Siguiendo una invitación de "La Mujer de Negro"
Esperábamos ansiosos el día en que nuestro agente secreto nos iba a proporcionar una más de sus múltiples brillantes actuaciones.
La semana se nos hacía larga esperando sentarnos ante el televisor para ver todas las ocurrencias que solo un verdadero agente de su graciosa majestad británica, era capaz de improvisar para solventar el problema de turno.
Nosotros nos teníamos simplemente que dedicar a improvisar una buena excusa para escaparnos a cenar a casa de la abuela y de paso que estábamos con ella haciéndole compañía poder ver uno más de los episodios de nuestra serie favorita, en realidad era la única que provocaba esa escapada, andando con paso nervioso por el paseo para llegarnos a tiempo de poder disfrutarla con tranquilidad, después de los besos, abrazos y loar la cena con la que nos obsequiaba.
Nos quedábamos en babia ante esa tele en blanco y negro con unos cuernos haciendo de antena, aposentados sobre un tapete de un blanco impoluto realizado artesanalmente.
Varillas que siempre, siempre, siempre, había que orientar de tanto en tanto para poder esquivar miles de interferencias que alteraban las malditas ondas cada dos por tres, Haciendo perder su correcta visión.
Nuestra querida abuela se quedaba con nosotros viendo el episodio de turno, sin entender del todo aquello que adivinaba más que veía, mientras continuaba con sus labores de ganchillo.
Justo acabar el episodio, salíamos zumbando para nuestra casa, andando por aquel espléndido paseo en aquellas horas en que los espléndidos escaparates iluminaban unas deshabitadas aceras.
En eran pocos los que se movían en esas horas nocturnas. Los que se podían permitir ir al cine o a los diversos locales de restauración y copeo e incluso el más animado que era un local muy puesto a la moda más moderna y tenía un permiso para tener todo tipo mini tiendas abiertas hasta altas horas de la madrugada.
Eran tiempos grises, pero con grandes deseos de que no lo fueran. Las costumbres ajenas empezaban llegar en cuentagotas, pero llegaban.
Barcelona 30 octubre 2022
No me acuerdo yo de esas antenas para coger las ondas. Sí de los botones que había debajo del aparato, para corregir cuando la imagen empezaba a desplazarse continuamente hacia arriba o se ponía transversal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy joven te veo yo a ti. ;)
EliminarUn abrazo.
Jjajja
Eliminar;))))))
EliminarLas costumbres ajenas al final llegaron, se instarlaron y arrasaron la cultura propia.
ResponderEliminarA este paso pronto celebraremos Acción de Gracias.
Saludos.
La modernidad venía vestida de minifalda y nosotros estábamos encantados.
EliminarSaludos.
Qué tiempos aquellos, je, je. Y el Drugstore, en Barcelona, acabó desapareciendo, como otras muchas cosas. Algunos cambios han sido para bien, pero otros no tanto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya ves, todos contra la dictadura éramos más jóvenes.
EliminarNada es al gusto de todos.
Un abrazo.
¡¡Joder!!, esa entrada podía haberla escrito exactamente igual que tu, también salíamos corriendo a casa de la abuela para ver en el televisor Telefunken la serie Rin Tin Tin o Bonanza.
ResponderEliminarSaludos
Es que ya tenemos una edad Emilio ;))))
EliminarGracias!!!
Saludos.
Hermosos recuerdos de aquel ayer donde no se tenía de todo, pero se disfrutaba con intensidad lo que hubiera.
ResponderEliminarNo recuerdos días grises, quizás porque con el tiempo los he vestido de color.
Simpático relato.
Un abrazo y buena semana.
Muchas gracias Elda.
EliminarSe disfrutaba todo más intensamente por lo difícil que era conseguirlo.
Se tiende a olvidar lo triste del pasado, pero en nuestro país hubo unos años de plomo.
Un abrazo y feliz semana.
Es verdad lo de las antenas, eran un engorro! Qué lindos recuerdos te trajo la consigna, Alfred, gracias por compartirlos, un abrazo!
ResponderEliminarEra algo que podía ser muy pesado.
