Opium (Parte
V)
Allí estaba
ella, a la entrada del Liceo, donde la había dejado su fiel Augusto, tras
intentar quedarse para acompañarla, en aquel duro trance.
Pero ella se
negó en redondo, tenía que cumplir con la palabra dada, el viejo tunante no
había querido quedar directamente en el palco, estaba claro que quería hacer el
paseíllo y subir pomposamente, enseñando a su presa, Marta.
Lucía con
esmero, un vestido negro, sobrio, pero con generoso escote trasero y una estola de armiño, blanca impoluta.
En su
cuello, destacaban unas perlas en doble vuelta, disimulando las primeras marcas del
paso de la edad.
Se sabía
elegante y que más de una mirada se llevaría; su belleza estaba bien
conservada, mal si fuera lo contrario, aún no estaba preparada para ello.
Tan pronto
recibió la notificación, en su despacho, comunicándole la obtención del ansiado
perfume, se puso a mirar, para cuando estaba prevista una representación de
Turandot.
Le gustaba
sacarse las obligaciones cuanto antes, una vez cumplidos los compromisos, podía
dedicarse a sus cosas con mayor tranquilidad.
Así, que en
la entrada del viejo teatro, respondiendo saludos e inclinaciones de cabeza, de amigos, conocidos y saludados,
teniendo que dar una leve excusa, por estar de plantón.
Hasta, que
paró un taxi, de esos de pueblo, casi sin distinciones que lo acreditaran como
tal, bajándose de él un acicalado señor mayor, enfundado en un clásico pero
perfectamente entallado esmoquin, con su plateada cabellera domesticada por un
correcto corte.
Marta se
quedo asombradísima, parecía otro hombre y mientras Ceferino le cogía las manos y se las llevaba a los labios,
apenas pudo balbucear una salutación de
bienvenida.
Mientras
subían la escalinata, con el señor mayor, que no anciano decrépito, mirándolo
de reojo, era un poco más bajo que ella, sonreía camino del palco, mientras
Ceferino le comentaba, que era la primera vez que acudía a la ópera.
-
¿Entonces porque esta obra y no otra de mayor
renombre?
-
Bueno, no quise parecer inculto, se me ocurrió esta,
no te iba a per Madame Butterfly.
-
Ya, pero esta no es tan representada, podrías haber
tardado mucho en verla.
-
Quieres decir que ya estoy mayor, para pedir cosas a
largo plazo.
-
No por dios, que cosas se te ocurren.
-
El tiempo da la medida de las cosas, hay que tenerlo
en cuenta.
-
Vale, lo que tú digas.
Cuando entraron en el palco, Ceferino mostró su sorpresa,
pues estaba situado justo encima del escenario, parecía como si formaran parte
de espectáculo.
A sus pies, tenía lo mejorcito del “bel canto”, y a su
alrededor, lo mejorcito de la alta burguesía de la ciudad.
A pesar de trapicheos, que le había proporcionado una holgada
situación económica, no había entrado nunca en los círculos sociales, de los
digamos ricos.
Ya mayor y retirado de la acción, supo invertir su dinero, de
forma legal y obtener grandes beneficios, que le daban la oportunidad de tener
mejor información y seguir obteniendo más beneficios aún.
Admiró a su compañera,
mostrándose con una exquisitez, inusual normalmente en él, contándole,
diversas situaciones de su vida, qué sabía iban a ser debidamente admiradas.
-
Ten, lo prometido es deuda.
-
Ah, muy bien, al fin puedo ir en condiciones.
Le ofreció un paquete bellamente envuelto en papel de regalo,
de esos que te dan en las tiendas de pueblo, con motivos florales ciertamente
cursis, que no pegaban nada con el personaje, ni con el sitio ni con la
situación.
Marta casi se sonroja al recibirlo, bueno en realidad lo
hace, y agradeciendo la entrega, lo pone rápidamente en el bolso de mano, sin
mirarlo.
-
¿Te costó mucho conseguirlo? ¿Cómo lo hiciste?
-
Bueno, eso es un secreto profesional, fue entretenido.
No podía comentarle que se limitó a echar mano de un
contacto, que salió mal, no es un producto que se pueda vender en un tenderete
de feria; y luego contactar con la empresa, para conseguir obtener algo de los
stocks retirados, por cambio de desarrollo de producto, ahí sí tuvo suerte.
Ahora estaba en condiciones de mantenerla perfumada por el
resto de sus días, aunque esperaría acontecimientos, para decírselo.
Estaban dando el primer aviso de inicio de la función, se
sentaron, tenían el palco para ellos solos.
-
¿Cómo has venido
En un taxi, claro.
-
Te irás después de la función.
-
No, claro que no.
-
¿En qué hotel estás alojado?
-
¡Ah, en ninguno, un amigo me ha dejado un apartamento,
es un sobreático, en el Paseo de Gracia!
-
Caramba, tienes buenos amigos.
-
Si, pocos pero buenos, se portan muy bien.
-
Será que te deben favores.
-
No para nada, si fuera así, no lo aceptaría, simplemente
me aprecian.
-
Entonces tengo que empezar a verte de otra forma, no
como un simple proveedor.
-
Eso espero.
Marta empezó a pensar en una noche larga, e inmediatamente,
envió un mensaje a su marido, para que no la esperase, no pensaba ir a dormir a
casa.
Ceferino esperó a que acabara con el teléfono y le cogió de
la mano cariñosamente, disponiéndose a disfrutar del espectáculo y de la
compañía.
http://youtu.be/XoTa-b7cUw0
Cinco capítulos muy bien escritos, sin embargo el lío de la trama o la complejidad de la misma, provocan una lectura espesa.
ResponderEliminarComo cronista de la actividad cotidiana de unos personajes, de cuyo comportamiento se me escapan sus consecuencias, no puedo sino decirte que esperaremos acontecimientos.
EliminarUn saludo.
Daba para una novela, como dice Enric, pero será que me gustan los personajes y los resumenes de acciones! Me ha gustado ese giro de Ceferino, el contrabandista conquistador de última hora, para una marta con opio en el piel, vestido de opium por reinventar.
ResponderEliminarUn beso
No tengo ni idea, de si los personajes tendrán a bien seguir haciéndome depositario de sus cuitas.
EliminarUn beso.
Uh, voy al 1° capítulo...
ResponderEliminarSi, mejor te lo mires por orden.
EliminarUn saludo.
Alfred, trabajas muy bien el entramado de la historia, la vives y nos la haces vivir a los que la leemos, aunque a mi entender resulta un poco densa, con cantidad de sucesos.
ResponderEliminarCreo que si tienes mucha mas trama deberías intentar escribir una pequeña novela.
Esperaremos por los próximos capítulos.
Besos Alfred.
Puri
Gracias por tus elogios, dadas las características de la narración, tendré que plantearme tu sugerencia, aunque lleve algo más de tiempo y variar un poco el formato.
EliminarBesos Puri.