Chet baker- Paul desmond
Don Facundo
Don facundo oye trompetas,
y sabe, que donde suenan,
la alegría está asegurada.
Además, puede que le caiga
alguna buena bellota extra
de esas recién caídas, frescas.
O como menos alguna castaña,
ahora estamos en tiempo de ellas
lo sabe bien pues es de bosque.
De lo que se dice vulgarmente
con firmes raíces campestres,
por muchas generaciones.
Correteando entre árboles,
despistando jaurías,
esquivando perdigones.
Espachurrando sembrados,
hurgando entre desperdicios,
destrozando huertos.
Puede que eso no les guste
pero él tiene su propia ley,
primero calmar el hambre.
Es de los que no cree
ni en confinamientos
ni en las mascarillas.
De noche y a las horas golfas
que sale asomando el hocico
a quién le importa como vaya.
Sigue las notas de trompeta
pista lejana pero sonora
con resultado incierto.
Pero no es por eso
que no está bien visto,
es feo y cae mal.
Pobre Don Facundo
señor de platos estofados,
alegría de cazadores.
Mejor le hubiera valido
ser menos curioso en la escucha.
Para otros son los micrófonos.
Barcelona, 10 noviembre 2020
Es una historia real y preciosa, ¡tendrá que comer Don Facundo?
ResponderEliminarAhí lo tenemos, observando al personal tan tranquilo.
Eliminar¡Por supuesto!
Don facundo nos cae bien gracias a tu historia. Un abrazo
ResponderEliminarSon feotes y no hacen carantoñas, pero no tienen que caer mal, hay otros seres que hacen más fechorías.
EliminarUn abrazo Ester.
¡Es todo un personaje! Me entretuvo leer su historia. Un abrazo Alfred.
ResponderEliminarDe los que se las sabe todas.
EliminarGracias.
Un abrazo lady Blue.
Ese jabalí, tal vez urbano, haciendo las delicias de un poeta.
ResponderEliminarUn abrazo
Digamos que es uno aclimatado a la vida semiurbana.
EliminarUn abrazo Albada.
Hace unos días vi familias enteras por Vallvidrera.
ResponderEliminarY sí, ninguno llevaba mascarilla ni estaban preocupados por las vacunas, y sospecho que se reían del toque de queda.
Saludos.
Sí, éste es de esa zona ;)
EliminarPuedes estar seguro.
Saludos.
Desde luego son mucho más listos que nosotros, Don Facundo no hace caso a milongas de mascarillas, confinamientos perimetrales ni vacunas.
ResponderEliminarMás de una vez me he cruzado con familiares de Don Facundo y acongojan un poco, mejor no provocarle ;)
Besines.
Al menos se toman la vida con mucha más tranquilidad.
EliminarEstán por todas partes y cada vez hay más y más osados. Pero sí se sienten acorralados o van sin la familia, suelen ser tranquilos y se van por otro lado.
Besines.
Menudo cacho de bestia es D. Facundo, el pasado año nos encontramos por el Parque de la Sierra de Cazorla toda una piara de cochinos jabalíes, lo que no se, es si se llamaban Facundo o no, no se lo pregunté, daban miedo sus colmillos.
ResponderEliminarSaludos
Lo es con todas las letras ;)
EliminarIgual eran de otra rama familiar, estos están más hechos al contacto con humanos.
Saludos.
Ayyy, cuántos Facundos nos están rodeando y es que cuando tienen. hambre, se comen hasta las vías del regadío.
ResponderEliminarBonita historia.
Besicos muchos-
No lo sabes tú bien. Aquí ya los consideran casi una plaga y hacen batidas cada dos por tres. Pero como cualquier animal se merece su espacio.
EliminarMuchas gracias.
Muchos besitos.
Por regla general, los vemos todos iguales, pero resulta que tienen una larga lista de subespecies (castilianus, scrofa scrofa, meridionalis,attila,majori, etc.etc.), pero en los tratados de zoologia siempre se olvidan del "Paulus Casadicus" el mas urbanita de todos.
ResponderEliminarTienes razón, hay un montón de variantes, pero este es el que habita aquí al lado nuestro en la sierra de Collserola. Que llega a bajar a los barrios periféricos e incluso a veces más abajo, donde efectúan sus fechorías.
EliminarBueno, bueno, menudo D. Facundo recobrando terreno usurpado y haciéndose de valer, pues impera la ley del más fuerte y además sin mascarilla a lo bestia, y que nadie se meta con él.
