Una vieja casa de madera

                                       Foto del autor


Las contraventanas golpean rítmicamente contra la pared, al estar rotos los cristales, el viento se cuela por las ventanas como si estuvieran abiertas.

Los golpes retumban en el interior de la casa, que vacía de cualquier mueble o equipamiento, muestra en su desnudez interior,  el abandono de la que ha sido objeto.

Una casa deshabitada es una triste realidad incomoda, no tiene recuerdos que mostrar, solo su decadencia.

La marca en sus techos, del agua que empieza a filtrarse, son buena muestra de ello.

Por no tener ni siquiera tiene un triste cartel de casa en venta, para qué si nadie la quiere, es una casa maldita.

La gente de los alrededores lo saben bien, entre sus paredes sucedió un trágico suceso del que nadie sabe a ciencia cierta cómo ocurrió.

Solo hay conjeturas, a cual más descabellada, la verdad es que encontraron al don Julián, el dueño de la casa, colgado de una de las vigas del desván con su propio cinturón, lo cual hizo que lo hallaran  con los pantalones ridículamente bajados.

Llevaba varios días bailando sujeto por la correa de cuero, con lo cual su aspecto había desmejorado bastante, ofreciendo a los visitantes una lengua morada muy larga.

Entraron cuando al cabo de muchos días de no acercarse al pueblo, ni ver señales de humo en la casa, los vecinos se extrañaron un poco, no mucho pues nadie se metía en la vida de los demás, bastante tenían con sus propios problemas.

Cuentan los que entraron, aunque luego fueron conminados a mantener silencio, que en la casa algo terrible había pasado.

Elvira la mujer de Julián fue hallada en la cocina, con la cara desfigurada por una perdigonada de escopeta, exactamente dos cartuchos en el rostro, con lo guapa que era fue un trágico final para ella.

Tomasin el pequeño, que siempre iba con una vieja pelota de cuero, que había sido de su abuelo, el difunto don Tomás, campeón de futbol con el equipo de la cabeza de comarca en su juventud y héroe local por ello; estaba a los pies de su madre, agarrado a su delantal, con el cuello seccionado.

Sarita, la princesa de la casa, con sus rubios rizos siempre bailando, estaba en su cuarto con una almohada sobre el rostro, con la que había sido asfixiada.

Como al llegar las autoridades, la casa estaba cerrada por dentro y no vieron señales de forcejeo en ninguna entrada, la versión oficial y aceptada por todo el mundo, fue que en un ataque de enajenación Julián había matado a su familia y luego suicidado. Era una versión fácil y rápida de aceptar para poder cerrar el caso, aunque Julián fuera considerado un santo varón y Elvira una madre ejemplar.

Con lo cual no se abrieron diligencias y la casa paso a manos de un hermano de Julián que vivía en el extranjero y no tenía, dadas las circunstancia, ningún deseo de visitar ni ocupar.

Han pasado cerca de cinco años de los hechos y se notan en la casa, no tiene el esplendor que gozaba cuando estaba habitada, al ser de madera está muy desconchada y las tablas van perdiendo sus capas de protección.

Y aquí estoy, tras haber solicitado permiso para residir un tiempo en ella, mientras trabajo en finalizar mí obra, cual Capote actual, desentrañando todo el misterio encerrado en la casa.

Dicen que el asesino siempre vuelve al lugar del crimen.
 




Una buena tarde de jazz

                                                      Marc Ferrer Trio, foto de internet



Espléndido concierto desarrollado en la sala de actos del Institut D'Estudis Nord-Americans, por parte del Marc Ferrer Trio, compuesto por Marc al piano, Pep Rius al contrabajo y Olivier Rocque a la batería.

Durante su brillante actuación han ido desgranando los temas incluidos en su primer trabajo discográfico, muchos de ellos de composición propia con otros temas más estandars con arreglos propios.

El trabajo presentado se merece un notable alto, han mantenido en todo momento el interés del público por su actuación, con un ritmo que no ha decaído en ningún momento, intercalando piezas de blues con otras más jazzisticas, tocándolas con gran solvencia.

