Cada edición se presenta una pieza como representación. Con la elección de un botijo, para rememorar el año. Del que se hacen una producción presentada a la venta, durante la feria.
En está ocasión, ha sido elegido, el cantir de pescador o de barca, de las Balears.
Calle de Argentona, con muestras. (foto del autor).
Las calles del centro, es una serpiente sin fin de tenderetes de todo tipo, conteniendo una exposición de trabajos en cerámica y barro, venidos de distintos poblaciones y países.
Puedes comprar una inmensa variedad de artículos artesanos, a cual más interesante. Se unen a la fiesta los diversos expositores de otras artesanía,, como la cestería, pintura o confección.
Sin olvidarnos de productos alimenticios de todo tipo y variedad, chacinería, huerta, quesos, frutos secos, miel, etc,etc.
Ascendiendo por sus calles, pasando por la que fue casa del maestro Puig y Cadafalch, en estado de preocupante dejadez. ( Parece que la actual propietaria y el Ayuntamiento, han establecido un acuerdo).
Llegamos a la plaza de la iglesia, donde se halla el museo del cantir, donde están todas las variedades, que se usaron en nuestra piel de toro, incluyendo las más decorativas y ornamentales del levante.
Artesanía castellana hecha con barro. (foto autor).