Siempre como nuevos. Era su lema y de esta forma es como quería verlos. Siempre limpios y lustrosos, sin excusas. Así le gustaban a mi abuela Mari, mis zapatos.
Era muy exigente con eso, decía que un hombre con los zapatos sucios no podía ir a ningún sitio. Qué era su carta de presentación y nos mostraba tal cual éramos.
La verdad es que, por mi afición, muchas veces me costaba cumplir con ello. Por más que lo intentaba no podía evitar que me los salpicaran o yo mismo pisase el charco de sangre que producía mi víctima.
Me llevé castigos por ello.
Hola Alfred!
ResponderEliminarHay asesinos que son muy pulcros, debe formar parte de su adn criminal.
Hola Enric!
EliminarEs señal de una buena educación, lo cual no está reñida con el trabajo que se desempeñe.
Tétricos andamos, pero lustroso y relimpio, el relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los tiempos no andan zalameros.
EliminarHay que mantener la buenas formas.
Muchas gracias.
Un abrazo.
Muy buen micro, Alfred, pulcritud en el crimen, pero descuido en la limpieza de los chagualos. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos A.
EliminarUn abrazo.
Hola Alfred, muy acertado. Se suele decir que los zapatos ayudan a saber cómo es una persona, tu abuela te quería mucho y se preocupaba por ti.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Cristina, muchas gracias.
EliminarEs una muestra muy fehaciente de cómo es una persona.
Por supuesto, sí que lo era.
Un abrazo.
Tu abuela era muy sabía, conociendo tus aficiones te inculcaba la limpieza, unos zapatos pueden ser más delatores que un testigo jajajjaja
ResponderEliminarBuen giro del relato.
Y la música le va que ni pintado.
Besines.
No entiendo que hables en pasado de ella, cuando sus dogmas de buena prestancia siguen bien presentes en mi quehacer diario.
EliminarAhora con estas funditas que venden en los chinos, apenas me los mancho, las tiro a la basura y, me siguen relucientes que ni te cuento. ;)
¡Muchas gracias!
Besines.
:)))))
EliminarMás besines.
;))))
Eliminar+Besines.
Hola, un micro muy lustroso, me ha gustado el giro.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias Jesús, hay que darle un toque ;)
EliminarUn saludo.
Es que hay asesinados que no tienen la más mínima consideración y salpican con su sangre todo lo que les da la gana.
ResponderEliminarSaludos.
Como en todo, hay chapuzas y aficionados, que arruinan la profesión.
EliminarSaludos.
Una buena manera de no dejar pistas...zapatos impecables sin huellas de sangre,lo que pasa es que la sangre es muy "escandalosa" y en cuanto nos descuidamos ahí quedó la manchita delatora.
ResponderEliminarMe gustó tu relato!
Un saludo!
Sí, hasta ahora exigia un esfuerzo adicional, pero con lo de las bolsitas para los zapatos, gracias al corona, la cosa me ha mejorado mucho.
EliminarMuchas gracias lunaroja.
¡Un saludo!
jajajaja no me esperaba ese final, jajaja, muy bueno, Alfred.
ResponderEliminarLa música me encanta, acaricia.
Un beso!
;))))El autor se ha esmerado para darle una salida digna.
EliminarMuchas gracias Carmela.
¡Un beso!
Qué bueno el micro, vaya... vaya... vaya... así que era un asesino jajaaj.
ResponderEliminarHablando de zapatos, recuerdo a mi madre siempre limpiando los zapatos. Pero ¿qué quieres que te diga? yo todo lo contrario jajajaja.
Besos.
Muchas gracias María Dorada, ya ves tú que profesión más saturada, sobre todo por el centro.
EliminarEn casa cada cual se hacía los suyos ;)
Besos.
Caray qué sorprendente!, un micro estupendo, lo breve si bueno, dos veces bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Elda, todo un halago.
EliminarUn abrazo.
Siempre me fijo en los zapatos de las personas, especialmente cuando las conozco, cuando me las presentan, es una buena tarjeta de visita. Un abrazo
ResponderEliminarPues ya somos dos, es una señal, de cuan pulcra es una persona.
EliminarSí qué lo es.
Un abrazo.
