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Llueve
sobre la ciudad.
La
melancolía invade las aceras.
Todo
brilla con la patina del agua caída.
Los
paraguas cual setas de colores, decoran los paseos.
La
gente camina apresurada, sorteando charcos.
Los
niños los pisan para desespero materno.
Un
día gris no siempre entristece el ánimo, pero atrae la nostalgia.
Te
quedas mirando tras la ventana, buscando dónde están refugiados los pájaros.
Las
terrazas de los bares están vacías, a pesar de los toldos, a nadie le apetece
sentarse a la intemperie.
No
hace frío, sólo un ligero fresco acompaña al agua que cae, incomoda pero como
fuente de vida qué es, agradeces la primavera.
Vendrán
días soleados, en los cuales añoraremos esa lluvia purificadora, que ahora juguetona y libre,
impregna
todas las zonas donde la tierra aun es visible.
El
resto corre por las calles, compitiendo con el tráfico rodado, por llegar cuanto antes a
destino.
Tras
sacudir el paraguas, los peatones entran apresurados a sus diversos lugares de
refugio.
La
lluvia no perdona, continua cayendo, variando en intensidad pero sin dejar de
descargar esa agua que se adueña del pulso ciudadano, convirtiéndose en protagonista
absoluta, de conversaciones vecinales e intercambios amables de palabras ascensoriles.
El
viejo castillo, visto a lo lejos, luce sus piedras limpias, ante el embate del
agua que no borra sus posibles culpas, cometidas no hace tanto como para ser
perdonado.
La
lluvia disimula las lágrimas de la última abuela con el corazón roto, siguen
los desahucios, hijos sin empleo, nietos con hambre.
También,
no todo va a ser tragedia, acompaña las lágrimas de felicidad, por la última
prueba superada, la oposición que se resistía, la operación perfecta.
La
lluvia nos envuelve a todos, nos acorrala y persigue, pero la necesitamos, sin
ella no somos nada, no somos nadie.
Pero
cuando salga el sol sonreiremos más.
Sarrià,
26 Abril 2017
Pues yo desde ayer no paro de sonreir :)
ResponderEliminarY veo que es tremendamente inspiradora. La disfruto mientras cae por mi cuerpo y cuando os leo.
Has descrito tan bien un día de lluvia, tan real, que casi es como si estuviese viendo la escena desde mi ventana.
Genial día de lluvia visto a través de tus palabras.
Y Sinatra pues qué decir...me encanta y esta versión también.
Besines.
Es bueno sonreír siempre :)
EliminarSi que lo es, la lluvia nos trae un estado mental diferente.
Tuve que coger el paraguas mientras lo escribía.
Lo puse en plan evocador...
Besines.
La vida no cesa bajo la lluvia...risas y llantos se funden en ella.
ResponderEliminarBesos.
Bien cierto, la vida continua.
EliminarBesos.
Llueve lentamente y sin parar
ResponderEliminarllueve sobre los manantiales,
Sobre la noche oscura y sobre los lechos indecentes que descansan a la sombra de un árbol milenario.
¿Qué será de nosotros cuando la lluvia muera?
Bonito comentario :) Muchas gracias!
EliminarSi la lluvia muere, moriremos con ella.
Que siga la lluvia. Ya vendrà el calor.
ResponderEliminarBesos.
El campo y la tierra necesitan del agua.
:)
Un abrazo.
Que siga! La lluvia es muy necesaria por incómoda que nos pueda parecer puntualmente.
Eliminar:)
Un abrazo.
Mañana habrá más de lo mismo Alfred, así qué abramos esas setas de colores. Un abrazo!!
ResponderEliminarSi Rosana ya lo estoy sufriendo ;), pero bajo un paraguas claro.
EliminarUn abrazo!
Gracias por esta dedicatoria a la lluvia que tanta falta hace.
ResponderEliminarSi ella el ser humano no podría existir.
Un abrazo.
Ambar
Hola Ambar! Graciaa a ti!
EliminarSin agua lo tendríamos muy difícil. Seríamos Marte.
Un abrazo.
A mí me gusta la lluvia, el olor a tierra mojada, au sonido, el color ambiental...también cuando estoy en casa, voy a la ventana y me recreo en ella, así que ya imaginarás lo mucho que me gustó esta entrada.
ResponderEliminarGracias Alfred.
Un abrazo.
La lluvia es vida, nos fundimos con ella transitando por todas las superficies posibles, incluidos nuestros sueños.
EliminarGracias a ti mari carmen.
Un abrazo.
