Foto gentileza de I.C.C.
ELECCIONES GENERALES
¡Ya está! ¡Ya ha pasado! ¡Se acabó!
Voto depositado y listo.
Pues no, ahora viene la paliza de los posibles
pactos, la exigencia de dimisiones, (verbo que no suele conjugarse por nuestros
lares) la sorpresa al descubrir fuerzas que hace dos días estaban al mismo
nivel que los defensores de los animalitos y ahora nos asustan: a los
animalitos y a nosotros gentes de bien y orden, que estamos tan ricamente en
casa y solo salimos cuando nos lo piden con educación.
Ahora ha ganado ese chico tan educado que tiene
un doctorado en economía y que sabe inglés lo cual nos deja muy bien representados
en los foros internacionales, no como el otro que fumaba puros y solo sabía
registrar sobres.
Tampoco va a decir mucho más que el anterior,
pero con más presencia y buenos modos que sus competidores sí.
En el fondo todo el mundo respira algo más
tranquilo, seguimos con los mismos problemas, pero sacará a la palestra sus
voces más pizpiretas del equipo ejecutivo para calmar y controlar los
desafueros de los eternos descontentos.
El coletas ¡Bien gracias! Seguirá alentando a
las masas (ahora un poco desinfladas) a tomar el palacio de invierno, pero
tendrá que esperar que nieve más y con eso del calentamiento global no sé
yo…cómo irá la cosa.
Al que iba recomendado por los poderes fácticos,
los que controlan de verdad la cuestión de los dineros, le ha faltado un pelín
para ponerse por delante en la cola de espera para la cosa esa de la
presidencia, o sea que sigue detrás.
El que está delante, ha perdido todo, bueno la
vergüenza no, que de eso ya no gastaba. Ahora todos sus amigos esperan que se
haga el harakiri, pero no de inmediato, hay que esperar unos días por eso del
próximo show o fiesta de la democracia, que tenemos varias en ciernes.
Estaremos distraídos durante una larga temporada
y si le sumamos toda la historia del famoso juicio que no conducirá a nada
bueno, ni os cuento.
Barcelona, 30 Abril 2019