EliminarMuchas gracias a ti maría cristina.
Un abrazo!
Y gracias por las presentaciones de la serie! El agente secreto remedando a Sir Francis Drake, el pirata de su majestad, y que se presentaba como luego lo hizo James Bond, "mi name is Drake, John Drake", muy bueno Alfred!
ResponderEliminarUn juego típico de humor inglés.
Eliminar;)
Yo nací en el 49 y si, "Cita con la muerte" y su ... "ah, mi nombre es Drake, John Drake", me atrajo muchísimo. Recordar es vivir, Alfred. Bravo.
ResponderEliminarPatrick McGoohan, un ídolo en nuestra época.
El relato, entrañable.
Un abrazo.
Pues yo en el 50 ;)
EliminarEra un aserie diferente y a nosotros nos encantaba.
Muchas gracias Enrique.
Un abrazo.
La TV en blanco cuantas alegrías y buenas series nos dieron. Y que decir de esas antenas que nos traían por el camino de la amargura ajjaj , siempre se fastidiaban en lo mejor del capítulo ajja. Un texto muy emotivo y lleno de realidad. Un besote., feliz dia semana Alfred.
ResponderEliminarSí, por aquí todos los aparatos eran en blanco y negro, lo del color tardo años.
EliminarHay un sketch de Mr. Bean al respecto que es tronchante.
Muchas gracias Campirela, un besote y feliz semana.
Digo yo que la serie esa no la echaban todos los días no ? Si no vaya palizón le dabais a la pobre abuela , muy moderna digo yo por qué para tener una tele en blanco y negro y más por aquellos años , tendría que ser una pobre viuda acaudalada.
ResponderEliminarAhora que pienso yo he visto en televisores de las dichosas antenas la serie de mister ed , un caballo que habla , luego en color bonanza , el super agente 86, el héroe americano y pipi Calzaslargas.
Una entrada preciosa , besos de flor.
No, un día a la semana y un episodio.
EliminarNo podíamos pasarnos tanto, ella estaba encantada.
Un regalo que le hicieron entre todos sus hijos, para que estuviera distraída.
Todo eso era lo que daban por aquellas épocas. Quizás un poco más tarde, algunas de ellas.
Muchas gracias Flor. Besos.
En realidad tiempos grises de tele pero muy coloridos y maravillosos, cuando se tenía a todos los amores filiales que nos mimaban muchísimo. Imagínate, era delicioso vivir con tanto amor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermosa época digna de ser recordada.
EliminarUn abrazo Sara,
Aunque eran tiempos grises, había ilusión en el corazón y eso lo cambia todo.
ResponderEliminarBesos Alfred
Sí, el color lo ponían cosas tan simples como ésta.
EliminarBesos Ana!
Recordo que anàvem a veure els dibuixos animats a ca una amiga que vivia a prop, cada dissabte a la tarda, fins que un dia a la tornada el meu pare n'havia comprat un i m'estaven esperant a casa. Molt d'anys ho vam veure en blanc i negre, clar sóc del 58.🙄
ResponderEliminarAferradetes, Alfred.
El meu pare es va negar sempre que tinguéssim tele a casa, però curiosament va col·laborar en aquesta per a la meva àvia.
EliminarAnecdotes al respecte en tinc d'altres, però cap amb l'esforç i l'exigència per aconseguir l'assoliment com aquesta.
Estàs feta una joveneta!!! ;))
Petonets, sa lluna!!!
Quien no ha vivido esos tiempos no lo comprende. Eran tiempos grises e incluso de carreras delante de los grises, pero que bien se pasaba y qué buenos capítulos en aquellas televisiones en B/N de cuernos como bien dices Alfred.
ResponderEliminarUn abrazo amigo y buen relato cumplido.
No, han pasado a ser batallitas de abuelo cebolleta ;)))
EliminarNos hemos divertido y eso ya es importante.
Muchas gracias Juan.
Un abrazo.
Esa época tenía sus más y sus menos, pero se añora y mucho. Feliz noche Alfred. Un abrazo
ResponderEliminarEs que el hecho de estar en plena época de crecimiento hace mucho. ;))))
EliminarFeliz noche Carmen.
