OJOS


Foto del autor


https://youtu.be/hyj_HwKsVO4





OJOS

Mientras esos faros
me observan
siento la inquietud
propia de la víctima.


Sé que en un momento,
puedo desaparecer,
pasar a la inexistencia.


Entonces mis oídos
dejarán de percibir,
buena música,
cantos de sirena,
palabras al viento.
arrullos y nanas
que fueron y no están.


Ni mi vista podrá
leer bellas historias,
cargadas de todo
tipo de sentimientos.


Mi voz se perderá
declamar poemas
interminables,
que a veces,
siento como míos.


 Perdonada
 mi cobardía
de no recitarlos
 bien alto y claro
en todo momento.


Mi olfato no podrá
encontrarte entre
tanta multitud
que nos rodea.


Si mis dedos
no pueden acariciar
la curva de tu espalda,

Gritaré desesperado
en mi despedida,
sonidos que quedarán
atrapados en la nieve.


Sin poder saborear
besos una vez más,
poco importan
esos faros que me
asustan y amenazan.



Sarrià, 27 Febrero 2018


AMANECER

Foto de I.C.C.



Levanta el día,
el astro rey
nos anuncia
que su reinado
ya empieza.

Hay que prepararse,
para las arduas labores
 de la jornada.

Atrás queda la noche,
con sus conspiraciones
amparadas en la oscuridad
donde se ejecutan.

También se quedan
las seducciones
con palabras silentes,
rozando orejas
prestas para abrirse.

Nada es eterno
y con todo su poderío
bien puesto,
pronto caerá
sumergido entre aguas.

Víctima de otro reino,
el de los sueños,
donde en total oscuridad,
se rigen los destinos.

Esos que se dictan
en las alcobas,
entre susurros
y gemidos.

Qué son todos.


Sarrià, 19 Febrero 2018







 

DIÁLOGOS IMPOSIBLES


Foto colección del autor







  Nos encontramos ante una casa, de antigua solera, otrorde recio abolengo, ahora en plena decadencia.

Un hombre de mediana edad, sentado ante una chimenea, contempla dubitativo, el fuego menguante  que hay en ella, mientras no sabe si echarle su ultima tronco.

En la sala, una antigua biblioteca, en la que los anaqueles prácticamente están vacios, donde sólo el polvo y viejos legajos de papeles, indican lo qué fue en sus inicios.

Una puerta acristalada, le separa del recibidor, donde una noble escalera, permite ascender a la supuesta planta principal, donde se hallan  las habitaciones.

Unas exclamaciones rompen el silencio de una tarde de un crudo invierno.


-        Mario! Mario! Ven, corre, date prisa.

-        ¿Qué son esos gritos?

-        ¡Sube, corre!

-        Ya voy, ya voy, ¡Qué pasa?

-        Hay una grieta enorme

-        ¿Dónde?

-        Aquí, en un cuarto de arriba

-        ¿En cuál?

-        Pero sube y te lo enseño.

-        No te alteres.

-        No me altero.

-        Están dando un partido en la tv.

-        Pero que esto es muy serio.

-        Lo mío también.

-        Puede desaparecer la habitación. La grieta es muy grande.

-        No será para tanto.

-        Pero Mario. ¡Quieres subir de una vez!

-        Ahora no puedo.

-        Esto no puede esperar a que acabe el partido.

-        No, sí después del partido tampoco podré. Luego dan la Vuelta. El resumen de la etapa del día.

-        Ya te dije que el hecho de poner un poco de masilla no iba  resulta, pero tú dale que dale, que no era nada, y ahora esto.

-        ¡Bueno! Pues reclamaremos al pintor.

-        Pero si sólo encaló la pared, por el lado del pasillo, para que se viera bonito desde la escalera, dentro no hizo nada.

-        Da igual, es culpa suya, por no haberlo hecho bien.

-        Pero quieres subir a mirarlo.

-        No estoy para esas tonterías.

-        Tú nunca estás para nada.

-        ¡Oye! Que tengo mucho trabajo, no paran de dar cosas.

-        Pues es que aquí, los chicos dicen que ya, si acaso  aprovechan y con la habitación hacen una casa para ellos.

-        Que chorradas dices.

-        Que la arreglan, aprovechan la grieta y la separan del todo, que ellos ya se ocupan, tú no tendrás que hacer nada (Tampoco lo ibas a hacer).

-        ¡Que ni se les ocurra!  Mira que les envío a Sara.

-        Como si eso les fuera a importar.

-        Cómo vamos a perder una habitación, con lo que pagan por ella.

-        Por eso se quejan y prefieren hacerse algo.

-        ¡Ni pensarlo!

-        Pues ya dirás que quieres hacer.

-        Ya te lo he dicho. Avisar enseguida a Sara.

-        Bueno, bueno.

-        Ella pondrá ley y orden, sobre todo orden.

-        Me parece a mí, que eso no va a ser, no me dejan ni asomarme.

-        Tú eres una blanda y te ha faltado poner disciplina.

-        Será porque has venido aquí para ayudar.

-        No desvíes responsabilidades, además no me estoy enterando de nada, al final el Real va a perder. Esto es intolerable. Voy a llamar al árbitro.

-        Mario, yo me voy, si se rompe será cosa tuya.

-        Tú te esperas y haces lo que te diga Sara. Ahora la llamo.

-        Ya te he dicho que ella no va a solucionar nada, que aquí están muy encabronados.

-        Me da lo mismo. ¡Además! ¿Adónde van a ir?

-        Que se hacen una puerta por el otro lado y salen a la escalera de emergencia, la que compartimos con la casa vecina, la que da al jardín comunitario.

-        Pero si eso es un disparate, está en desuso, desde ni se sabe.

-        Pues eso, que para ellos ya vale y de paso la arreglan, que son muy apañados esos chicos.

-        Sí claro, y quién iba a hacer las cosas por aquí.

-        Mario, que dicen que quieren bajar a hablar contigo sobre el asunto.

-        Que no, que ni hablar ni monsergas, que sigan quietecitos y sin protestar, que vayan arreglando la pared y basta.

-        Lo que tú digas Mario.

-        Así me gusta, cómo ha de ser.


Dobla un conocido diario deportivo, mientras dirige su mirada hacia un espléndido aparato, que destaca por su excelencia, ante un decorado tan achacoso.



Sarrià, 5 Febrero 2018