleno de sorpresas y en las novelas, más.
EliminarLa comicidad puede estar ala vuelta de cualquier página. :)
Besos.
Després d.un agradable dinar a ' Cala Núria ' ( nom tant familiar per mi ) , crec que Ofèlia ha vist que la conversa amb el Tomàs no donaval mès de si. . Tomàs es veu una excel.lent persona , però és el porter de la finca. Ella té altres inquietuts .. Veurem si aquest passeig després de dinar , i la trobada amb un senyor que disfruta llegint , pot tenir futur. Ha contemplat el llibre que li provoca tant interés , i veu que casualment , coneix l.autor.. he vist que jo també , i em và provocar les mateixes reaccions de riure i a cops d.intriga que al Sr. del banc. Desitjo Alfred que la història continui , que queden temes molt complicats de sol.lucionar. Ho esperem ! Bon dia ! .. .. .. .. Pepi.
ResponderEliminarBé, són dues persones de cultura ben diferent, però això no els impedeix poder compartir taula i estovalles.
EliminarA vegades ens troben gent curiosa als llocs més insospitats.
Bona tarda, Pepi!
Bona nit Alfred..
EliminarBon dia, Pepi!
EliminarYo creo que estaba leyendo alguna novela humorística de Eduardo Mendoza.
ResponderEliminarY no debería leerlas porque se pasa un buen rato.
Saludos.
Pues es algo muy posible, con la de Gurb, me reí de lo lindo.
EliminarSaludos.
Espacio verde con una casa, eso lo tenemos meridiano, es tu propio libro, me hubiera gustado saber mas del lector. Los libros se escriben en soledad y así se lee. Un abrazo
ResponderEliminarUna persona deductiva, por lo que veo. ;)
EliminarEl anciano lector puede ser un personaje puente, para desarrollar una línea argumental complementaria, o para descansar al abrir un paréntesis, con un personaje secundario, con poco recorrido.
Un abrazo.
Una manera muy sibilina y eficaz de promocionar un libro, que nunca viene mal un apunte publicitario, dentro de cualquier historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tú también te has dado cuenta, es que sois unos cracks. ;)
EliminarUn abrazo.
Buenos días, con una misteriosa pregunta, ¿cómo se titula esa novela?
ResponderEliminarNo tendrá algo que ocultar el señor, (podría ser un cameo del autor) que no quiere responder a Ofelia en su pregunta jajaj.
Y ese giro que le has dado, con Tomás, quién sabe si la relación vecina, conserje, pasara a otros términos jajaja.
Un abrazo, feliz martes.
Pues no lo sé, Ofelia no ha llegado a verla con claridad, y el lector no quiso nombrarla.
EliminarLo del cameo, ya me gusta más.
Tomás ya tiene una vida bastante complicada y tiene que atender varios frentes.
Un abrazo y feliz miércoles, Campirela.
Pues sí, Alfred, la intriga hace más interesante tu relato. De todas maneras, leer nos alegra la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, hay que ponerle un poco de misterio ambiental.
EliminarEso siempre, no concibo la vida sin lectura.
Un abrazo.
I mira que el títol del llibre no era curt, però hagués pogut enxampar alguna paraula per saber-ne més. ;-) Més personatges que arriben i que no sabem si es quedaran.
ResponderEliminarAferradetes, Alfred.
Doncs no ha quedat llenç clar. Aquest no sembla de gaire volada.
EliminarAferradetes, sa lluna!
Pobre Ofelia! Se le escapa el compañero de comida y tiene que pagar la cuenta, luego el ocasional personaje del parque la deja con un palmo de narices! Más le vale ir a charlar con Arturo! Linda melodía Alfred, un abrazo!
ResponderEliminarBueno, eso no ha quedado claro, no creo que se haya ido sin pagar, Tomás no es un aprovechado así sin más, otra cosa es que le inviten. En cuanto al personaje del parque, pues que quieres que te diga, igual ha pensado que era una simple curiosa. Tampoco ha sido un maleducado, le cogieron ganas de irse. Arturo está con sus cosas, que cada vez son más.
EliminarGracias, maría cristina. Un abrazo!
Un misterio ese libro. Y el interés del lector en no desvelarlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Digamos que es una espolvoreada de pimienta en el relato.
EliminarUn abrazo.
¡¡Hola Alfred!! Este capítulo se tenía que haber llamado el libro misterioso. Qué cosa tan extraña, tanto el personaje de pelo blanco como el libro en si. Yo soy un poco como Ofelia, si veo a alguien leyendo un libro, los ojos se me van detrás del título, autor o lo que se vislumbre de él. Pero bueno, no me acerco exageradamente a quién esté leyendo o me siento cerca, a tanto no llego, pero sí que siento mucha curiosidad, y si además, veo que se ríen con él, más ganas de saber me entran. Besitos.
ResponderEliminar¡¡Hola Isabel" Sí, puede ser, pero no deja de haber un encuentro en un parque. ;)
EliminarSí, cuando voy en tren, alguien está leyendo, se me van los ojos en ver qué libro es. Ya riendo, ni te cuento, aunque eso no lo he visto, pero sí que lo he hecho.
Besitos.
Esta novela se convertiría perfectamente en una estupenda obra de teatro!
ResponderEliminarQué buena!