Ya sabes lo que le decían a Antonio Ma(n)chado, mejor llevarlos limpios y no levantar sospechas de ningún tipo. Te felicito por el micro y por la pieza elegida... adorable, Alfred.
ResponderEliminarMil besitos para tu semana.
El gran Don Antonio, siempre con la palabara justa.
EliminarMuchas gracias Auroratris.
Besitos que me harán una semana mucho mejor.
Igualmente para ti.
Y los calcetines ¿blancos? 😊😊
ResponderEliminar¡¡¡No!!!
EliminarXD
;))))
El que te va a pagar un asesinato, si te ve con los zapatos sucios se lo piensa dos veces antes de encargarte otro. El granete es un color muy sufrido para esos menesteres.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por eso hay que cuidar mucho la imagen, sea dual sea la actividad a la que uno se dedique. Ver una sotana con lamparones desvirtuaba mucho al oficiante. El granate forma parte del uniforme de cualquier matarife que se precie.
EliminarUn abrazo.
¡Menudo final! Es un relato corto pero muy fuerte. Ya se sabe que hay psicópatas amantes de la limpieza. Está muy bien escrito, Alfred.
ResponderEliminarUn abrazo
Un tanto sorpresivo ¡Eh!
EliminarSuelen ser un tanto obsesivos.
Muchas gracias Rita.
Un abrazo.
Me has sorprendido con ese final, porque cuando empecé a leerte me recordé de mi papá porque siempre me dijo lo mismo... bien por ese giro.
ResponderEliminarIré al ordenador para escuchar la música porque sé que siempre es muy buena... un beso.
Sí, era una constante antes de salir de casa. ¡Limpiate esos zapatos! Ya que cada día volvían llenos de polvo ;)
EliminarEs una pieza cortita, pero te gustará AlmaBaires.
Un beso.
Los zapatos son importantes, tan visuales ellos, coraza de unas extremidades siempre ocultas y escasamente conocidas: los pies. Los gánsteres eran, son, los que mejor cuidan sus zapatos, no obstante la sangre. Saludos.
ResponderEliminarSon una de las cosas en que uno se suele fijar, para saber del interlocutor. En mi época de selección de personal, me servía.
EliminarLo de los gansters no lo he podido comprobar, me tendría que dar una vuelta por la carrera de San Jerónimo. Los de aquí no valen por aquello de que están en un parque y hay mucho polvo.
Saludos.
Jajaja... Buenísimo. Me has hecho brincar del asiento con esa magistral estocada final.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Ojo, no te caigas! ;))))
EliminarUn abrazo Sara.
Muy buen e inesperado final.
ResponderEliminarMuchas gracias Tracy.
Eliminarhay que sorprender ;)
Felicidades Alfred..esos zapatos relucen como los chorros del oro ...ahora el empleo los puede fastidiar ajajja
ResponderEliminarAunque puede que solo suba el tono del granate...
Un abrazo feliz noche.
Muchas gracias Campirela, son gajes del oficio ;))))
EliminarMejor no arriesgarse.
Un abrazo y feliz noche.
Bueno, al menos no eran blancos... porque mira que es difícil limpiar la sangre en ellos... jajajaja besos.
ResponderEliminarLos profesionales ya saben que ponerse ;)))
EliminarBesos.
la profesión de asesino tiene ventajas ´si, pero inconvenientes también:-).
ResponderEliminarMuy chulo. Un beso
Todas las profesiones tienen sus particularidades.
EliminarMuchas gracias Albada.
Un beso.
Un final inesperado pero muy buen relato Alfred. Saludos amigo.
ResponderEliminar¿A qué si?
EliminarMuchas gracias Sandra.
Saludos amiga.
Dramático relato.
ResponderEliminarBesos.
La vida ya de por sí lo es, pero la del asesino profesional no da para muchas alegrías.
EliminarBesos.
Asesino en serie.
ResponderEliminarSaludos
Más bien por encargo.
EliminarSaludos.
Quizá por eso los mocasines son de color burdeos, así no resalta tanto el color de la sangre, je,je.
ResponderEliminarUn abrazo.
Algo de eso debe de haber ;)
EliminarUn abrazo.
