Pedralbes, (Imagen del autor)
Contemplaba el recinto, con la mirada perdida de quién no está
especialmente interesado en nada que no sea dejarse llevar por la tranquilidad
del entorno.
Había salido del monasterio, siguiendo las instrucciones del
auxiliar, con el aviso apremiante de su cierre,
Sin estar interesado en la liturgia, sí consideraba que es un buen
lugar para dejarse llevar por los pensamientos, propios y ajenos, en una navegación
que no sabes nunca a donde te llevará.
Es un lugar donde, en tiempos, solía venir acompañado, aunque ahora,
por circunstancias, lo haga solo. Es el único mérito que le doy, haberme enseñado estos lugares, pero con el riesgo de encontrármelo en el momento menos pensado.
Sintiéndome observado, a cierta distancia, pero igualmente de una
forma incómoda, por aquel lechuguino autor, autoconsiderado escritor, y que no
era más que un rellenador de líneas escritas en el ordenador, la mayoría de
veces sin mucho sentido.
No tuve otra alternativa que salir del recinto y encaminar mis pasos
lo más rápidamente posible, bien lejos de su nefasta influencia.
Por algo consideraba merecer la atención de un autor con todos los
sentidos bien puestos.
Mirando disimuladamente, vi que tras constatar mi rápida huida, no
hacía nada para alcanzarme, Y sí estar más interesado en observar el cálido
comportamiento de un par de jóvenes, una
adolescente y la otra un poco más hecha, que con sus gestos, hacían llegar a su
entorno lo bien que estaban juntas.
Dándome cierta tranquilidad, al constatar que ya daba mi cooperación
en su obra como asunto perdido.
Sé que hizo una llamada de búsqueda hacia mi persona, pero creerme
si os digo, que un personaje también tiene su propia dignidad, para escoger donde quiere estar.
Sarria (Barcelona) 30 mayo 2016.
Sarria (Barcelona) 30 mayo 2016.