LA VISITA (XVII)

 

Puesta de sol en Atacama
Foto de A.C.P. 



VIVALDI «Filiae maestae Jerusalem» 





La Visita



De como una historia se alarga en el tiempo y no parece tener fin hasta qué... 



Tras la reunión de aquella pasada tarde, en el nuevo día, cada cual se centró en sus cosas. 

Don pedro en sus inversiones en arte, cada vez disfrutaba más con ello, ya era un coleccionista de pro.  

Ofelia con su curso, pendiente de la mejora en la vista que no llegaba y ya se veía con una intervención que, sin darle miedo, tampoco es que le hiciera excesiva gracia. 

Tomás seguía siendo el hombre orquesta que valía para todo, para solucionar un roto y recomponer un descosido, era feliz en esa faceta, le iba el ayudar a los demás, y sobre todo sacarse una propina con ello. 

Pedrito empezó montar una estrategia de confusión mental para su padre, en cuanto a no poder sacarle información que pudiera interesarle sobre Arturo. 

Arturo, tenía claro que le estaban dejando de lado, no estaba programado para ello, pero notaba que se estaba perdiendo algo, de aquella gente, no sabía si podría fiarse, José Carlos daba ordenes concisas y fácilmente identificables y por ello solucionables. Aparte de las búsquedas y lecturas para Ofelia, los demás eran un embrollo de padre y señor mío, siempre pasaba lo mismo, cuando se pensaban que solo era un juguete busca cosas. 

José Carlos, pensó que su padre tenía muchos más medios para comprar la voluntad de su hijo que él, con lo cual, ponía en entredicho todas esas excusas que le iba dando, lo del hockey del abuelo, le pareció el colmo del morro, total jugó unos años a nivel escolar, luego según recordaba, fue cadete y llego a ser seleccionado para unas olimpiadas, estuvo de reserva y salió en los minutos finales de un partido, que ya estaba ganado. 

En cuanto al resto de la familia, les importaba bien poco, las finanzas el padre, pertenecían a esa cultura de que el mayor se quedaba lo importante y los demás los premios de consolación, si es que los había. La tradición mandaba.  

Algo sabían de los teje manejes de su querido hermano mayor, pero se mantenían todos al margen, ya tenían claro que tenía más perder que a ganar, apoyando cualquier iniciativa de José Carlos.  

Al menos estando a bien con el viejo, igual les caía, el apartamento de la costa, o la casita pareada al pie de las cumbres nevadas, o alguna otra propiedad, como unos pisos en una zona rentable de la ciudad.  

¡Qué tiempos aquellos! En que podían disfrutar de esas propiedades, pero un buen día el padre se hartó y dijo que prefería alquilarlas, para abaratar el coste de tenerlas, mantenerlas y pagar impuestos. 

Lo que nadie sabía, es que todo eso, se lo había pulido a buen precio, cuando el mercado inmobiliario estaba al alza, antes de que estallara la famosa burbuja.  

Invirtió en arte, sobre todo pintura, no en primeros espadas, pero si gente reconocida, con escuela y reconocimiento, entre los entendidos. Para entendernos las que estaban exentas de comunicar a hacienda como patrimonio.  

Eso es que una vez liquidado el IVA e incremento de patrimonio, quedaba ya libre de cotizar nada, hasta que lo alquilara o vendiera y obtuviera beneficios. 

La cuestión es que Don Pedro, estaba muy feliz de no tener que pagar ninguna factura de esas de mantenimiento, mejora, adecuación a nuevas normativas municipales...etc.…etc. Y además a escondidas de su querida familia y sobre todo de su aún más querido primogénito. 

*** 

Así las cosas, todo parecía estar en un sutil equilibrio, que como tal se podía desequilibrar en un simple instante. 

Pedrito había sido vital para ir desactivando al robot, de momento gracias a él, habían bloqueado el acceso a su base de datos propia y le habían restringido su acceso de búsqueda, a cosas muy concretas, casi todas eran para que Ofelia pudiera seguir con sus estudios. Por lo demás, Arturo era ahora un elemento con gran potencial, pero que lo tenía como en la reserva, para que no fuera de utilidad, para José Carlos. 