Un abrazo.
Allá también como aquí, cómo olvidar, venimos de qué tiempos aquellos hasta qué tiempos estos... hacia tiempos que vaya uno a saber ni quiero... Y tu texto no podría ser más nítido ni estar mejor, Alfred.
ResponderEliminarAbrazo de corazón.
Hola carlos!
EliminarYa imagino que no variaría mucho la cosa entre un país u otro.
Eran tiempo en que los tiempos los marcaban otros tiempos.
Un abrazo, con aroma de espliego y yodo.
Qué tiempo tan querido!!. Con tantas ilusiones por delante.
ResponderEliminarY bonitos recuerdos.
Un abrazo, Alfred.
Sí más no éramos más jóvenes. ;)
EliminarTodo por conquistar.
Un abrazo, Amalia.
Aunque eran tiempos en blanco y negro ya se vislumbraba el color, y no como ahora que es al contrario. Esa serie que mencionas no la conocí pero si recuerdo que a las antenas le ponían una patata pelada para mejorar la sintonización. Besos
ResponderEliminarBueno lo del color aún tardó algunos años, pero el solo hecho de poder ver una tele ya era todo un éxito.
EliminarPues tuvo éxito.
Lo de la patata ya suena a más hispánico. ;)
Besos.
También he conocido aquellas antenas que se caían y había que girar porque la pantalla se llenaba de puntitos brillantes. Recordar es vivir y leyéndote me doy cuenta de que estoy viva a pesar de haber superado esa maldita enfermedad. La manía de mi abuela era poner encima de todo los pañitos de ganchillo que ella hacía, nunca me gustaron pero ahora daría un salto en el tiempo hacia aquellos años y me llevaría uno.
ResponderEliminarMe ha encantado tu escrito. Fueron tiempos grises pero felices.
Un abrazo
Lo de la antena era un clásico. ;)))
EliminarLo del ganchillo es que era un no parar, y era un trabajo de chinos.
Se ponían por todas partes, mesas, mesitas, centros, sillones...
Fueron nuestros tiempos juveniles y eso es muy importante.
Un abrazo.
Tu abuela seguro disfrutó esos tiempos, Alfred, al igual que ustedes. La serie es desconocida para mí, busqué en YouTube y qué te digo, me gusta.
ResponderEliminarGracias Alfred, principalmente, por encabezar la lista, luego por tan emotiva anécdota, también por traerme detalles ya olvidados.
Un abrazo
Tuvo una buena vejez.
EliminarUna serie de esas emblemáticas para la época.
Gracias a ti , me diste la oportunidad de recordar esta anécdota.
Un abrazo.
Temps grisos , d.una época gris de la nostra història , teles en blanc i negre , berenars de pá amb xocolata ,,, arribar a les 9 a casa. ..... Erem joves i sabìem que a fora hi havìa color , que hi havìa llibres que no teníem i pelìcules que no podìem veure.... i sabíem que a fora els pobles votaven.... Nosaltres també ho faríen un dia. Records............Pepi.
ResponderEliminarTemps de silenci i de no comentar.
EliminarPer mi encara era aviat per saber,
que existia un altre món fora.
Vedat per a nosaltres per una única voluntat.
Per sort no es pot anar contra la història.
Gràcies Pepi!!!
Un relato vestido de nostalgia en positivo y en el que ya se acaricia la libertad, los nuevos sueños y los nuevos retos que nos trajo la democracia. Yo también recuerdo aquellos televisores con antenas movedizas y la tele en blanco y negro.
ResponderEliminarUn abrazo, Alfred.
Una visita a la caja de los recuerdos, para sacar una de esas anécdotas que no se olvidan. Lo de las antenas con cuernos daba para toda otro post ;))))
EliminarUn abrazo, Miguel.
Bueno, solo quería decir que "su graciosa majestad" ya no tiene nada de graciosa y más bien tiene una cara de burro que te patea el alma. Pero bueno... en el otro sentido sí que es graciosillo.
