La dama del paraguas (Internet)
Un coche inicia el camino de salida, levantando
una ligera capa de polvo arcilloso, en un cortijo totalmente blanqueado, en el
que destacan el rojo color de las tejas y del suelo.
Una luz indica que en el interior de la casa,
en una enorme sala, ricamente ornamentada, donde lucen los candelabros de plata
y sobre una mesa, un juego de té, recién utilizado.
-
¡Antoñita
hija! ¿En vez de leer tanto, por qué no le haces un poco de caso a Mariano? Un
chico tan apuesto y de buena familia que está prendado de ti. Me da pena verlo
con esa cara de pena ante tus negativas.
-
Mamá no
insistas, es un pesado y muy tonto, es rico por su familia, pero no sabe hacer
nada.
- ¡Y qué más
da!, lo importante es que te tenga como a una reina.
-
Eso es antiguo, madre, las cosas ya no van así, ahora hemos de valernos por nosotras
mismas.
-
Menuda
tontería, que trabajen ellos, bastante hacemos con parir.
-
Es que yo
no sé si quiero, parir me refiero, quiero dedicarme a mis cosas, a investigar.
-
Sí mujer,
solo nos faltaba eso, quedarme sin nietos y tener que cuidar a una hija cuatro ojos
de por vida.
-
Ya me
valdré por mí misma, no sufras por ello, en cuanto a los nietos, tienes a Jacinto.
-
Jacinto es
adoptado, ya lo sabes, tanto tu padre como yo misma, lo queremos mucho, pero no
es lo mismo.
-
¡Pero si es
hijo de la tía Engracia!
-
¡Hijo
bastardo! Nadie conoce al padre. Engracia murió sin soltar prenda.
-
Pero si se
pasaba el día en la iglesia, seguro qué es cosa del párroco, don Ramón, menudo
liante.
-
¡Hija! Te
prohíbo que digas estas cosas. Don Ramón era un santo varón, incapaz de ninguna
mezquindad.
-
¡Ya! ¡Seguro!
Se le iban los ojos tras las chicas que se preparaban para la primera comunión,
imagina.
-
No digas tonterías
ni falsedades, tienes una lengua venenosa.
-
La verdad
ya da igual, los dos están muertos y Jacinto no tiene la culpa de nada.
-
Tienes
razón y es una buena ayuda para tu padre en la hacienda, gracias a él, nos ahorramos
mucho dinero en peonadas, trabaja de valiente; para pagarnos todo lo que hicimos
por él.
-
Si madre,
tu generosidad es inaudita.
-
Vete a tu
cuarto Antoñita. ¡Yate diré cuando puedes salir!
-
Saldré
cuando sea mayor de edad. ¡Para no volver!
Los visillos del
ventanal inician un baile, a su paso decidido, mientras va camino de la salida
de la sala, en donde la chimenea arde con la generosidad de un fuego bien
alimentado.
Sarrià, 31 Enero 2017.
La madre se quedó en los tiempos de Maricastaña.
ResponderEliminarSaludos.
Por lo menos!
EliminarSaludos.
¡¡Hay que ver como son algunas madres!!
ResponderEliminarA los jóvenes les parecerá raro pero yo pasé por ello. Al final me case con un pobre...pero era guapísimo, buenísimo y cariñosísimo.
Pasado el tiempo, a mi madre también le gustaba y le quería.
Te has molestado en buscar una bonita historia y a mi me ha gustado mucho.
Un abrazo bien fuerte
Muchas gracias María De Los Ängeles!
EliminarUn abrazo bien fuerte.
Menuda bruja la madre!!
ResponderEliminarMe han entrado ganas de tirarle el juego de té a la cabeza.
Besos.
No te reprimas Carmen, es malo para la salud y puedes tener un trauma.
EliminarBesos.
Ha pasado el tiempo y encuentro difícil que a día de hoy haya madres así.
ResponderEliminarLas madres de hoy se preocupan de que sus hijas sean capaces de valerse por sí mismas y si en ocasiones desgraciadamente esto no puede conseguirse no es por culpa de las madres ni de las hijas sino de la maldita crisis sistémica que nos azota.
Las madres de antes sí que lo hacían, buscar un buen partido, pero hoy en día nos buscamos el partido con una buena preparación para la vida.
Supongo que alguna habrá, pero esto parece más de otro tiempo.
EliminarHoy en día cada uno se busca la vida por si mismo.
Gracias Tecla!
Llevas razón Alfred.
EliminarHoy el que no corre vuela.
Gracias a ti.
Un abrazo.
¡Qué bieno!
ResponderEliminarMe recordó no sé por qué a la canción Doña Estefaldina odia los masones, reza porque mengüen las contribuciones, reprende a las mozas que tienen galán...
La madre de Oscar, pero el padre Ramón
de Goya.
Muy bueno, Don Alfred.
Besines.
Yo tampoco sé por qué.
EliminarMuchas gracias.
Besines.
Muchas de nadas.