A propósito de ello, Don Pedro consideró oportuno dirigirse a casa de su vecina, para ver que tal le iba con Arturo, y de paso comprobar cómo de vacío estaba de sus datos personales, aparte de hablar con ella, empezaba a darse cuenta de que era bastante más grato, que la poca gente que aún le rodeaba en su día a día. 

Ofelia evidentemente estaba totalmente ignorante de ese súbito interés de Don Pedro, por confraternizar o socializar, como se dice ahora, con ella. Bastante tenía con la cantidad de trabajo habitual, como para atender las ganas de cháchara con un vecino, al que consideraba un gruñón y algo abusón, para con su familia y ya puestos, con todos los que le rodeaban, aunque también hay que decir que, con el tiempo, había ido suavizando su severo juicio al respecto, para con él, el hecho de tener Arturo era justo reconocer que había sido una gran cosa para ella. 

*** 

Se fue para fuera y una vez delante de la puerta del piso de Ofelia, llamo con delicadeza, ya fue un cambio de actitud en alguien acostumbrado a mandar e imponerse 

La puerta se abrió al cabo de 28”, debía de ser el tiempo que llevaba el recorrido, desde su estudio hasta el recibidor. 

Se encontró con unos ojos castaños, sin parches en ninguno, con una mirada clara, un tanto inquisitiva, estaba claro que no era esperado e incluso parecía que ni aguardaba ni deseaba ninguna visita. Pero educación manda, le hizo pasar. 

  • Buenos días 

  • Hola, Ud. Dirá 

  • Bueno vera... 

  • Me puedes tutear. 

  • ¡Sí claro! ¡Gracias! Tú también. 

  • Ya lo he hecho. (Riendo) 

  • ¡Cierto! (Sorprendido) 

  • Venía porque estoy preocupado, por el grado de información que pueda seguir teniendo Arturo, sobre mis cosas. 

  • Pero ya le quitamos todos los datos médicos. 

  • Sé eso es verdad, pero no sé, que información puede tener, sobre todo lo que tengo en mi ordenador. Datos confidenciales, valoración de obras, contratos, testamento, en fin, todo eso que se suele guardar a buen recaudo. 

  • No sé qué decirle, el único que puede estar al corriente de nosotros, es su nieto. 

  • Lo sé y confío en él, es un buen chico, pero le han tocado unos padres en suerte, que no son para tirar cohetes. 

  • Bueno, me abstengo de comentar, no conozco nada más que sus explicaciones, y son de parte. 

  • ¡Sí, entiendo! 

  • Pero pase y siéntese. 

  • ¡Gracias! 

Se dirigen en silencio hacia el fondo, en donde está situada la sala, con un amplio ventanal, lleno en aquel momento de luz, aportada por un sol espléndido. 

Se sientan, los dos en un sofá de tres plazas, lo que permite que estén sentados uno a cada lado y con un espacio vacío en medio, que les deja poder estar medio girados y verse las caras. 

Ofelia se levanta como disparada por un resorte, mientras le dice: 

  • Perdone, seguro que quiere un café o alguna cosa... 

  • ¡Oh! No se preocupe. 

  • No es molestia. 

  • Pues un café estaría bien. 

Ella rauda, se va a la cocina, donde trastea con una cafetera, de las de toda la vida, la típica italiana, pequeña. En voz bien alta, para que le oiga Don Pedro desde la sala, inquiera otra vez; 

  • ¿Lo quiere descafeinado o normal? 

  • ¿Solo o con leche? 

  • Solo, normal, con un poco de azúcar. ¡Gracias! 

  • Marchando, así tomaremos lo mismo. 

Don Pedro, que se había levantado para contestar, se acerca al ventanal y contempla la panorámica. 