Ha sido una experiencia muy agradable, en la que una sala llena a respondido con sonoros aplausos tras cada interpretación.

Calentando el ambiente lo suficiente para proporcionar una gran velada jazzistica, con todos los méritos para repetir la experiencia lo antes posible.

Se les nota que tocan a gusto que existe una gran simbiosis entre ellos, una gran complicidad que se traduce en un saber estar sobre el escenario, respetándose los tempos de cada uno.

En su actuación han mezclado sones de bolero, blues y jazz como decíamos antes, gospel, ragtime y todo aquello que suena como música negra americana.

En definitiva un trabajo brillante.

Programación presentada por Jazz-Class
info@jazzclass.cat

Piezas tocadas en el programa :

3 Coffees
Down By The Riverside
Night Train
Fat Morning
Masquefa
La Bella i la Bestia...de su Madre
Barcelona in Blues
Mare
...y otras...


Barcelona, 25 de febrero del 2016.

Estampa familiar

                                                        Foto del autor





Los dioses no estaban atentos, se pusieron a jugar a los dados y en el fragor del juego desatendieron sus obligaciones, de velar, cada uno por su responsabilidad principal.

Pero ya se sabe que estar siempre pendientes de todo en cualquier momento es muy pesado y poco divertido. Encima están los hombres siempre enredando.

Zeus se mantenía distante, en su papel de estar por encima del bien y del mal, marcando autoridad con la distancia, no le gustaban mucho los juegos pero peor eran las peleas.

Siempre contemplaba con arrobo a su preferida  Atenea, abstraída en sus lecturas no participaba en la vorágine que entretenía a sus congéneres.

Afrodita estaba más pendiente de ser admirada que por el juego en sí, en el cual sólo participaba en calidad de mostrarse en toda su esplendida belleza  y en consecuencia ser admirada y enviada por todos los demás.

Apolo intentaba una y otra vez, dejar los dados en conjuntos armónicos, buscaba que los números mostraran bellos efectos al quedar expuestos sobre la tela de seda, que amortiguaba su caída.

Urano se distraía, haciendo rabiar a sus compañeros, en oscurecer el cielo a su voluntad, para mover los dados sin ser visto, cuando la jugada no le era propicia. Provocando con ello el enfado de Helios, que no le gustaba que le taparan a capricho con unas nubes.

Poseidón se entretenía en agitar las aguas del mar, creando unas inmensas olas que eran el gozo de los presentes, para impresionar a Demeter absorta en las mieses. Pero Selene le retiraba cantidades ingentes de agua con las mareas, evitando así las salpicaduras molestas de la fría agua salada y de paso mostrándole su poder.

Ares se aburría, sin un mal soldadito que llevarse a la boca y esperaba ansioso poder ganar un turno a los dados para poder hacer una de las suyas, una buen aguerra mantenía a todo el mundo ocupado y regeneraba el espacio político de los pobres humanos.

Dionisio con la mirada turbia, esperaba que Hefesto se dignase a empezar un buen fuego con el que poder cocinar las viandas que Artemisa pudiera traer al acabar el juego, que ya estaba durando demasiado según él.

Hades y Perséfone maquinaban juntos a cuantos de los presentes se podrían llevar a su terreno para garantizar unas mejores posibilidades para ellos. Aunque todos se mostraban esquivos ante su presencia y no les daban la espalda jamás.

Odiseo en una esquina, oculto a todas las miradas, excepto claro está la de Zeus, se dedicaba a limar astutamente los cantos de los dados, para facilitar jugadas más beneficiosas para sus intereses. Como no estaba a su nivel, los demás jugadores no hacían mucho caso a sus artimañas y en su desprecio estaba parte de la victoria del astuto Odiseo.

Hera lo contemplaba todo con el cariño de una madre, viendo a sus vástagos, entretenidos y en buena armonía; suspirando para sí, pensando cuanto iba a durar esta calmada situación.

