Foto del autor, en este caso de una llama.
Música para leerlo en armonía
Encuentro en el bosque
Estaba paseando en plan poeta romántico, de
esos que van con la mirada perdida, para no ver la mierda que hay en el suelo,
por muy de ciervo, vaca, jabalí o mono escapado, ecológica y reciclable que
pueda ser.
Era un espléndido día en que mayo ya estaba
retirado, dejando lluvias y fresco, fuera de lo natural, por esas fechas
conocido, pero ya se sabe que ya nada es igual que antes.
Junio venía con ilusión, pero sin molestar
demasiado, algo más cálido si era, lo cual me permitía llevar la chaqueta colgada
del brazo.
Al ser despistado por naturaleza y no llevar
una orden de destino en lo universal, mis pasos se encaminaron sin orden ni
concierto, por caminos, senderos, pistas y claros, de un bosque con una
apariencia cada vez más mágica o envolvente, en plan Sherwood pero sin
bandidos, ni proscritos, ni señores feudales llevando las arcas llenas de lo
usurpado a los pobres labriegos.
Cuando en un pequeño terraplén, me tropecé con
él, no me prestó el más mínimo caso, a pesar de mi apariencia civilizada y
culta, con gafas de pasta y Moleskine en la mano, con lápiz de grafito
incorporado.
Tratando de llamar su atención, inicie a
capella, un bello canto recordado de mis largas marchas por situaciones
parecidas, con los que afrontábamos el hecho de estar perdidos, con el orgullo
juvenil de ser exploradores de mundos desconocidos.
Con una mirada distraída, me observó como
espécimen extraño a su naturaleza que era, y con los ojos interrogantes me
espetó a comentar mi presencia en tan sombrío atardecer verdoso. Con lo que me
dirigí a él de esta forma.
-
¡Hola!
¡Buenas tardes! (Educación ante todo).
-
Carraspeo y
silencio por respuesta.
-
Sabe por
dónde puedo recuperar el camino, creo que me perdí al introducirme en el
bosque.
-
El camino
lo haces tú, donde quiera que vayas. (Dicho con aspecto de autosuficiencia).
-
Si claro.
Pero quiero salir de aquí para poder ir a mi casa.
-
Pues vuelve
sobre tus pasos.
-
Ya. Pero no
sabrías decirme, donde puedo encaminarme para regresar a mi desdichada
civilización.
-
No sabría
decirte, desconozco tu mundo, si vienes de la profundidad de la tierra, caído
de una nube, arrastrado por un río o volteado por el viento.
-
No vine
andando, sólo andando, Aparqué el coche en una entrada al campo desde la
carretera y me puse a caminar sin más. Pero no sé por cuánto tiempo.
-
¿Qué es
tiempo? Y ¿Coche? Y ¿La carretera?
-
¿No sabes
lo qué es el tiempo? ¡Ni nada coches y carreteras!
-
No.
-
Pues
tenemos un problema para entendernos.
-
Yo no,
estoy bien aquí.
-
¡Claro! Tú
estás en tu hábitat. Y yo totalmente perdido.
-
Será eso.
-
¿Cómo sabes
en qué momento del día estás? ¿En qué época de año? ¿Cuánto rato llevas en un
sitio o has tardado en ir o llegar hasta aquí?
-
A eso te
refieres cuando hablas de tiempo.
Sí.
-
El sol nos
indica cuando empezamos a movernos por aquí, en la oscuridad nos mantenemos a
resguardo y descansamos. Cuando calienta
más, nos refrescamos en el río y subimos hacia la montaña, cuando caen las
hojas empezamos a bajar, luego viene el manto blanco y nos resguardamos y
estamos todos más juntos. Cuando aparecen las flores, nos juntamos en una gran
fiesta, correteamos por los prados y nos peleamos por las parejas más vistosas.
Así hacemos hasta que nos flojean las piernas o tenemos un accidente o un
compañero tuyo acaba con nosotros.
-
Bonita
manera de explicarlo. (Me quede muy pensativo).
Los paseos en
solitario tienen estas cosas tan sorprendentes, te encuentras con un autóctono
y puedes tener una conversación de lo más peregrino, lo que no sé si enriquece
el espíritu y el ánimo o solo te entretienes un rato.
Cuando oyó un
balido dio un grácil salto y salió correteando cuál venado enamorado, prendido
por la naturaleza.
Qué bonito. La vida debería ser como en los origenes, como la de los animales. Yo creo que con la evolución nos hemos desviado creando millones de obligaciones que nos apartan de la verdad, por eso enfermamos tanto, ya apenas formamos parte de la naturaleza.
ResponderEliminarMe gustó mucho tu texto y la preciosa foto.
Besos
Gracias Celia! La verdad es que me quedé pensativo, por un momento me acordé de las tribus americanas que vivían en armonía con la naturaleza.
EliminarBesos.