Que es un patio de vecinos, pero al ser en una manzana, las dimensiones son más grandes que si diera a la calle. Se ven los patios interiores de los principales, la mayoría adornados con todo tipo de plantas, algunos incluso con algún magnolio, y los típicos bancos y mesas de jardín. En uno de ellos, por el contrario, reina una pequeña marabunta muy coloreada y vistosa, algo gritona, parece una guardería en la que los niños salen un rato al patio. 

  • ¡Ya lo tenemos! Resonó a su espalda. 

  • ¡Qué bien! ¡Muchas gracias! 

  • No hay de qué, además a mí también me apetecía. He puesto unas galletas de complemento. 

  • Ah, bueno, no es lo que más me conviene, pero ya que están aquí, no les haré un feo. (Coge una de las que están bañadas en chocolate). 

  • Ud. Mismo. 

Mientras el silencio entre ellos solo es roto por el tintineo de las cucharillas, observan pensativos, el oráculo que les pueda mostrar, ese liquido marrón oscuro.  

  • ¿Le preocupa que yo pueda saber cosas suyas? 

  • ¡Oh, no, no es eso! ¡Nada de eso! Es que simplemente lo hemos bloqueado, pero siempre hay maneras de llegar a la información, al menos es la fama que tienen esos piratas informáticos. 

  • Mucha película ha visto Ud. ¿No? 

  • Bueno sí, a veces es de donde sacas información. 

  • ¡Ya! No creo que tenga que temer nada. 

  • Es lo que espero, pero siempre queda la duda. 

  • Eso está claro, pero creo que puede confiar plenamente en su nieto, se le ve competente y poco dado a la traición. 

  • ¡Ya! Pero, aunque no lo parezca, no quiero que tenga esa dicotomía entre su padre y yo. 

  • Pues... ¡Ud. Dirá! 

  • Sí lo sé, lo quiero controlar todo y que me dejen en paz. Pero, al menos, sé que puedo confiar en su discreción. 

  • Bueno eso es natural, todos estamos siempre con la mosca tras de la oreja y, aun así, nos la cuelan. 

  • Por eso, le traigo esto, (le paso un sobre) Quiero hacer constar, que tiene mi aprobación para seguir utilizando a Arturo y que sí a mí me pasa algo, siga con U... perdón, contigo. 

  • No era necesario, no va a pasar nada y a José Carlos, lo tendremos a distancia. (Sonrío Ofelia) 

  • Bueno, nunca está de más ser precavidos. 

  • ¡No claro! Lo guardaré y se lo devolveré en cuando lo precise. 

  • ¡Gracias por ello! Con su permiso, me voy a retirar, no ando muy fino, tengo algo que me agobia un poco. 

  • Muy bien Don pedro, un placer tenerle por aquí, si quiere que avise a alguien, no tiene más que... 

  • ¡No, muchas gracias! Prefiero simplemente descansar.

  •  

Le acompañó hasta la puerta, poniéndole la mano en el hombro, aquel hombre empezaba a estar un poco cansado de su entorno, en realidad le pareció, que solo quería algo de compañía.

Continuará...


*** 



Terrassa, 14 febrero 2024


42 comentarios:

  1. Don Pedro podría plantar todo e irse...desaparecer un tiempo a descansar. Lo necesita en realidad.
    Un beso!

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    1. Sería lo mejor, pero es de esos que siempre está al pie del cañón, al menos eso me parece. ;)
      Un beso!

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  2. Me da la sensación que Don Pedro está un poco harto de todo el jaleo de Arturo.
    Un descanso no le vendría mal, pero fíjate el hijo mayor, con lo controlador que es, no sé como no ha ido a casa de Ofelia, a por Arturo o al, menos a darse una vuelta a ver que pasa …
    Un abrazo, buenas noches.

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    1. Empiezo a creer que lleva mal la edad y la relación con el entorno, por un lado, quiere estar tranquilo y por otro tener una relación más amigable, que su carácter le impide. Bueno, eso es lo que me parece, ya veremos.
      Su hijo no deja de ser una víctima de ese trato.
      Un abrazo y buenos días.