ResponderEliminarHa sido todo un placer leerte amigo Alfred, buen poema el tuyo que también esos pobres animales lo merecen.
Un abrazo y buen resto de semana.
A la que aflojamos, la vida natural se reproduce. Co el tema de la pandemia, la presencia humana se ha reducido mucho en según qué lugares. Aunque después del confinamiento, la invasión de espacios naturales por la especie humana da que pensar, mal sobre la misma.
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo y buena semana.
Siento que Facundo se haya metido en un lío por hacer caso a las trompetas. Pienso que tiene tanto derecho a la vida y a la felicidad como cualquier ser vivo. Los homo sapiens tendemos a catalogarlo todo, consideramos a muchos seres vivos solo como nuestra despensa, y necesitamos comer, como él, pero a menudo nuestra prepotencia va muy lejos.
ResponderEliminarMe gusta tu Don Facundo, un abrazo.
Creo que le vale la pena, ya se saldrá si puede.
EliminarEso seguro, nos lo miramos todo por encima del hombro.
Muchas gracias Ana.
Un abrazo.
Es lo que hay, lo que a unos gusta a otros disgusta. Aquí parece como si esas trompetas actuaran como la flauta de Hamelín, pero en lugar de atraer a los roedores, lo hace con un mamífero comestible y preciado por algunos. En esta ocasión la curosidad no mató precisamente al gato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso está más que claro para todos, bueno para casi todos.
EliminarUn abrazo Josep.
De ninguna manera podía ser menos curioso en la escucha de la trompeta, era nada más y nada menos que la de Chet Baker.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ante una trompeta de este nivel, todos acudimos prestos, saliendo de nuestras madrigueras.
EliminarUn abrazo Juan.
jaja, me has sacado una sonrisa con facundo, la imagen es genial, sí, ahora abundan los facundos, pobres...me ha gustado esta historia.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz dia Alfred
Ya ves, con cualquier animal tienes la distracción asegurada.
EliminarUn abrazo Carmen y feliz día.
Don Facundo, es genial! Va a lo suyo y punto en boca.
ResponderEliminarUn abrazo, Alfred.
Son algo individualistas los machos, las hembras van más en grupo.
EliminarUn abrazo, Mamen.
Todo un personaje lleno de ternura desde tu mirada, Alfred.
ResponderEliminarMil besitos para tu día.
Todos los personajes se merecen esa mirada, incluso antes de comérselos.
EliminarMil besos Auroratris.
No se que decirte te he leido
ResponderEliminarme voy en silencio dejando huellas sin sentido
Igual hay cosas de nuestra idiosincrasia que igual te resultan algo extrañas ;)
EliminarHas dejado tu huella y se agradece.
Pobrecito realmente. tu relato no puede mas que despertar ternura y nos deja pensando en nuestra necesidad???? de tantos don Facundos? y de tanta explotacion... en fin...teóricamente somos los buenos de la película
ResponderEliminaruna poesia diferente que me ha tocado el corazón. abrazo grande
Solamente teóricamente, los hechos no lo denuncian bastante.
EliminarMuchas gracias Eli.
Un gran abrazo.
Don Facundo és un exemple viu de la llibertat que ens han tret als humans, especialment des de fa vuit mesos (aquí ens la van treure fa vuitanta anys). És per això que admiro les "bèsties" no ensinistrades. Que per molts anys en puguin gaudir!
ResponderEliminarA reveure!
Que per molts anys sigui així!
EliminarUna abraçada.
Hola Alfred!
ResponderEliminarDon Facundo el impresentable. Hay muchos como don Facundo. Se diría que es un antisistema poco elegante. Cuando veo gente sin mascarilla por la calle , pienso que hay gente que no está bien de la cabeza.
Hola Enric!
EliminarTampoco hay para tanto, hay cosas que en su especie son consideradas normales. Otra cosa son los que los imitan de los nuestros. Gente con cabeza hueca hay bastante.
Es una bonita historia la de Don Facundo, parece que se perdió entre tanto matorral y fue a parar donde no debía.
ResponderEliminarSimpático animalito, daba pena verlo corretear por la carretera perseguido por la policía como si de un delincuente se tratara.
Un abrazo Alfred
Puri
Gracias Puri. Eso seguro, fuera de su hábitat no está bien visto y en el suyo a ratos. Aquí cuando han bajado por la ciudad los han abatido los guardias a tiros de pistola, incluso hubo un caso de un auto lesionado en un pie, que dio para mucha chanza.