Por tus zapatos te reconocerán... :D
ResponderEliminarUn abrazo!
Sí, pero creo por estos se van a llevar un buen susto ;)
EliminarUn abrazo.
La experiencia tiene algo inesperado y al final elude la experiencia.
ResponderEliminarMis saludo te dejo.
Hay un no sé qué de sorpresivo, en toda actuación.
EliminarUn abrazo Guillermo.
Me gusta mirar los zapatos, creo que hablan por la persona.
ResponderEliminarBuenos castellanos.
Cuídate.
Un abrazo.
Telepatía, nos hemos cruzado😊
EliminarDicen más de lo la gente se cree.
EliminarEn este caso mallorquines ;)))))
Igualmente Laura.
Un abrazo.
Vaya, pues qué bien ;)
EliminarMe he reído de lo lindo :DD
ResponderEliminarMuy sabia tu abuela: como ahora no se puede hacer retrato robot de un delincuente por culpa las mascarillas, los zapatos se van a volver protagonistas en las ruedas de reconocimiento.
Confortables los de la foto :)
Un abrazo y una sonrisa :)
Muy bien hecho para eso se escribió ;))))
EliminarLas abuelas son las que saben de verdad siempre, lo que hay que hacer.
Pues realmente lo son y mucho:)
Una sonrisa de agradecimiento y un abrazo cordial.
Yo tambien soy un poco maniática con la limpieza de los zapatos, tal es así, que si me pisan en mis lindos deportivos blancos, me duele más la huella que me dejan en ellos que el dolor del pie.
ResponderEliminarLa música que has puesto...¡¡preciosa!!
Un abrazo.
No me hables de las típicas bambas blancas, que solo puedes llevar un rato. ¡Qué horror y qué rabia!
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo.
CON TODO MI CARIÑO Y CON LAS TENSIONES MUY JUSTITAS TE DEJO MI CARIÑO ENTRE UN SINCERO ABRAZO
ResponderEliminarHola Marina, un honor tu visita, dadas tus circunstancias.
EliminarCuídate y mejórate pronto.
Un abrazo.
Lucir unos zapatos limpios
ResponderEliminarhabla mucho de la persona
que los usa, asi que me encanta
mi querido Alfred.
Besitos dulces
Siby
Lucir unos zapatos es imprescindible para causar una buena impresión y para sentirse presentable. Además muestra el interes por la limpieza personal en todos los aspectos.
EliminarMuchas gracias Siby.
Dulces besitos.
Elegir zapatos rojos facilita un poco las cosas ante víctimas desconsideradas.
ResponderEliminarRecordando a la abuela, el giro final es aún más impactante.
Besos, Alfred
Digamos que pueden camuflar mejor ciertas salpicaduras, pero luego la limpieza es igual de exigente. Por suerte ahora no se extraña nadie, si ve salir alguien con fundas en los zapatos ;)
EliminarDigamos que hay lecciones que se acaban respetando y cumpliendo por los todos los tiempos.
Besos Alís.
En mi casa mi padre, heredero de las costumbres de mi abuela, tiene siempre los zapatos limpios y relucientes.
ResponderEliminarYo, por el contrario, ando siempre con ellos hechos una pena.
Me encantaría ser como él, pero no tengo más remedio que ser como yo.
Y anda que no me tengo llevado castigos también por destrozarlos...
Besos con olor a betún
Me gusta tu sinceridad. Sí a veces para evitar juicios negativos y ante las prisas, hacía un uso indebido de la colcha de la cama, para lustralos adecuadamente, pero eso es otra historia ;)))
EliminarCada cual ha de ser uno mismo.
Besos abetunados.
Jjajjajajaja
ResponderEliminarY no sabes tú ni ná...te compras los zapatos burdeos para que se mimeticen las manchas de hemoglobina...
Besos de lejos...que con esas aficiones que tienes...
:P
Ya sabes que hay algo llamado camuflaje;))))
EliminarLos besos distantes pueden ser igual de cariñosos.
:D
Las abuelas son sabias, si le hubieses hecho caso...
ResponderEliminarSAludos.
Las abuelas son un compendio de sabiduría, le hice y mucho ya ves el resultado ;)
EliminarSaludos Manuela.