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  3. Magnífica fotografía i música de Vivaldi !...Escoltar.la dona pau.... Ens tornem a trobar amb la família que el seu esdevenir l.hem seguit un temps. Ja cadasqú ha tornat a la seva vida d.abans , i referin.me a Don Pedro , crec que ja li toca descansar. La seva fortuna la pensa gaudir amb el què li fá plaer que son les seves inversions en pintura . Els damés , tots , que s.espavilin ! Potser si , que seguirà prenent cafè a casa de l.Ofèlia , dons és veritat que a vegades se sent molt sol i li aniría bé una companyía.....
    Veurem com segueix la història !... Gràcies Alfred pel teu treball ! Bona nit !... .. Pepi.

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    1. Molt agraït pel teu comentari, ens fas un breu resum, però molt ben detallat, es nota que t'has perdut res. Bon dia, Pepi!

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  4. Son ya muchos problemas, y al final todos ellos han ido minando la seguridad inicial y parece que a Don pedro le pesa todo. Un abrazo

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    1. Creo que Don Pedro, desconfía y a la vez se siente culpable.
      Un abrazo.

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  5. Para emplear un término de juego de cartas, en este fragmento, cada uno de los personajes va quedando en su plante. UN abrazo. Carlos

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    1. Un respiro para recopilar el qué de cada uno y reconsiderar su participación.
      Un abrazo, Carlos.

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  6. Me resulta curioso, que después de todas las aventuras vividas entre toda esta especie de troupe, Don Pedro, ahora sea tan ceremonioso con Ofelia..¿ quizá este capítulo sea una especie de antesala a modo de aperitivo en la que nos has refrescado la memoria para seguir la historia? Tengo la sensación que Arturo se va a pasar al enemigo.. ¿ y ese sobre? ¿ el testamento ológrafo de Don Pedro? Ya,.. ya sé…toca esperar la siguiente capítulo : ) Un beso grande ALFRED!

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    1. Da la sensación de que estemos asistiendo a su reconocimiento de que su tiempo ya ha pasado. Y no lo ha hecho del todo bien.
      Es un refresco, para entender los próximos movimientos.
      ¡Ah! El sobre... ya veremos.
      Un gran beso, María.

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  7. San Valentín, don Pedro, Ofelia... no sé, no sé.
    Un abrazo.

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    1. No veo que en la acción, conste el día de marras, ;))))
      Pero todo puede ser.
      Un abrazo.

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    2. Pero sí en la fecha de ejecución.
      Un abrazo.

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  8. Ofelia y D. Pedro acabarán amigos, la soledad de Pedro, Arturo aparte, es grande si no se trata casi con su familia. Arturo acabará siendo una casamentera :-)

    Un beso.

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    1. Puede ser, son inteligentes y pueden compartir información.
      La soledad de Don Pedro, es fruto de su forma de ser.
      Pobre Arturo, en vaya lío le quieres meter. ;))

      Un beso.

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  9. A pesar de tanta obra de arte me da que a Don Pedro le falta algo básico y esencial, alguien en quien confiar, con quien poder conversar de algo más que de su hijo, de Arturo y demás fauna.

    Y cuidadín con Arturito, a ver si va a haber una rebelión de robots...

    Besines

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    1. Da la impresión que le falta empatía, parece un tipo, que desconfía incluso de sí mismo. Podría confesarse con Ofelia, pero lo hace como a medias.

      Arturo, está ahí, sin saberse en qué carta será jugado.

      Besines.

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  10. A este paso Arturo va a tener ganas de acabar con todos.
    Me ha hecho pensar en lo complicados que somos los humanos.
    Jamás estamos contentos y cada día añadimos fobias y filias a nuestros pensamientos.
    La verdad... no sé de qué presumimos.

    Saludos.

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    1. Es una opción, falta ver qué opciones tiene bloqueadas.
      Los humanos no somos complicados, simplemente nos complicamos la vida.
      Sería mejor no hacerlo.

      Saludos.