EliminarBesos.
Pobre Don Facundo, la curiosidad le mata.
ResponderEliminarUn saludo
Bueno, el pobre aburrido de la monótona tranquila vida en el bosque, solo buscaba enterarse de que iba la cosa. ;)
EliminarUn saludo.
Me sacaste una gran sonrisa con la historia de don Facundo. Esa trompeta también me haría a mí, ir hasta donde fuera necesario :))
ResponderEliminarUn beso, Alfred.
Eso de por sí ya me alegra la mañana ;)
EliminarEsta música puede levantarte por enfermo que estés.
Un beso Carmela.
Pues cuando me he topado con alguno, me he asustado. No me gustan.
ResponderEliminarBesos.
PD. Quizá porque los de pueblo son más grandes...
La verdad es que no es alguien con el que puedas tener una conversación entretenida. Es mejor que cada cual se vaya por donde ha venido.
EliminarEso seguro ;)
Una bonita historia esta de Don Facundo. Saludos amigo Alfred.
ResponderEliminarYa ves sandra, todos los seres tienen su historia.
EliminarSaludos amiga.
Una buena historia la de D. Facundo, me gusta.
ResponderEliminarBesos.
Bien, me alegra saberlo ;)
EliminarBesos mari carmen.
Creen en confinamientos, pero de los humanos. Menuda gozada para ellos cuando nos confinaron. Todo para ellos. Pero todo lo bueno se termina, aunque estemos haciendo méritos para regalarles otro confinamiento. Nuestro, claro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por supuesto, la cosa del virus no va con ellos, simplemente se libraron de nosotros durante el confinamiento y confían que pronto venga otro, para seguir otra vez tranquilos con lo suyo.
EliminarUn abrazo.
No se si serían de don Facundo o de don Raimundo, pero el domingo pasado nos comimos dos piernas asadas, que estaban para chuparse los dedos.
ResponderEliminarYo solamente como carne de caza, y que conste que no soy cazador pero, como se suele decir que hay que tener amigos hasta en el infierno, y a mi no me faltan. Por cierto, ya me han avisado de que vaya haciendo hueco en el congelador, ya que este domingo se abre la veda del zorzal, del que algunas docenas me regalarán.
El relato de D. Facundo me ha encantado, por lo bien que lo has narrado, y por la verdades que cuentas de este travieso animal, a quien a pesar de todo, a mi me gusta mucho, aunque a otros le pese. No se puede caer bien a todo el mundo.
Un fuerte abrazo, estimado amigo.
Eso es ver el lado positivo del asunto. Para ti. ¡Claro! ;)))))
EliminarEsos amigos son los que hay que cuidar, te suministran buenas piezas.
Muchas gracias, lo que da de sí, ver alguna de estas bestias merodeando.
Un gran abrazo Manuel.
Don Facundo va de lo más libre y despreocupado. Oh, dicha de su corto tiempo.
ResponderEliminarAbrazo!
Es de suponer que en su vida, todo se toma al tiempo, sin más allá.
EliminarUn abrazo Sara.
Hola Alfred, tengo dificultades en que se vean mis comentarios, aviso.
ResponderEliminarMe gusta este gran relato.
(A ver si ahora hay suerte).
Un beso.
Hola mari Carmen, este comentario se ve perfectamente y el anterior también. 😉
EliminarMuchas gracias.
Suerte sí que has tenido.
Un beso.
don facundo estaba por estos campos antes que nosostros. y va a la suya. no sé si le debemos preocupar mucho. estos que andan por cerca de las ciudades, creo que nos ven mas como una oportunidad de conse guie alimento que como un depredador
ResponderEliminarsaludosss
alfred
Hola, pues no sé quién estaba primero, pero no creo que eso importe mucho, al menos a él. Está claro que nos han perdido el miedo.
EliminarSaludos.
Cuando me he encontrado con un Facundo por el bosque...la verdad es que disimuladamente...he salido pitando,pero este Facundo tuyo es majete.
ResponderEliminarSigo sin poder abrir los vídeos,pero veo Chet Baker y Paul Desmond y pienso en Autumn Leaves...será ese temazo?
Su álbum Together me encanta.
: )
Cuando en tiempos salía a pasear por el bosque, hacía lo mismo, nos mirabamos y acto seguido cada cual escogía un camino opuesto.
EliminarUna lástima, de ese se trata. ;)
Besos.