Imagen obtenida del prolífico Internet
El sillón
Don
Florencio se quedó demudado, sin saber qué hacer, se quedó como un autómata,
sin ver como se salía el café, desbordando la taza, el plato, el soporte de la
cafetera y ya puestos la encimera, buscando nuevos horizontes por el suelo de
la cocina.
En su ya
largo recorrido, ahogó caprichosamente a cinco hormigas que pasaban por ahí, en
una cadena alimentaria, procedente de debajo del cajón del pan, donde unas
migas recientes, eran fielmente transportadas al hogar común.
El ronroneo
de la cafetera al quedarse sin agua, pareció despertar a nuestro decadente
héroe, que se limitó a desconectarla.
Con el plato
en la mano, goteando café aguado por su recorrido, se dirigió a la mesa de la
cocina, donde solía desayunar, en estos últimos años, de su ya prolongada
jubilación.
Se sentó en
la silla, y siguió con la mirada extraviada, sin poder dejar de mirar, más allá
de la entrada de la cocina, en la sala, al lado de la chimenea, en la qué, en
esos días más crudos del invierno, encendía una estufita imitando unas llamas.
Era el
rincón preferido de Tomasa, donde espatarrada en un orejero floreado, al que se
le había incorporado un cojín para mejorar su comodidad, dado el pequeño tamaño
de la usuaria, veía pasar las horas de su existencia, en un sinfín de
pensamientos encadenados, de los que no daba cuenta a nadie.
Pero para
nuestro pobre Florencio, la visión de ella, estirada en toda su corta longitud,
fruto de su último estertor, era mucho más de lo que su delicada salud de
hierro, podía soportar.
Recogida de
la calle, en una noche de borrachera triste y llorosa, ahí bajo la lluvia, se
apiadó de ella, mientras se frotaba entre sus piernas, dejándole con los pantalones
más mojados de lo que ya estaban.
A partir de
ahí, empezó una convivencia, de la que no se tomó la molestia de celebrar
aniversarios.
Compartían
noches de frío, ante una televisión inmunda, calentados por un fuego falso.
Cuando venía
el cambio de clima, se limitaban a ver refritos de programas anteriores y
escuchar de fondo, el runrún del aparato de aire acondicionado, al que este año
sí, le cambiaremos el filtro.
Ahora,
tendrá que enfrentarse sólo, a las inclemencias históricas, sin su sabia gata.
Barcelona,
19 Septiembre 2017
Jajajajajajaja. He de confesar que empecé con una carcajada, a mitad de relato se me cortó en seco, porque pensé que la pobre Tomasa era una minina de dos patas...hasta que al llegar al final la carcajada volvió.
ResponderEliminarMe encanta cuando juegas al despiste, la verdad que te sale genial ;)
Por cierto, la música no he podido escucharla a la vez que leía...se me iban los pies y con ellos la neurona :))
Besines.
Jajaja!!! Pobre bestia, también tendrías que sentir pena por ella, como el pobre Florencio. ;)
EliminarMuchas gracias!
A que un poco de ritmo sabrosón le va de maravilla?
Besines.
Jajajaja...un poquito sí, pero menos ;)
EliminarLe va, ya lo creo que le va :)
+Besines
Te imagino con sombrero de lluvia, taza de café en mano, bailando al son de la rumba, contemplando el paisaje. ;)
Eliminar+Besines.
Ay pobre Florencio, se quedó solito. La verdad es que cualquier animalito hace mucha compañía, pero al principio del relato pensé que era otra compañía hasta que leí lo de espatarrada, jajaja.
ResponderEliminarCuando he visto el video, creí que era esta canción: Me lo dijo Pérez, que estuvo en Mallorca y vino encantado de todas las cosas que vió por allí, :))).
Muy entretenida la lectura.
Un abrazo.
Ya ves, a estas edades las pérdidas son más dolorosas.
EliminarTambién me hubiera servido, sí Sra!
Muchas gracias Elda.
Un abrazo.
Ufff¡
ResponderEliminarBesos.
Pobre minina.
Sí! :)
EliminarBesos.
Se acabó su séptimo ciclo.
La verdad es que los gatos hacen muchísima compañía, te lo digo yo, que tengo una y siempre que llego a casa está esperándome angustiada si ve que tardo en llegar, y cuando estoy dentro no se retira de mí en ningún momento.
ResponderEliminarMe alegra que hayas vuelto a publicar, amigo Alfred.
Besos y feliz tarde.
Eso dicen los que gozan con su compañía. :)
EliminarMuchas gracias amiga María.
Besos y feliz semana.
Por eso mismo ahora no tengo animales, que pena. Besos!!
ResponderEliminarSí, es una pena, pero eso no ha de limitarte.
EliminarBesos!!
Hola Alfred!
ResponderEliminarNo lo entendía muy bien. Pensaba !pobre mujer!. Un final genial.
Hola Enric!
EliminarUna gata puede ser un ser imprescindible para algunas personas.
Muchas Gracias.
Yo también he tenido gatos y otras mascotas, me siento muy a gusto con ellas.
ResponderEliminarBuena entrada, me encantó.
Un beso.
Entonces entiendes perfectamente la desazón del pobre Florencio.
EliminarMuchas gracias!
Un beso.
Ay Alfred jajjaja qué mezcla has hecho con la historia de la gata y la rumba del Gato!
ResponderEliminarY las hormigas por el medio...eres un caso.
Besos.
Hola Carmen! Ya ves, las cosas que pasan por mi cabeza ;)
EliminarBesos.
Descanse en paz, Tomasa.
ResponderEliminarUn abrazo.
R:I:P: por ella.
EliminarUn abrazo.
Hola Alfred , por lo menos el último año lo pasó bien por que ya no se mojaba ni pasaba frío , y al sillón orejero le saco muy buen partido , me a gustado mucho tú relato besos de flor .
ResponderEliminarHola Flor! Sí, se puede decir que tuvo una vejez más tranquila y acogedora.
EliminarMuchas gracias.
Besos.
El sorprendente final ilumina el relato al darle ese giro inesperado que atrapa al lector.
ResponderEliminarA veces interpretamos las cosas, antes de acabar de ver.
EliminarMe tuviste en ascuas hasta el final, yo pensé que tenía a la mujer muerta en el sofá y mira por donde era la gata la que dormitaba en tan sublime espacio.
ResponderEliminarInteresante por la forma en como mantienes la intriga hasta el final.Te felicito, Alfred
Besos
Puri
Jajaja!!! Ya ves, licencias del autor.
EliminarMuchas gracias!
Besos Puri.
Buen relato. Me encantó.
ResponderEliminarUn beso
Muchas gracias Albada Dos.
EliminarUn beso.
Siempre que haya gatitos por medio, me gusta mucho. Has tenido suerte en encontrar un magnifico sillón de orejas para tu estupendo articulo.
ResponderEliminarNo te he contestado antes porque he tenido avería, se me rompió el disco duro.
Un abrazo
Ya ves, es un estupendo ejemplar, para poder adornar mi cuentecillo ;)
EliminarTranqui, ven cuando puedas.
Un abrazo.