TACONEO



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La cosa empezaba a ser preocupante, ya llevaba muchas noches de insomnio provocado, por el corretear de, supongo, la vecina del piso superior, moviéndose por la habitación justo sobre la mía.

Otra vez el fuerte taconeo de unos zapatos de aguja, un sonido contundente, marcando el paso por toda la habitación, Ora en un lado, ora en el otro, con prisas en sus movimientos. ¿Mostraba a sí su rechazo a algún tipo de relación?

No era normal, tanto ir y venir por el cuarto, a veces parecían nerviosos, a veces más felinos y seductores, a veces incluso musicales, por el ritmo que marcaban.

¿Podían ser unos pasos de baile, en la soledad de la noche, con una pareja sólo contemplativa?

Era curioso que los oyera siempre, pasada la media noche, o cuando llevaba un buen rato dormido., por tarde que me acostara, 

Durante el reto del día, el silencio sepulcral del piso superior era impoluto, no se me mostraba ninguna señal de vida.

Es más, cuando alguna vez nuestras miradas se habían cruzado, viéndonos a través del patio interior donde tendíamos la ropa, saludaba silenciosamente con una ligera inclinación de cabeza.

Por eso me extrañaban tanto esas excursiones nocturnas, procedentes de un lugar, donde a priori, no se podía esperar ese tipo de comportamiento.

Podía ser que por las noches se transformará, dejando de ser una ama de casa convencional, y se pusiera sus mejores galas para sobreactuar ante un magnifico espejo.

Costaba de creer, pero todo es relativamente posible, aunque la imagen que guardaba
de ella, las dos únicas veces que coincidimos en el ascensor, era las de una mujer menuda, callada y con zapatillas de suela de goma.

Incluso me ruboricé en su presencia, sólo imaginármela, con una peluca alocada, unos labios rojo pasión, una larga falda con un corte lateral mostrando con esplendidez, una hermosa pantorrilla, envuelta en una finas medias de seda con su lineal costura impecable. Subida a unos vertiginosos zapatos, desde los cuales miraba mi mezquina pequeñez, por no saber comprender su doble vida.

4 comentarios:

  1. Esas posibles dobles vidas. Ama de casa de día, mujer fatal de noche...o vaya usted a saber si alguna actividad de aficiones menos llamativas y evocadoras, como platería con tas.

    Por decir. Buen texto. Me ha encantado. Un abrazo.

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  2. La doble vida... Esto sólo nos pasa a los humanos. No la defiendo ni la comparto, pero es algo muy humano.
    Buen escrito.

    Un abrazo.

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    1. Una doble vida de la que el protagonista es una victima propiciatoria, perdiendo por momentos su humanidad, en busca del lado oscuro que le permita una venganza.
      Un abrazo.

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