Llegando Nyx con la respuesta, al oscurecer con su manto, toda la amplia estancia en donde se desenvuelve tan grácil escena familiar, imponiendo el orden que obliga al consabido descanso del cual Eos dará aviso de su fin.
  


EPILOGO


                                                            Fotos del autor




De regreso a casa, encontrándome con mis viejas y cotidianas cosas y costumbres, retomando las pequeñas manías, adaptándome otra vez a los habituales horarios que rigen la vida familiar. Es hora de pensar, reflexionar, digerir y asimilar, todo lo correspondiente al viaje.

Un recorrido lo suficientemente largo en su tiempo y en su extensión geográfica, como para poder sacar muchas cosas de valor personal.

Parto de la base de que todos los viajes, largos o pequeños, enriquecen al que los realiza. Son fuente de conocimientos, de recordar datos históricos, asimilar culturas diferentes, de tratar con personas con otra forma  de pensar y por tanto de actuar.

El mundo es muy rico y variado, no somos sino pulguitas dando saltos por aquí y por allá, que si molestamos poco nos permitirán volver al lugar de origen para contarlo y disfrutar con la cara de asombro de los que se quedan en sus casas.

Una de las grandes satisfacciones de cualquier viaje, pero más si es un poco largo o exótico, es narrarlo. Es poder mostrar las fotos, muchas fotos, antes eran unos pocos carretes con su limitado número, que según la cámara podías doblar,  pero ahora son cientos o miles las fotos conseguidas, y con ellas puedes torturar con un gran entusiasmo a los amigos.

Pero siempre queda también la reflexión posterior a todo lo visto, la asimilación lenta de lo vivido, que te permite disfrutar del recorrido, con la misma calma con la que degustas un buen malta.

Es difícil resaltar algo en concreto pues casi todo me ha entusiasmado en gran manera, los paisajes vistos son difícilmente superables.

Estar en un país de grandes dimensiones te hace ver la pequeñez del nuestro cuando saca pecho para hacerse notar en los conciertos internacionales.

Es cuestión de tiempo y lógica demográfica que nos pasen por delante. Ellos son receptores de personal, tienen mucho por hacer y recursos no les faltan si saben aprovecharlos.

Otra cosa es si consiguen una cierta estabilidad política para poder hacer, pues las rencillas están al orden del día, en ambos lados de la cordillera ha habido cambios de gobierno y de color alterno, donde unos tenían populismo ahora tienen uno más liberal y los otros recuperan una presidenta socialista.

Son sociedades con un pasado oscuro, una etapa negra con dictaduras que han intentado justificar lo injustificable en aras de una recuperación económica, que en circunstancias normales hubieran conseguido con menos sacrificios humanos.

Como son gente de origen latino la mayoría, son locuaces y extrovertidos, permitiendo conversaciones apasionadas con diferentes criterios y a todos los niveles.

Pero nos hemos centrado más en las visitas a tierras, parques, lagos, glaciares, desiertos que en las problemáticas sociales de las ciudades y sus gentes.

Siendo un tema importante, como viajeros ajenos a sus coyunturas, hemos pasado con rapidez de uno a otro lugar, viendo, observando, escuchando y respirando con interés todo lo que se ponía a nuestro alcance.

Personalmente este viaje me ha servido para otro tipo de descubrimiento personal, algo necesario en toda vida familiar.

¿Con qué me quedaré más tiempo en la memoria y en la retina? La verdad es que lo tengo muy claro. No serán de todas estas ofertas que he podido apreciar, ninguna la escogida como mejor recuerdo, porque considero las personas como lo más importante.

Hay la vitalidad de una ciudad cómo Buenos Aires, en la cual te sientes acogido sin más preámbulos, solo llegas ya estás en tu casa.

La contradicción al ver en Montevideo, una ciudad que parece renunciar a su centro histórico, formando una ciudad creciente y moderna, fuera de sus orígenes.

Trasladarse al sur, a la Tierra del Fuego y descubrir una ciudad luchando contra las adversidades del clima, gracias a sus reservas energéticas y a la voluntad de sus habitantes, también gracias a nosotros, los turistas. Han sabido preservar en  sus reservas marinas la fauna y en sus parques también la flora.