REalice contigo un gratisimo paseo
ResponderEliminarNaturaleza real no modificada como los humanos hemos hecho
No en un bosque ensoñado sino en un lugar un poco mas rustico, predio rural que recorria y de sopeton me encontre con un carpincho, en mi caso pidiendo disculpa por profanar su abitat
Buen comienzo de semana
Cariños
Un placer acompañarte por este paseo y que disfrutaras en el bosque. Me hace gracias que hables con un carpincho, animal roedor propio de américa del sur, pues en mi estancia ahí me pidieron un artículo hecho con su piel.
EliminarFeliz semana para vos.
Un abrazo.
Me has hecho pensar en otra forma de vivir.
ResponderEliminarMás en comunión con la naturaleza, más tranquila, sin estrés ni prisas constantes.
Saludos.
Cada vez lo tengo más claro, me falta el empujón decisivo para hacerlo.
EliminarSaludos.
Desprendidos de la naturaleza para prendernos en... ¿el asfalto? "Están locos estos romanos", deben pensar quienes pretenden seguir en ella mientras no se lo impidamos con nuestros delirios de invasores.
ResponderEliminarUn abrazo.
No sé si vamos con delirios invasores, pero que cada vez queda menos hábitat natural y libre de contaminación humana, es bien cierto.
EliminarUn abrazo.
Amigo tocayo, como gran amante de la naturaleza que me confieso, y asiduo de ese tipo de paseos que describes (eso que las nuevas modas han redefinido como "senderismo" en el mejor de los casos, o "trekking" o "hiking" en el peor, y que no deja de ser un nuevo uso para los caminos tradicionales de siempre), he de confesarte que tu relato me ha llegado al alma, me ha tocado la fibra sensible. Y por haberlo escrito te doy las gracias, de corazón.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Alfredo, es justo lo que deseas al ponerte a escribir, llegar a otra persona y provocar un sentimiento, una reacción.
EliminarUn abrazo!
Con tus letras me has transportado a ese lugar, y la verdad es que no dan ganas de encontrar pronto el camino de vuelta
ResponderEliminarsaludos
No busques el camino de vuelta, no lo hay, es un estilo de vida.
EliminarSaludos.
ResponderEliminarMuchos que los que vivimos el gozo de poder disfrutar de un entorno natural esplendoroso nos sentimos atrapados por la naturaleza de un modo casi obsesivo. Necesitamos del verde de los arboles y los campos, del sonido del agua corriendo por el lecho de un río, del cantar de los pájaros . Es tal la exuberancia de esta nuestra madre tierra que faltan las palabras, que detiene nuestras mentes cuando presenciamos su belleza primigenia y atemporal.
Pobres de esos hermosos animales en vías de extinción por la miseria humana.
Cerca de la media noche, un amigo que iba de la ciudad a su casa a 15 minutos, le salió un ciervo y... te puedes figurar. Un gran susto, el animalito muerto y el coche...
Pues hoy, veía llorar a mi amigo por la muerte del ciervo y yo lo he hecho también con él.
La casualidad, ya ves, ha hecho que me emocione con tu precioso relato.
Te felicito Alfred.
Besos.
Triste noticia la tuya, es una pena que pocos que hay mueran de forma tan intempestiva. Encima dejándote esa sensación de culpa por mucho que no hayas hecho nada voluntario para tan luctuoso suceso. Lo lamento y espero tengáis encuentros más placenteros con los animales.
EliminarBesos.
Vivir sin más reloj que el sol y la luna...qué lujo!
ResponderEliminarTu relato invita a reflexionar sobre la vida que llevamos...
Besos.
Hola Carmen! Un lujo al alcance de muy pocos o sólo a ciertas edades ;)
EliminarTodo lo que incite a la reflexión me anima a seguir.
Besos.
Me lo he pasado estupendamente con este paseo perdido, y con la conversación tan amena.
ResponderEliminarCuando se llega a una edad, creo que se pueden hacer cosas semejantes a otros especímenes, pero sin perder la orientación, no sea que en vez de encontrarse con un ciervo, sea un jabalí con sus crías, jajaja.
Me encantó Alfred.
Un abrazo.
Si pones las orejas se pueden escuchar cosas muy sensatas ;)
EliminarAhora los jabalíes ya se aproximan a los barrios más céntricos de mi ciudad con total soltura y sin vergüenza alguna.
Muchas gracias Elda.
Un abrazo.
Escuchar la voz del silencio tras nuestros pasos, dejarse llevar por la mirada perdida, envolverse en el misterioso y mágico mundo de la naturaleza es como escuchar una dulce melodía, como leerte ha sido hoy, la verdad es que me ha encantado tu relato.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias María! Resuenan en mi interior el suave sonido, como perlas nacaradas entrechocando, que los arándanos pronunciaban al roce con sus hojas, esquivando los suaves mordiscos de un ser goloso.
EliminarUn beso.
