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Sueños de Trompeta
Suena una trompeta
algo desbocada,
los pies se me aligeran
siguiendo su compás.
El cuerpo se estremece
recuperando verticalidad,
nadie me lo dice
pero me siento alegre.
Un estado de entusiasmo
sin razón aparente,
salvo una música contagiosa
que sabe enderezar el ánimo.
Mi esqueleto sacude
sus eternas telarañas,
estoy solo en mi baile
sin público presente.
Salvo una vecina
frente mi balcón,
que sin oír nada
ve mis movimientos.
Algo sincopados
para su gusto parecen,
dada la lánguida cara
puesta ante sus plantas.
Por deducción
igual adivina la causa
de mis movimientos,
quizás un vecino loco
no sea algo inusual.
Aunque lo imaginado
que de otros tenemos,
por sus comportamientos
vistos de forma parcial.
No siempre consigue
darnos para juicios
de esos fiables o justos,
siendo menores de lo real.
Bailar no es locura alguna,
de todas formas ella sigue
cuidando sus geranios,
como si nada le alterara.
La trompeta enmudece
el brazo del tocadiscos
se recoge, yo al sillón.
La vecina se retira
con su regadora.
La tarde ensombrece,
el frío se agudiza,
mis pies descansan,
el silencio impera.
Lo volveré a intentar
con una sesión gimnástica,
mostrando virilidad,
brazos fuertes, piernas macizas,
barriga escondida.
A ver si la gorda esa
al fin se entera,
que tiene un vecino
en edad de merecer.
Dado que hasta ahora
a pesar de los días,
dedicados con esfuerzo
a la música, el baile,
a las sombras chinescas,
los juegos malabares,
los títeres teatrales,
e incluso efectos de luces.
De momento
nada ha contado
para distraer su vista,
de mis competidores verdes.
Barcelona, 12 enero 2021
Espero que mi risa no ahogue el sonido de la trompeta, he disfrutado leyendo tus cuitas. Un placer. Abrazos
ResponderEliminarNo, reír es lo mejor que espero de su lectura ;)))
EliminarMuchas gracias Ester.
Abrazos.
La trompeta de Miles Davis, más exquisita que la de Armstrong, asís suene algo herético, pero no extraña que te motive esta loa de poema, y te ponga a bailar, hasta el punto que la vecina, te crea orate, Alfred. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarPara nada suena herético. Miles fue un innovador y revolucionó el sonido de tan noble instrumento. La vecina ya vimos que no estaba mucho por la labor ;)))
EliminarUn abrazo Carlos.
Jajajakajajaja. El baile no sería en plan baile San Vito, no?
ResponderEliminarLo tiene difícil el amigo, porque ante esas bellas flores y el tipo empeñado en hacer el mono, pues creo las flores llevan ventaja. Y como ella sepa leer los labios y sepa le llama gorda, apaga y vámonos :)))
Besines.
Vete a saber, mucho arte no tengo ;))))
EliminarLas relaciones vecinales de acera a acera, parecen más lejanas de la distancia física.
Besines.
Yo creo que deberías enseñarle una caja de bombones a la gorda.
ResponderEliminarSu corazón se rendirá.
Saludos.
En eso no había caído. ¡Gracias!
Eliminar¿Y si no le gusta el chocolate?
Saludos.
Jajjajajajaaj pues yo me quedaré la caja de bombones!
Eliminar😈😈😈
Miles Davis...divino.
Me has hecho reír,Alfred.
: )
Y Toro también.
Un grande, aunque una vez se dio el piro y nos dejó sin concierto.
EliminarMe alegra saberlo. La risa es cosa buena.
;)
Otro buen tipo.
jaja, a la que puedas, al gimnasio, a conquistar con tus hechuras de bailarín, el corazón de la vecina. Muy chulo.
ResponderEliminarUn beso
Ya me veo haciendo demostraciones con más ganas ;))))
EliminarMuchas gracias Albada.
Un beso.
Yo creo que la vecina no sabe lo que se pierde, quizás, disimule regando sus plantas pero el rabillo del ojo apunta a otra parte, seguro, que volvería a regar de nuevo si la música continua.
ResponderEliminarUn abrazo Alfred.
Ahora que lo dices, me parece que riega demasiado a menudo.
EliminarCreo que vuelve a estar de buen ver ;)
Un abrazo Juan.