Ver la inmensidad de la pampa, las grandes extensiones que forman la Patagonia, con sus reses sueltas pastando los pequeño matojos que intentan desafiar al intenso viento.

Observar asombrados la solemnidad de las Torres del Paine, dominando su parque natural, en la que las pequeñas hormiguitas humanas, recorren sus senderos disfrutando de las espectaculares vistas, cascadas, ríos, lagos. Disfrutando con respeto el regalo paisajístico de la naturaleza.

Estar atento al desmenuzarse de una masa enorme de hielo que avanza imperceptiblemente hacia la Península de Magallanes, a la que cada ciertos años consigue llegar y crear uno de los espectáculos naturales más costoso de ver.

Recorrer en un itinerario de unos doscientos kilómetros, la ruta de los siete lagos, en los cuales se pueden ver una cantidad de agua asombrosa, dadas sus dimensiones, con todo tipo de tonalidades.

El refugio De San Martín de los Andes, donde es posible estar en un entorno súper tranquilo, disfrutando de la naturaleza en todo su esplendor.

Pasear por Puerto Varas, localidad veraniega por excelencia; ya traspasada la frontera con Chile, mención especial para los traspasos de aduanas, donde la paciencia se pone al límite en cuestiones burocráticas totalmente absurdas para mi forma de ver.

Moverse por una gran ciudad como es Santiago, rendir homenaje a un referente personal de mi juventud, por lo que representó como intento de conquista social de una izquierda posible, democrática y no violenta en el ejercicio del poder, sin ser sectaria y doctrinaria.

Recorrer una carretera interminable, donde sólo se ve una pampa infinita, una carretera interminable, a ratos con la cordillera a un lado y el mar en el otro, sin casi ver ni haciendas ni por supuesto pueblos, con pequeñas capillas y ofrendas, señalando donde se perdieron los pasos de familiares y amigos accidentados.

Llegar a una zona desértica, en donde aparece un pueblo en medio de la nada más absoluta, como es San Pedro de Atacama, fruto de un oasis, donde se ha formado una población en plan asentamiento minero de la fiebre del oro, solo que en este caso es fiebre turística, con todo tipo de ofertas y tours a cual más interesante.

En fin de todo ello, me quedo como os decía con un detalle de incalculable valor personal e intransferible, una carcajada espontanea en la lectura de una tontería por mi escrita, en boca de un ser muy querido con muchas conversaciones pendientes, algunas ya realizadas en este viaje.






Sarria, febrero de 2016.

CONCIERTO

                                                                             La Ritirata






Música de cámara en el Auditori
18 de febrero 2016
Sala 2 Oriol Martorell





                                                                                             Quintetos de Booccherini
                                                                                              La Ritirata
                                                                                                               Enrike Solinís     (guitarra)
                                                                                                               Andoni Mercero (violín)
                                                                                                               Miren Zebeiro    (violín)
                                                                                                               Daniel Lorenzo   (viola)
                                                                                                               Josetxu Obregón (viloncelo)


Programa

Franz Joseph Haydn                                          Casación en Do mayor para laúd y cuerdas Hob. III:6



Juan Crisóstomo de Arriaga                                Tema variado en cuarteto  Op. 17

Luigi Boccherini                                                  12 variaciones sobre "La Ritirata de Madrid"
                                                                             G.453 en Do mayor

Ferran Sor                                                            Introducción y variaciones sobre un tema de
                                                                             Mozart, op.9

Luigi Boccherini                                                  Adagio de Concierto para violoncelo y cuerdas
                                                                             en Sol mayor nº 7, G. 480

Luigi Boccherini                                                  Quinteto Fandango para guitarra y cuerdas en
                                                                              Re mayor nº 4, G. 448            



Extraordinario concierto, de los que dejan buenas sensaciones en el cuerpo y en el espíritu de quién tiene la suerte de escucharlo.

Una interpretación rigurosa y alegre, como se merecen las piezas escogidas hábilmente por los concertistas, imagino.