Eliminar;)
Besines
Una buena historia de lo que podía pasar en el año catapum, porque yo soy casi del mismo año, y en el ambiente que yo me movía, no se daba eso, jajaja, aunque seguramente era en las clases pudientes.
ResponderEliminarBueno el caso es que la madre parece que se quedó sin hija :)
Un abrazo.
Es que puede parecer que estamos volviendo a cierta época.
EliminarMás bien la hija renuncia a la madre.
Un abrazo Elda.
De aquellas "antoñitas" vienen estos adelantos en los que le mujer reina en las universidades, aunque todavía queda camino por recorrer.
ResponderEliminarUn abrazo.
No sé quién reina en las Universidades, pero en el mundo ecónomico, todavía no están bien situadas y así nos va.
EliminarUn abrazo.
Eso es una madre arcaica y lo demás son tonterías.
ResponderEliminarMe da hasta repelús, oye.
:)
Besos.
Dada la deriva hacia la que parece abocarse la sociedad occidental, espera cualquier cosa.
EliminarBesos Marinel.
Me gustó el relato Alfred . Muy bien construido.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Besos.
Muchas gracias Amapola!
EliminarBesos.
Folletín y culebrón! Una escena que seguro se repetía (y se repetirá) en muchos hogares…
ResponderEliminarUn placer leerte…
Bsoss.
Sí, sí, así es.
EliminarMuchas gracias!
Besos.
Hola Alfred!
ResponderEliminarDiría que esta historia es universal y sirve para todos los tiempos.Una madre dominante, pudiente, interesada. Un dinero que siempre va por delante de todo. La iglesia de por medio...
Hola Enric!
EliminarVeo que te gustó la historia :)
Afortunadamente algo hemos avanzado y esas mujeres inquietas, que no se resignaban solo a casarse bien, han abierto camino para que muchas otras podamos hacer lo que queramos por nosotras mismas.
ResponderEliminarUn beso
Hagamos un homenaje a esas mujeres que se salieron del camino marcado por sus familias.
EliminarUn beso.
Visto así, parece una victima de su propio sistema.
ResponderEliminarMás saludos.
Ya la mujer anda en otra frecuencia. Porque ese coche arrancó, se fue y nunca más regresó. Pero estamos en el otro extremo. Y no son buenos los extremos.
ResponderEliminarUn beso.
Los extremos se tocan, o eso dicen ;)
EliminarUn beso.
Un interesante relato, gracias a estas mujeres seguimos avanzando. Besos!!
ResponderEliminarEso es Rosana! De pequeños gestos personales, la sociedad va avanzando.
EliminarBesos!
Es una situación familiar que se vivió en muchas familias y aún quedan algunas por ahí sueltas, parece que no avanzaron nada, aún nos queda mucho por hacer en relación a la liberación de la mujer.
ResponderEliminarMuy bonito el desarrollo de la escena y así como la descripción de los personajes.
Besos Alfred.
Puri
Muchas gracias Puri. Realmente a veces ves cosas por ahí que recuerdan estas situaciones que parecen tan antiguas.
EliminarBesos.
Que impotencia saber que aún hay personas que piensan así,
ResponderEliminarY lo peor de todo...Intentan imponerlo.
Un abrazo Alfred.
Como siempre muy logrado,
Gracias por tu luz
Lo triste es que intenten imponerlo y tengan quien esté de acuerdo.
EliminarUn abrazo luminoso.
Ese hijo adoptado seguro que era de algún cura del que fue seminario de La Bañeza que ahora está en el punto de mira. ¡Seguro! Un abrazo.
ResponderEliminarHola Mara!
EliminarVete tú a saber, de quién es hijo el susodicho.
Un abrazo.
La hija representa el futuro, la hija tiene razón aunque se equivoque y tenga que rectificar, pero tiene derecho a elegir.
ResponderEliminarSaludos
Hola María Pilar!
EliminarAl final las hijas siempre tienen razón, son las que prevalecen.
Saludos.
Una conversación muy común en la mayoría de familias, pero finalmente cada persona es un mundo.
ResponderEliminarAbrazos.
No se yo, hasta que punto puede ser considerado, un tema de conversación común, en las familias actuales, si es así, mal vamos.
EliminarUn abrazo.
Son muy usuales estos temas en las familias, y todos somo diferente aún partiendo del mismo patrón.
ResponderEliminarGracias Alfred por tu apoyo y consuelo.
Un fuerte abrazo.
Pues deberían serlo menos, creo.
EliminarGracias a ti Carmen.
Un abrazo fuerte.
Muy bueno!!! Gracias por compartir. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias Jackie!
EliminarGracias a ti.
Saludos.
Cuanto me alegro de no tener una madre como esa y seguro se que aún en esos tiempos no sería así
ResponderEliminarNo estoy tan seguro de que esa mentalidad maternal no exista hoy en día.
EliminarYo creo que ya no hay madres así, las madres de hoy en día son más modernas, gracias a Dios ya no piensan así, ese es mi parecer.
ResponderEliminarMe encantó tu micro.
Un beso.
Creo que era así, pero como en todo hay una cierta involución.
EliminarMuchas gracias maría!
Un beso.