A veces hay que simplemente sentarse, alimentarse, ojear los periódicos, siempre y cuando sepas discernir a quién obedece y que intereses le guían a cada cabecera, de nuestra muy libre e imparcial prensa y, soñar que una sociedad mejor es posible.
Mucha teoría sobre posibles combinaciones, para conseguir el objetivo, todos los pactos posibles entre fuerzas que el día antes estaban a morir, politólogos muy buscados para que digan en su paseíllo por todas las tertulias televisivas y radiofónicas, lo que cualquiera con unas cuantas elecciones vistas ya sabe.
Paseando por la calle, en nada observas que a nadie le preocupe ni un pelo, el posible cambio de cariz político, en nuestro país, cuando precisamente uno de los más sonados cambios en nuestra historia vino dado por unas elecciones municipales que propiciaron un cambio de régimen.
Pero claro, a cada uno lo que le interesa es lo que le da de comer, solventando su jornada con la mayor eficacia posible.
Está claro que la ciudadanía no está contenta, por motivos de lo más variados, mucha abstención y mucho voto de castigo.
Poco entusiasmo en el personal, para con los propios, haciendo dejadez en el contrario de la capacidad de decisión.
Lo que está claro es que el sol ha salido otra vez con alegría y todos han ganado, como es habitual, en porcentaje de la miseria de participación, en que a pesar de tener menos representación, que será de más calidad y lo que importa es el espectro ideológico, otros que el cansancio es por culpa de la mala planificación de la campaña, de que el mensaje no ha calado en la ciudadanía...
Nadie asumirá que lo que en realidad quiere el público, que tanto quieren y a quien tanto deben es que se vayan de una vez camino de sus casas. Que además es el que se la ha pagado.
Por cierto, al trilero mayor, se le ha ocurrido otro salto mortal con doble tirabuzón hacia atrás, que también se le suele dar.
Veremos cómo acaba, de momento tenemos otra fiesta para pagar, antes de que la hayamos amortizado.