Son unas piezas de una sugerida fragilidad  que esconden las dificultades de una interpretación aparentemente espontanea.

La formación ataca con entusiasmo cada una de las piezas, el cuan saben contagiar al público asistente, convirtiendo el acto en un convencimiento total de audición placentera.

He de reconocer que ha sido uno de los conciertos donde me lo he pasado mejor y más corto lo he encontrado.

Dejando aparte y sin olvidar, a los grandes maestros, pero es de agradecer este tipo de obras que nos resultan como más cercanas.



SANTIAGO bis




Por curiosidades del destino, abandono la ciudad de Santiago el mismo día de su aniversario. 
Pues fue fundada el doce de febrero de 1541.



Estar en la sala de embarque, en una espera interminable. Mirándonos las caras de aburrimiento entre los futuros compañeros de viaje. Esperando que llegue la hora de partida. No sé porque diablos tenemos que estar con tanta antelación, aparte de para gastarse las últimas monedas que nos puedan quedar, en los diversos tenderetes que hay por aquí, justo para eso.
Aprovecho el momento, para ir pensando en todo lo vivido durante este viaje.



Ha sido lo suficientemente largo e intenso como para sacar más de una idea a costa suya. Rodeado de unas circunstancias personales para mi muy especiales. Todos los viajes son puro descubrimiento y a través de ellos tenemos una fuente de conocimiento y de disfrute.




Ahora el bullicioso Santiago queda atrás, en las espaldas del viajero que encara hacia su lugar de partida. 
Mientras veo cuando voy camino del aeropuerto, como se empiezan a poner los tenderetes y mantas en el suelo, en los cuales poder ofertar sus mercancías de todo tipo en las calles más concurridas.




Santiago de Chile, febrero de 2016.

ATACAMA





Los vigilantes del Valle de la Luna, según culturas más foráneas, las tres Marías según otras.

Figuras formadas por la erosión, donde la fuerza del viento a castigado a las partes más débiles geológicamente hablando.



La actividad de los géiseres es espectacular, como todo lo que acontece en la región, hay una intensa actividad subterránea gracias al volcán que tienen en la cordillera andina.




El borboteo del agua es constante y las columnas de humo se hallan en una muy extensa parte del parque, la más cercana a la cordillera.



Nuestra estancia en este lugar será difícil de olvidar, es muy distinto a todo lo visto hasta ahora y eso que ha sido importante y muy diferente entre sí, pero siempre con alguna conexión, pero el desierto de Atacama es otra cosa.




Las calles están tranquilas fuera de las horas del bullicio formado por los visitantes que se   mueven en busca de los tours, o los recién llegados buscando alojamiento. Es curioso como se rigen los horarios, marcados por las diversas excursiones a realizar.



Te sorprende la capacidad del ser humano por adaptarse a un medio por áspero y duro que sea, en cualquier circunstancia y lugar es capaz de sobrevivir, gracias a la minería, al cultivo y pequeña explotación ganadera, o ahora mucho mejor gracias al turismo.



A la sombra de un árbol, parecido a nuestros tamarindos, con sus hojas pequeñas y escasas pero suficientes para dar una cierta nota de frescor. Lo cual hace que te lo pienses dos veces antes de enfrentarte al impecable sol exterior, porque no se si lo comenté, estamos en medio de un desierto y se nota. 



En el viaje de regreso hacia Santiago, charlando un rato con una persona de la localidad, maestra reciclada en pequeña empresaria, me hice una idea aproximada de lo duro que debía ser la vida en estas tierras y como la llegada del turismo masivo les ha librado de una dependencia económica de trabajos precarios.


La iglesia de San Pedro es una restauración y reconstrucción de la fundada en el siglo XVI, víctima de un incendio que la destruyó prácticamente por completo.




Cuando el sol desaparece, la tierra se enfría rápidamente y es el momento mágico en el que las piedras incrustadas de sal, crujen y se lamentan por el cambio de temperatura.




San Pedro de Atacama, Febrero 2016.