Wow!!!!!! Pero qué bellísima tu respuesta!!!!!!!! Me quedaste sin palabras amigo, chapó!!!!!!!
EliminarY las hojas crujen entre las perlas que cubren los silencios pronunciando sonidos desde la voz muda.
Un besazo!
Muchas gracias! Tengo una buena maestra en quién inspirarme ;)
EliminarUn besazo!
Hola
ResponderEliminarBonito y entretenido paseo por el bosque en el que un especímen extraño a ti, te mira y entablas una conversación con él. Yo también lo he hecho alguna vez. No és de cuerdos, pero es que la cordura es muy relativa.
Hola Enric!
EliminarCiertamente el concepto cordura es muy subjetivo y está sujeto a múltiples interpretaciones, todas ellas erróneas, por supuesto :)
ya estoy en su blog y ya tiene una seguidora mas
ResponderEliminarPase y siga mi blog en donde pone (participar en este sitio) pinche ahí: http://mibonitolugar.blogspot.com.es/
Bienvenida liri, pasa, mira, lee, escucha, comenta, critica, en fin tu misma :)
EliminarVoy a pasarme.
Amo a la naturaleza, cuando estoy en un bosque me encuentro en otro mundo, siento de otra manera, por unos instantes me pierdo, no deseo que me encuentren, respiro y renazco.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
No puede ser de otro modo, regresamos a nuestros orígenes, observamos el entorno con curiosidad y buscando la paz y el sosiego de la vida natural.
EliminarUn fuerte abrazo.
Viven la vida sin preocupaciones, iniciando cada dia como algo unico e irrepetible.
ResponderEliminarBesos
A todos nos gustaría en algún momento ser así, como esas avecillas que no tienen que preocuparse por nada.
EliminarBesos.
ya estoy en su blog y ya tiene una seguidora mas
ResponderEliminarPase y siga mi blog en donde pone (participar en este sitio) pinche ahí: http://mibonitolugar.blogspot.com.es/ Espero su visita
Visitada estás, muy interesante, con muchas recomendaciones ;)
EliminarLa naturaleza y su genio.
ResponderEliminarBesos.
Me gustó tu relato.
Gracias Amapola Azzul! Es bueno adentrarse en la naturaleza y sacarse una reflexiones.
EliminarBesos.
alfred. pase y siga mi blog en donde pone participar en este sitio http://mibonitolugar.blogspot.com.es/ que yo ya soy seguidora de su blog, espero su visita
ResponderEliminarHola! Ya pasé y comenté, muchas gracias.
ResponderEliminarEs lo máximo poder estar en contacto con la naturaleza, para ser más sensibles y huir de la jungla que es la de los humanos.
ResponderEliminarUn beso!
Hola Sara! Un poco es así como dices, nos sentimos más a gusto en un entorno natural, pero los humanos nos hemos construido nuestra propia jungla.
EliminarUn beso!
Pobre aventurero despistado , reza que no caiga la noche y te sorprendía un oso o lobo y seas tú su próximo desayuno o cena ; jajajaja . No hace tanto vi un película de unos excursionistas , que con la escasa de ver un lago ; fueron a parar a un territorio de osos salvajes , el final fue que se comieron a uno de ellos la otra se salvo de milagro .
ResponderEliminarPerdona por no pasar antes pero es que he estado ingresada 3 días en el hospital por lo de la revisión de los 3 meses , y hoy que tengo un ratito pasó a leerte , que me gustan mucho tus relatos .
Besos de flor.
Pd las pruevas salieron todas bien .
Me alegro mucho de que los resultados sobre tu salud fuera buenos.
EliminarBueno acaban de traer un oso nuevo en el Pirineo, pero creo que es pacífico, solo se come algún cordero despistado ;)
Besos Flor!
Qué bonito Alfred!, y, ¿cuántas veces nos sentimos perdidos en nuestro hábitat los humanos?
ResponderEliminarBesos :)
Gracias Sofya!
EliminarSiempre estamos perdidos, por eso hacemos camino en cada viaje.
Besos ;)
que maravilla de encuentro como para que de fondo suene "mediterraneo" con Serrat
ResponderEliminar:)
casi nunca sucede pero siempre es grato dejarnos sorprender!
Hola Jo! Bueno he puesto un fragmento de la Pastoral que tampoco está mal ;)
EliminarLas sorpresas las da la vida en cualquier momento.
Muy interesante Alfred ese encuentro, qué perdidos estamos tantas veces los humanos, igual solo tendríamos que aprender de los animales que hacen las cosas simples en lugar de complicarlas como hacemos nosotros.
ResponderEliminarUn saludo
Hola Conxita! Loa animales se limitan a vivir, sin plantearse muchos dilemas, no creo que sea la mejor forma de vida, pero si procura un distanciamiento emocional con todos
Eliminarlos condicionantes que tenemos.
Un saludo.