Hay sonidos que hacen que nuestros pies se mueven solos. Y el de la trompeta es uno de ellos. No importa que a uno le tomen por loco, si se es feliz realizando malabares en el suelo. Un feliz dia. Abrazos !!
ResponderEliminarEs bien cierto, a la que suenan unos acordes nos ponemos en danza.
EliminarUn feliz día.
Abrazos!!!
jajaja, muy humorístico todo, Alfred, hermosas las plantas, seguro ella te vio de reojo y se hizo la disimulada, por eso se demoraba en su riego, muy femenino eso, un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias maría cristina. En la vida hay que verle la nota humorística en todo. Cosas tienen las féminas ;)
EliminarUn abrazo.
Es una historia muy bonita, Alfred... nunca hay que dejar de bailar porque nunca se sabe quien puede ser nuestro espectador. Buena música.
ResponderEliminarMil besitos para ti.
Muchas gracias Auroratris, seguiremos en danza hasta que la dama se percate de la admiración que suscita.
EliminarMil besos.
Hombre! no seas malo, pobre vecina. No la llames gorda. Con las damas siempre siempre, hay que mostrarse caballeroso. Además, no se porque pero me da a mi que el espectáculo que brindas no debe ser parecido al de Rudolf Nuréyev. De hecho, me pica el bigote nada más de imaginarlo.
ResponderEliminar:D:D:D
Con la edad se pierde las buenas formas.
EliminarHa sido un exabrupto fruto de la impaciencia.
En teniendo bigote ha de picarte, ante tamaño desaguisado coreográfico.
;)))
Ella se lo pierde, Alfred. No creo que vaya a encontrar un vecino que porte el sobrero con el salero con que tú lo haces.
ResponderEliminarUn abrazo.
En casos así no se sabe quién pierde ;)
EliminarUn abrazo.
Me ha encantado imaginarte bailando! Para mi es un ejercicio vital, te conecta con lo lúdico,con el placer,con la alegría,y de paso haces ejercicio cardio!
ResponderEliminarMe encantó el poema, de verdad.
Un beso.
Ya ves, uno haciendo el numerito ;)
EliminarRealmente es una buena actividad.
Muchas gracias lunaroja.
Un beso.
Me has hecho reír.
ResponderEliminarEl poema me ha gustado mucho, casi salgo a bailar, jejejeje
De eso se trataba ;)
EliminarMuchas gracias Tracy.
Hay que mover el esqueleto!!!
Jajaja y muy bueno. No hay nada como mosquear a la vieja del visillo, mientras uno hace lo que le viene en agana y el cuerpo nos pide!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Hay que dejarse llevar por el ritmo...
EliminarMuchos besitos.
Maravilloso leerte Alfred, imaginarte bailando al son de la trompeta y con la vecina ahí como no queriendo y viéndote me hace sonreír. Saludos amigo
ResponderEliminarMuchas gracias Sandra.
EliminarUna situación jocosa.
Saludos amiga.
Los rituales de apareamiento humano son tan complejos... para algunos, otros llegan, sonríen y lo tienen todo hecho... es un misterio... o una putada.
ResponderEliminarEncima ahora cualquier insinuación puede ser mal interpretada ;))
EliminarAquel que no baila, él se lo pierde. Se haga mejor o peor, bailar da felicidad y salud. Y los vecinos amargados que se vayan a tomar viento.
ResponderEliminarBesos.
;)))) Pobrecillos vecinos.
EliminarUna actividad de lo más contagiosa.
Besos.
Suena bien esa trompeta, y el baile al que se apuntan esos vecinos lo mejor. Los mirones desde la ventana se pierden ese baile
ResponderEliminarBesos Alfred
Puri
Una de las mejores trompetas que han sonado nunca.
EliminarLos mirones tendrían que dejarse llevar por los pies.
Besos Puri.
Que linda foto
ResponderEliminarBarcelona no conozco España
debe de ser bella!!!
Ire por el verano a caminar tus letras
Foto obtenida en una calle de Barcelona.
EliminarUn lugar estupendo, te lo recomiendo.
Muchas gracias.
Tal vez si esa vecina hubiese escuchado a
ResponderEliminarMiles Davis hubiese reaccionado, el baile por sí solo parece que no le llegó. Pero a ti ¡qué te quiten lo bailado!
Un abrazo Alfred.
Bueno, está claro que se perdió la música. !Ya ves!
Eliminar;)
Besos Ana.