SANTIAGO


                                                                            Fotos del autor

Santiago capital de Xile, es una ciudad moderna en todos los aspectos, pues se puede decir que no tiene casco antiguo, como nos tienen acostumbrados cualquier ciudad con cierta antigüedad. Pero es que los sucesivos terremotos que ha ido sufriendo a lo largo de su historia lo ha impedido. Desde su fundación en el siglo XVI hasta ahora se ha visto sometida a varios seismos, algunos muy graves.





Sus amplias avenidas, sus plazas ajardinadas, sus parque por el interior de la ciudad, sus calles arboladas, invitan al paseo por toda ella, lo cual hacen un sin número de ciudadanos y turistas, incluido algún viajero despistado como yo mismo.





Es una ciudad que hace agradable su estancia en ella, te ves viviendo sin ningún problema, la gente sin ser excesivamente simpática y zalamera, es cortés, educada y atenta. Por las calles se aprecia cómo la juventud va tomando el pulso de la ciudad, dominando a las generaciones que han sufrido la dictadura y aun tienen el miedo pintado en sus caras.




Tras hacer de conejillo de indias para las teorías económicas neoliberales, escuela de Chicago principalmente, ahora está bajo el dominio de una presidencia socialista que busca un reequilibrio en la cuestión social, sin llegar a los cambios que en su momento pretendió Salvador Allende.


                                                                             

Ahora se respira un ambiente de cierto equilibrio económico que favorece un poco a las clases medias, se ve por las calles populares un cierto comportamiento de más seguridad, mejor vestidos y con mucha demanda de personal en pequeños comercios y bares o restaurantes.




Los estudiantes jóvenes son los más interesados en saber su historia reciente y concretamente el comportamiento de la dictadura militar, machacando los derechos humanos de los ciudadanos. 

Se nota en los centros culturales y cívicos donde hay una cierta efervescencia asociativa para promover cosas de todo tipo.




Siendo una capital de unas dimensiones considerables, te sientes cómodo en ella, aunque no tiene ese encanto cultural que despierta Buenos Aires, aquí se respira otra cosa, que creó es más fiable y segura.




Una curiosidad callejera que pedí me aclararan fue la visión de muchos perros paseando tranquilamente o tumbados, sin amo aparente cerca y que a nadie les molestaba que deambularán por todas partes o tener que apartarse por estar en medio de unas escaleras inmutables. Se ve que pese a los intentos de control y de llevarlos a la perrera la misma población, los mantiene y esconde cuando son perseguidos, pues hay la cultura de respetarlos y dejarlos tranquilos y estos ofrecen su compañía y 
protección a ratos perdidos.






 A parte de esta curiosidad tan peculiar, estamos ante una ciudad dinámica y que ejerce la capitalidad habiendo cedido algún organismo a Valparaiso, como las cuestiones de la defensa marítima y alguna más, una especie de descentralización para bien de todos.




Valparaiso y Viña del Mar


                                                                        Fotos del autor

Hemos visitado estas dos poblaciones en una visita relámpago desde Santiago, en un viaje por carretera de apenas hora y media, el recorrido no nos ha mostrado nada especial en cuanto a paisajes, pero después de todo lo visto ya es difícil sorprenderse,  aunque esté bien, no le prestas mucha atención, la vida es dura con la normalidad.


Valparaiso es una ciudad anclada en el pasado, cuando era un centro portuario de primer nivel, donde todos los barcos tras pasar penosamente el Cabo de Hornos, atracaban para reponer fuerzas y dejar lastre.



Tras la apertura del Canal de Panamá, empezó su declive que ahora es muy visible, dado el estado de los edificios emblemáticos  de su epoca dorada ahora totalmente en estado ruinoso o en muy mal estado de conservación.





Tuvo que ser una ciudad fantástica, por el orgullo que aún manifiesta con todas sus callejuelas de los cerros decoradas en un sinfín de muestras de arte cultural en sus paredes.