Besos
;)))) ¡No digas eso! Aunque una adaptación...
EliminarMuchas gracias.
Besos.
¿Leía un libro o un diario?. La mujer muy correcta, controlando su curiosidad y protegiendo el espacio del hombre, mucha paciencia ha tenido.
ResponderEliminarUn libro, pensaba que quedaba claro. La mujer curiosea, pero no consigue averiguar nada. Paciencia repartida, entre los dos.
EliminarMe ha gustado mucho ,aunque no siga la trama, el capítulo tiene entidad propia para interesar.
ResponderEliminarGracias, Tracy. Si leyendo uno suelto te gusta, es que la cosa promete. ;)
EliminarLa vida continúa.
ResponderEliminarAbrazos Alfred.
De eso podemos estar seguros, pero mientras dure la cuerda.
EliminarAbrazos, Ernesto.
Un tanto extraño este hombre del libro me parece a mi ¿ por qué tanto misterio? no sé si preparas un hilo argumental del que tirar para el futuro o sencillamente dibujaste a un rarito de la vida ; ) también dejas pendiente el perfil de Tomás, como que todavía nos queda algo por saber de él que nos sorprenderá seguro a nosotros y no se si también a Ofelia.. no sé, es una corazonada jajaja ahora em vas a decir pues no... va a seguir siendo un portero sin misterio jaja en fin, sea como sea me ha gustado esta comida con paso por el parque.. mi último beso por hoy, que tengas una tarde estupenda ALFRED!!
ResponderEliminarueno, es un señor mayor, disfrutando de un rato de lectura en un tranquilo parque, que en esas horas está tranquilo. El misterio igual se devela más tarde o no, igual no le gustó que le intentaran sonsacar sus lecturas, vete a saber, hay gente mayor con muchas manías. Tomás, el pobre, ya ha estado presentado en su capítulo específico.
EliminarUn beso de tarde, María.
Querido amigo, intrigas, misterios.
ResponderEliminarParece que este libro va a ser muy exitoso.
Te felicito Alfred, eres un gran escritor.
Abrazos y te dejo un besito, que tengas un bello día
Ya ves, hay un poco de todo.
EliminarVeremos en qué acaba.
Muchas gracias, Liz.
Abrazos y besos, que sea un hermoso día para ti.
Seguimos con las intrigas jaja. Besos.
ResponderEliminarLa cosa se va complicando. ;)))
EliminarBesos.
A más intriga, más promoción...
ResponderEliminarInteresantes elementos en la trama que hacen la narración fluida e intrigante.
Fuerte abrazo Alfred.
Veremos qué resultado se obtiene. ;)))
EliminarVamos avanzando en el relato.
Fuerte abrazo, Ángela!!!
Muy buen ver tendrá, pero a esta Ofelia parece que a los hombres les basta conocerla un poquito, para salir pitando del lugar jaja Va un abrazo, Alfred.
ResponderEliminarOh, no, no creo que sea eso, más me parece que el señor, no quiere darse a conocer.
EliminarUn abrazo para ti, Julio D.
Ofelia no se va a quedar así. Volverá otro día a ver si lo encuentra e insistir en saber de qué se reía el caballero :)
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo el relato.
La foto del ciruelo me encanta, Alfred. Le va como anillo al dedo al relato.
La música, es-pec-ta-cu-lar, y escuchándola mientras leía tu texto ha sido una gozada; me la he descargado para tenerla con las mías y la utilizaré también en alguna de mis fotos, sin duda.
Un fuerte abrazo :)
No, imagino que no, no me parece una persona, que desista a la primera.
EliminarMuchas gracias, Gumer.
Foto hecha con el móvil, de un parque pequeño, cercano a casa, con esa alfombra tan vistosa, que es lo que me gustó.
Ah! Es de esas cosas que encuentras buscando por ahí. Me alegra que te sirva,
Un abrazo.
Nos dejas con la Intriga Alfred, espero que en el próximo capitulo nos aclares algo. ¡Paciencia!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por eso pongo continuará, ;))))
EliminarAhí tocará aclarar varias cosas, veremos.
Un abrazo, Conchi.
Querido Alfred, te deseo un feliz fin de semana gran Escritor.
ResponderEliminarAbrazos y te dejo un beso
Muchas gracias, Liz.
EliminarDe momento por aquí, en mi ciudad estamos de fiestas, hoy toca ir a un concierto, de esos populares. ;)
Abrazos y besos.
Gran Escritor
ResponderEliminarTU
SABes
QUE NO LO ERES
Perteneces a ese reducido grupo de personas, cuyos criterios para juzgar a los demás, no me afectan, ni me importan lo más mínimo.
EliminarPuedes seguir con tu cruzada de intentar fastidiar al prójimo. No te vamos a hacer caso.
No dia a dia há sempre encontros que nos surpreendem.
ResponderEliminarAbraço de amizade.
Juvenal Nunes
La vida es una caja de sorpresas.
EliminarUn amistoso abrazo.
Tal parece que Ofelia siempre va detrás de lo que huye de ella. Un saludo, nada afecte tu ejercicio escritor.
ResponderEliminarOfelia es muy suya y sabrá como conseguir lo que se proponga.
EliminarUn saludo, espero que no me afecten, esas visitas intempestivas, gracias Guilermo.