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  11. Y ya hemos vuelto a la historia! Y parece que se vislumbra un matiz inesperado entre Ofelia y Don Pedro, gracias a que no hay parche! Misterio a resolver! Hermosa postal, gracias por la música, Alfred, un abrazo!
    P.D. Por ahí se te coló un Juan Carlos en lugar de José

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    1. Teníamos que recuperarla, esta gente necesita un final. ;)
      Un acercamiento entre los que quizás estaban más distanciados.
      Gracias a ti, por suerte has cazado el gazapo, (en qué estaría pensando).
      Un abrazo, maría cristina!

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  12. Cadascú a lo seu seria el més convenient, però això faria que la història acabés sense un final sorprenent, què és el que estem esperant tots.😉
    Mentre hi ha vida, la història continua...
    Preciosa posta de sol.

    Aferradetes, Alfred.

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    1. Sembla que tinguin la situació controlada i el mal aturat a casa del fill gran, però és clar, que el mal retrobarà el seu camí.
      La vida s'esgota en qualsevol moment...
      Moltes gràcies!

      Petons!

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  13. Ostras, qué bueno. Me ha captado de inmediato. Lo voy a seguir. Hasta el próximo capítulo.

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    1. ;))) Muchas gracias!, celebro que te guste.
      ¿Te lo has leído todo?

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  14. Arturo va a tener que pasar de todos. Los humanos y sus complicaciones, así ha sido siempre. Creo que Pedro lo tiene complicado, porque no veo que sea de los que huyen. Feliz finde Alfred. Un abrazo

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    1. Como único ser inteligente de verdad, es lo que se supone, tiene que hacer.
      Pedro, está buscando salir con dignidad de la historia.
      Feliz para ti, Carmen.
      Un abrazo.

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  15. alfred, atrapante historia, que triste es vivir desconfiando de todo tu entorno.
    Me parece que Don Pedro necesita unas vacaciones.
    Alfred, gracias por tu comentario en mi blog, lo valoro mucho.
    Y si buscas bien debes tener varias rosas en tu vida.
    Abrazos

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    1. No tiene que ser muy agradable, imagino.
      Pues se las daremos. ;)
      Un placer pasarme por él.
      Buscaremos con más intensidad.
      Abrazos.

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  16. Pedro tiene una ardua tarea, ir por el camino correcto, aunque a veces el correcto no parecer serlo.

    Un abrazo Alfred

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    1. Esa tarea es la que tenemos todos, en todo momento, y a veces renunciamos o nos distraemos de ello. Hay dudas, eso es verdad e inevitable.

      Besos, Malque.

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  17. "Mi cuate, aquí hay tomate". La historia puede complicarse con este giro.
    Un abrazo.

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    1. O bien... aterrizar suavemente en un final acorde a los tiempos. ;)
      Un abrazo.

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  18. Será muy interesante ver cómo termina esta buena historia.
    Un abrazo.

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    1. Veremos quién se lleva el gato al agua. ;)
      Un abrazo, Amalia.

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  19. ¡¡Hola Alfred!! Oye, oye, a pesar de ser una recién llegada, pues sólo leí el capítulo anterior, esto va enganchando. El pobre Don Pedro parece estar ya hasta los mismísimos de todo los suyos y a pesar de su forma de ser, necesita a alguien ajeno a su entorno familiar para ser un poco escuchado, aunque tampoco es que se abra Don Pedro del todo. Y bueno, hasta parece haber aparecido ahí algo romántico, eso de verle los ojos a la vecina sin parche ni nada, es como si la hubiera "visto" esta vez más que otros días. Tal vez me equivoque o sea un guiño al día de publicación, ja, ja. ¿Y el sobre? Seguro que ese sobre sale de nuevo a relucir. Pues nada, a esperar a un nuevo capítulo. Besitos.

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    1. Pues si tiras para atrás, no veas lo que ya hay. :)
      No es un mal hombre, pero ya no conecta con ese mundo que le rodea.
      En ese sobre está...
      Besitos, Isabel!

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  20. Que interesante se está poniendo, ya tengo ganas de leer el siguiente capítulo. Un abrazo.

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    1. Gracias Teresa, de eso se trata, captar el interés por la historia.
      Ya lo tienes, un capítulo nuevecito.
      Besos.

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