El reconocimiento por la Unesco de ciudad cultural, protegiendo el patrimonio de sus conocidas casas de mil colores, que llenan los cerros que configuran la parte antigua y popular donde los habitantes tenían sus casas y sus iglesias. No ha sido recibido con igual entusiasmo por todos, sus normas son muy estrictas y hace muy oneroso el mantenimiento de estas viviendas.

Circular por el plano, donde está la parte administrativa y financiera de la ciudad en uno de sus viejos troles es un aventura de viaje en el tiempo, pasado por supuesto, creó que aquí ahora todo es pasado, aunque tienen una serie de organismos estatales que la hacen una especie de cocapital de la nación, o al menos un reconocido estatus como segunda ciudad en importancia del país y según algunas fuentes la de mayor vida cultural.
 



Cuando hemos llegado a Viña de Mar nos ha sorprendido mucho, no esperaba una
población tan grande, tenía hecha una idea totalmente equivoca sobre esta ciudad.



Un puro zoco comercial en sus calles principales, con abuso de gentes en todas direcciones, mucho ruido de músicos callejeros, organilleros, voceadores, y todo linaje haga falta para llamar la atención.



Esperaba una cosa como más de veraneo de estancia tranquila y sosegada a orillas del Pacífico, pero no esto, una ciudad crecida en la desmesura, con poco atractivo y con una cornisa marina totalmente abandonada, exceptuando la mole de un gran hotel de lujo del que no quiero hacer propaganda, supongo que molestaré a sus ciudadanos pero es que no he sabido verle atractivo alguno.

Normalmente si no puedes hablar bien de un sitio optas por callarte y pasar del tema, pero es que la decepción ha sido muy grande.

Bajo un volcán




Foto del autor



Llevamos mucho rato caminando, tanto que ya no tengo conciencia de cuando fue la última vez que estuve sentado, descansando a la sombra de un árbol viendo pasar el viento, si nada que escuchar a parte de su sonido al mover los resecos troncos que se agitan a su paso.

El agua se nos esta acabando, el sol empieza a desollarnos, nuestra piel expuesta empieza a estar tensa y su tirantez duele, no podemos taparnos y necesitamos la poca agua que nos queda para intentar evitar deshidratados.

No lamentamos nuestra suerte porque estamos vivos y mientras hay vida hay esperanza, ni que sea para seguí caminando en una pista arenosa, cubierta de ceniza, que le da un aspecto fantasmal y tétrico.

Nuestros pies se hunden, dificultando nuestro caminar haciéndolo más pesado, levantamos mucha polvareda y tenemos los zapatos con un cargamento extra de gravilla gris.

Sólo la inclinación del sol nos indica el paso del tiempo, el paisaje ha sido siempre prácticamente el mismo, teniendo el volcán por encima de nuestras cabezas como gran referente geográfico.

Ya no humea, hace tiempo dejó de hacerlo y de lanzar sus bombas, que sembraron el camino por el que seguimos caminando, como creyentes enforverizados tras su destino.

Ni en mis mejores momentos me hubiera imaginado ese caminar sin pausa y sin destino cierto, sabemos que hay un final porque siempre lo hay, para todo lo hay, ni que sea nuestro final.

Cruzamos fondos de arroyos resecos, con restos de árboles requemado,  que en su momento dieron cobijo a cualquier tipo de pájaros que allí habitaran y que ahora al no oírlos dudamos de su existencia.

Nosotros seguimos en nuestra insistencia en seguir caminando, no hablamos tenemos claro que sólo nos vale seguir y seguir,caminar y aguantar,que es la vida sino un caminar en busca de metas no siempre conocidas.

Y en eso estamos, en un avanzar lento por lo dificultoso y por la merma que en nuestras fuerzas representa un esfuerzo prolongado en condiciones poco apropiadas.
Somos víctimas de nuestros propios deseos, la conquista de un lugar privilegiado para tener un dominio más preferente para nuestras expectativas creadas al inició, cuando nos veíamos capaces de conseguir nuestro propósito.

Pero ahora sólo nos queda el caminar, el caminar sin pausa, el caminar sin descanso, el caminar en todo momento y en toda hora bajo el volcán, siempre vigilante, siempre estático, siempre acechante.