INTERESES (X)

 

Foto de A.C.P.

75 Timeless Jazz Classics  

[Smooth Jazz, Jazz Classics]

INTERESES 

 

 

La Navidad estaba cada vez más cerca, al estar en una de las avenidas principales de la ciudad, el tránsito de vehículos de todo tipo era ensordecedor, sumándole la invasión de las aceras a niveles insoportables, para todo aquel que se quería mover a tiro fijo y no de paseante entreteniéndose en todos los escaparates contemplando sus innumerables ofertas. 

José Carlos no las tenía todas consigo, pero había decidido que fuera su hijo la cabeza de lanza, en la operación para recuperar el hilo informativo sobre las finanzas de su padre, que había preferido vender el negocio familiar a una multinacional, antes de pasarle a él, su control. (Evidentemente, hubiera hecho lo mismo, rentabilizar antes de tener que competir contra fuerzas mayores). Pero la diferencia, es que ahora, no sabía en qué dedicaba su capital, Don Pedro. Era capaz de pataleárselo alegremente, ni siquiera estaba bajo el control de su madre (Qepd.) A ella no se escapaba ni una, siempre había estado encima, para que estudiara y se dejase de soñar quimeras. Con todas sus cavilaciones, recibió una llamada de su hijo. 

• ¡Papá! 

• ¡Dime hijo! 

• Ya he ido a ver al abuelo, está la mar de bien, no le pasa nada y a Arturo tampoco. Resulta que se lo ha dejado a la vecina, la que vive enfrente. 

• ¿Y eso? 

• Se ve que tiene un problema en la vista, tiene una, no sé qué, y lo ve todo doble, y como está preparando una oposición, o tesis, o no sé qué, la cuestión es que le ha dejado el robot, para que le ayude a prepararse, y estaba en su casa. Pero no lo he visto. 

• Me cuesta creer que el abuelo le haya dejado nuestro regalo a una vecina, por muy mal que esté. No es su estilo.  

• ¡Pues ya ves! A está sí. 

• ¿Y no has visto ni Arturo ni a esa señora? 

• ¡No! Supongo que había salido. El abuelo me ha dicho que no estaba en su casa y ya está. 

• ¡Sí claro! Él lo sabría, lástima que no hayas podido ver a Arturo, a saber, que le hacen hacer. 

• Pasar lecciones, no está tan mal. 

• Eres muy inocente Pedrito. 

• Bueno, no sé, he visto bien al abuelo y ya está. ¿Sí quieres, mañana me vuelvo a pasar? 

• ¿Sí, será lo mejor! Llámame antes, te diré en que te has de fijar. 

• ¡Ok jefe! 

• ¡Bien chico! ¡Gracias! 

• ¡Ciao! 

No le quedó muy claro, sí, la idea de enviar a su hijo a enterarse, de lo que pasaba con su caballo de Troya, había sido buena.  

Le sorprendió la facilidad para colocar fuera de su casa el robot, por parte de su padre, señal, que seguramente era mucho más sagaz de lo que él se creía. Acercarse al domicilio, buscara la excusa que buscara, sería confirmar a su padre, que la desconfianza tomada era acertada. 

Así que, esperaría las informaciones de su hijo, pasándolas por el cedazo dubitativo, dada la contaminación que podían tener. 

 

Ahora que tenían claro, que Arturo era un robot espía y que no podían cambiar a su gusto, su forma de actuar, pues se enteraría el enemigo, empezaron a estudiar, cada uno desde su casa, la forma y manera de contrarrestar la información que podía recopilar Arturo y, por tanto, hacerla llegar a oídos no recomendables. 

Don pedro les facilitó, muy a su pesar, pues no era amigo de airear los trapos sucios familiares, el porqué, su hijo mayor, estaba tan interesado en saber su disponibilidad de tesorería, habida cuenta de que la venta de su negocio le había generado una plusvalía muy generosa y una tranquilidad, para poder hacer un montón de cosas, sin preocuparse por la chequera. 

La idea primitiva, hubiera sido, devolver a Arturo, dado que era un regalo envenenado, de cuya propiedad real no podía disfrutar, ya que era una simple concesión de uso, con las características hechas al gusto del donante. 

Ofelia, ya había dejado claro, que en caso de tocar algo, perderían la garantía del robot y las posteriores actualizaciones que, para tenerlo al día, efectuaban los distribuidores, con licencia de fábrica.  

A todo esto, Arturo, había hecho un inventario con las obras de arte vistas en casa de Don Pedro y su valoración a precio del mercado de subastas, fiándose sobre todo de Christie's y Sotheby's, que eran las que cortaban el bacalo, valga la ordinariez para una gente tan chic. 

Era curioso, que nadie de la familia, estando acostumbrados de siempre, a ver las paredes bien surtidas de cuadros importantes, de los cuales sabían poco o nada. No habían sido tocados por la varita de la sensibilidad artística. 

Del grupo de defensa organizado, para que la vida de Don pedro no fuera alterada de forma negativa y que el culpable no fuera Arturo, el más avezado en saber ese tipo de cosas, del mundillo de las obras de arte, era Tomás, y era fácil entrever, que su salida precipitada de su país, igual había algo sobre valoraciones, compra ventas, galeristas sin miramientos, pero sí bien conectados con las altas esferas... 

 

 

Terrassa, 14 diciembre 2023