A mí es que no me gusta nada que llueva, pero es cierto que hace mucha falta porque se están secando los pantanos y necesitamos todos de ese agua, que limpie, de esa lluvia que regenera, pero si me dan a elegir, quiero sol y luz que la lluvia me suena melancólica.
ResponderEliminarBesos.
Esa es la comodidad del día bonito y que no ,olesta, pero lo que de verdad inspira es el día lluvioso. Y sí, es muy necesaria, melacólica tambien.
EliminarBesos.
Como Todo en la vida , es muy necesaria para muchas cosas y más para los cultivos y los pantanos , ya que si lluvia nosotros no podriamos vivir , pero como se suele decir después de unos días de lluvia siempre sale un agradecido y hermoso sol , muy bonito homenaje a la lluvia antes del verano , te deseo una feliz noche , besos de Flor.
ResponderEliminarHola Flor! Es un homenaje a la lluvia y a esos días primaverales fresquitos, cómo el que tenemos hoy aquí.
EliminarBesos.
Una hermosa exposición de la mirada del autor a través de la ventana.
ResponderEliminarMolesta la lluvia, pero tan necesaria...
Un abrazo.
Vista desde la ventana es más cómoda ;)
EliminarUn abrazo Elda.
Desde la ventana no vale, hay que sufrirla en la calle. Lo bueno de la lluvia solo son sus consecuencias no inmediatas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vale Chema, pero antes estuve en la calle, sólo que la lluvia corría la tinta de mis palabras en la libreta y tuve que resguardarme tras una ventana. :)
EliminarUn abrazo.
Hoy no te he leído, hoy estaba a tu lado tras la ventana en uno de esos días que la lluvia lo envuelve todo en una atmósfera nostálgica, viendo con gran interés hasta el mínimo detalle de lo que ocurría fuera.
ResponderEliminarUn auténtico fotograma cinematográfico.
Abrazo
Gracias María Pilar, por acompañarme en estos momentos tan sensibles.
EliminarAbrazo.
La lluvia, la oscuridad, no hacen más que recordarnos la luz y el sol que siempre acaban por llegar. Como dices, los necesitamos, aunque sólo sea para eso...
ResponderEliminarEl Yin y el yang, la dualidad necesaria para comprender las dos caras de un mismo tema.
EliminarMe encanta la lluvia.
ResponderEliminarPor mí podría llover cada día.
Saludos.
Estas seguro de eso...si tuvieras muchos días de lluvia seguidos, quizás cambiarías de opinión ;)
EliminarSaludos.
¡¡Que suerte que ves llover!! Aquí no llueve ni "pa tras" como dicen los castizos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todo se andará, de momento tenéis un lozadal importante ;)
EliminarUn abrazo.
A mí los doas así me gustan...
ResponderEliminarLa lluvia es una musa que calma e inspira.
En realidad llueve menos de lo que me gustaría... el paraiso necesita lluvia para apagar fuegos y mantener verde el suelo.
Un abraz☆
No llueve lo suficiente, bien es verdad, pero inspira igualmente. ;)
EliminarUn abrazo iluminado.
A pesar de que los días de lluvia parecen llenarnos de nostalgia, también nos hacen limpiarnos de pensamientos inútiles y verlo todo desde un punto de vista más profundo y lleno de sabiduría.
ResponderEliminarbesos
Los días de lluvia siempre traen pensamientos más profundos, por decirlo de alguna manera.
EliminarBesos.
Hola, Alfred
ResponderEliminarMe encanta lo que escribes, tan real, tan auténtico; cuántas vivencias encierran tus vocablos, como aquellos de “la abuela con el corazón roto”.
La lluvia, en su justa medida, es una bendición para todos.
Deseo que pases un maravilloso fin de semana
Hola Rud!
EliminarMuchas gracias, las palabras salen y las pongo.
Es una buena bendición.
Te deseo lo mismo.
Que siga lloviendo, que la tierra lo necesita, y si puede ser sin destrozos.
ResponderEliminarBueno y puestos a pedir, que vaya saliendo el Sol ya, que mis huesos lo necesitan, si puede ser, agua y Sol, un dúo que no nos puede faltar.
Después de dos semanas de ausencia vuelvo con todos vosotros, y espero, ojalá que sea para largo.
Un abrazo Alfred.
Hola Carmen! Bienvenida!
EliminarY tanto que lo necesita, un buen dúo, si señora.
Un abrazo.
Hola Alfred!
ResponderEliminarTienes toda la razón. No estamos acostumbrados a la falta del sol.
Hola Enric!
EliminarEl sol forma parte de nuestro paisaje.
La lluvia suave es la que enriquece y limpia.
ResponderEliminarUn saludo.