Foto
de Montse “Moon”
EL
RAYO
(Desvarío fruto del calor)
La justificación del calor, permite el ahorro de uso de
prendas que oculten la vista plena de un cuerpo serrano.
Era de lo poco atractivo que proporciona un día de estío
caluroso en una ciudad pegajosa como lo puede ser esta tan nuestra y tan
mediterránea.
Pues nada hay tan hermoso como un cuerpo que se ofrece
vistoso y al natural, sin aditamentos ni especies. (Dejando aparte una ingente
cantidad de protector solar).
Evidentemente uno ya pretende hacer lo mismo, en cuanto ser
atractivo, pero el resultado no se me antoja tan logrado.
Lo cual no es óbice para que mi personal intento de
mostrarme tal cual soy, sea tomado a chanza.
Por ello me paseo por casa con mi blanca túnica, envidia
de los sucios zarrapastrosos incapaces de mantener limpias sus indumentarias ni
siquiera un solo día.
Aunque hay quien no tiene el decoro suficiente para
ahorrarnos la desolación que produce un desnudo con las tetas confirmando la
ley de la gravedad.
Obviamente cada cual es muy libre de mostrarse como
mejor le convenga, pero casualmente las que considero de mejor ver, en mi
machista visión, son más recatadas.
En cuanto a mi, los vecinos y lugareños, (aunque ahora
nunca se sabe de donde es cada cual), de mi ciudad costera se limitan a
ignorarme cuando paseo por delante de mis balcones abiertos, en un
intento de provocar una buena circulación de aire.
Mientras la apertura de la ventana permite, aparte de mostrar
mi visionado al completo, mejorar la audición de martillo neumático en acción, destrozando
debidamente los panots esos tan apreciados por los turistas, que ahora incluso ya
se venden en las tiendas de souvenir.
Es un clásico veraniego, el realizar obras
urbanas aprovechando el buen tiempo del que se goza al aire libre y más
teniendo en cuenta qué quién lo decide, difícilmente sufre los agobios de
calentamiento global.
Así qué, considerándome fruto de una descarga cósmica,
acción tomada a pitorreo por el público en general y con sorna por el amistoso,
me permito disertar a mi aire sobre el calor y su efecto en los humanos.
Pero mi presencia no fue tomada en su momento con la seriedad que mi ego
merecía.
Y más teniendo en cuenta que con mi poder, podría haber
dejado a más de uno, fuera de combate con unas cuantas reencarnaciones por
delante por cumplir.
Lo cual para ser un Dios y no de los menores, no deja de
ser harto desagradable esa falta de respeto mostrada a mi persona.
Tendré que dar una lección a estos pequeños mequetrefes, incapaces
de mostrar la debida pleitesía, respecto un personaje de mi calibre.
Poseidón
Barcelona, 22 Julio 2019