ResponderEliminarBueno, la serie era de cuando Isabel II iniciaba su segunda década, con lo cual no podemos quitarle su pomposo título. ;)
EliminarLas señales nunca llegaban adonde tenían que llegar, y las malditas antenas vibraban con el viento produciendo bucles que nos dejaban con la seria a medias, y hasta a veces se caian provocando un gran estruendo....
ResponderEliminarTodo eso y más, eso en una ciudad, ya no te digo en zonas rurales, la cosa duró más tiempo.
EliminarGracias por la visita!!!
No conocí esa serie, pero si la situación. En casa de mis abuelos hubo televisor antes que en la mía y allí comencé a entender ese mundo de fantasía que me hacía volar con la imaginación convocándonos puntualmente frente a la pantalla. Buenos recuerdos. Un abrazo
ResponderEliminarEs que estoy hablando del paleolítico inferior. ;)
EliminarEra ver lo que intuíamos de la radio.
Son buenos, por corresponder a una edad especial.
Un abrazo.
Series en familia, grandes recuerdos para grandes épocas. Un abrazo.
ResponderEliminarYa lo puedes decir, ahora cada cual ve su programa en su habitación.
EliminarUn abrazo.
Oye, pues tenía buena pinta esa serie. Y la debieron de hacer bastante tiempo, porque salen imágenes en color.
ResponderEliminarLa abuela debía disfrutar más de vosotros , que vosotros de la serie, aunque lo más importante eta la ilusión cuando ibais para allá.
Abra oo Alfred
La serie estaba genial, la tele la veíamos en b/n, era lo que había por aquí en aquella época en cuestión de aparatos.
EliminarEso seguro, era una visita extra por nuestra parte y en plan voluntario ;)
Un abrazo!
Me has hecho viajar en el tiempo hasta llegar a casa de mis abuelos, donde nos quedábamos a dormir, yo y mi prima, y también disfrutábamos de esas cenas en la mesa camilla, viendo el televisor...
ResponderEliminarEsta convocatoria nos está removiendo sentimientos y experiencias muy bonitas, como bonito ha sido leerte, querido Alfred.
Hermosa y tierna aportación.
Abrazo grande 💙
En ese túnel cabemos todos en busca de nuestro recuerdo perdido.
EliminarLa verdad es que salieron varios recuerdos ;)
Muchas gracias querida Ginebra.
Un gran abrazo.
Tiempos grises en los que intuíamos más que veíamos y dónde nuestra imaginación siempre estaba abierta. No se en que año se daba esa serie, nuestra primera tele llegó en 1970 y en el pueblo las vecinas solo nos invitaban a ver toros o fútbol. Un relato en blanco y negro pero con pinceladas de esperanza. Besos.
ResponderEliminarTodo el país estaba sumido en la grisura que imponía un régimen dictatorial.
EliminarNo estoy muy seguro, pero rondaría por el 64/65, era un aparato Inter.
Lo que dices como retransmisiones compartidas, no nos hubiera movido a hacer una excursión nocturna. ;)
Gracias, besos!
Preciosos recuerdos con esa abuela compinche. Esta es sin duda, una serie que me hubiera gustado ver. Gracias por tus palabras en casa. Un abrazo
ResponderEliminarLa vida es más llevadera gracias a ir tejiendo con los retazos de los buenos recuerdos un buen abrigo para el alma.
EliminarEs una de esas series que sin ser muy popular sí adquirió un buen prestigio.
Gracias a ti, siempre es un placer.
Un abrazo.
Poderosa siempre la televisión, como una ventana al mundo exterior y desconocido! Por cierto, yo también conocí en casa de mi abuela un televisor con antenas! Ja, ja! Era todo un fastidio cuando se iba la señal! Un beso!
ResponderEliminarPar toda una generación fue un cambio brutal, pasamos de la omnipotente radio a ese nuevo medio que era una auténtica ventana a lo desconocido.
EliminarAquí no tenías que imaginar nada, te lo daban todo a la vista. ç
Lo de la pérdida de señal y saber si eran "ellos" era un clásico ;)))
Un beso!!!